El habitat del Bronce Valenciano: Aspectos geoarqueológicos
Mª Pilar Fumanal García
[page-n-317]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XX (Valencia, 1990)
M. P. FUMANAL GARCÍA*
EL HABITAT DEL BRONCE VALENCIANO:
ASPECTOS GEOARQUEOLÓGICOS
CARACTERiSTICAS GENERALES DE LA EXPANSIÓN DE LA CULTURA
DEL BRONCE EN EL PAÍS VALENCIANO
El origen y evolución de la cultura del Bronce Valenciano parece depender de dos
premisas ampliamente consideradas por los estudiosos de las mismas: la influencia argárica y la impronta eneolítica de la zona. Ambos factores contribuirían a individualizar una frontera geográfica que sigue, en sentido laxo, el curso del Vmalopó. al menos
para los momentos del Bronce antiguo y medio, o, en términos cronológicos, para la primera mita d del IV milenio antes del presente, de manera que las comarcas más meridionales valencianas corresponderían a la cultura del Argar, en tanto que las restantes
serían ocupadas por el Bronce Valenciano.
El contexto temporal en el que se desarrolla abarca aproximadamente desde el 3850
BP (fechas obtenidas en los materiales de los poblados de Terlinques y Serra Grossa),
momentos en que nos encontramos con las manifestaciones de un Bronce Valenciano
antiguo, hasta el entorno del 3200 BP, fase final que corresponde al Bronce tardío. Los
siglos centrales del IV milenio antes del presente pertenecerían al Bronce pleno o medio, el más característico de esta cultura (1).
Resultados de nuevas prospecciones y excavaciones que se añaden a estudios anteriores (2) parecen mostrar que los poblados se sitúan preferencialmente en lomas y
• Depart.amento de Oeografia, Universidad de Valencia. Apdo. 22.060, 46080 Valencia.
Ul B. MARTI OLJVER y J . BERNABEU AUBAN: ·La Edad del Bronce en el Paía Valenciano•. En •Aragón/Utoral mediterráneo: in·
tercambíoa culturales durante la Prehistoria•. Homenaje a Juan Maluquer de Motea, libro de Ponencias, Zaragoza, 1990, págs.
337-365.
(2) R. ENOUIX y B. MARTI OLJVER: · La cultura del Bronce Valenciano y la Muntanya Aaaola da de Alma: aproximación al estado
ac:tual de au investigación•. Archivo de Prehistoria Levantina, XVID, Valencia , 1988, p6ga. 24 1·260.
M. OJL..MASCARELL y R. ENOUIX: .La cultura del Bronce Valenciano: estado ac:tual de au investigación•. En "Homenaje a
Luis Siret•, Sevilla, 1986, p6ga. 418-424.
M. J . DE PEDRO y E. ORAU: · T écnieaa de construcción en la Edad del Bronce: La Liorna de Bew CPatema , Valencia).. En
prenaa.
A. MARTINEZ PÉREZ: .La Cultura del Bronce Valencia:no en la Ribera-. AI-Gerira, 1, Alúra, 1986, p4ga. 13·111.
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Fig. l.-Entorno geomorfológico de Muntanya Assolada. Localización de algunos yacimientos
con restos de la cultura del Bronce.
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Fig. 2.-Perfil B. Esquema estratigráfico y rasgos sedimentológicos.
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cumbres de modesta elevación, pero dificil acceso, aunque, en ejemplos aislados, se eligen leves promontorios o motas emplazados en áreas llanas, seguramente siguiendo las
posibilidades económicas derivadas de una situación favorable a la explotación del medio. Agricultura, ganadería y aprovechamiento de los recursos marinos, tuvieron un
protagonismo distinto según los casos, probablemente unido a la ubicación geográfica
del yacimiento.
El modelo de construcción de estos grupos humanos, cuya tendencia hacia el urbanismo es patente, se deduce de los yacimientos en curso de estudio, que revelan novedades de gran interés. Frecuentemente, las estructuras de habitación parecen vertebrarse
en un conjunto de departamentos dispuestos a ambos lados de pasillos o calles de estrechas proporciones. Sin embargo, el área de ocupación no se limita a aquellas estancias,
que, por el contrario, van ampliando su contorno mediante el aterrazamiento artificial
de los flancos de la ladera, hecho que permite la expansión horizontal del espacio habitable y que constituye una obra humana de dimensiones considerables.
CARACTERJSTICAS GEOGRÁFICAS IMPLICADAS EN LA DISTRIBUCIÓN
DE LA CULTURA DEL BRONCE EN EL AREA COSTERA
DEL PAiS VALENCIANO
El País Valenciano se estructura en una serie de unidades morfológicas a las que
tradicionalmente se ha caracterizado por su relevante dualismo. Simplificando el esquema, destaca una franja occidental montañosa y abrupta, casi siempre esculpida sobre materiales calcáreos y que parece mostrar tendencia hacia una epirogenia positiva
(3). Su conexión con la linea de costa se realiza por medio de un variado cortejo de formas deposicionales (fig. 1) que, a partir de las rupturas de pendiente entre los relieves
y las inmediaciones del ámbito litoral, construyen una orla de acumulaciones sedimentarias en la que se incluyen diversas series de conos aluviales y glacis de piedemonte
(4), que alternan con potentes mantos fluviales apilados especialmente en las áreas distales de los cursos más importantes (Xúquer, Túria, Serpis). La prolongación de estos
depósitos puede seguirse ocasionalmente sobre la plataforma interna marina, de batimetría suave que, casi siempre bajo aguas someras, circunda hoy las tierras emergidas (5).
La coalescencia de estos variados materiales cuaternarios da lugar a un llano aluvial que parece sufrir una subsidencia diferencial (6), interrumpido en ocasiones rotun(3) V. M. ROSSEL LÓ VERGER : . Notas sobre la geomorfología litoral del S. de Valencia (Espalla}•. Quatomaria, 1971, p.ágt¡. 121·143.
J . L. GOY y C. ZAZO: •Elstudio morfotectónico del Cuaternario en el Ovalo de Valencia •• Trab.Vossobre Noógeno-Cuaternario, 2 ,
1974, págs. 71-82.
(4) P. CARMONA: ·La formació de la plana aiJuvial de Valencia. Geornoñ ologia, hld rologia i geoarqueologia de l'espai litor al del Tú n a •. lnstitució Valenciana d'Eetudis i lnveatigació, Valencia, 1990 {en prenaa).
P. SEGUllA BELTRÁN: .Laa ramblaa valenciana.s>. Universitat de Valencia, Seeci6 de Geosrafia, Valencia, 1990.
(6) J . L. GOY, J . REY, V. DÍAZ DEL RfO y C. ZAZO: .Relación entre las unidades geom orfológicaa euatemariaa del litoral y de la plataforma intA:m a -rnedia de Valencia (Espal!a}. implicaciones paleogeográficaa•. Geolocía ambiental y ordenación del territorio, vol.
n, t987, págs. 1.369-1.381 .
(6) J . L. GOY y C. ZAZO: •Quaternary c:oastal evolution of lhe Valencia -CaateUón littorals {Spain}.. Inaugural meetin¡¡ of I.G.C.P. Projcct 274, Amllterdam, 1988, págs. 29-33.
M. P. FUMANAL, C. SANTlSTEBAN y M. J . VINALS: · lmplieacionea geomoñológieaa de laa forrnacioi\Cll y restinga en el sector
prebético externo
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damente por la presencia de tramos de acantilado alto que da carácter a ciertas zonas
ribereñas mediterráneas.
Tal sector experimenta un elevado dinamismo, asociado a las variaciones morfogenéticas y glacioeustáticas cuaternarias. En relación con ello, el litoral valenciano, cuya
forma actual se modela durante el interglaciar holoceno, ofrece una repetida ~lineación
de ambientes transicionales entre los medios puramente continentales y los marinos (7).
Entre ellos figuran las formaciones cono-deltaicas y, sobre todo, los sistemas de
restinga-albufera que, de forma casi ininterrumpida, se extienden a lo largo del Mediterráneo occidental. Estos complejos son azonales (8), y se generan a partir de la construcción de barras de arena y/o gravas que llegan a cerrar espacios lagunares comunicados esporádicamente con el mar, alimentados por aguas dulces de origen continental. Así se van sucediendo una serie de humedales y zonas marismeñas de elevada
actividad biológica, que caracterizan las áreas costeras del País Valenciano.
El hombre de la Edad del Bronce, hacia el 3800 BP, marca una importante ocupación de este paisaje geográfico en el que los procesos morfosedimentarios suceden casi
directamente a las transformaciones que se derivaron del avance del mar flandriense.
En aquella transgresión, situada aproximadamente en nuestro entorno hacia el 6000
BP (9), el límite marino, superando las cotas actuales, cerca en muchas ocasiones los
relieves elevados que contornean la costa valenciana. En ciertos casos, desmantela totalmente los depósitos sedimentarios formados en su base (10), y en otros construye
playas de cantos y arenas que rellenan pequeñas bahías.
Tras este episodio se inicia una nueva fase de formación de espacios albufereños y
mru:jales. A ello contribuye el copioso aporte de materiales detríticos que, a partir de las
zonas interiores, será suministrado persistentemente al medio litoral, donde las corrientes de deriva reorganizarán los sedimentos construyendo barras y restin gas que
individualizarán continuos aguazales. Esta activa erosión en cabecera de barrancos, regueros de cantil y cursos de diversa entidad, es consecuencia del clima contrastado, altamente agresivo, que se implanta en el Holoceno superior (11), a lo que la acción humana, al menos en puntos concretos, parece contribuir activamente (12).
El hombre del Bronce se encuentra, pues, con un panorama de amplias superficies
inundadas que orla el límite tierra-mar, precediendo, aunque de forma mucho más ex-
(7) l . BURGUET, A. CAMARASA, L. NAVARRO, J . PARDO y M. J . VIÑALS: ·L'Estany Gran de Cullera. Evolución geomorfológiea..
Cuadernos de Geogralla, 44, Valencia, 1988, págs. 163·176.
(8} R. MARGALEF: ·El Mediterráneo Oecidental>. Ed. Omega, Barcelona, 1989.
(9) J. F. MATEU, B. MARTí OLIVER, F. ROBLES CUENCA y D. ACWA HERNÁNDEZ: ..Paleogeogralla litoral del Golfo de Valencia
durante el Holoeeno inferior a partit de yacimientos prehistóricOS<. En "Pleistoceno y Geomorfología litoral". Homen~e a Juan
Cuerda, Valencia-Palma de Mallorca, 1985, p~. 77-102.
M. P. FUMANAL, E. SANJAUME y A. PEREZ CUEVA: •Una playa Oandriense en la marjal de Pego (Valencia)•. Aetas de la 1
Reunión de Cuaternario Ibérieo, Lisboa, 1985, págs. 407-417.
(10) M. P. FUMANAL Y M. J. VIÑALS: •Los acantilados marinos de Moraira: au evolución pleist.oeena•. Cuaternario y Geomorfología,
vol. 2, 1988, págs. 23-31.
(11) M. P. FUMANAL Y M. DUPRÉ: .Aportaciones de la sedimentología y de la palinología al conocimiento de.! paleoambiente valenciano durante el Holoeeno•. Proeeedings of the Symposium of Climate Fluetuations d.u ring the Quatemary in the Weste~ Meditenanean Regions, Madrid, 1988, págs. 326-344.
M. P. FUMANAL: -Dinámica sedimen.t aria holoeena en valles de eabeeera del País Valenciano•. Proceedings ofll lberian Qua·
ternary Meeting, Instituto Tecnológico Geominero do Espalla, Madrid, 1989.
(12) M. DUPRÉ: .Apporta de la palynologie lt la eonnaissance du paléoenvironnement végétal boloc~ne de la région de Valence (Es·
pagne)•. Actea du X~me Symposium A.P.L.F., Bordeau:x, 1987, págs. 65-63.
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tensa, a las formaciones residuales actuales. Fuente indudable de recursos, su importante distribución areal significaría, no obstante, una clara dificultad en cuanto a cultivos, accesos viarios y habitabilidad del llano costero.
MODELO DE HABITAT EN LAS ZONAS ELEVADAS: EL EJEMPLO
DE LA MUNTANYA ASSOLADA (ALZIRA)
El yacimiento de la Muntanya Assolada ocupa la cumbre (90-100 m.) de un espigón
rocoso calcáreo que se integra en las estribaciones septentrionales de la Serra de Corbera (fig. 1). A su pie se extiende la comarca de la Ribera Baixa, zona terminal del amplio llano aluvial del Xúquer. Las playas actuales distan unos 10 Km. de este emplazamiento que forma parte de un conjunto de poblados que buscan situaciones geográficas
análogas a lo largo de la margen izquierda del río, contorneando de igual manera hacia
el S. la propia linea de costa. Los trabajos de excavación llevados a cabo por Martí Olíver y Enguix (13), permiten hoy ponderar las estructuras fundamentales de tal asentamiento y realizar el análisis de los materiales de relleno que dan lugar a los elementos
de su construcción.
Establecida la estratigraña de diversos perfiles, en principio se han individualizado
cinco cortes (A, B, C, D, E; figs. 2, 3 y 4). Un resumen de los resultados, podría centrarse en los siguientes puntos:
Perfil B
Consiste en una sucesión rítmica de materiales de distintas características. Los niveles VI, IV y II son capas con mínima fracción gruesa y abundantes arcillas oscuras,
mal clasificadas, ricas en cenizas y carbones en las que se intercalan nódulos de carbonato. Estas capas parecen corresponder a niveles organoculturales que han sufrido la
acción del fuego. En origen pueden estar relacionadas con lechos de habitación, bien estancias humanas, bien reductos asociados a las casas para el albergue de animales domésticos.
Los niveles V y m se intercalan en contacto brusco. Ambos están formados por cantos homométricos (en un 80-90%), donde los intersticios incluyen una matriz arenosa,
cuya modesta clasificación permite, sin embargo, pensar en la acción esporádica de
arroyadas que incorporarían a estos niveles, de forma secundaria, la escasa fracción
fina de que constan. También cabe la posibilidad de que tal composición proceda directamente del área donde el hombre se aprovisionó de los materiales para efectuar el relleno. Tal es el carácter que sugieren los rasgos generales de ambos niveles: una intencionada acumulación detrítica que terraplena parte del espacio basal, elevando entre
30 y 40 cm. la superficie topográfica de ese sector de la ladera.
(18) B. MARTi OLIVER: •La Muntanya Aaeolada Wzira, Valencia). Poblado de la Cultura del Bron.ce Valenciano•. XV1 Congreso Nacional de Arqueología (Murcia·Cartagena, 1982), Zaragoza, 1983, pága. 259-268.
B. MARTJ, OLIVER: .La Muntanya &solada (Aizira, Valencia)•. Lucentum, n, Alicante, 1983, pága. 48-67.
B. MARTI OLIVER y R. ENGU1X: •Mun.tanya Assolada•. Memorice Arqueologiques a la Comunitat'Valenciana (1984-1985),
Conaollcria de Cu.ltura Educació i Cibncia, Val~ncia, 1968, pága. 206-209.
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Fig. S.-Esquema estratigráfico y rasgos estadísticos del nivel m.
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FINOS
Fig. 4.-Perfil estratigráfico y rasgos sedimentol6gicos.
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Por último, el nivel I ofrece una tercera perspectiva. Se trata de un derrumbe a base
de grandes bloques, posiblemente pertenecientes a alguna construcción de tipo común
(muralla exterior, pared interna, etc.) que, a diferencia de los casos anteriores, no se redistribuye ni se aprovecha para una nueva acomodación del espacio habitable. Un suelo
o sedimento subactual regulariza la superficie.
PerfilA
Menos potente que el anterior, consta de cuatro unidades bastante homogéneas texturalmente. Destacan los niveles m (arcillas orgánicas) y II, que parece corresponder a
restos de una alineación de bloques pavimentarlos. Sobre ellos, el nivel I, pertenece ya
a la fase de destrucción y abandono del lugar, con trazos de evidente edafización.
Es dificil asegurar una posible correlación con el perfil B. Dentro de su procedencia
antrópica, las características sedimentológicas de ambos cortes son diferentes, lo que
sugiere que los materiales de relleno fueron tomados de distintas áreas, y/o el trabajo
de construcción no ha sido sincrónico de una fase determinada de regularización o ampliación del contorno del poblado.
PerfilD
Se diferencian seis niveles cuyos rasgos agrupan en dos conjuntos. El inferior, formado por los lechos VI, V y IV, carece prácticamente en su inicio de fracción gruesa, que
aumenta bruscamente en el nivel IV (sobre todo en el tamaño grava). 'Ibda esta subunidad muestra las huellas de un incendio o acción del fuego, que afecta a los materiales
del nivel V, confiriéndoles un marcado color rojizo, mientras que el nivel IV ofrece restos bandeados de cenizas en tonos grisáceos, oscuros o blanquecinos. El pequeño calibre
de los elementos elásticos parece desechar la idea de una destrucción violenta de la
zona de hábitat, aunque, si se trata de ello, por supuesto pudo haberse regularizado
posteriormente por propia intención antrópica para habilitar el nuevo espacio.
El nivel III inicia la segunda unidad. En contacto brusco, corresponde a un nuevo
aterramiento para el que se ha buscado intencionadamente materiales de textura similar (abundantes cantos homométricos), a otras capas de la misma índole en cortes adyacentes. Su potencia oscila al.r ededor de los 30 cm. Sobre él hay dos niveles más que se
superponen, también con características de artificialidad, aunque su composición es ligeramente distinta. El hecho de que la parte superior de un muro corone el perfil reafirma la persistencia de una acumulación antrópica.
COMENTARIO FINAL
La consideración de las características estratigráficas y sedimentológicas analizadas en los apartados anteriores, de los rasgos geomorfológicos locales del área en la que
se asienta el poblado y, por último, de la distribución espacial del hábitat de la cultura
del Bronce en la zona costera del País Valenciano, nos permite esbozar unas deducciones sobre el marco geoarqueológico de yacimientos del tipo de Muntanya Assolada, que
podrían sintetizarse en los siguientes puntos:
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a) Bajo una óptica sedimentológica, los perfiles estudiados responden a una acumulación antrópica, sin apenas incidencias de procesos naturales en la formación del depósito.
b) A su vez, el entorno geomorfológico en el que se inserta el poblado no ofrece una
posibilidad plausible de que los materiales procedan de una redistribución de antiguos
coluvios siguiendo procesos de erosión-transporte-sedimentación, propios de los ambientes de ladera, puesto que el hombre elige la propia zona de cumbres o divisoria de
aguas como punto de asentamiento. Esta posición topográfica favorece el predominio de
los factores denudativos sobre los de acumulación, especialmente en nuestro contexto
climático y geográfico.
e) Se observa que hay unos niveles que reflejan claramente la acción del fuego,
tanto en los tres perfiles descritos como en otros no analizados en este estudio. No obstante, no puede afirmarse con seguridad que signifiquen uno o varios momentos concretos en los que el poblado haya experimentado una destrucción violenta y general. Parece más bien que pueda tratarse de pequeños fuegos locales (perfil D-IV), de restos de
suelos de habitación, o incluso quema de estiercol (perfil B-IV y VI).
d ) Sistemáticamente, sobre los restos de los niveles orgánicos con huellas de calcinación (perfiles A, By D), se terraplena el espacio a base de sedimentos en los que específicamente predomina una textura gruesa; con ellos se va regularizando la zona superior de la ladera y ensanchando el perímetro de ocupación (niveles B-111 y V, D-111,
etc.).
e) Ello conlleva la construcción simultánea y progresiva de un sistema de murallas
o muros de contención que permiten el aterrazamiento de la ladera.
f> En ningún perfil se observa la intercalación de grandes bloques cuyo colapso pudiera reflejar un estado de destrucción o abandono parcial del poblado. La persistente
repetición de los rellenos para habilitar nuevo espacio tras un episodio de quema o incendio parece sugerir en la Muntanya Assolada una comunidad estable y en vías de expansión.
g ) Dicha condición se invierte en el techo de los perfiles A y B, donde sí encontramos huellas del derrumbe de construcciones sin reparación posterior. Esta fase es posible que pertenezca ya al momento de abandono general del asentamiento.
h) El tipo de hábitat así estructurado no obedece a un caso aislado. Aunque en vías
de estudio, se comprueba que otros emplazamientos similares adoptan medidas parejas: ocupación de cerros y ampliación artificial del espacio (Liorna de Betxí , etc.), empresa que se traduce en una importante modificación del medio ffsico por grupos humanos que responde a la concepción de un incipiente urbanismo.
i ) Dentro del contexto arqueológico del tema, con toda lógica, la prospección de lugares de hábitat es, en la actualidad, revisable y ampliable. Futuros hallazgos pueden
añadir matices a las pautas que parecen predominar en el poblamiento de la cultura
del Bronce Valenciano a lo largo del litoral. No obstante, hasta el momento, sería lícito
pensar que existe una preferencia por la elección de puntos de asentamiento no excesivamente elevados (apenas alcanzan la cota de los 100 m.), pero sí destacados sobre espacios tales como llanuras aluviales, playas y áreas bajas.
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J) Las características geomorfológicas del Holoceno superior, que actualmente están
siendo objeto de análisis en el País Valenciano, permiten pensar que ciertos condicionamientos geográficos, como la entonces reciente formación de restingas y albuferas cuyo
espacio inundado sería sensiblemente superior al actual, pudieron influir en la elección
de un tipo de hábitat dominante sobre el paisaje correspondiente a sus zonas costeras.
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ASPECTOS GEOARQUEOLÓGICOS
CARACTERiSTICAS GENERALES DE LA EXPANSIÓN DE LA CULTURA
DEL BRONCE EN EL PAÍS VALENCIANO
El origen y evolución de la cultura del Bronce Valenciano parece depender de dos
premisas ampliamente consideradas por los estudiosos de las mismas: la influencia argárica y la impronta eneolítica de la zona. Ambos factores contribuirían a individualizar una frontera geográfica que sigue, en sentido laxo, el curso del Vmalopó. al menos
para los momentos del Bronce antiguo y medio, o, en términos cronológicos, para la primera mita d del IV milenio antes del presente, de manera que las comarcas más meridionales valencianas corresponderían a la cultura del Argar, en tanto que las restantes
serían ocupadas por el Bronce Valenciano.
El contexto temporal en el que se desarrolla abarca aproximadamente desde el 3850
BP (fechas obtenidas en los materiales de los poblados de Terlinques y Serra Grossa),
momentos en que nos encontramos con las manifestaciones de un Bronce Valenciano
antiguo, hasta el entorno del 3200 BP, fase final que corresponde al Bronce tardío. Los
siglos centrales del IV milenio antes del presente pertenecerían al Bronce pleno o medio, el más característico de esta cultura (1).
Resultados de nuevas prospecciones y excavaciones que se añaden a estudios anteriores (2) parecen mostrar que los poblados se sitúan preferencialmente en lomas y
• Depart.amento de Oeografia, Universidad de Valencia. Apdo. 22.060, 46080 Valencia.
Ul B. MARTI OLJVER y J . BERNABEU AUBAN: ·La Edad del Bronce en el Paía Valenciano•. En •Aragón/Utoral mediterráneo: in·
tercambíoa culturales durante la Prehistoria•. Homenaje a Juan Maluquer de Motea, libro de Ponencias, Zaragoza, 1990, págs.
337-365.
(2) R. ENOUIX y B. MARTI OLJVER: · La cultura del Bronce Valenciano y la Muntanya Aaaola da de Alma: aproximación al estado
ac:tual de au investigación•. Archivo de Prehistoria Levantina, XVID, Valencia , 1988, p6ga. 24 1·260.
M. OJL..MASCARELL y R. ENOUIX: .La cultura del Bronce Valenciano: estado ac:tual de au investigación•. En "Homenaje a
Luis Siret•, Sevilla, 1986, p6ga. 418-424.
M. J . DE PEDRO y E. ORAU: · T écnieaa de construcción en la Edad del Bronce: La Liorna de Bew CPatema , Valencia).. En
prenaa.
A. MARTINEZ PÉREZ: .La Cultura del Bronce Valencia:no en la Ribera-. AI-Gerira, 1, Alúra, 1986, p4ga. 13·111.
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Fig. l.-Entorno geomorfológico de Muntanya Assolada. Localización de algunos yacimientos
con restos de la cultura del Bronce.
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cumbres de modesta elevación, pero dificil acceso, aunque, en ejemplos aislados, se eligen leves promontorios o motas emplazados en áreas llanas, seguramente siguiendo las
posibilidades económicas derivadas de una situación favorable a la explotación del medio. Agricultura, ganadería y aprovechamiento de los recursos marinos, tuvieron un
protagonismo distinto según los casos, probablemente unido a la ubicación geográfica
del yacimiento.
El modelo de construcción de estos grupos humanos, cuya tendencia hacia el urbanismo es patente, se deduce de los yacimientos en curso de estudio, que revelan novedades de gran interés. Frecuentemente, las estructuras de habitación parecen vertebrarse
en un conjunto de departamentos dispuestos a ambos lados de pasillos o calles de estrechas proporciones. Sin embargo, el área de ocupación no se limita a aquellas estancias,
que, por el contrario, van ampliando su contorno mediante el aterrazamiento artificial
de los flancos de la ladera, hecho que permite la expansión horizontal del espacio habitable y que constituye una obra humana de dimensiones considerables.
CARACTERJSTICAS GEOGRÁFICAS IMPLICADAS EN LA DISTRIBUCIÓN
DE LA CULTURA DEL BRONCE EN EL AREA COSTERA
DEL PAiS VALENCIANO
El País Valenciano se estructura en una serie de unidades morfológicas a las que
tradicionalmente se ha caracterizado por su relevante dualismo. Simplificando el esquema, destaca una franja occidental montañosa y abrupta, casi siempre esculpida sobre materiales calcáreos y que parece mostrar tendencia hacia una epirogenia positiva
(3). Su conexión con la linea de costa se realiza por medio de un variado cortejo de formas deposicionales (fig. 1) que, a partir de las rupturas de pendiente entre los relieves
y las inmediaciones del ámbito litoral, construyen una orla de acumulaciones sedimentarias en la que se incluyen diversas series de conos aluviales y glacis de piedemonte
(4), que alternan con potentes mantos fluviales apilados especialmente en las áreas distales de los cursos más importantes (Xúquer, Túria, Serpis). La prolongación de estos
depósitos puede seguirse ocasionalmente sobre la plataforma interna marina, de batimetría suave que, casi siempre bajo aguas someras, circunda hoy las tierras emergidas (5).
La coalescencia de estos variados materiales cuaternarios da lugar a un llano aluvial que parece sufrir una subsidencia diferencial (6), interrumpido en ocasiones rotun(3) V. M. ROSSEL LÓ VERGER : . Notas sobre la geomorfología litoral del S. de Valencia (Espalla}•. Quatomaria, 1971, p.ágt¡. 121·143.
J . L. GOY y C. ZAZO: •Elstudio morfotectónico del Cuaternario en el Ovalo de Valencia •• Trab.Vossobre Noógeno-Cuaternario, 2 ,
1974, págs. 71-82.
(4) P. CARMONA: ·La formació de la plana aiJuvial de Valencia. Geornoñ ologia, hld rologia i geoarqueologia de l'espai litor al del Tú n a •. lnstitució Valenciana d'Eetudis i lnveatigació, Valencia, 1990 {en prenaa).
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(6) J . L. GOY, J . REY, V. DÍAZ DEL RfO y C. ZAZO: .Relación entre las unidades geom orfológicaa euatemariaa del litoral y de la plataforma intA:m a -rnedia de Valencia (Espal!a}. implicaciones paleogeográficaa•. Geolocía ambiental y ordenación del territorio, vol.
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(6) J . L. GOY y C. ZAZO: •Quaternary c:oastal evolution of lhe Valencia -CaateUón littorals {Spain}.. Inaugural meetin¡¡ of I.G.C.P. Projcct 274, Amllterdam, 1988, págs. 29-33.
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prebético externo
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4
M. P. FUMANAL
damente por la presencia de tramos de acantilado alto que da carácter a ciertas zonas
ribereñas mediterráneas.
Tal sector experimenta un elevado dinamismo, asociado a las variaciones morfogenéticas y glacioeustáticas cuaternarias. En relación con ello, el litoral valenciano, cuya
forma actual se modela durante el interglaciar holoceno, ofrece una repetida ~lineación
de ambientes transicionales entre los medios puramente continentales y los marinos (7).
Entre ellos figuran las formaciones cono-deltaicas y, sobre todo, los sistemas de
restinga-albufera que, de forma casi ininterrumpida, se extienden a lo largo del Mediterráneo occidental. Estos complejos son azonales (8), y se generan a partir de la construcción de barras de arena y/o gravas que llegan a cerrar espacios lagunares comunicados esporádicamente con el mar, alimentados por aguas dulces de origen continental. Así se van sucediendo una serie de humedales y zonas marismeñas de elevada
actividad biológica, que caracterizan las áreas costeras del País Valenciano.
El hombre de la Edad del Bronce, hacia el 3800 BP, marca una importante ocupación de este paisaje geográfico en el que los procesos morfosedimentarios suceden casi
directamente a las transformaciones que se derivaron del avance del mar flandriense.
En aquella transgresión, situada aproximadamente en nuestro entorno hacia el 6000
BP (9), el límite marino, superando las cotas actuales, cerca en muchas ocasiones los
relieves elevados que contornean la costa valenciana. En ciertos casos, desmantela totalmente los depósitos sedimentarios formados en su base (10), y en otros construye
playas de cantos y arenas que rellenan pequeñas bahías.
Tras este episodio se inicia una nueva fase de formación de espacios albufereños y
mru:jales. A ello contribuye el copioso aporte de materiales detríticos que, a partir de las
zonas interiores, será suministrado persistentemente al medio litoral, donde las corrientes de deriva reorganizarán los sedimentos construyendo barras y restin gas que
individualizarán continuos aguazales. Esta activa erosión en cabecera de barrancos, regueros de cantil y cursos de diversa entidad, es consecuencia del clima contrastado, altamente agresivo, que se implanta en el Holoceno superior (11), a lo que la acción humana, al menos en puntos concretos, parece contribuir activamente (12).
El hombre del Bronce se encuentra, pues, con un panorama de amplias superficies
inundadas que orla el límite tierra-mar, precediendo, aunque de forma mucho más ex-
(7) l . BURGUET, A. CAMARASA, L. NAVARRO, J . PARDO y M. J . VIÑALS: ·L'Estany Gran de Cullera. Evolución geomorfológiea..
Cuadernos de Geogralla, 44, Valencia, 1988, págs. 163·176.
(8} R. MARGALEF: ·El Mediterráneo Oecidental>. Ed. Omega, Barcelona, 1989.
(9) J. F. MATEU, B. MARTí OLIVER, F. ROBLES CUENCA y D. ACWA HERNÁNDEZ: ..Paleogeogralla litoral del Golfo de Valencia
durante el Holoeeno inferior a partit de yacimientos prehistóricOS<. En "Pleistoceno y Geomorfología litoral". Homen~e a Juan
Cuerda, Valencia-Palma de Mallorca, 1985, p~. 77-102.
M. P. FUMANAL, E. SANJAUME y A. PEREZ CUEVA: •Una playa Oandriense en la marjal de Pego (Valencia)•. Aetas de la 1
Reunión de Cuaternario Ibérieo, Lisboa, 1985, págs. 407-417.
(10) M. P. FUMANAL Y M. J. VIÑALS: •Los acantilados marinos de Moraira: au evolución pleist.oeena•. Cuaternario y Geomorfología,
vol. 2, 1988, págs. 23-31.
(11) M. P. FUMANAL Y M. DUPRÉ: .Aportaciones de la sedimentología y de la palinología al conocimiento de.! paleoambiente valenciano durante el Holoeeno•. Proeeedings of the Symposium of Climate Fluetuations d.u ring the Quatemary in the Weste~ Meditenanean Regions, Madrid, 1988, págs. 326-344.
M. P. FUMANAL: -Dinámica sedimen.t aria holoeena en valles de eabeeera del País Valenciano•. Proceedings ofll lberian Qua·
ternary Meeting, Instituto Tecnológico Geominero do Espalla, Madrid, 1989.
(12) M. DUPRÉ: .Apporta de la palynologie lt la eonnaissance du paléoenvironnement végétal boloc~ne de la région de Valence (Es·
pagne)•. Actea du X~me Symposium A.P.L.F., Bordeau:x, 1987, págs. 65-63.
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5
tensa, a las formaciones residuales actuales. Fuente indudable de recursos, su importante distribución areal significaría, no obstante, una clara dificultad en cuanto a cultivos, accesos viarios y habitabilidad del llano costero.
MODELO DE HABITAT EN LAS ZONAS ELEVADAS: EL EJEMPLO
DE LA MUNTANYA ASSOLADA (ALZIRA)
El yacimiento de la Muntanya Assolada ocupa la cumbre (90-100 m.) de un espigón
rocoso calcáreo que se integra en las estribaciones septentrionales de la Serra de Corbera (fig. 1). A su pie se extiende la comarca de la Ribera Baixa, zona terminal del amplio llano aluvial del Xúquer. Las playas actuales distan unos 10 Km. de este emplazamiento que forma parte de un conjunto de poblados que buscan situaciones geográficas
análogas a lo largo de la margen izquierda del río, contorneando de igual manera hacia
el S. la propia linea de costa. Los trabajos de excavación llevados a cabo por Martí Olíver y Enguix (13), permiten hoy ponderar las estructuras fundamentales de tal asentamiento y realizar el análisis de los materiales de relleno que dan lugar a los elementos
de su construcción.
Establecida la estratigraña de diversos perfiles, en principio se han individualizado
cinco cortes (A, B, C, D, E; figs. 2, 3 y 4). Un resumen de los resultados, podría centrarse en los siguientes puntos:
Perfil B
Consiste en una sucesión rítmica de materiales de distintas características. Los niveles VI, IV y II son capas con mínima fracción gruesa y abundantes arcillas oscuras,
mal clasificadas, ricas en cenizas y carbones en las que se intercalan nódulos de carbonato. Estas capas parecen corresponder a niveles organoculturales que han sufrido la
acción del fuego. En origen pueden estar relacionadas con lechos de habitación, bien estancias humanas, bien reductos asociados a las casas para el albergue de animales domésticos.
Los niveles V y m se intercalan en contacto brusco. Ambos están formados por cantos homométricos (en un 80-90%), donde los intersticios incluyen una matriz arenosa,
cuya modesta clasificación permite, sin embargo, pensar en la acción esporádica de
arroyadas que incorporarían a estos niveles, de forma secundaria, la escasa fracción
fina de que constan. También cabe la posibilidad de que tal composición proceda directamente del área donde el hombre se aprovisionó de los materiales para efectuar el relleno. Tal es el carácter que sugieren los rasgos generales de ambos niveles: una intencionada acumulación detrítica que terraplena parte del espacio basal, elevando entre
30 y 40 cm. la superficie topográfica de ese sector de la ladera.
(18) B. MARTi OLIVER: •La Muntanya Aaeolada Wzira, Valencia). Poblado de la Cultura del Bron.ce Valenciano•. XV1 Congreso Nacional de Arqueología (Murcia·Cartagena, 1982), Zaragoza, 1983, pága. 259-268.
B. MARTJ, OLIVER: .La Muntanya &solada (Aizira, Valencia)•. Lucentum, n, Alicante, 1983, pága. 48-67.
B. MARTI OLIVER y R. ENGU1X: •Mun.tanya Assolada•. Memorice Arqueologiques a la Comunitat'Valenciana (1984-1985),
Conaollcria de Cu.ltura Educació i Cibncia, Val~ncia, 1968, pága. 206-209.
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6
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40
30
20
5
%L--~~~~~~~~-..........¡
~ 4 3 2 1 - 0•1 2 3 4 5 6 1 8 9
Fig. S.-Esquema estratigráfico y rasgos estadísticos del nivel m.
o
20
40
5 YR 6/3 VER(){ PALIDO
60
80
tOYR 6/4 MARRON AMARill ENTO CLARO
100
120
5 YR 7/2 GRIS CLARO
140
160
tOYR 6/2 GRIS PARDO CLARO
180
IOYR 4/4 MARRON AMARILLENTO OSCURO
200
220
19 29 39 49 s:o s:o 19 89 9:o \1.1
~~ D
CANTOS
GRAVAS
5 YR 7/2 GRIS CLARO
L . . __ _ _ _ _ _ _ _____J
FINOS
Fig. 4.-Perfil estratigráfico y rasgos sedimentol6gicos.
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7
Por último, el nivel I ofrece una tercera perspectiva. Se trata de un derrumbe a base
de grandes bloques, posiblemente pertenecientes a alguna construcción de tipo común
(muralla exterior, pared interna, etc.) que, a diferencia de los casos anteriores, no se redistribuye ni se aprovecha para una nueva acomodación del espacio habitable. Un suelo
o sedimento subactual regulariza la superficie.
PerfilA
Menos potente que el anterior, consta de cuatro unidades bastante homogéneas texturalmente. Destacan los niveles m (arcillas orgánicas) y II, que parece corresponder a
restos de una alineación de bloques pavimentarlos. Sobre ellos, el nivel I, pertenece ya
a la fase de destrucción y abandono del lugar, con trazos de evidente edafización.
Es dificil asegurar una posible correlación con el perfil B. Dentro de su procedencia
antrópica, las características sedimentológicas de ambos cortes son diferentes, lo que
sugiere que los materiales de relleno fueron tomados de distintas áreas, y/o el trabajo
de construcción no ha sido sincrónico de una fase determinada de regularización o ampliación del contorno del poblado.
PerfilD
Se diferencian seis niveles cuyos rasgos agrupan en dos conjuntos. El inferior, formado por los lechos VI, V y IV, carece prácticamente en su inicio de fracción gruesa, que
aumenta bruscamente en el nivel IV (sobre todo en el tamaño grava). 'Ibda esta subunidad muestra las huellas de un incendio o acción del fuego, que afecta a los materiales
del nivel V, confiriéndoles un marcado color rojizo, mientras que el nivel IV ofrece restos bandeados de cenizas en tonos grisáceos, oscuros o blanquecinos. El pequeño calibre
de los elementos elásticos parece desechar la idea de una destrucción violenta de la
zona de hábitat, aunque, si se trata de ello, por supuesto pudo haberse regularizado
posteriormente por propia intención antrópica para habilitar el nuevo espacio.
El nivel III inicia la segunda unidad. En contacto brusco, corresponde a un nuevo
aterramiento para el que se ha buscado intencionadamente materiales de textura similar (abundantes cantos homométricos), a otras capas de la misma índole en cortes adyacentes. Su potencia oscila al.r ededor de los 30 cm. Sobre él hay dos niveles más que se
superponen, también con características de artificialidad, aunque su composición es ligeramente distinta. El hecho de que la parte superior de un muro corone el perfil reafirma la persistencia de una acumulación antrópica.
COMENTARIO FINAL
La consideración de las características estratigráficas y sedimentológicas analizadas en los apartados anteriores, de los rasgos geomorfológicos locales del área en la que
se asienta el poblado y, por último, de la distribución espacial del hábitat de la cultura
del Bronce en la zona costera del País Valenciano, nos permite esbozar unas deducciones sobre el marco geoarqueológico de yacimientos del tipo de Muntanya Assolada, que
podrían sintetizarse en los siguientes puntos:
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a) Bajo una óptica sedimentológica, los perfiles estudiados responden a una acumulación antrópica, sin apenas incidencias de procesos naturales en la formación del depósito.
b) A su vez, el entorno geomorfológico en el que se inserta el poblado no ofrece una
posibilidad plausible de que los materiales procedan de una redistribución de antiguos
coluvios siguiendo procesos de erosión-transporte-sedimentación, propios de los ambientes de ladera, puesto que el hombre elige la propia zona de cumbres o divisoria de
aguas como punto de asentamiento. Esta posición topográfica favorece el predominio de
los factores denudativos sobre los de acumulación, especialmente en nuestro contexto
climático y geográfico.
e) Se observa que hay unos niveles que reflejan claramente la acción del fuego,
tanto en los tres perfiles descritos como en otros no analizados en este estudio. No obstante, no puede afirmarse con seguridad que signifiquen uno o varios momentos concretos en los que el poblado haya experimentado una destrucción violenta y general. Parece más bien que pueda tratarse de pequeños fuegos locales (perfil D-IV), de restos de
suelos de habitación, o incluso quema de estiercol (perfil B-IV y VI).
d ) Sistemáticamente, sobre los restos de los niveles orgánicos con huellas de calcinación (perfiles A, By D), se terraplena el espacio a base de sedimentos en los que específicamente predomina una textura gruesa; con ellos se va regularizando la zona superior de la ladera y ensanchando el perímetro de ocupación (niveles B-111 y V, D-111,
etc.).
e) Ello conlleva la construcción simultánea y progresiva de un sistema de murallas
o muros de contención que permiten el aterrazamiento de la ladera.
f> En ningún perfil se observa la intercalación de grandes bloques cuyo colapso pudiera reflejar un estado de destrucción o abandono parcial del poblado. La persistente
repetición de los rellenos para habilitar nuevo espacio tras un episodio de quema o incendio parece sugerir en la Muntanya Assolada una comunidad estable y en vías de expansión.
g ) Dicha condición se invierte en el techo de los perfiles A y B, donde sí encontramos huellas del derrumbe de construcciones sin reparación posterior. Esta fase es posible que pertenezca ya al momento de abandono general del asentamiento.
h) El tipo de hábitat así estructurado no obedece a un caso aislado. Aunque en vías
de estudio, se comprueba que otros emplazamientos similares adoptan medidas parejas: ocupación de cerros y ampliación artificial del espacio (Liorna de Betxí , etc.), empresa que se traduce en una importante modificación del medio ffsico por grupos humanos que responde a la concepción de un incipiente urbanismo.
i ) Dentro del contexto arqueológico del tema, con toda lógica, la prospección de lugares de hábitat es, en la actualidad, revisable y ampliable. Futuros hallazgos pueden
añadir matices a las pautas que parecen predominar en el poblamiento de la cultura
del Bronce Valenciano a lo largo del litoral. No obstante, hasta el momento, sería lícito
pensar que existe una preferencia por la elección de puntos de asentamiento no excesivamente elevados (apenas alcanzan la cota de los 100 m.), pero sí destacados sobre espacios tales como llanuras aluviales, playas y áreas bajas.
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J) Las características geomorfológicas del Holoceno superior, que actualmente están
siendo objeto de análisis en el País Valenciano, permiten pensar que ciertos condicionamientos geográficos, como la entonces reciente formación de restingas y albuferas cuyo
espacio inundado sería sensiblemente superior al actual, pudieron influir en la elección
de un tipo de hábitat dominante sobre el paisaje correspondiente a sus zonas costeras.
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