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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XVI (Valencia, 19811
M.8 VICTORIA GOBERNA VALENCIA
(Valencia)
LA SOCIEDAD AROUEOLOGICA
VALENCIANA
La flnalidad de este trabajo, que forma parte de un estudio más
amplio, es tratar de ofrecer el estado de la investigación sobre la Arqueología y la Prehistoria en el Pafs Valenciano desde que estas ciencias empiezan a configurarse en el siglo pasado.
Hoy, en que han alcanzado un status científico claramente delimitado, ocupan una parte importante en el coJ:Úunto de las Ciencias Humánas. Esta importancia se manifiesta, para el Pafs Valenciano, en
diversas instituciones como son, en Valencia, el Laboratorio de Arqueología de la Universidad y el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial, así como los respectivos Servicios de
Arqueología de Castellón y Alicante.
Existen, sin embargo, antecedentes de tales instituciones cuyo estudio clarifica su nacimiento. Y es lo que nos proponemos con la presente nota, que se centra en el examen de la Sociedad Arqueológica
Valenciana, fundada en 1871, la primera institución que se crea en el
País Valenciano con el fln exclusivo de dedicarse a estos estudios.
Se ha destacado repe~damente la importancia de los anticuarios
y coleccionistas que en toda Europa Occidental, desde el siglo XVI,
constituyen una parte importante de los estudios eruditos, especialmente en relación con la antigüedad clásica, motivando la creación
de los primeros Gabinetes de Antigüedades y el naciniiento de la Arqueología, en el siglo XVIIT, como método cientiflco de recuperación
de la cultura material.
Ejemplos de ellos los tenemos en el Pafs Valenciano, donde, limitándonos a la Epigrafia latina, vemos esta tradición erudita en Beuter, Del Olmo, Mayán~ y Lumiares.
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El desarrollo de la Prehistoria, sin embargo, aunque íntimamente
relacionado con el método arqueológico y el estudio de la antigüedad,
implicaba un mayor número de cuestiones, algunas de las cuales no
resultaron fáciles de armonizar con la imagen que el hombre tenia de
sí mismo y del lugar que ocupaba en la naturaleza.
Es a finales del siglo XVIII cuando diversos conocimientos científicos desembocan en una noción general de evolución que deja inservible el marco temporal, estableciéndose una ruptura al cuestionarse
la concepción religiosa sobre la naturaleza del hombre. Esta ruptura
no es obra, sin embargo, de historiadores ni de arqueólogos, sino de
los naturalistas, geólogos y paleontólogos, al establecer los fundamentos de la Paleontología estratigráfica.
En este aspecto la participación de los intelectuales españoles no
parece tener apenas incidencia, aunque no dejan de percibirse algunas influencias de estas nuevas teorías, como es el caso del naturalista valenciano Cavanilles, en quien se observa el paso de una concepción cosmológica de los sucesos modeladores de la superficie terrestre, a otra don~e hallamos el moderno concepto de morfología (1).
Así pues, en el momento de crearse la Sociedad Arqueológica Valenciana, se han producido ya importantes avances en el contexto de
la ciencia europea, desde las tentativas de Maillet y Buffon, en la segunda mitad del siglo XVIII, a la publicación por Darwin del Origen
de las Especies (1859), pasando por la teoría fluvialista de Lyell en el
campo de la Geología y la aportación de los arqueólogos daneses
Thomsen y Worsaae estableciendo el «Sistema de las Tres Edades» y las
bases de la Etnografia comparada. Todo ello, sin olvidar las excavaciones de Picard y Boucher de Perthes en Abbeville, conducirá a la
aceptación, por parte del mundo científico, de la existencia de un
hombre prehistórico.
ORIGENES DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA
La introducción en España de la Ciencia Prehistórica tiene lugar
alrededor de 1860, cuando acababa de ser aceptada por el mundo
científico «Oficial» europeo. Motivo de alerta habían sido ya las excavaciones que los ingleses Falconer y Busk venian realizando en Gibraltar, aunque para la divulgación de la nueva Ciencia tuvo especial
(1) J. F. MATBU BELLES: cTeorfas geomorfológicas europeas en las «Observaciones de
Cavenilles (1795-17971•. Comunicación presentada al I Congreso de la Sociedad de Historia
de la Ciencia (Madrid, 1978). Madrid, 1981 , págs. 267-287.
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repercusión la noticia del hallazgo de la mandíbula de Moulin-Quignon por Boucher de Perthes, al llegar a la Peninsula la polémica que
se desató entre ingleses y franceses.
Por estas fechas comienzan en España las primeras publicaciones
sobre estudios prehistóricos: Antigüedades prehistóricas de Andalucía, por Manuel de Góngora (1868), o las Memorias en que el geólogo Mac Pherson daba a conocer el resultado de sus exploraciones en
la Cueva de la Mujer (Granada), en 1870-71. En 1872, Juan Vilanova
y Piera publicaba la primera obra de conjunto sobre prehistoria europea y peninsular: Origen, Naturaleza y Antigüedad del Hombre (2).
Al igual que había ocurrido en Europa, también aquí fueron los
naturalistas, especialmente los geólogos, los primeros en interesarse
por la nueva Ciencia. Hay que tener en cuenta que en España la etapa
de 1854 a la crisis de 1898 es de expansión económica a causa de las
liberalizaciones que siguieron a las Revoluciones de 1854 y 1868, que
permitieron la inyección de capital extranjero en la construcción de la
red de ferrocarriles y en las minas. El desarrollo del transporte, las
prospecciones mineras y en general las grandes obras públicas, sirvieron a los geólogos de magníficas zanjas de observación.
Entre los geólogos destacan, como introductores de los estudios
prehistóricos en España, dos figuras importantes : Casiano de Prado y
Juan Vilanova y Piera. El primero fue director de las minas de Almadén y de las de Riotinto, y como vice-presidente de la Comisión de
Geología Industrial alertó a los ingenieros de minas, mediante circulares, sobre cualquier posible hallazgo. Pasó en París y Londres una
temporada de estudios, iniciando estrechas relaciones con importantes geólogos de su tiempo, especialmente los franceses Lartet y Verneuil. En 1850 descubrió sílex en las graveras del Manzanares (Madrid), donde poco antes había extraído restos fósiles de Elephas antiquus. Volvió a visitar el yacimiento en 1862, esta vez acompañado de
Lartet y Verneuil, donde tuvieron la suerte de encontrar una bifaz. La
relación de estos hechos publicados por Casiano de Prado en su Descripción ftsica y geológica de la provincia de Madrid (1864) causaron
gran impacto en Europa (3).
Es especialmente importante la figura de Juan Vilanova y Piera,
sobre todo en lo que respecta al País Valenciano, ya que si no directa,
(2) J. VILANOVA Y PIRRA: cOrigen, Naturaleza y Antigüedad del HombreJ. Madrid,
1872, págs. 346-350.
(3) J . PEREZ DE BARRADAS: cEl descubridor del hombre fósil en España, D. Casiano de
Prado y Vallo». Investigación y Progreso. Afto n , n6m. l. Madrid, 1928, págs. 1-4.
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al menos indirectamente, estimularla las actividades prehistóricas de
la Sociedad Arqueológica Valenciana.
Nacido en Valencia, donde cursa la carrera de Medicina, se siente
más atraído por las Ciencias Naturales en las que se doctora. Becado
por el Gobierno español, amplia sus conocimientos geológicos en el extranjero entre 1849 y 1854, recorriendo Francia, Italia, Suiza y Alemania, donde indudablemente estaria al tanto de los últimos progresos en la ciencia prehistórica. Vuelto a España, se encarga de la Cátedra de Geología y Paleontología de Madrid, creada ex profeso para él.
Sus aportaciones más conocidas en el campo de la Prehistoria española son el reconocimiento para la Penfnsula de que los objetos metálicos de mayor antigüedad son de cobre puro antes del empleo del
bronce, y su defensa de la autenticidad de las pinturas de Altamira.
Además de asistir a los Congresos Internacionales de Antropología y Arqueología Prehistóricas, recorre España, especialmente Aragón y el País Valenciano, en innumerables excursiones cientfficas en
cuanto tenia noticia del menor hallazgo. Fue su colaborador en estas
pesquisas su hermano José Vilanova, ingeniero de minas, mucho- más
joven que él y uno de los elementos más activos de la Sociedad Arqueológica Valenciana (4).
Alrededor de 1870 existen en España escasas entidades dedicadas a los estudios arqueológicos: la Asociación Artístico-Arqueológica
Barcelonesa, el Museo de Antigüedades de Tarragona y la Sociedad
Antropológica Española. Esta última se había fundado en 1865, en
Madrid, por el doctor González de Velasco y a instancias de Paul Broca, del que había sido compañero de estudios en París y que en 1859
había creado la Sociedad Antropológica de Paris. La Antropológica
Española, a pesar de que reunió a su alrededor a figuras como Casiano de Prado, Vilanova y Piera, el antropólogo Tubino y Machado, profesor de Ciencias Naturales en la Universidad de Sevilla, llevó una vida lánguida hasta que se reorganiza en 1874 con la publicación Revista de Antropologta y que por lo visto tampoco prestó excesiva atención a los estudios prehistóricos.
Es por todo ello que no pasa desapercibida la creación de la Sociedad Arqueológica Valenciana, a la que Cartailhac pone como ejemplo
(4) cVllanova y Piara, Ju&DJ. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 12. Valencia, 1973.
N. P. GOMEZ SERRANO: En «Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de
Orihuelat, por Santiago Moreno. Serie dt! Trablijoa Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, núm. 7. Valencia, 1942, pág. 53, nota l.
J. APARICIO PEREZ: cUn gran sabio valenciano: D. Juan Vllanova y Piara». Levante, 4 y
25 de junio. Valencia, 1972.
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a seguir en España, aunque lamente su escasa dedicación a lo estrictamente prehistórico (5).
Existfa en Valencia, por aquellos años, un grupo de coleccionistas
de numismática con la importancia suficiente como para aparecer en
la Guida Numismatica Universale de Milán (4.• ed., 1903). Esta guia,
en el apartado referente a Valencia, cita entre otros a Juan Andújar
(monedas de España), Nicolás Ferrer (monedas de España), José de
Llano (colección numismática), Pascual Marqués (monedas de España), Juan de la Cruz Martí (monedas romanas, consulares e imperiales, y monedas españolas), Francisco Merle (monedas españolas) y Vicente Pueyo (monedas varias) (6).
Todos ellos son socios fundadores de la· Arqueológica, excepto
dos, Merle y Marqués, que ingresarfan una vez creada ésta.
Parece que tenia especial importancia la colección de José de Llano (primer director de la Sociedad Arqueológica). Formaba parte de
ella una serie de vasos cerámicos y objetos de metal procedentes de
unas urnas cinerarias que salieron entre 1864 y 65 en término de Alcalá de Xivert, de los que regaló a la Sociedad cuatro brazaletes una
vez constituida ésta. Fue además propietario de parte del Tesoro de
Cheste, del que pudo salvar el torques de oro y varias monedas de plata, que consultó el nu.m.ismata Zóbel de Zangroniz, de quien era gran
amigo. También debió ser importante su colección de monedas
hispano-cristianas, que fueron asimismo consultadas por el nu.m.ismata francés Alois Heiss para su obra Descripción General de las monedas hispano-cristianas desde la invasión de los drabes (Madrid, 18651869) (7).
(5) B. CARTAILHAC: eLes Ages préhistorlques de l'Bspagne et du Portugab. Parla, 1886,
págs. 80 y 322.
VILANOVA Y PIBRA, op. cit., nota 2, pág. 351.
(6) F. MATBU Y LLOPIS: «La tradición numarla de Valencia y el Laboratorio de Arqueologfu. Papelea del Laboratorio de Arqueología de Valencia, ¡1. Valencia, 1975, págs. 51 -52.
(7) F. MATBU Y LLOPIS: «Necrológic881, Ampurias, Vll-VIn. Barcelona, 1945-46,
pág. 394.
Sobre el hallazgo de Alcalá de Xivert: Memoria de los trabi\Josllevados a cabo por la Sociedad Arqueológica Valenciana, 1872. Valencia, 1873, pág. 40. D. FLBTCBBR VALLS: «La
necrópolis de La Sollvellu. Serie de Trabi\Jos Varios del Servicio de Investigación Prehiatóri·
ca, nó.m. 32. Valencia, 1965, pág. 8. MATBU Y LLOPIS, op. cit., nota 6, págs. 47-48. .
Respecto al Tesoro de Cheste: P. ALMARCBB VAZOUBZ: «La antigua civilización ibérica
en el Reino de Valenclu. Valencia, 1918, págs. 96-99. C. SARTHOU CARRBRBS: «Geogratla
General del Reino de Valenciu, tomo ll de la Prov. de Valencia, págs. 324-325. P. MATBU Y
LLOPIS: «Cartas numismáticas de D. Jacobo Zóbel de Zangroniz a D. Alvaro Campaner y
Fuertes (1862-1881). Seleccionadas y anotad881. Madrid, 1949, págs. 70-71. B. PLA BALLBSTBR: cCbeate, Tesoro det. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 3. Valencia,
1973, págs. 312-313.
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Hay además en la SAV otros numísmatas, poseedores también de
importantes colecciones. Uno de ellos es Alejandro Cerdá (socio fundador), cuya colección de monedas hispano-cristianas fue consultada
por Zóbel, con quien también mantuvo amistad. Cerdá colaboró en el
Memorial Numismático Español, que dirigía don Alvaro Campaner y
Fuertes. Publicó en Valencia un Boletín Numismático y fueron numerosas sus conferencias en la Sociedad sobre la moneda hispano-cristiana. Según Mateu y Llopis, sus conocimientos de numismática valenciana abarcaban todo lo que se podía saber entonces sobre el tema.
A él se debe el único catálogo que sobre numismática valenciana publicó la Sociedad en sus Memorias (8).
Hay que mencionar a Francisco Caballero Infante, de Sevilla, que
pertenecía en esta ciudad al Circulo Numismático. Esta entidad fue la
que publicó la obra, de Delgado, Nuevo Método de clasificación de las
medallas autónomas de España (Sevilla, 1871), obra en la que colaboró Caballero Infante. Su magnifico monetario arábigo sumaba más de
3.600 piezas. Al residir en Valencia (donde fue secretario de la Universidad), colabora como miembro de la SAV, donde imparte numerosas conferencias sobre numismática hispano-árabe. Su autoridad en
la materia se pone de relieve en algunas publicaciones: redactó el
capitulo de Monedas Arábigo-Valencianas en la Historia del Reino de
Valencia, de Escolano, continuada por Perales (tomo I , apéndice 1.0 ),
así como un trabajo sobre Monedas Arabes de Denia en la revista El
Archivo (9).
Es en este ambiente de coleccionistas y numismáticos donde hay
que situar el origen de la Sociedad Arqueológica, cuyo catálogo sobre
Numismática Valenciana lo califica Mateu y Llopis como «últimos
destellos» de la tradición de eruditos valencianos de los siglos XVI,
XVII y XVIII, desde Beuter a Mayáns (10). Y es en esta linea donde
enc~a la Sociedad: dentro de la tradición de anticuarios y coleccionistas, que fueron característicos de estas centurias.
(8) MSAV 1872 (1873), págs. 29-34.
MATEU Y LLOPIS, op. cit., nota 6, págs. 48-50, y op. cit., nota 7, «Cartas numismáti·
cas ...», págs. 53-68.
(9) El Archivo, 1, Denia, 1886, pégs. 63, y El Archivo, 4, Valencia, 1890, pág. 240.
F. CABALLERO INFANTE : «Monedas árabes de Deniu, El Archivo, 4. Valencia, 1890,
págs. 2-8 y 25-33.
Seglin MATBU Y LLOPIS, en «Cartas Numismáticas...», pág. 72, nota 2, también publicó
CABALLERO INFANTE: «Monedas árabes acd.a das en el Reino de Valenciu, Revista de Valencia, tomo I, pég. 217, y tomo n, pég. 400. Y en 1892, j unto con F. COLLANTBS DE TERAN : cCatálogo de la colección de monedas y medallas reunidas por D. Francisco Caballero
Infante y D. Francisco Meteos Gagos y Fernándeu.
(lO) F. MATEU Y LLOPIS: cHallazgos Monetarios, XX.. Numarlo Bispénico, XI. Madrid,
1967, pág. 47.
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La Sociedad se funda en 1871 por un grupo de miembros de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, que tratan de
crear, dentro de esta entidad, un Centro de Numisméticos para intercambiar monedas y completar series, algunos de ellos poseedores de
espléndidas colecciones y relacionados con importantes estudiosos de
la época: Zóbel, Heiss, Delgado ...
Se da sin embargo la feliz coincidencia de que es, al mismo tiempo, miembro de la Sociedad Económica José Vilanova y Piera, el hermano del prestigioso catedrético de Geología, el cual propone a este
grupo que hagan extensivas sus actividades al campo de la Arqueo- .
logia y de la nueva Ciencia prehistórica. Efectivamente su propuesta
fue aceptada, pues la Sociedad, ademés de tomar el nombre de Arqueológica, especifica en su reglamento el objeto de sus estudios:
«.. .las ciencias arqueológicas, consideréndose como tales las de Prehistoria, Arqueología, Numismética, Paleografia, Bellas Artes ...» (11 ).
La Sociedad, sin embargo, permanece al margen de las nuevas
preocupaciones que sobre la Ciencia prehistórica tenían lugar en
aquellos momentos en Europa, no obstante el intercambio de publicaciones que mantuvo con otras entidades europeas similares, como era
el caso, entre otras, de la Paleontológica y Arqueológica de Charleroi
o de la Sociedad de Anticuarios del Norte, de Dinamarca, país que
hacia ya cerca de medio siglo había alcanzado plena madurez en las
investigaciones prehistóricas.
Por otro lado, poco tiempo después de fundarse la SAV, publica
Juan Vilanova los hallazgos prehistóricos més relevantes ocurridos en
la Península hasta entonces, entre ellos los relativos al País Valenciano. Cita, ademés del supuesto dolmen del Castellet del Parquet y la
Cova de Sant Nicolau, en Ollerfa (primeros hallazgos prehistóricos en
( 111 El hasta ahora más importante cuerpo documental de la Sociedad Arqueológica Valenciana lo constituyen sus «Memorias», de los trablijos llevados a cabo por la Sociedad Arqueológica Valencia durante el año 1871 (1872), 1872 (1873), 1873 (1876), 187475-76 (1977), 1877 (1878), 1878 (1879), 1879 (18801 y 1880 (1881). Todas ellas publicadas
en Valencia en la imprenta de Ferrer y Orga. Nos referimos a ellas con la abreviatura MSAV.
E. PLA BALLESTER: «Sociedad Arqueológica Valenciano, Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 11 . Valencia, 1973.
Reglamento de la Sociedad Arqueológica Valenciana. Manuscrito. Archivo de la Sociedad
Económica de Amigos del Pais de Valencia, 1876. C-199, vn, Varios, núm. 3.
Libros de Actas de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Valencia, vol. XV, 18661876. Sesiones de 1 de febrero, 15 d.e febrero y 10 de mayo de 1871.
MSAV 1872 (1873), pág. 13.
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tierras valencianas, entre 1845-46, debidos a un tal José Pla de dicha
población), las Cuevas del Parpalló y Meravelles (Gandia), la Cava Negra (Xativa) y la de Avellanera (Catadau), as. como la Cueva de Roca
f
de Orihuela (12).
Pues bien, nunca la Sociedad tuvo la intención de excavar en estos yacimientos (de los que sin duda tendría noticias), debiéndose a la
iniciativa de una persona, ejena en principio a la Sociedad Arqueológica, la primera excavación prehistórica en el País Valenciano, como
veremos más adelante.
Dentro de esta situación marginal de la Sociedad respecto a las
nuevas corrientes del momento, cabe hacer alguna excepción entre
sus miembros. Por un lado, José Vilanova y el catedrático de Anatomía Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Valencia, más tarde
rector de su Universidad, Nicolás Ferrer y Julve. Ambos fueron los
más interesados, y casi diríamos los únicos, en los temas prehistóricos, y a ellos se deben las noticias que sobre estos temas publicó la Sociedad. Por otro lado hay que mencionar a Peregrfn Casanova.
Dentro de la polémica evolucionista de la época, tanto José Vilanova como Ferrer y Julve se muestran en una postura claramente antidarwinista. Vilanova, a pesar de ser el elemento más activo de la
SAV en los estudios prehistóricos, no parece asimilar la idea de un
hombre fósil antediluviano, y sigue creyendo en la antigua leyenda de
que fueron Tubal y los descendientes de Noé los primeros pobladores
de la Península tras el Diluvio (13).
Realmente la teoría transformista no puede leerse en España en
castellano hasta 1876, en que por primera vez se publica traducido El
origen del hombre. La selección natural y la sexual, que pocos años
antes, en 1871 , había sido publicada por Darwin, mientras que El origen de las especies, que vio la luz en 1859, apareció traducida en Espa:ña en 1877: No obstante, desde 1868, fecha de la Revolución de
Septiembre, y durante los seis años que duraría la etapa liberal hasta
la caída de la Primera República, la libertad de expresión permitió
una amplia difusión del darwinismo al carecer de censura eclesiástica la prensa científica, siendo precisamente la década de 1870 la más
polémica.
La oposición al evolucionismo en España procedió en buena parte,
además de la Iglesia, de sectores tradicionales cuyo peso en las insti-
(12) VILANOVA Y PIRRA, op. cit., nota 2, págs. 349, 362-364, 389-390, 403 y 411.
(1 3) JOSE VILANOVA Y PIERA: cLos estudios Prehiatóricoat. MSAV 1878 (1879),
págs. 19-20.
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tuciones y en la vida cultural era notorio. Las Universidades son un
ejemplo claro. En ellas y hasta fines de siglo, los discursos de apertura
de curso, con rarísimas excepciones, serán leídos por catedráticos antidarwinistas. En nuestro caso, Ferrer y Julve es un ejemplo más. Una
de las conferencias que pronunció ante la Sociedad Arqueológica, El
origen y antigüedad del hombre sobre la tierra, fue en realidad la misma que leyó como decano de la Facultad de Medicina en la apertura
del curso universitario 1877-78, y cuyo título, bien significativo, era:
Algunas consideraciones sobre el origen y antigüedad del hombre encaminadas a contrariar la doctrina materialista.
Conviene recordar que la polémica sobre la teoría darwinista durante la época de 1870 alcanza en España las más duras controversias en determinadas ciudades: Santiago, Granada, Barcelona y Valencia. En esta última ciudad el Ateneo Científico y Literario convocó
en 1878 un debate sobre darwinismo en el que intervinieron, con diversas posturas, el flsico Amalio Gimeno, los médicos Serrano Cañete
y José M.• Escuder y el naturalista Arévalo Baca, entre otros.
Por otro lado, la Facultad de Medicina de Valencia juega un importante papel en la introducción del darwinismo en España, debido
sobre todo a la labor del catedrático de Anatomía Quirúrgica, Peregrfn Casanova, discípulo del biólogo Ernst Haeckel, uno de los primeros científicos alemanes en aceptar el evolucionismo. Casanova,
desde su cátedra de Valencia, difundió la teoría darwinista dentro de
una linea de Filosofla Natural que expuso en su obra Estudios Biológicos. l . La Biología general (Valencia, 1877). Fueron sus alumnos los
que organizaron, ya en la primera década del siglo XX, el homenaje a
Darwin que con motivo de su nacimiento celebró la Academia
Médico-Escolar de Valencia (1909); homenaje que fue presidido por el
mismo Casanova, Unamuno y el naturalista valenciano Eduardo Boscá, y que tan duras polémicas desencadenó en la prensa nacional de
la época (14).
De los restantes miembros de la Sociedad Arqueológica mencionaremos los más significativos, ya que su número alcanza por lo menos
el centenar.
(14) N. FERRER Y JULVE: «Algunas consideraciones sobre el origen y antigQedad del
hombre encaminadas a contrariar la doctrina materialist&». Discurso pronunciado en la solemne apertura de los estudios de la Universidad Literaria de Valencia el dia 1.0 de octubre
de 1877 por... Valencia, Imp. de José Rius, 1877.
TH. GUCK: cThe valenclan homage to Darwin in the centenial of his birth (19091•. Actas
del lli Congreso de Historia de la Medicina, vol. II. Madrid, 1971. págs. 578-601.
Tribuna Médica, nlim. 13. Valencia, 1909.
D. NU&Ez: cEl Darwinismo en Bspañ&». Madrid, 1977, ptgs. 13-43 y pág. 45, nota 75.
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Entre algunos de los corresponsales hay nombres ya importantes
entonces: el antropólogo Tubino; el arabista Codera; el numismático
Campaner y Fuertes; los arqueólogos Rada y Delgado y Fidel Fita; el
especialista en geografla antigua, Fernández Guerra. Su colaboración
con la SAV fue prácticamente nula al residir en poblaciones alejadas
de Valencia, limitándose, en el mejor de los casos, al envio de sus propias publicaciones.
Del resto, el caso más frecuente es el del clásico coleccionista y
amante de las antigüedades, como José Antonio Morand, de Denia,
propietario de la fmca donde aparecieron la mayor parte de hallazgos
romanos de esa ciudad, en la partida de Els Ullals y donde existió una
necrópolis que perdura desde el siglo I al IV-V d. J.C. Morand reunió
todos los hallazgos en su casa formando un Museo particular (15). O
como Leandro Alloza, de Castellón, poseedor de una colección numismática de miles de ejemplares, así como una colección de objetos líticos prehistóricos de distintos puntos del Maestrazgo pertenecientes a
los periodos Eneolitico y del Bronce (16).
Hay ejemplos más serios: Roque Chabás, futuro fundador y director de la revista El Archivo; Santiago Moreno, de Orihuela, excavador
de los yacimientos de Cueva de Roca y Ladera de San Antón; Aureliano !barra y Manzoni, de Elche, fundador en Roma de la Academia Española de Bellas Artes. En su obra más conocida, Illici, su situación y
antigüedades (Alicante, 1879), recoge y dibl\ia toda la serie de hallazgos que proporcionaron sus excavaciones en La Alcudia.
Destaca en Valencia, además de figuras tan conocidas como Vicente Boix o Felicísimo Llorente, Miguel Velasco y Santos, director del
Archivo del Reino, quien recogió en un álbum un buen número de inscripciones ibéricas, la mayoría publicadas pero mal conocidas. Entre
ellas había seis de Sagunto y el autor se proponía estudiar la famosa de
Castellón. Su trab~o, aunque fue intención de la SAV darlo a la imprenta, quedó inédito. Poco después, en la recién fundada revista La
(15) G. MARTIN AVILA: «DianumJ. Instituto de Estudios Romanos de la Institución Alfonso el Magnénimo. Valencia, 1970, págs. 14-15 y 20-21.
Bl Archivo, 4 . Valencia, 1890, págs. 160 y 162.
( 161 R. HUGUBT SEGARRA: «Resella histórica del desenvolvimiento cultural y artístico•.
En cGeografla General del Reino de Val.a nciu, tomo de la prov. de Castell6n, págs. págs. 193194 y 206-207.
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Academia, Velasco publicó las inscripciones de Alcalá de Xivert ( 17).
Cabe mencionar también a Francisco de P. Jaldero, que muchos
años antes, en 1849, presentó a la Sociedad Económica de Amigos del
País, una Memoria (inédita) junto con un plano, de los restos de acueductos de la margen derecha del Turia (18).
ACTIVIDADES DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA .VALENCIANA
Desde el momento de su creación, la SAV organiza unas Secciones
dedicadas al estudio de temas concretos. Fueron tres principalmente:
la Comisión de Lápidas e Inscripciones, la de Numismática y la Comisión de Prehistoria. La creación de esta última se debió a la propuesta
de José Vilanova, el único que en los inicios de la Sociedad estaba al
corriente de los últimos hallazgos de esta ciencia por sus colaboraciones con su hermano Juan Vilanova y Piera.
Hay que decir que las actividades más frecuentes eran, además
de las conferencias en las que sus miembros hacían gala de erudición,
la presentación de objetos y la discusión de los mismos.
Poco más podemos añadir sobre las actividades numismáticas a
lo que ya dijimos antes. Paradójicamente, la Sociedad, que se crea en
un principio con el fin exclusivo de dedicarse a estas actividades, es
muy poco lo que hace en este sentido, aparte del repertorio publicado
por Cerdá sobre numismática valenciana. Reconoce el autor las muchas lagunas que aún existen y se propone ir publicando adiciones y
correcciones al repertorio hasta tener datos suficientes para publicar
una historia numismática de Valencia, pero nada de esto se llegó a
hacer.
(17) MSAV 1873 (1876), ptg. 18.
M. VELASCO Y SANTOS: dnacrlpciones Celt1berau. La Academia, tomo I. Madrid, 1877,
pégs. 119-120.
'F, MATEU Y LLOPIS: cD. Mi¡llel Veluoo Aguiln». Valencia Atracción, núm. 296. Valencia, 19S9, pép. 13·16,
.
MATBU Y LLOPIS, ;gp. clt., nota 6, ptgs. 47 y 48.
Lu inscripciones ib6rlcu publicadas por VELASCO son:
LUMIARES: dnscrlpciones y antigüedades del Reino de Valenciu. Madrid, Real Academia de la Historia, VUI, 1852, pégs. 10-11, muna. 12, 13 y 15.
B. HÜBNBR: cMonumenta Linguae Ibericae». Berlfn, 1893, nwns. XIX, XX y XXI.
(18) D. FLBTCHER VALLS: «Acueductos romanos en término de Ribarroja del Turia (Valencia)». I Congreso Nacional de Comunidades de Regantes. Valencia, 1964, pég. 95, flg. 6.
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M. V. GOBXRNA VALBN'CIA
El mencionado catálogo recoge las monedas emitidas en Valencia
y conocidas hasta entonces, desde época romana hasta el reinado de
Fernando VII.
De bronces romanos se citan las emisiones de Ases de los magistrados C. Lucien(o) C. Muirl(o) O(uinquennalibus), T. Ahf(o) T. f. L. Trini(o) L.f.O(uinquennalibus) y L. Corani(o) O(uinquennalibus), con la
cabeza galeada de Roma a la derecha y leyenda circular en el anverso, y en el reverso la cornucopia sobre un haz de rayos y la leyenda
VALENTIA en la parte inferior.
Semises, unos con el nombre del magistrado T. Ahf(o) T.f.L. Trini(o) L.f.O(uinquennalibus) y otros sin nombre, ambas variedades con
la leyenda VAL[ENTIA] del reverso abreviada.
De Cuadrantes las dos variedades anepfgrafas.
Se menciona también un Sextante, de dudosa atribución ya que
no se conocen en colecciones valencianas, si bien afirma el repertorio
que está publicado, pero sin especificar dónde. Se desconoce además
el peso de esta moneda y su conservación, pudiendo ser un quadrans
acuñado sobre un módulo menor.
De monedas visigodas se conocen los tercios de sólido de oro, emitidas por los reyes Suintila, Chintila y Egica, en las que no se especifica la ceca y que fueron las monedas acuñadas con mayor profusión.
De época musulmana, dirhems de vellón o cobre y divisores de dinar de los emires Al-Mansur y Al-Mutháffll'. Divisores de dinar de AlMamún y un solo dirhem de Al-Kádir, todas ellas del periodo de Taifas y acuñadas entre los años 438 y 47(1) de la Egira.
De la etapa almorávide monedas de oro de Yusuf ben Texu.fin y
Ali ben Yusuf entre los años 496 y 512 de la E.
Y por último, al periodo almohade se atribuye tan sólo un dirhem
sin nombre de emir y sin año, típicas moneditas cuadradas características de este periodo (19).
Más interesante es la labor realizada en la recopilación de lápidas
romanas. Esta Comisión envió circulares a sus socios corresponsales
pidiéndoles el envio de calcos de las lápidas que se hallasen en sus poblaciones respectivas. Esto fue la causa de que se recuperasen un
buen número de ellas, muchas publicadas pero perdidas o mal conocidas, y algunas inéditas (véase apéndice).
La importancia de las actividades en el campo de la Prehistoria
radica en el hecho de que esta ciencia es objeto de estudio por vez pri(191 MSAV 1872 (18731, págs. 12 y 29-34.
El comentarlo del repertorio de numismática ha sido realizado por Pere Pau Ripollés.
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
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mera en el País Valenciano, dándose el caso de que algunos de los yacimientos descubiertos entonces han sido objeto, ya en el presente siglo, de excavaciones sistemáticas, y aún lo siguen siendo, como el de
la Ereta del Pedregal.
La primera noticia publicada respecto a hallazgos prehistóricos es
un resumen del informe redactado por el ingeniero del Ejército, Santiago Moreno, sobre las excavaciones que realizó en unos yacimientos
de la Sierra de Orihuela. L~ particularidad de este caso reside en que
es la primera vez que se excava en el País Valenciano en un yacimiento prehistórico y con las condiciones necesarias: se intenta dar una
estratigrafla, se hace un análisis geológico del terreno y se redacta un
informe con dibujos de los materiales característicos a través de los
cuales se interpreta la edad del yacimiento.
Se trata de la Cueva de Roca y Ladera de San Antón, ambos en la
sierra próxima a la ciudad de Orihuela.
Aftos antes la zona fue intensamente explorada por una compañia
minera, como el resto de las provincias de Murcia y Alicante, a raíz de
los descubrimientos metalíferos de Sierra Almagrera y Cartagena. La
Cueva de Roca fue totalmente vaciada, pasando desapercibidos gran
cantidad de sílex y huesos. Aftos más tarde, un vecino de la localidad,
un tal señor Correas, encontró en ella una serie de objetos prehistóricos que conservó y regaló, en su dia, a la Sociedad Arqueológica Valenciana.
.
Todo esto llegó a conocimiento de José Vilanova cuando en 1871
recorría la zona por motivos profesionales con una comisión minera.
El mismo año volvía a visitar la Cueva en compañía de su hermano
Juan Vilanova, y por las mismas fechas lo hacía Santiago Moreno, el
cual se decidió a excavar, quizá siguiendo instrucciones de Juan Vilanova.
La dificultad que presentaba la Cueva de Roca era el revoltijo en
que se encontraban los materiales después de las prospecciones, lo
que hacía imposible una estratigrafla que Santiago Moreno intentó reconstruir llamando incluso a testigos presenciales de anteriores exploraciones. Al igual que Juan Vilanova atribuye la Cueva de Roca a
los períodos Mesolftico y Neolítico.
También exploró otros yacimientos cercanos, el más importante
el de la Ladera de San Antón, que, desde hacía tiempo se consideraba
lugar de enterramiento romano.
Al practicar excavaciones descubrió dos sepulturas de grandes
piedras con el cadáver, y sin vestigio de industria humana, concluyendo, efectivamente, que se trataba de un lugar utilizado como cementerio romano. No obstante, Moreno fue el primero en descubrir en
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M. V. GOBERNA VALENCIA
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la ladera de San Antón materiales prehistóricos, a los que no se atrevió a clasificar.
Estas exploraciones fueron objeto de un informe por su parte,
Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de Orihuela,
que envió por medio de José Vilanova a la Sociedad Arqueológica Valenciana, así como 17 cajas conteniendo sfiex, huesos y cerámicas de
los yacimientos, hoy lamentablemente perdidos.
La Sociedad emitió un dictamen sobre el informe de Santiago Moreno, apreciando los mismos caracteres triásicos en el terreno, pero
discrepando en cuanto a los periodos prehistóricos. La Cueva de Roca
le parece un lugar de enterramiento Neolítico, y la Ladera de SanAntón no un enterramiento romano, sino un yacimiento Mesolítico por la
talla más tosca de los materiales líticos (20).
U ama la atención la noticia del hallazgo de restos humanos pertenecientes a 80 6 100 individuos en una cueva de Enguera. Lo espectacular del hallazgo hace que, por una sola vez, una comisión de la Sociedad se desplace al lugar acompañada de Juan Vilanova. Este deduce del examen de la Cueva de las Calaveras (o de los Muertos), que los
restos humanos pertenecían como mucho a 15 ó 20 individuos, entre
otras cosas por las reducidas dimensiones de la Cueva, y que los huesos, con muy poca fosilización, debían ser posteriores a los materiales
que se encontraron.
Por su parte, el informe que publica la Sociedad, siguiendo a Vilanova (Juan), dice entre otras cosas que había que atribuir estos restos
humanos a una época relativamente moderna al no ver en ellos seña-
(20) MSAV 1872 (1873), págs. 14-19.
S. MORENO TOVILLAS: «Apuntes sobre las estaciones prelllstóricas de la Sierra de Orihuelu. Serie de Tr~ejos Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, núm. 7. Valencia,
1942.
VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 2, págs. 389-390.
Con posterioridad ó.nicamente el P. Furgus excavó la ladera de San Antón y otros yacimientos de la sierra de Orlhuela, formando con sus materiales el Museo del Colegio de Santo
Domingo de Orlhuela.
Véase a este respecto:
J . FURGUS: «Col.le~ó de treballs del P. J . Furgus sobre PrehistOria Valenciano. Treballs Solts, núm. 6, del Servei d'Investigació Prehistórica. Valencia, 1937.
RUBIO DE LA SERNA: «El Museo Arqueológico del Colegio de Santo Domingo de Orlhuela•. Revista Artistico-Arqueológica Barcelonesa, abril-septiembre, 1907, págs. 361-444.
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SOCIBDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
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les de fosilización y al no ser, añade el informe, de tamaño extraordinario ni colosal (21 ).
En más de una ocasión se alude en la Sociedad al tamafto enorme
de los huesos del hombre primitivo como si continuara vigente la leyenda, que aún se aceptaba en el siglo XVITI, de que fueron los gigantes los que precedieron al hombre en la Creación. El mismo Juan Vilanova recomendó en alguna publicación que no se confundieran los
huesos de grandes mamíferos con los de hombres gigantescos.
Se debe a José Vilanova la publicación en las memorias de la Sociedad del hallazgo de una construcción palafitica en Bolbaite, donde
un vecino de aquella localidad, Francisco Palop, recogió «gran cantidad de punzones de hueso de un lustre especial, núcleos de diente humano de gran tamaño, e infinidad de huesos de los géneros bos, equus
y conchas lacustres, de cuyos ejemplares presentó dos buenos cuadros que han figurado también en la Exposición Universal de París».
Recogió además Palop puntas de flecha, percutores, hachas y fragmentos de martillo, todo de piedra, así como cerámica hecha a mano.
En realidad la localización en Bolbaite del yacimiento debió ser
una «preferencia localista» del seftor Palop, rico propietario de dicha
población, muy cerca de Navarrés, término donde realmente está ubicado el yacimiento conocido desde hace muchos años por el nombre
de Ereta del Pedregal (22).
Precisamente de este yacimiento proceden los únicos materiales
prehistóricos que se conservan de la colección que un día tuvo la Sociedad Arqueológica Valenciana y que guarda el Museo Paleontológico de Valencia (véase apéndice final).
(21) MSAV 1874·75-76 (1877), pég. 11.
JUAN VILANOVA Y PIERA: «Los Congresos Cientfftcos de Chalons, Bema, Parls, Lisboa y
Argel.t. Madrid, 1884, pégs. 93-96.
Sobre las mencionadas cuevas de Enguera:
J. APARICIO PBRBZ: «La Cueva de Enguera, de los Muertos, de las Maravillas o de las
Calaveras (Enguera, Valencia)». XIII Congreso Nacional de Arqueologia, 1973, pégs. 341346, y «La Cueva Santa de Enguera y el culto en cuevas en la Región Valencianat. Revista de
la Universidad Complutense, XXV, n1im. 101. Madrid, 1976, pégs. 9-30.
(22) JOSB VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 13, pég. 24.
J . CHOCOMBU: cLa primera exploración palafttica en Bspailat. Archivo de Prehistoria
Levantina, ll. Valencia, 1945, pégs. 100-101.
A partir de 1942 inició el Servicio de Investigación Prehistórica la excavación sistemática del yacimiento, habiéndose publicado diversos trab~os sobre el mismo. Se han realizado
20 campailu de excavaciones, en la actualidad b~o la dirección de B. Pla Ballester y B.
.Marti Oliver. La Brete aparece como un importante poblado que se habita durante el periodo
Bneolftico huta los momentos iniciales del Bronce Vale.nciano.
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M. V. GOBERNA VALENCIA
A Ferrer y Julve se debe el descubrimiento de un supuesto dolmen
en Mirambel (Teruel) (23), así como el importante yacimiento iberoromano de la Molet~ dels Frares, de Forcall (Castellón), al que identificó con la antigua Bisgargis, siguiendo la opinión de Cortés. El hallazgo de la Moleta, a la que describe como una fortaleza de dos cuerpos,
tuvo lugar en el verano de 1876, y durante los años posteriores continuó haciendo visitas a la misma, publicando alguna vez en la prensa
los hallazgos que el masovero, siguiendo su consejo, iba conservando.
Entre los objetos, las monedas alcanzaban una cronología que iba
desde la época ibérica hasta el Bajo Imperio; había teseras con caracteres ibéricos, aunque la mayoría eran latinas, así como cerámicas,
camafeos, lacrimatorios, etc. Ferrer y Julve fue consciente de la importancia del yacimiento e indicó la necesidad de realizar en él excavaciones, que se han llevado a cabo ya en este siglo (24).
De los primeros tiempos de la Edad del Hierro debió ser el hallazgo de una urna cineraria, que contenía algunos huesos humanos, en el
terreno llamado el Cuadro (Castellón). El lugar en que fue hallada formaba un montículo apenas perceptible de tierra distinta a la más bien
pantanosa del Cuadro. Su descubridor, un tal señor Cardona, pensó
que debía tratarse de un túmulo y realizó excavaciones en el lugar del
hallazgo, aunque sin resultados (25).
Sin duda, entre los hallazgos romanos más importantes destacan
la cabeza de marmol blanco hallada en Turís, y el Mosaico del Sepulcro de Severina, en Denia.
(23) MSAV 1872 (1873), pág. 20; 1873 (1876), pág. 6 ; y 1874 -75-76 (1877), págs. 22-23.
VILANOVA Y PIBRA, op. cit., nota 2, pág. 404.
(24) MSAV 1874-75-76 (1877), págs. 30-31; 1877 (1878), pág. 20; 1878 (1879), pág. 10
y Lám., y 1879 (1880), pág. 5.
J . EIXARCH PRASNO: «El centenario de La Moleta». Separata del Boletfn de Amigos de
Morella y su Comarca, afto IV, págs. 10-26. En este trabtijo, J . Eixarch recoge lo que ya publicó en Fiestas de Porcall, 1966; Bisgargis, ndm. 35, Barcelona, 1969; y Bisgarg!s, núm. 87 y
90, Barcelona, 1973.
Véase además: J . C. SBRRA RAPOLS: cUn famoso arqueólogo informa sobre La Moleta de
Porcall.t. Fiestas de Porcall, 1966. F. MATBU X IJ.OPIS: «El Porcall a la luz de los hallazgos
monetarioS». Fiestas de Porcall, 1966. B. PLA BAIJ.BSTBR: cLa Moletu. Fiestaa de Porcall,
1968. G. ALFOLDY: eRes Publica Leserenailll. Trabtijos Varios del Servicio de Investigación
Prehistórica, ndm. 55. Valencia, 1977.
(26) MSAV 1878 (.1879), págs. 8-9.
F. BSTBVB GALVBZ: cLa necrópolis ibérica de Bl Bovalar (Benlcarló, Castellón)». Archivo
de Prehistoria Levantina, XI. Valencia, i966, págs. 19-20. BSTBVB desecha la idea de que
los p~ols de la Plana tengan carácter funerario. Sin !!mhargo, aAade: dlay, con todo, noticia
de que en el CUadro apareció una urna cineraria en el interior de un ligero alterón del suelo,
pero extenso, que pudo ser un pequeAo tdmulo».
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SOCIEDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
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En cuanto a la primera, que la Sociedad no conoció sino por fotografia, había salido en la partida de Fondos y la conservaba un tal
José Soler Navarro. La importancia que concedió la Sociedad a la escultura le mereció una litografia en una de sus memorias anuales y
una conferencia por parte de uno de los socios, quien concluyó que,
por las formas femeninas y la tensión de los músculos del cuello, debió ser una cariátide que formarla parte de un adorno arquitectónico.
La escultura, que medirfa unos 25 cms., está hoy en paradero desconocido (26).
El mosaico de Severina se halló en 1878, en un campo propiedad
de José Antonio Morand, en Denia, durante unos trabajos de roturación. El cadáver hallado debajo del mosaico corresp.ondfa a la inscripción funeraria del mismo, dedicado a una tal Severina. Fue avisado
inmediatamente Roque Chabás, quien dispuso el modo de extraerlo
para que no sufriera desperfectos. Tras su estudio envió un informe a
la Sociedad Arqueológica Valenciana, titulado El sepulcro de Severina, mosaico de los tiempos primitivos del cristianismo, descubierto en
la ciudad de Denia. Informe que fue publicado integro en la memoria
anual de la SAV.
La decoración del mosaico se repartía en tres compartimentos: en
un extremo la inscripción, transcrita por Chabás como «Severina
(quae) vixit annos quadraginta, decessit in pace tertiv idvs febrvarii»,
en medio un tablero cuyos escaques no alternan con uniformidad, y al
otro extremo dos cuadros sobrepuestos figurando en el interior del
más pequeño una estrella a compás de seis puntas.
Basándose en distintos autores (Martingy, Lupi, Cavedoni y Rossi,
así como en el «Anticuario español más autorizado», aunque nomenciona su nombre) Chabás atribuyó a la inscripción el carácter de cristiana y da como cronología el año 350.
(26) MSAV 1877 (1878), pág. 20 y Lám.; y 1878 (1879), págs. 6-7.
F. FITA: «Nuevas inscripciones romanas d.e Alcorrucén, Ecija, Denia, Turls y Abia de las
Torres». Bol. de la Real Academia de la Historia, XXXVII. Madrid, 1900, págs. 437-438; y
cApuntes Epigráficos•. Bol. de la Real Academia de la Historia, XXXVIII. Madrid, 190 1, pág.
98.
E. ALBERTINI: cSculptures anüques du Conventus Ta.rraconensis». Anuari de I'Institut
d'Estudis Catalana, IV. Barcelona, 1911-12, pág. 333.
- 591 -
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18
..
l\l. V. GOBERNA VALENCIA
El mosaico, restaurado, fue colocado en el interior de la casa del
señor Morand. Hoy se encuentra en el Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia (27).
LA PRIMERA EXPOSICION ARQUEOLOGICA
DE VALENCIA. 1878
En 1878 se celebró en París, desde los meses de mayo a octubre,
una Exposición Histórica Universal de Arte Antiguo, y al mismo tiempo la Sociedad Antropológica de París (que había sido fundada en
1859 por Paul Broca) organizó una Exposición Antropológica y Etnográfica que fue dirigida por figuras tan importantes como Ouatrefages, Martín, Mortillet y el mismo Broca. Todas las entidades similares
del mundo fueron invitadas a este certamen, entre ellas la Sociedad
Antropológica Española, cuyos miembros, el doctor González de Velasco y Francisco Tubino, formaron parte del comité organizador en
lo que a la colaboración española se refería. La Exposición Antropoló·
gica comprendía las siguientes materias:
·-
Antropología propiamente dicha y cronología.
Etnografla general.
Arqueología prehistórica.
Lingüfstica.
La Sociedad Arqueológica Valenciana fue invitada a tomar parte·
en la Exposición Antropológica de París; sin embargo, rehusó participar, ya que, dice textualmente, «los objetos que forman hoy la base de
nuestro pequeño museo no merecen, ni por su rareza ni por su valor
intrínseco, figurar en aquel grandioso certamen».
Sin embargo algunos socios de la SAV, ante la insistencia de Tubino, presentaron objetos prehistóricos de sus colecciones particulares,
que figuraron al lado de la colección cranefstica de González de Velasco, en el Pabellón de Antropología. Entre otros se expusieron los objetos recogidos por el señor Palop, de Bolbaite, del yacimiento de la Ereta del Pedregal.
(271 MSAV 1879 (1880). Apéndice, págs. 27-32 y Lé.m.
R. CBABAS LLORBNS: cBl Sepulcro de Severinu. Bl Archivo, l. Denia, 1886, pá.gs. 2-4,
9-10 y 17-19.
J . BRUNBT Y BBLLBT: cBl tablero del Sepulcro de Severinu. Bl Archivo, 1. Denia, 1886,
págs. 243-244 y 249-251.
F. FITA: cUpidas romanas de Deniu. El Archivo, l. Denia, 1886, pág. 339.
G. MARTIN AVU.A, op. cit., nota 15, págs. 30-34.
- 592 -
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
19
De todas formas, la Exposición de París hizo pensar a la SAV que
sería factible realizar algo parecido en Valencia, coincidiendo con la
apertura del nuevo curso de la Sociedad y de forma privada, concurriendo sus socios con sus colecciones particulares. Enterado el Ayuntamiento de la ciudad de este proyecto, pidió a la Sociedad su colaboración para que la Exposición se realizase, patrocinada por aquél, y
con motivo de las fiestas por el enlace del Rey Alfonso xn. La Sociedad accedió a ello, organizándose el certamen en los claustros delColegio del Corpus Christi.
Tomaron parte en ella·las más importantes instituciones valencianas (Comisión Provincial de Monumentos, la Universidad, la Academia de Bellas Artes, Biblioteca Universitaria Provincial, etc.), así como medio.centenar de expositores particulares, una gran mayoría de
ellos miembros de la Sociedad Arqueológica, que aportaron sus propias colecciones, siendo de observar que la SAV no figuró como institución.
Las aficiones coleccionfsticas y anticuarlas de los miembros de la
SAV, desde luego muy lejos de los problemas de la Antropología prehistórica, se ponen de manifiesto en esta Exposición Valenciana, donde en una mezcolanza de más de mil objetos, entre cuadros, muebles,
códices, y algunos de época romana, sólo se exponen, como prehistóricos, una madera del palafito de Bolbaite, una serie de objetos neoliticos (sin más datos de su procedencia) pertenecientes a José Vilanova, y nueve hachas de piedra pulimentada (28).
• • •
Podemos concluir considerando a la Sociedad Arqueológica Valenciana, por la fecha de su creación y en menor medida por la actividad que desarrolló, como el punto de inflexión en el que la. labor de
anticuarios y coleccionistas daría paso a un conocimiento científico
sobre el proceso de las sociedades humanas. Diríase que es una última manifestación de aquello y el inicio de lo segundo.
(28) MSAV 1877 (1878), págs. 23-24; y 1878 (1879), págs. 4-6 y 25.
JOSE VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 13, págs. 24-25.
JUAN VILANOVA Y PIERA: cCongreso Antropológico de París, 1878•. en op. cit., nota 21,
págs. 190-264.
cCatálogo y reseña de los objetos que se encuentran en la Exposición Arqueológica celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Constitucional de Valencia, con motivo del enlace de S.
M. el Rey, situada en los Claustros del Real Colegio del Corpus Christil. Valencia, Imp. José
Domenech, 1878.
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M. V. GOBRRNA VALENCIA
Las actividades de la Sociedad Arqueológica Valenciana cesan
unos años después de la publicación de su última Memoria (1881), suponemos que entre 1883 y 1886, cuando está a punto de emprender
una publicación de más envergadura, unos Anales que no llegaron a
aparecer (29). Desde entonces y hasta la década de 1920 no existe en
el Pafs Valenciano otra entidad que se dedique a promover y encauzar
la investigación prehistórica, cuando precisamente fue durante el
período de 1880 a 1900 en el que surgieron las excavaciones sistemáticas en España, como las que los hermanos Siret llevaron a cabo en
Almeria, continuaron apareciendo obras de conjunto sobre Prehistoria peninsular (Cartailhac: Les ages préhistorique de l 'Espagne et du
Portugal. París, 1886), a. í como grupos locales de aficionados y erus
ditos, como el que en el Bajo Aragón, encabezados por Santiago Vidiella, publica el Bolettn de Historia y Geografta del Bajo Arag6n (30).
Durante estos años tan sólo se puede hablar en el País Valenciano
de una excavación prehistórica: la que lleva a cabo en 1884 en la Cova de les Llometes de Alcoi, el ingeniero alcoyano Enrique Vilaplana,
quien redactó el correspondiente informe en colaboración con Juan
Vilanova y Piera (31).
Hay que mencionar, no obstante, en el campo de la Arqueología,
la publicación de ia revista El Archivo que funda y dirige Roque Chabás, antiguo miembro de la extinguida Sociedad Arqueológica Valenciana. La revista se publica ininterrumpidamente desde 1886 a 1893,
primero en Denia y luego en Valencia, y en ella colaboraron los más
importantes investigadores de la época. Se trata de una revista de
Ciencias Históricas (aunque también da cabida a trabajos literarios o
filológicos), siendo uno de sus objetivos la publicación de hallazgos arqueológicos y numismáticos, especialmente en las provincias de Valencia y Alicante. Es notoria su aportación al conocimiento del reino
musulmán de Valencia, así como su labor en el campo de la epigrafia
latina, en lo que fue de gran ayuda a Hübner para la redacción del suplemento al CIL. La importancia de El Archivo se evidencia en el hecho de que durante la época en que se publica es la única revista que
(29) MSAV 1880 (1881), pág. 11.
(30) L. PERICOT GARCIA: «Los estudios referentes a la Prehistoria y a la Antigüedad españolas». Historia Universal, tomo 1, Prehistoria. Barcelona, Instituto Gallach, 1958, págs.
38-41.
M. ALMAGRO BASCB, A. BELTRAN MARTINBZ y B. RIPOLL PBRBLLO: «La investigación prehistórica del Bajo Aragóm. Prehistoria del Bajo Aragón. Zaragoza, Insúttlto de Bstu·
dios Turolenses, 1956, págs. 9-13.
(3 1) R. VICBDO SANFELIPB: «Historia d.e Alcoy y su Regióm. Alcoy, 1920·22, págs. 6599.
-
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
21
sobrepasa el ámbito localista, junto con el Boletín de la Real Academia de la Historia (32).
·
A partir de 1900 las actividades prehistóricas continúan en el
Pafs Valenciano gracias a la labor aislada de algunos investigadores,
como Furgus, que excava en Orihuela entre 1902 y 1908, o Ballester
Tormo, que iniciaba sus excavaciones en el poblado ibérico de Covalta
(Albaida) hacia 191 O.
Desde la segunda década del siglo XX comienzan a crearse en Españ.a centros que unifican los trabajos científicos dispersos -la Junta
Superior de Excavaciones y Antigüedades (1912), la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (1913) y el Servei d'Investigacions Arqueológiques del Institut d'Estudis Catalans (1914)-,
al mismo tiempo que desde principios de siglo la enseñ.anza de la Arqueología, Epigrafia y Numismática se integra en la Universidad como materias obligatorias.
En la Universidad de Valencia esta cátedra fue ganada por oposición en 1905 por Gonzalvo Paris. En el curso 1920-2 1 un grupo de
alumnos de la cátedra, con deseos de aprendizaje práctico, estimularon a Gonzalvo a buscar un local donde hacer efectivas estas prácticas fuera del ámbito de las clases teóricas. Asi surge el Laboratorio de
Arqueología, que desarrolla, en los primeros años que siguen a su
creación, una labor preferentemente numismática, debiéndose a la
colaboración de personas de medios extrauniversitarios, como Senent
Ibáñ.ez o Gómez Serrano entre otros, lo que impulsó las actividades
prehistóricas del Laboratorio, a lo que coadyuvó en gran manera el
ingreso en el mismo de Luis Pericot a partir dé 1927, colaborador a su
vez del Servicio de Investigación Prehistórica que en 1927 acababa
de fundar la Diputación Provincial de Valencia (33).
(321 C. BARCELO TORRES: «El Archivo (1886-18931. Indicas para su manejo». En Estudios de Historia de Valencia, tomo I, Secretariado de Publicaciones de la Universidad. Valencia, 1978, págs. 481-530.
E. OLMOS Y CANALDA: «Bibliografla del M. I. Sr. D. Roque Chabás Lloréns. canónigo archivero de la Basllica Metropolitana de Valencia». Anales del Centro de Cultura Valenciapa,
núm. 26. Valencia, 1951, págs. 1-25.
«Nuestras revistas de cambio». El Archivo, 3. Denia, 1889, págs. 12-13.
(331 Respecto al Laboratorio de Arqueologfa de Valencia, véase:
Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia. tomo 11 , 1975,los siguientes arúculos:
L. PERICOT GARCIA: «Mis recuerdos del Laboratorio de Arqueología de la Universidad
de Valencia», págs. 15-19 ; D. FLETCHER VAU.S: «El Laboratorio de Arqueología y su proyección extrauniversitarla», págs. 21-25; M. BALLESTEROS GAIBROIS: «El Laboratorio de Arqueología de 1940 a 1950», ptgs. 27-39; y F. MATEU Y LLOPIS: «La tradición numaria de
Valencia y la creación del Laborato.rio de Arqueologia de su Universidad», págs. 41-73.
Respecto al Servido de Investigación Prehistórica, véase:
D. FLETCHER VALLS y E. PLA BALLESTER: eSO ados de actividades del Servicio de Investigación Pre.histórica (1927-1977)•. Trabajos Varios del S.I.P.• núm. 57. Valencia, 1977.
- 595 -
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M. V. GOBERNA VALENCIA
APENDICE 1
APORTACION EPIGRAFICA DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
Entre las 41 inscripciones que publicó la Sociedad en sus Memo-
rias anuales, 37 son lápidas romanas del Pafs Valenciano y de ellas 24
inéditas, incluyendo un laude en mosaico. No es de extrañar que la
Sociedad considerase como inéditas algunas más si se tiene en cuenta
que, aunque publicado en 1869, fueron muy raros los ejemplares del
CIL en las bibliotecas españolas incluso hasta muchos años después,
como el propio Hü.bner reconoce (34).
Estimamos que el mérito de la SAV, en lo que a su aportación epigraflca se refiere, estriba no sólo en la publicación de las inscripciones, sino que por vez primera hay un intento de conservar las lápidas
en un museo, como hizo la Sociedad con un buen número de ellas al
depositarlas en el Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia.
En este sentido es de destacar que el primer intento serio de crear
en Valencia un Museo Arque9lógico, después de las tentativas del
obispo Mayoral en el siglo xvm, se debió a la Sociedad Arqueológica
Valenciana. Esta entidad, a través de José Vilanova, gestionó con la
Comisión Provincial de Monumentos la posibilidad de depositar las lápidas y otros objetos arqueológicos de su colección, en el.Museo Provincial de Bellas Artes, naturalmente sin renunciar la Sociedad a la
posesión de los mismos.
Más adelante, la Sociedad propuso a la Diputación Provincial que
se destinase el palacio de los condes de Albalat, conocido por Mosen
Sorell, a Museo Arqueológico. Al parecer el estado ruinoso del edificio,
debido a un incendio, impidió que el proyecto se llevase a cabo (35).
En la siguiente relación de inscripciones inéditas aportadas por la
SAV, remitimos, en lo que a su comentario respecta, a los autores que
las han estudiado. Hemos de advertir que, para evitar confusiones,
hemos seguido el criterio, en todos los casos, de ofrecer la transcrip~
ción más moderna.
Almenara
1.-
••• ftiVS
• , .DnaOII
••• APEOVJnA.
PEOI'l'Br
DEDIOAYI!
MSAV 1872 (1873) pág. 23, núm. 3.
suppl. 6057.
134) E. HÜBNER: «El Archivo en Alemaniu. El Archivo, 3. Denia, 1889, pág. 121.
(35) MSAV 1973 (1876), pág. 17, y 1878 (1879), pág. 10.
en. n
- 596-
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
23
D. Fletcher y J. Alcécer: «Avance a una arqueologia romana de la provincia de Castellón•.
Bol. de la Sociedad Castellonense de Cultura. XXXI, 1955, pág. 336, núm. XXVIll.
P. P. Ripollés: cSinopsls de epigrafia latina castellonense». Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense. 3, 1976, pág. 240, núm. 34.
·
Fue hallada donde se supone estuvo el Templo de Venus en Almenara y trasladada a Burriana. Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Barcelona.
Jérica
2 .- OftDIS
MERifi
M. CLODIV
F.ABUII
MSAV 1880 (1881), pág. 9.
Ferrer y Julve: «Recuerdos de Jéricu. Valencia, 1899, pág. 52.
CIL n Suppl. 6065.
D. Fletcher y J . Alcácer, op. cit., pág. 345, núm. LXIX.
Ripollés, op. cit. pág. 251 , núm. 71.
Se encuentra en el Museo de Xérica.
3.-
IIRBIOII
L.&IIA
dL
1
MSAV 1880 (1881), pág. 9.
Ferrer y Julve, op. cit., pág. 51.
CIL n Suppl. 6066.
D. Fletcher y J . Alcácer, op. cit., pág. 344, núm. LXV.
Ripollés, op. cit. pág. 249, núm. 62.
·
Sagunto
4.- OORIOILiü •••
SICYJID4. Q. .• • •
Alll.nni •••
MSAV 1872 (1873), pág. 26, nóm. 8.
CIL ll Suppl. 6035
J. Sanchls Sivera: «La Diócesis Valentina. Estudios históricos. cAnales del Instituto General y
Técnico, vol. V, núm. 23, Valencia, 1920. núm. 387.
F. Beltrán Llorls: cEpigrafia latina de Saguntum y su territorium». Trablijos Varios núm. 67
del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1980, núm. 140.
Hoy desaparecida. Seg-ún Beltrán, fue situada por HObner en Saguntum porque la memoria de la SAV la publicó sin procedencia, pero entre otras saguntinas.
5.- AMOKU. YILLAIWI
SIJII ft
SY
MSAV 1872 (1873), pág. 27, núm. 12.
CIL n Suppl. 6029.
Sanchls Sivera, op. cit., núm. 244.
Beltrán Lloris, op. cit., núm. 96.
Se conserva en el Museo Arqueológico Saguntino.
- 597 -
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M. V. GOBERNA VALENCIA
24
Canet d 'Bn Berenguer
6.-
DIS
IIAJIIBUS
SACIMI
MSAV 1874-75-76 (1877), págs. 5-6.
A. Chabret Fraga: cllistoria de Sagunto y sus monumentos». Valencia, 1888, tomo
n, pág.
174.
en. II suppl. 6063.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 29.
F. Beltrán Lloris, op. cit., págs. 230-231, núm. 283.
Apareció en el cauce del rlo Palancia frente a Canet. Hoy desaparecida.
Lllria
7.-
P.UIAB
PIBRIDI
J'.UIA
ClK>C.ALB
Plx.IAB llf SIBI
MSAV 1872 (1873), pág. 28, núm. 16.
CIL II Suppl. 6016.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 155.
G. Martín y M . Gil-Mascaren: «La romanización e.n el campo de Liriu. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 7 , 1969, pégs. 27 y 29.
L. Martf Ferrando: «Lápidas romanas de Liriu, Archivo de Prehistoria Levantina, XIII, 1972,
pég. 175, núm. XXI.
Fue hallada en el huerto de Juan Francisco Porcar, en la partida de PI a de 1'Are, donde se
conserva.
Vülamarchante
8.-
SB PR>JIIB
IIELlfl IM
Alllt. LV
Q. CABO
Ll!l>liAS
J'I!CIT
MSAV 1872 (1873), pág. 25, núm. 7, Lám. 2, fig. 3.
CIL II Suppl. 6008.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 493.
Fue entregada por el marqués de Cáceres, miembro de la SAV, al Museo Provincial de Valencia.
Villar del Arzobispo
9 .-LICllO:VS
az:I.ofill:IR
A1l LX
MSAV 1872 (1873), pág. 27, núm. 13.
Suppl. 6067
en. n
-
598 -
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
25
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 503.
V. Llatas Burgos: «Carta Arqueológica de Villar del Arzobispo y su comarciiJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VI. Valencia, 1957, pág. 177, núm. 9.
·
Actualmente está en paradero desconocido.
Valencia
10.- D(b) M(aDI.bwJ)
AM'OIIIAB
O(ai)
l(U1ae)
II•DXTT·* )
A.lfl'a:)RW
LXXVI
MSAV 1873 ( 1876), pág. 13, fig. 9.
CIL II Suppl. 60 10.
Sanchis Sivera, op. cit., nú m. 190.
G. Pereira Menaut: clnscripciones romanas de VaientiiiJ. Trabejos Varios núm. 64 del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1979, núm. 43.
Fue descubierta, junto con la lápida siguiente, en la casa que poseía en Patraix el marqués de Cruilles. Se conserva en el Museo Provincial de Bellas Artes, de Valencia.
11.- f!'Ml) E'U All( 110rua) XVII
[h(1o~ S(1ta) B(et)
(ApojLLOIIIYS ~ HB
~ene) COO~AB D(e) S(uo)
r
(ece1'11J1t)
MSAV 1873 (1876), pág. 14, fig. 10.
CIL II Suppl. 6011.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 191.
Pereira Menaut, op. cit., núm. 62.
Se conserva en el Museo Provincial de Bellas Artes, de Valencia.
Puzol
12.- RIVS, L.PIIAR
VS.AN.XXIX.H. s . B.
OR.BPI.OASYM • .PV
vs
SA.BDILIS.DIEBVS
XXX. DI!!
RS. RAPVI!'.ft,TV
VI AMOR
VALB
MSAV 1874-75-76 (1877), pág. 6.
CIL II Suppl. 6064.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 204.
Esta lápida fue hallada en Puzol en 1870. A la Sociedad Arqueológica llegó un calco tan
inexacto que optó por publicar sólo la traducción; por ello tampoco consta el texto en el CIL.
- 599 -
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26
M. V. GOBRRNA VALENCIA
Sanchis Sivera encontró el calco de la inscripción, hoy desaparecida, y la publicó junto con la
transcripción que de ella hizo Fidel Fita.
Xdtiva
13 y 14.-
JI?
4?
PL!SX4S PA!f
BDIB IIBRift
J)• • •
MSAV 1873 (18761, pág. 8, figs. 1 y 2.
CIL II Suppl. 5981 .
Sanchis Sivera, op. cit., 106.
A. Ventura Conejero: «Játiva romanu. Serie de Trab~os Varios n6m. 42 del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1972, pág. 65, n\lm. 38.
Se trata de dos fragm.entos. Tanto la SAV como Bübner no excluyen la posibilidad de que
se trate de la misma lápida. Sanchis Sivera y Ventura opinan que debían ser dos lápidas dis·
tintas. Estos dos fragmentos y las tres lápidas siguientes se hallaron al derribar la muralla de
la población. Debido a las gestiones de José Vilanova las cinco inscripciones se depositaron
en el Museo de Bellas Artes, de Valencia.
15.- •••GB4ftiYS
4
•• .L SOOI AJOI •••
B
s ...
MSAV 1873 (1876), pág. 9, fig. 3 .
CIL n Suppl. 5979.
Sanchis Sivera, op. cit., n\lm. 115.
Ventura Conejero, op. cit., pág. 63, nmn. 36.
16.-
D. M.
PlBI BIII.SU
All lliii • JI
MSAV 1873 (18761, pág. 9, fig. 4.
en. II Suppl. 5980.
Sanchis Sivera, op. cit., nmn. 84.
A. Ventura Conejero, op. cit., pág. 64, n\lm. 37.
17.-
I 90o:>
.aLliiiO nl!lftis
SDIO 8 S B
MSAV 1873 (18761, pág. 9, fig. 5.
CIL II Suppl. 5982.
Sanchis Sivera, op. cit., n\lm. 113.
A. Ventura Conejero, op. cit., págs. 65-66, n6m. 39.
- 600-
[page-n-601]
SOCIEDAD Al\QUEOLOGlCA VALENCIANA
27
VaUada
18.-
OAJIOIL14 • O •
r
r.&n4
M. TALl!K[YS , M,
r
o.u. • vmwrrs
Al! • J.JXrf. B.
s.
B,
MSAV 1880 (1881), pág. 10.
F. Fita: Boletín de la Real Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 12.
CIL ll Suppl. 5983.
Sanchis Sivera, op. cit., nllm. 484.
A. Ventura Conejero: dnscripciones romanas de la provincia de Valencia». Archivo de Prehistoria Levantina, XIV, 1975, págs. 235-236, núm. 62.
Aunque la SAV la considera procedente de Xátiva, parece ser que se halló en Vallada en
la partida llamada Tarrassos. Hoy en paradero desconocido.
Rafelcofer
19.-
Tlm!BLB
u.s ••
YSTIOYS
S'I'O, .,, Q
MSAV 1880 (18811. pág. 10.
Chabás, El Archivo, 5, 1891, pág. 88.
CIL n Suppl. 5974 .
Sanchis Sivera, op. cit., nWn8. 182 y 207.
Esta lápida fue hallada junto con la siguiente. Hübner las sittía en Oliva al igual que Sanchis Sivera, aunque este (!)timo autor vuelve a repetirlas b9Jo el epigrafe 1\afelcofer. Ambas
se conservan e.n el Museo de Bellas Artes, de Valencia.
20.- oJ,
84'nBlYS
OJ, I. .BSTOR
Al!.
XVIII, H.S.B,
MSAV 1880 (1881), pág. 10
Chabás, El Archivo, 5, 1891, pág. 88.
CIL II Suppl. 5973.
Sanchis Sivera, op. cit., ntíms. 179 y 206.
Villalonga
21.- p, SVLPIOIVS
RVSUOYS
MSAV 1872 (1873), págs. 6-7 y 40.
Chabás, El Archivo, 6, 1892, pág. 298.
CIL II Suppl. 6009.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 492.
- 601 -
[page-n-602]
M. V. GOBBRNA VALENCIA
28
Fue donada a la Sociedad Arqueológica por José M.• Arias, de Gandia. Se conserva en el
Museo de Bellas Artes, de Valencia.
Denta
22.-
Q, OIWIIO , Q, P
o
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(j(,.alftl
c:tiJIIB •
JI)JI)JID
11 , 111P1'1Ll0A
· - .. l'flll
Jr • 311'B1Ífa
AnliO'flo
•:arra
MSAV 1872 (1873), pág. 24, núm. 5.
Chabás: «Historia de Denia», !, 1874, pág. 101.
Fita: BoletJn de la Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 17.
Chabás, El Archivo, I, 1887, pág. 337.
CIL n Suppl. 5962.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 46.
G. MartJn Avila: «Dianium», Valencia, 1970, págs. 60-62, núm. 10.
Fue descubierta en el huerto de José Morand en 1872, donde se conservó hasta su traslado al Museo de Denia.
23.-
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ft.&m.n3 • um:au
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,..,.,_.
IIUIII , J'ILI • D'fLOUII
MSAV 1874-75-76 (1877), pág. 34, nota 2, Lám. 3, fig. 3 .
Fita: Bol. de la Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 20, 6.
Cbabás, El Archivo, 1, 1887, pág. 334.
en. II Suppl. 5969.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 47.
G. Martin Avila, op. cit ., págs. 64-66, núm. 12.
Se conserva en el Museo de Bellas Artss, de Valencia.
24.- SBVKRIII.l
vnn
AJf
ftOS DXt
DllaJSSI! Ill
PACE TBII!I
V IDVS 7111!
MSAV 1878 (1879), págs. 27-32 y Lám.
Chabás, El Archivo, 1886, págs. 2-4, 9-11 y 17-19.
G. MartJn Avila, op. cit., págs. 30-34.
Se trata de un laude en mosaico, paleocristiano, que apareció en 1878 en un campo de
José Morand. Se conserva en el Musao Provincial de Bellas Artss, de Valencia.
- 602 -
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SOCIEDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
29
APENDICE li
MATERIALES PREHISTORICOS QUE SE CONSERVAN DE LA SOCIEDAD
AROUEOLOGICA VALENCIANA
Ya Chocomeli da la noticia, en 1942, de la existencia en el Museo
Paleontológico de materiales procedentes del yacimiento palafitico de
la Ereta del Pedregal (Navarrés) (36).
Efectivamente, hemos comprobado la existencia en dicho museo
de cinco tablas con las palabras impresas de Sociedad Arqueológica.
Valencia, que debieron formar parte de una colección ordenada alfabéticamente, pues las que se conservan corresponden a las letras
A, B, G, H y J. Pegadas en el reverso de las tablas, unas etiquetas manusc~tas especifican su donación por don Francisco Palop, de Bolbaite, asi como la procedencia de los materiales que contienen. Estos van
sujetos a las tablas por medio de alambres y cuerdas finas, como se
hacia antiguamente. Cuatro de las tablas contienen materiales del yacimiento de la Ereta excepto una, la J , cuyos materiales proceden del
Castillo de los Morcones de Bicorp (Valencia) (37). Son los únicos materiales prehistóricos, conocidos, que se conservan de la Sociedad Arqueológica Valenciana (Lam. I y II).
Las tablas G y H contienen huesos de animales domésticos (38).
(361 CHOCOMELI, op. cit. nota 22, pág. 106, nota l.
(37) La atribución de materiales al Castillo de los Morcones debió ser una confusión, ya
que, según J . APARICIO PEREZ, no existe yacimiento alguno en dicha loma, sino en la ladera
opuesta del barranco de los Morcones, yacimiento denominado Castillico de Cueva Caida y
que pertenece a un poblado de la E. del Bronce.
(38) Los materiales óseos han sido clasificados por I. Sarrión Montaiiana y los Uticos y
cerámicos por B. Martf Ollver.
- 603 -
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30
M. V. GOBERNA VALENCIA
TABLA G
- 3 lascas de sJlex, un fragmento de plomo y 3 punzones de hueso efectuados sobre meta·
podios de herbívoro.
Oryctolagus cuniculus (conejo)
- 2 hemimandlbulas.
- Tibia: fragmento proximal y distal.
- 2 metatarsos.
- 1 incisivo.
SUs scroph.a (jabaUI
- Fragmento de colmillo inferior.
-Incisivo.
TABLA H
Ovicdpridos
- 3 fragmentos mandibulares con varias piezas dentales.
Equus caballus (caballo)
- M2 der. (molar superior segundo derecho).
- p 3 6 4 (fragmento de premolar 3.0 o 4 .0 superior derecho).
Cervus elaph.us (ciervo)
- M 1 • M3 (fragmento mandibular con molar 1, 2 y 3).
- Fragmento de asta con muestras de aguzamiento.
Bos taurus (toro)
- M 3 iz (molar 3.0 inferior izquierdo).
Capra pyrenaica (cabra hispánica)
- Tibia derecha tercio distal.
SUs scroph.a (jabaU)
- M3 (molar tercero).
Ovis aries (oveja)
- M C dr. (metacarpo derecho).
Todos los fragmentos óseos presentan adheridas concreciones calcáreas.
TABLA A
- Gran hoja cuchillo con retoques bilaterales continuos.
- Dos fragmentos de hoja con retoques marginales de uso.
- Fragmento de hojita.
- 11 lascas.
-Un cardium con ápice perforado (cerastoderme edule).
- Cuatro melanopsis graellsi.
- Dos pectes (glycimeris gaditanus).
TABLA B
- Una gran hacha, posible reja de arado.
- Dos hachas cuadrangulares.
- Una hacha alargada.
-Dos pequeflas azuelas.
- Tres percutores, uno de pórfido y dos de rocas basálticas.
- 604 -
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
31
TABLA J (Castillo de los Morcones)
-
Una placa de barro cocido de forma circular con cuatro perforaciones.
Un fragmento de hacha o azada de piedra pulida.
Dos percutores.
Dos fragmentos de borde y cuerpo de cerámica a mano.
Un fragmento de borde y cuerpo con pequeño mamelón.
Un fragmento de base con ónfalo hecho a tomo.
Junto a esta última tabla hay un broche de cinturón de bronce damasquinado con plata del que Cabré dice que procede del Castillo de
los Morcones de Bicorp y que fue donado por Francisco Palop (39).
1
39) J . CABRE AGUILO : «Decoraciones hispánicas. ll. Broches de cinturón de bronce damasquinado con oro y plata». Archivo Espaftol de Arte y Arqueologfa, xm. Madrid, 1937,
págs. 94 y 100, fig. 11 , nota 4.
- 605 -
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GOBERNA VALENCIA.-Sociedad Arqueológica
LAM. I
Materiales de la Sociedad Arqueológica Valenciana que se conservan en el Mu.aeo Paleontol6gico de Valencia
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GOBERNA VALENCIA.- Sociedad Arqueológica
LAM. n
Materiales de la Sociedad Arqueológica Valenciana que ae conaervan eo el Museo Paleontológico de Valencia
- 608 -
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XVI (Valencia, 19811
M.8 VICTORIA GOBERNA VALENCIA
(Valencia)
LA SOCIEDAD AROUEOLOGICA
VALENCIANA
La flnalidad de este trabajo, que forma parte de un estudio más
amplio, es tratar de ofrecer el estado de la investigación sobre la Arqueología y la Prehistoria en el Pafs Valenciano desde que estas ciencias empiezan a configurarse en el siglo pasado.
Hoy, en que han alcanzado un status científico claramente delimitado, ocupan una parte importante en el coJ:Úunto de las Ciencias Humánas. Esta importancia se manifiesta, para el Pafs Valenciano, en
diversas instituciones como son, en Valencia, el Laboratorio de Arqueología de la Universidad y el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial, así como los respectivos Servicios de
Arqueología de Castellón y Alicante.
Existen, sin embargo, antecedentes de tales instituciones cuyo estudio clarifica su nacimiento. Y es lo que nos proponemos con la presente nota, que se centra en el examen de la Sociedad Arqueológica
Valenciana, fundada en 1871, la primera institución que se crea en el
País Valenciano con el fln exclusivo de dedicarse a estos estudios.
Se ha destacado repe~damente la importancia de los anticuarios
y coleccionistas que en toda Europa Occidental, desde el siglo XVI,
constituyen una parte importante de los estudios eruditos, especialmente en relación con la antigüedad clásica, motivando la creación
de los primeros Gabinetes de Antigüedades y el naciniiento de la Arqueología, en el siglo XVIIT, como método cientiflco de recuperación
de la cultura material.
Ejemplos de ellos los tenemos en el Pafs Valenciano, donde, limitándonos a la Epigrafia latina, vemos esta tradición erudita en Beuter, Del Olmo, Mayán~ y Lumiares.
- 575-
[page-n-576]
2
M.. V. GOBE. NA VALENCIA
R
El desarrollo de la Prehistoria, sin embargo, aunque íntimamente
relacionado con el método arqueológico y el estudio de la antigüedad,
implicaba un mayor número de cuestiones, algunas de las cuales no
resultaron fáciles de armonizar con la imagen que el hombre tenia de
sí mismo y del lugar que ocupaba en la naturaleza.
Es a finales del siglo XVIII cuando diversos conocimientos científicos desembocan en una noción general de evolución que deja inservible el marco temporal, estableciéndose una ruptura al cuestionarse
la concepción religiosa sobre la naturaleza del hombre. Esta ruptura
no es obra, sin embargo, de historiadores ni de arqueólogos, sino de
los naturalistas, geólogos y paleontólogos, al establecer los fundamentos de la Paleontología estratigráfica.
En este aspecto la participación de los intelectuales españoles no
parece tener apenas incidencia, aunque no dejan de percibirse algunas influencias de estas nuevas teorías, como es el caso del naturalista valenciano Cavanilles, en quien se observa el paso de una concepción cosmológica de los sucesos modeladores de la superficie terrestre, a otra don~e hallamos el moderno concepto de morfología (1).
Así pues, en el momento de crearse la Sociedad Arqueológica Valenciana, se han producido ya importantes avances en el contexto de
la ciencia europea, desde las tentativas de Maillet y Buffon, en la segunda mitad del siglo XVIII, a la publicación por Darwin del Origen
de las Especies (1859), pasando por la teoría fluvialista de Lyell en el
campo de la Geología y la aportación de los arqueólogos daneses
Thomsen y Worsaae estableciendo el «Sistema de las Tres Edades» y las
bases de la Etnografia comparada. Todo ello, sin olvidar las excavaciones de Picard y Boucher de Perthes en Abbeville, conducirá a la
aceptación, por parte del mundo científico, de la existencia de un
hombre prehistórico.
ORIGENES DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA
La introducción en España de la Ciencia Prehistórica tiene lugar
alrededor de 1860, cuando acababa de ser aceptada por el mundo
científico «Oficial» europeo. Motivo de alerta habían sido ya las excavaciones que los ingleses Falconer y Busk venian realizando en Gibraltar, aunque para la divulgación de la nueva Ciencia tuvo especial
(1) J. F. MATBU BELLES: cTeorfas geomorfológicas europeas en las «Observaciones de
Cavenilles (1795-17971•. Comunicación presentada al I Congreso de la Sociedad de Historia
de la Ciencia (Madrid, 1978). Madrid, 1981 , págs. 267-287.
- 576-
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
3
repercusión la noticia del hallazgo de la mandíbula de Moulin-Quignon por Boucher de Perthes, al llegar a la Peninsula la polémica que
se desató entre ingleses y franceses.
Por estas fechas comienzan en España las primeras publicaciones
sobre estudios prehistóricos: Antigüedades prehistóricas de Andalucía, por Manuel de Góngora (1868), o las Memorias en que el geólogo Mac Pherson daba a conocer el resultado de sus exploraciones en
la Cueva de la Mujer (Granada), en 1870-71. En 1872, Juan Vilanova
y Piera publicaba la primera obra de conjunto sobre prehistoria europea y peninsular: Origen, Naturaleza y Antigüedad del Hombre (2).
Al igual que había ocurrido en Europa, también aquí fueron los
naturalistas, especialmente los geólogos, los primeros en interesarse
por la nueva Ciencia. Hay que tener en cuenta que en España la etapa
de 1854 a la crisis de 1898 es de expansión económica a causa de las
liberalizaciones que siguieron a las Revoluciones de 1854 y 1868, que
permitieron la inyección de capital extranjero en la construcción de la
red de ferrocarriles y en las minas. El desarrollo del transporte, las
prospecciones mineras y en general las grandes obras públicas, sirvieron a los geólogos de magníficas zanjas de observación.
Entre los geólogos destacan, como introductores de los estudios
prehistóricos en España, dos figuras importantes : Casiano de Prado y
Juan Vilanova y Piera. El primero fue director de las minas de Almadén y de las de Riotinto, y como vice-presidente de la Comisión de
Geología Industrial alertó a los ingenieros de minas, mediante circulares, sobre cualquier posible hallazgo. Pasó en París y Londres una
temporada de estudios, iniciando estrechas relaciones con importantes geólogos de su tiempo, especialmente los franceses Lartet y Verneuil. En 1850 descubrió sílex en las graveras del Manzanares (Madrid), donde poco antes había extraído restos fósiles de Elephas antiquus. Volvió a visitar el yacimiento en 1862, esta vez acompañado de
Lartet y Verneuil, donde tuvieron la suerte de encontrar una bifaz. La
relación de estos hechos publicados por Casiano de Prado en su Descripción ftsica y geológica de la provincia de Madrid (1864) causaron
gran impacto en Europa (3).
Es especialmente importante la figura de Juan Vilanova y Piera,
sobre todo en lo que respecta al País Valenciano, ya que si no directa,
(2) J. VILANOVA Y PIRRA: cOrigen, Naturaleza y Antigüedad del HombreJ. Madrid,
1872, págs. 346-350.
(3) J . PEREZ DE BARRADAS: cEl descubridor del hombre fósil en España, D. Casiano de
Prado y Vallo». Investigación y Progreso. Afto n , n6m. l. Madrid, 1928, págs. 1-4.
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M . V. GOBBRNA VALENCIA
al menos indirectamente, estimularla las actividades prehistóricas de
la Sociedad Arqueológica Valenciana.
Nacido en Valencia, donde cursa la carrera de Medicina, se siente
más atraído por las Ciencias Naturales en las que se doctora. Becado
por el Gobierno español, amplia sus conocimientos geológicos en el extranjero entre 1849 y 1854, recorriendo Francia, Italia, Suiza y Alemania, donde indudablemente estaria al tanto de los últimos progresos en la ciencia prehistórica. Vuelto a España, se encarga de la Cátedra de Geología y Paleontología de Madrid, creada ex profeso para él.
Sus aportaciones más conocidas en el campo de la Prehistoria española son el reconocimiento para la Penfnsula de que los objetos metálicos de mayor antigüedad son de cobre puro antes del empleo del
bronce, y su defensa de la autenticidad de las pinturas de Altamira.
Además de asistir a los Congresos Internacionales de Antropología y Arqueología Prehistóricas, recorre España, especialmente Aragón y el País Valenciano, en innumerables excursiones cientfficas en
cuanto tenia noticia del menor hallazgo. Fue su colaborador en estas
pesquisas su hermano José Vilanova, ingeniero de minas, mucho- más
joven que él y uno de los elementos más activos de la Sociedad Arqueológica Valenciana (4).
Alrededor de 1870 existen en España escasas entidades dedicadas a los estudios arqueológicos: la Asociación Artístico-Arqueológica
Barcelonesa, el Museo de Antigüedades de Tarragona y la Sociedad
Antropológica Española. Esta última se había fundado en 1865, en
Madrid, por el doctor González de Velasco y a instancias de Paul Broca, del que había sido compañero de estudios en París y que en 1859
había creado la Sociedad Antropológica de Paris. La Antropológica
Española, a pesar de que reunió a su alrededor a figuras como Casiano de Prado, Vilanova y Piera, el antropólogo Tubino y Machado, profesor de Ciencias Naturales en la Universidad de Sevilla, llevó una vida lánguida hasta que se reorganiza en 1874 con la publicación Revista de Antropologta y que por lo visto tampoco prestó excesiva atención a los estudios prehistóricos.
Es por todo ello que no pasa desapercibida la creación de la Sociedad Arqueológica Valenciana, a la que Cartailhac pone como ejemplo
(4) cVllanova y Piara, Ju&DJ. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 12. Valencia, 1973.
N. P. GOMEZ SERRANO: En «Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de
Orihuelat, por Santiago Moreno. Serie dt! Trablijoa Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, núm. 7. Valencia, 1942, pág. 53, nota l.
J. APARICIO PEREZ: cUn gran sabio valenciano: D. Juan Vllanova y Piara». Levante, 4 y
25 de junio. Valencia, 1972.
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SOCIEDAD ABOUEOLOGICA VALENCIANA
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a seguir en España, aunque lamente su escasa dedicación a lo estrictamente prehistórico (5).
Existfa en Valencia, por aquellos años, un grupo de coleccionistas
de numismática con la importancia suficiente como para aparecer en
la Guida Numismatica Universale de Milán (4.• ed., 1903). Esta guia,
en el apartado referente a Valencia, cita entre otros a Juan Andújar
(monedas de España), Nicolás Ferrer (monedas de España), José de
Llano (colección numismática), Pascual Marqués (monedas de España), Juan de la Cruz Martí (monedas romanas, consulares e imperiales, y monedas españolas), Francisco Merle (monedas españolas) y Vicente Pueyo (monedas varias) (6).
Todos ellos son socios fundadores de la· Arqueológica, excepto
dos, Merle y Marqués, que ingresarfan una vez creada ésta.
Parece que tenia especial importancia la colección de José de Llano (primer director de la Sociedad Arqueológica). Formaba parte de
ella una serie de vasos cerámicos y objetos de metal procedentes de
unas urnas cinerarias que salieron entre 1864 y 65 en término de Alcalá de Xivert, de los que regaló a la Sociedad cuatro brazaletes una
vez constituida ésta. Fue además propietario de parte del Tesoro de
Cheste, del que pudo salvar el torques de oro y varias monedas de plata, que consultó el nu.m.ismata Zóbel de Zangroniz, de quien era gran
amigo. También debió ser importante su colección de monedas
hispano-cristianas, que fueron asimismo consultadas por el nu.m.ismata francés Alois Heiss para su obra Descripción General de las monedas hispano-cristianas desde la invasión de los drabes (Madrid, 18651869) (7).
(5) B. CARTAILHAC: eLes Ages préhistorlques de l'Bspagne et du Portugab. Parla, 1886,
págs. 80 y 322.
VILANOVA Y PIBRA, op. cit., nota 2, pág. 351.
(6) F. MATBU Y LLOPIS: «La tradición numarla de Valencia y el Laboratorio de Arqueologfu. Papelea del Laboratorio de Arqueología de Valencia, ¡1. Valencia, 1975, págs. 51 -52.
(7) F. MATBU Y LLOPIS: «Necrológic881, Ampurias, Vll-VIn. Barcelona, 1945-46,
pág. 394.
Sobre el hallazgo de Alcalá de Xivert: Memoria de los trabi\Josllevados a cabo por la Sociedad Arqueológica Valenciana, 1872. Valencia, 1873, pág. 40. D. FLBTCBBR VALLS: «La
necrópolis de La Sollvellu. Serie de Trabi\Jos Varios del Servicio de Investigación Prehiatóri·
ca, nó.m. 32. Valencia, 1965, pág. 8. MATBU Y LLOPIS, op. cit., nota 6, págs. 47-48. .
Respecto al Tesoro de Cheste: P. ALMARCBB VAZOUBZ: «La antigua civilización ibérica
en el Reino de Valenclu. Valencia, 1918, págs. 96-99. C. SARTHOU CARRBRBS: «Geogratla
General del Reino de Valenciu, tomo ll de la Prov. de Valencia, págs. 324-325. P. MATBU Y
LLOPIS: «Cartas numismáticas de D. Jacobo Zóbel de Zangroniz a D. Alvaro Campaner y
Fuertes (1862-1881). Seleccionadas y anotad881. Madrid, 1949, págs. 70-71. B. PLA BALLBSTBR: cCbeate, Tesoro det. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 3. Valencia,
1973, págs. 312-313.
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Hay además en la SAV otros numísmatas, poseedores también de
importantes colecciones. Uno de ellos es Alejandro Cerdá (socio fundador), cuya colección de monedas hispano-cristianas fue consultada
por Zóbel, con quien también mantuvo amistad. Cerdá colaboró en el
Memorial Numismático Español, que dirigía don Alvaro Campaner y
Fuertes. Publicó en Valencia un Boletín Numismático y fueron numerosas sus conferencias en la Sociedad sobre la moneda hispano-cristiana. Según Mateu y Llopis, sus conocimientos de numismática valenciana abarcaban todo lo que se podía saber entonces sobre el tema.
A él se debe el único catálogo que sobre numismática valenciana publicó la Sociedad en sus Memorias (8).
Hay que mencionar a Francisco Caballero Infante, de Sevilla, que
pertenecía en esta ciudad al Circulo Numismático. Esta entidad fue la
que publicó la obra, de Delgado, Nuevo Método de clasificación de las
medallas autónomas de España (Sevilla, 1871), obra en la que colaboró Caballero Infante. Su magnifico monetario arábigo sumaba más de
3.600 piezas. Al residir en Valencia (donde fue secretario de la Universidad), colabora como miembro de la SAV, donde imparte numerosas conferencias sobre numismática hispano-árabe. Su autoridad en
la materia se pone de relieve en algunas publicaciones: redactó el
capitulo de Monedas Arábigo-Valencianas en la Historia del Reino de
Valencia, de Escolano, continuada por Perales (tomo I , apéndice 1.0 ),
así como un trabajo sobre Monedas Arabes de Denia en la revista El
Archivo (9).
Es en este ambiente de coleccionistas y numismáticos donde hay
que situar el origen de la Sociedad Arqueológica, cuyo catálogo sobre
Numismática Valenciana lo califica Mateu y Llopis como «últimos
destellos» de la tradición de eruditos valencianos de los siglos XVI,
XVII y XVIII, desde Beuter a Mayáns (10). Y es en esta linea donde
enc~a la Sociedad: dentro de la tradición de anticuarios y coleccionistas, que fueron característicos de estas centurias.
(8) MSAV 1872 (1873), págs. 29-34.
MATEU Y LLOPIS, op. cit., nota 6, págs. 48-50, y op. cit., nota 7, «Cartas numismáti·
cas ...», págs. 53-68.
(9) El Archivo, 1, Denia, 1886, pégs. 63, y El Archivo, 4, Valencia, 1890, pág. 240.
F. CABALLERO INFANTE : «Monedas árabes de Deniu, El Archivo, 4. Valencia, 1890,
págs. 2-8 y 25-33.
Seglin MATBU Y LLOPIS, en «Cartas Numismáticas...», pág. 72, nota 2, también publicó
CABALLERO INFANTE: «Monedas árabes acd.a das en el Reino de Valenciu, Revista de Valencia, tomo I, pég. 217, y tomo n, pég. 400. Y en 1892, j unto con F. COLLANTBS DE TERAN : cCatálogo de la colección de monedas y medallas reunidas por D. Francisco Caballero
Infante y D. Francisco Meteos Gagos y Fernándeu.
(lO) F. MATEU Y LLOPIS: cHallazgos Monetarios, XX.. Numarlo Bispénico, XI. Madrid,
1967, pág. 47.
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SOCIEDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
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La Sociedad se funda en 1871 por un grupo de miembros de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, que tratan de
crear, dentro de esta entidad, un Centro de Numisméticos para intercambiar monedas y completar series, algunos de ellos poseedores de
espléndidas colecciones y relacionados con importantes estudiosos de
la época: Zóbel, Heiss, Delgado ...
Se da sin embargo la feliz coincidencia de que es, al mismo tiempo, miembro de la Sociedad Económica José Vilanova y Piera, el hermano del prestigioso catedrético de Geología, el cual propone a este
grupo que hagan extensivas sus actividades al campo de la Arqueo- .
logia y de la nueva Ciencia prehistórica. Efectivamente su propuesta
fue aceptada, pues la Sociedad, ademés de tomar el nombre de Arqueológica, especifica en su reglamento el objeto de sus estudios:
«.. .las ciencias arqueológicas, consideréndose como tales las de Prehistoria, Arqueología, Numismética, Paleografia, Bellas Artes ...» (11 ).
La Sociedad, sin embargo, permanece al margen de las nuevas
preocupaciones que sobre la Ciencia prehistórica tenían lugar en
aquellos momentos en Europa, no obstante el intercambio de publicaciones que mantuvo con otras entidades europeas similares, como era
el caso, entre otras, de la Paleontológica y Arqueológica de Charleroi
o de la Sociedad de Anticuarios del Norte, de Dinamarca, país que
hacia ya cerca de medio siglo había alcanzado plena madurez en las
investigaciones prehistóricas.
Por otro lado, poco tiempo después de fundarse la SAV, publica
Juan Vilanova los hallazgos prehistóricos més relevantes ocurridos en
la Península hasta entonces, entre ellos los relativos al País Valenciano. Cita, ademés del supuesto dolmen del Castellet del Parquet y la
Cova de Sant Nicolau, en Ollerfa (primeros hallazgos prehistóricos en
( 111 El hasta ahora más importante cuerpo documental de la Sociedad Arqueológica Valenciana lo constituyen sus «Memorias», de los trablijos llevados a cabo por la Sociedad Arqueológica Valencia durante el año 1871 (1872), 1872 (1873), 1873 (1876), 187475-76 (1977), 1877 (1878), 1878 (1879), 1879 (18801 y 1880 (1881). Todas ellas publicadas
en Valencia en la imprenta de Ferrer y Orga. Nos referimos a ellas con la abreviatura MSAV.
E. PLA BALLESTER: «Sociedad Arqueológica Valenciano, Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 11 . Valencia, 1973.
Reglamento de la Sociedad Arqueológica Valenciana. Manuscrito. Archivo de la Sociedad
Económica de Amigos del Pais de Valencia, 1876. C-199, vn, Varios, núm. 3.
Libros de Actas de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Valencia, vol. XV, 18661876. Sesiones de 1 de febrero, 15 d.e febrero y 10 de mayo de 1871.
MSAV 1872 (1873), pág. 13.
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tierras valencianas, entre 1845-46, debidos a un tal José Pla de dicha
población), las Cuevas del Parpalló y Meravelles (Gandia), la Cava Negra (Xativa) y la de Avellanera (Catadau), as. como la Cueva de Roca
f
de Orihuela (12).
Pues bien, nunca la Sociedad tuvo la intención de excavar en estos yacimientos (de los que sin duda tendría noticias), debiéndose a la
iniciativa de una persona, ejena en principio a la Sociedad Arqueológica, la primera excavación prehistórica en el País Valenciano, como
veremos más adelante.
Dentro de esta situación marginal de la Sociedad respecto a las
nuevas corrientes del momento, cabe hacer alguna excepción entre
sus miembros. Por un lado, José Vilanova y el catedrático de Anatomía Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Valencia, más tarde
rector de su Universidad, Nicolás Ferrer y Julve. Ambos fueron los
más interesados, y casi diríamos los únicos, en los temas prehistóricos, y a ellos se deben las noticias que sobre estos temas publicó la Sociedad. Por otro lado hay que mencionar a Peregrfn Casanova.
Dentro de la polémica evolucionista de la época, tanto José Vilanova como Ferrer y Julve se muestran en una postura claramente antidarwinista. Vilanova, a pesar de ser el elemento más activo de la
SAV en los estudios prehistóricos, no parece asimilar la idea de un
hombre fósil antediluviano, y sigue creyendo en la antigua leyenda de
que fueron Tubal y los descendientes de Noé los primeros pobladores
de la Península tras el Diluvio (13).
Realmente la teoría transformista no puede leerse en España en
castellano hasta 1876, en que por primera vez se publica traducido El
origen del hombre. La selección natural y la sexual, que pocos años
antes, en 1871 , había sido publicada por Darwin, mientras que El origen de las especies, que vio la luz en 1859, apareció traducida en Espa:ña en 1877: No obstante, desde 1868, fecha de la Revolución de
Septiembre, y durante los seis años que duraría la etapa liberal hasta
la caída de la Primera República, la libertad de expresión permitió
una amplia difusión del darwinismo al carecer de censura eclesiástica la prensa científica, siendo precisamente la década de 1870 la más
polémica.
La oposición al evolucionismo en España procedió en buena parte,
además de la Iglesia, de sectores tradicionales cuyo peso en las insti-
(12) VILANOVA Y PIRRA, op. cit., nota 2, págs. 349, 362-364, 389-390, 403 y 411.
(1 3) JOSE VILANOVA Y PIERA: cLos estudios Prehiatóricoat. MSAV 1878 (1879),
págs. 19-20.
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tuciones y en la vida cultural era notorio. Las Universidades son un
ejemplo claro. En ellas y hasta fines de siglo, los discursos de apertura
de curso, con rarísimas excepciones, serán leídos por catedráticos antidarwinistas. En nuestro caso, Ferrer y Julve es un ejemplo más. Una
de las conferencias que pronunció ante la Sociedad Arqueológica, El
origen y antigüedad del hombre sobre la tierra, fue en realidad la misma que leyó como decano de la Facultad de Medicina en la apertura
del curso universitario 1877-78, y cuyo título, bien significativo, era:
Algunas consideraciones sobre el origen y antigüedad del hombre encaminadas a contrariar la doctrina materialista.
Conviene recordar que la polémica sobre la teoría darwinista durante la época de 1870 alcanza en España las más duras controversias en determinadas ciudades: Santiago, Granada, Barcelona y Valencia. En esta última ciudad el Ateneo Científico y Literario convocó
en 1878 un debate sobre darwinismo en el que intervinieron, con diversas posturas, el flsico Amalio Gimeno, los médicos Serrano Cañete
y José M.• Escuder y el naturalista Arévalo Baca, entre otros.
Por otro lado, la Facultad de Medicina de Valencia juega un importante papel en la introducción del darwinismo en España, debido
sobre todo a la labor del catedrático de Anatomía Quirúrgica, Peregrfn Casanova, discípulo del biólogo Ernst Haeckel, uno de los primeros científicos alemanes en aceptar el evolucionismo. Casanova,
desde su cátedra de Valencia, difundió la teoría darwinista dentro de
una linea de Filosofla Natural que expuso en su obra Estudios Biológicos. l . La Biología general (Valencia, 1877). Fueron sus alumnos los
que organizaron, ya en la primera década del siglo XX, el homenaje a
Darwin que con motivo de su nacimiento celebró la Academia
Médico-Escolar de Valencia (1909); homenaje que fue presidido por el
mismo Casanova, Unamuno y el naturalista valenciano Eduardo Boscá, y que tan duras polémicas desencadenó en la prensa nacional de
la época (14).
De los restantes miembros de la Sociedad Arqueológica mencionaremos los más significativos, ya que su número alcanza por lo menos
el centenar.
(14) N. FERRER Y JULVE: «Algunas consideraciones sobre el origen y antigQedad del
hombre encaminadas a contrariar la doctrina materialist&». Discurso pronunciado en la solemne apertura de los estudios de la Universidad Literaria de Valencia el dia 1.0 de octubre
de 1877 por... Valencia, Imp. de José Rius, 1877.
TH. GUCK: cThe valenclan homage to Darwin in the centenial of his birth (19091•. Actas
del lli Congreso de Historia de la Medicina, vol. II. Madrid, 1971. págs. 578-601.
Tribuna Médica, nlim. 13. Valencia, 1909.
D. NU&Ez: cEl Darwinismo en Bspañ&». Madrid, 1977, ptgs. 13-43 y pág. 45, nota 75.
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Entre algunos de los corresponsales hay nombres ya importantes
entonces: el antropólogo Tubino; el arabista Codera; el numismático
Campaner y Fuertes; los arqueólogos Rada y Delgado y Fidel Fita; el
especialista en geografla antigua, Fernández Guerra. Su colaboración
con la SAV fue prácticamente nula al residir en poblaciones alejadas
de Valencia, limitándose, en el mejor de los casos, al envio de sus propias publicaciones.
Del resto, el caso más frecuente es el del clásico coleccionista y
amante de las antigüedades, como José Antonio Morand, de Denia,
propietario de la fmca donde aparecieron la mayor parte de hallazgos
romanos de esa ciudad, en la partida de Els Ullals y donde existió una
necrópolis que perdura desde el siglo I al IV-V d. J.C. Morand reunió
todos los hallazgos en su casa formando un Museo particular (15). O
como Leandro Alloza, de Castellón, poseedor de una colección numismática de miles de ejemplares, así como una colección de objetos líticos prehistóricos de distintos puntos del Maestrazgo pertenecientes a
los periodos Eneolitico y del Bronce (16).
Hay ejemplos más serios: Roque Chabás, futuro fundador y director de la revista El Archivo; Santiago Moreno, de Orihuela, excavador
de los yacimientos de Cueva de Roca y Ladera de San Antón; Aureliano !barra y Manzoni, de Elche, fundador en Roma de la Academia Española de Bellas Artes. En su obra más conocida, Illici, su situación y
antigüedades (Alicante, 1879), recoge y dibl\ia toda la serie de hallazgos que proporcionaron sus excavaciones en La Alcudia.
Destaca en Valencia, además de figuras tan conocidas como Vicente Boix o Felicísimo Llorente, Miguel Velasco y Santos, director del
Archivo del Reino, quien recogió en un álbum un buen número de inscripciones ibéricas, la mayoría publicadas pero mal conocidas. Entre
ellas había seis de Sagunto y el autor se proponía estudiar la famosa de
Castellón. Su trab~o, aunque fue intención de la SAV darlo a la imprenta, quedó inédito. Poco después, en la recién fundada revista La
(15) G. MARTIN AVILA: «DianumJ. Instituto de Estudios Romanos de la Institución Alfonso el Magnénimo. Valencia, 1970, págs. 14-15 y 20-21.
Bl Archivo, 4 . Valencia, 1890, págs. 160 y 162.
( 161 R. HUGUBT SEGARRA: «Resella histórica del desenvolvimiento cultural y artístico•.
En cGeografla General del Reino de Val.a nciu, tomo de la prov. de Castell6n, págs. págs. 193194 y 206-207.
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SOCIIIDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
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Academia, Velasco publicó las inscripciones de Alcalá de Xivert ( 17).
Cabe mencionar también a Francisco de P. Jaldero, que muchos
años antes, en 1849, presentó a la Sociedad Económica de Amigos del
País, una Memoria (inédita) junto con un plano, de los restos de acueductos de la margen derecha del Turia (18).
ACTIVIDADES DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA .VALENCIANA
Desde el momento de su creación, la SAV organiza unas Secciones
dedicadas al estudio de temas concretos. Fueron tres principalmente:
la Comisión de Lápidas e Inscripciones, la de Numismática y la Comisión de Prehistoria. La creación de esta última se debió a la propuesta
de José Vilanova, el único que en los inicios de la Sociedad estaba al
corriente de los últimos hallazgos de esta ciencia por sus colaboraciones con su hermano Juan Vilanova y Piera.
Hay que decir que las actividades más frecuentes eran, además
de las conferencias en las que sus miembros hacían gala de erudición,
la presentación de objetos y la discusión de los mismos.
Poco más podemos añadir sobre las actividades numismáticas a
lo que ya dijimos antes. Paradójicamente, la Sociedad, que se crea en
un principio con el fin exclusivo de dedicarse a estas actividades, es
muy poco lo que hace en este sentido, aparte del repertorio publicado
por Cerdá sobre numismática valenciana. Reconoce el autor las muchas lagunas que aún existen y se propone ir publicando adiciones y
correcciones al repertorio hasta tener datos suficientes para publicar
una historia numismática de Valencia, pero nada de esto se llegó a
hacer.
(17) MSAV 1873 (1876), ptg. 18.
M. VELASCO Y SANTOS: dnacrlpciones Celt1berau. La Academia, tomo I. Madrid, 1877,
pégs. 119-120.
'F, MATEU Y LLOPIS: cD. Mi¡llel Veluoo Aguiln». Valencia Atracción, núm. 296. Valencia, 19S9, pép. 13·16,
.
MATBU Y LLOPIS, ;gp. clt., nota 6, ptgs. 47 y 48.
Lu inscripciones ib6rlcu publicadas por VELASCO son:
LUMIARES: dnscrlpciones y antigüedades del Reino de Valenciu. Madrid, Real Academia de la Historia, VUI, 1852, pégs. 10-11, muna. 12, 13 y 15.
B. HÜBNBR: cMonumenta Linguae Ibericae». Berlfn, 1893, nwns. XIX, XX y XXI.
(18) D. FLBTCHER VALLS: «Acueductos romanos en término de Ribarroja del Turia (Valencia)». I Congreso Nacional de Comunidades de Regantes. Valencia, 1964, pég. 95, flg. 6.
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M. V. GOBXRNA VALBN'CIA
El mencionado catálogo recoge las monedas emitidas en Valencia
y conocidas hasta entonces, desde época romana hasta el reinado de
Fernando VII.
De bronces romanos se citan las emisiones de Ases de los magistrados C. Lucien(o) C. Muirl(o) O(uinquennalibus), T. Ahf(o) T. f. L. Trini(o) L.f.O(uinquennalibus) y L. Corani(o) O(uinquennalibus), con la
cabeza galeada de Roma a la derecha y leyenda circular en el anverso, y en el reverso la cornucopia sobre un haz de rayos y la leyenda
VALENTIA en la parte inferior.
Semises, unos con el nombre del magistrado T. Ahf(o) T.f.L. Trini(o) L.f.O(uinquennalibus) y otros sin nombre, ambas variedades con
la leyenda VAL[ENTIA] del reverso abreviada.
De Cuadrantes las dos variedades anepfgrafas.
Se menciona también un Sextante, de dudosa atribución ya que
no se conocen en colecciones valencianas, si bien afirma el repertorio
que está publicado, pero sin especificar dónde. Se desconoce además
el peso de esta moneda y su conservación, pudiendo ser un quadrans
acuñado sobre un módulo menor.
De monedas visigodas se conocen los tercios de sólido de oro, emitidas por los reyes Suintila, Chintila y Egica, en las que no se especifica la ceca y que fueron las monedas acuñadas con mayor profusión.
De época musulmana, dirhems de vellón o cobre y divisores de dinar de los emires Al-Mansur y Al-Mutháffll'. Divisores de dinar de AlMamún y un solo dirhem de Al-Kádir, todas ellas del periodo de Taifas y acuñadas entre los años 438 y 47(1) de la Egira.
De la etapa almorávide monedas de oro de Yusuf ben Texu.fin y
Ali ben Yusuf entre los años 496 y 512 de la E.
Y por último, al periodo almohade se atribuye tan sólo un dirhem
sin nombre de emir y sin año, típicas moneditas cuadradas características de este periodo (19).
Más interesante es la labor realizada en la recopilación de lápidas
romanas. Esta Comisión envió circulares a sus socios corresponsales
pidiéndoles el envio de calcos de las lápidas que se hallasen en sus poblaciones respectivas. Esto fue la causa de que se recuperasen un
buen número de ellas, muchas publicadas pero perdidas o mal conocidas, y algunas inéditas (véase apéndice).
La importancia de las actividades en el campo de la Prehistoria
radica en el hecho de que esta ciencia es objeto de estudio por vez pri(191 MSAV 1872 (18731, págs. 12 y 29-34.
El comentarlo del repertorio de numismática ha sido realizado por Pere Pau Ripollés.
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
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mera en el País Valenciano, dándose el caso de que algunos de los yacimientos descubiertos entonces han sido objeto, ya en el presente siglo, de excavaciones sistemáticas, y aún lo siguen siendo, como el de
la Ereta del Pedregal.
La primera noticia publicada respecto a hallazgos prehistóricos es
un resumen del informe redactado por el ingeniero del Ejército, Santiago Moreno, sobre las excavaciones que realizó en unos yacimientos
de la Sierra de Orihuela. L~ particularidad de este caso reside en que
es la primera vez que se excava en el País Valenciano en un yacimiento prehistórico y con las condiciones necesarias: se intenta dar una
estratigrafla, se hace un análisis geológico del terreno y se redacta un
informe con dibujos de los materiales característicos a través de los
cuales se interpreta la edad del yacimiento.
Se trata de la Cueva de Roca y Ladera de San Antón, ambos en la
sierra próxima a la ciudad de Orihuela.
Aftos antes la zona fue intensamente explorada por una compañia
minera, como el resto de las provincias de Murcia y Alicante, a raíz de
los descubrimientos metalíferos de Sierra Almagrera y Cartagena. La
Cueva de Roca fue totalmente vaciada, pasando desapercibidos gran
cantidad de sílex y huesos. Aftos más tarde, un vecino de la localidad,
un tal señor Correas, encontró en ella una serie de objetos prehistóricos que conservó y regaló, en su dia, a la Sociedad Arqueológica Valenciana.
.
Todo esto llegó a conocimiento de José Vilanova cuando en 1871
recorría la zona por motivos profesionales con una comisión minera.
El mismo año volvía a visitar la Cueva en compañía de su hermano
Juan Vilanova, y por las mismas fechas lo hacía Santiago Moreno, el
cual se decidió a excavar, quizá siguiendo instrucciones de Juan Vilanova.
La dificultad que presentaba la Cueva de Roca era el revoltijo en
que se encontraban los materiales después de las prospecciones, lo
que hacía imposible una estratigrafla que Santiago Moreno intentó reconstruir llamando incluso a testigos presenciales de anteriores exploraciones. Al igual que Juan Vilanova atribuye la Cueva de Roca a
los períodos Mesolftico y Neolítico.
También exploró otros yacimientos cercanos, el más importante
el de la Ladera de San Antón, que, desde hacía tiempo se consideraba
lugar de enterramiento romano.
Al practicar excavaciones descubrió dos sepulturas de grandes
piedras con el cadáver, y sin vestigio de industria humana, concluyendo, efectivamente, que se trataba de un lugar utilizado como cementerio romano. No obstante, Moreno fue el primero en descubrir en
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M. V. GOBERNA VALENCIA
14
la ladera de San Antón materiales prehistóricos, a los que no se atrevió a clasificar.
Estas exploraciones fueron objeto de un informe por su parte,
Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de Orihuela,
que envió por medio de José Vilanova a la Sociedad Arqueológica Valenciana, así como 17 cajas conteniendo sfiex, huesos y cerámicas de
los yacimientos, hoy lamentablemente perdidos.
La Sociedad emitió un dictamen sobre el informe de Santiago Moreno, apreciando los mismos caracteres triásicos en el terreno, pero
discrepando en cuanto a los periodos prehistóricos. La Cueva de Roca
le parece un lugar de enterramiento Neolítico, y la Ladera de SanAntón no un enterramiento romano, sino un yacimiento Mesolítico por la
talla más tosca de los materiales líticos (20).
U ama la atención la noticia del hallazgo de restos humanos pertenecientes a 80 6 100 individuos en una cueva de Enguera. Lo espectacular del hallazgo hace que, por una sola vez, una comisión de la Sociedad se desplace al lugar acompañada de Juan Vilanova. Este deduce del examen de la Cueva de las Calaveras (o de los Muertos), que los
restos humanos pertenecían como mucho a 15 ó 20 individuos, entre
otras cosas por las reducidas dimensiones de la Cueva, y que los huesos, con muy poca fosilización, debían ser posteriores a los materiales
que se encontraron.
Por su parte, el informe que publica la Sociedad, siguiendo a Vilanova (Juan), dice entre otras cosas que había que atribuir estos restos
humanos a una época relativamente moderna al no ver en ellos seña-
(20) MSAV 1872 (1873), págs. 14-19.
S. MORENO TOVILLAS: «Apuntes sobre las estaciones prelllstóricas de la Sierra de Orihuelu. Serie de Tr~ejos Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, núm. 7. Valencia,
1942.
VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 2, págs. 389-390.
Con posterioridad ó.nicamente el P. Furgus excavó la ladera de San Antón y otros yacimientos de la sierra de Orlhuela, formando con sus materiales el Museo del Colegio de Santo
Domingo de Orlhuela.
Véase a este respecto:
J . FURGUS: «Col.le~ó de treballs del P. J . Furgus sobre PrehistOria Valenciano. Treballs Solts, núm. 6, del Servei d'Investigació Prehistórica. Valencia, 1937.
RUBIO DE LA SERNA: «El Museo Arqueológico del Colegio de Santo Domingo de Orlhuela•. Revista Artistico-Arqueológica Barcelonesa, abril-septiembre, 1907, págs. 361-444.
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SOCIBDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
111
les de fosilización y al no ser, añade el informe, de tamaño extraordinario ni colosal (21 ).
En más de una ocasión se alude en la Sociedad al tamafto enorme
de los huesos del hombre primitivo como si continuara vigente la leyenda, que aún se aceptaba en el siglo XVITI, de que fueron los gigantes los que precedieron al hombre en la Creación. El mismo Juan Vilanova recomendó en alguna publicación que no se confundieran los
huesos de grandes mamíferos con los de hombres gigantescos.
Se debe a José Vilanova la publicación en las memorias de la Sociedad del hallazgo de una construcción palafitica en Bolbaite, donde
un vecino de aquella localidad, Francisco Palop, recogió «gran cantidad de punzones de hueso de un lustre especial, núcleos de diente humano de gran tamaño, e infinidad de huesos de los géneros bos, equus
y conchas lacustres, de cuyos ejemplares presentó dos buenos cuadros que han figurado también en la Exposición Universal de París».
Recogió además Palop puntas de flecha, percutores, hachas y fragmentos de martillo, todo de piedra, así como cerámica hecha a mano.
En realidad la localización en Bolbaite del yacimiento debió ser
una «preferencia localista» del seftor Palop, rico propietario de dicha
población, muy cerca de Navarrés, término donde realmente está ubicado el yacimiento conocido desde hace muchos años por el nombre
de Ereta del Pedregal (22).
Precisamente de este yacimiento proceden los únicos materiales
prehistóricos que se conservan de la colección que un día tuvo la Sociedad Arqueológica Valenciana y que guarda el Museo Paleontológico de Valencia (véase apéndice final).
(21) MSAV 1874·75-76 (1877), pég. 11.
JUAN VILANOVA Y PIERA: «Los Congresos Cientfftcos de Chalons, Bema, Parls, Lisboa y
Argel.t. Madrid, 1884, pégs. 93-96.
Sobre las mencionadas cuevas de Enguera:
J. APARICIO PBRBZ: «La Cueva de Enguera, de los Muertos, de las Maravillas o de las
Calaveras (Enguera, Valencia)». XIII Congreso Nacional de Arqueologia, 1973, pégs. 341346, y «La Cueva Santa de Enguera y el culto en cuevas en la Región Valencianat. Revista de
la Universidad Complutense, XXV, n1im. 101. Madrid, 1976, pégs. 9-30.
(22) JOSB VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 13, pég. 24.
J . CHOCOMBU: cLa primera exploración palafttica en Bspailat. Archivo de Prehistoria
Levantina, ll. Valencia, 1945, pégs. 100-101.
A partir de 1942 inició el Servicio de Investigación Prehistórica la excavación sistemática del yacimiento, habiéndose publicado diversos trab~os sobre el mismo. Se han realizado
20 campailu de excavaciones, en la actualidad b~o la dirección de B. Pla Ballester y B.
.Marti Oliver. La Brete aparece como un importante poblado que se habita durante el periodo
Bneolftico huta los momentos iniciales del Bronce Vale.nciano.
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16
M. V. GOBERNA VALENCIA
A Ferrer y Julve se debe el descubrimiento de un supuesto dolmen
en Mirambel (Teruel) (23), así como el importante yacimiento iberoromano de la Molet~ dels Frares, de Forcall (Castellón), al que identificó con la antigua Bisgargis, siguiendo la opinión de Cortés. El hallazgo de la Moleta, a la que describe como una fortaleza de dos cuerpos,
tuvo lugar en el verano de 1876, y durante los años posteriores continuó haciendo visitas a la misma, publicando alguna vez en la prensa
los hallazgos que el masovero, siguiendo su consejo, iba conservando.
Entre los objetos, las monedas alcanzaban una cronología que iba
desde la época ibérica hasta el Bajo Imperio; había teseras con caracteres ibéricos, aunque la mayoría eran latinas, así como cerámicas,
camafeos, lacrimatorios, etc. Ferrer y Julve fue consciente de la importancia del yacimiento e indicó la necesidad de realizar en él excavaciones, que se han llevado a cabo ya en este siglo (24).
De los primeros tiempos de la Edad del Hierro debió ser el hallazgo de una urna cineraria, que contenía algunos huesos humanos, en el
terreno llamado el Cuadro (Castellón). El lugar en que fue hallada formaba un montículo apenas perceptible de tierra distinta a la más bien
pantanosa del Cuadro. Su descubridor, un tal señor Cardona, pensó
que debía tratarse de un túmulo y realizó excavaciones en el lugar del
hallazgo, aunque sin resultados (25).
Sin duda, entre los hallazgos romanos más importantes destacan
la cabeza de marmol blanco hallada en Turís, y el Mosaico del Sepulcro de Severina, en Denia.
(23) MSAV 1872 (1873), pág. 20; 1873 (1876), pág. 6 ; y 1874 -75-76 (1877), págs. 22-23.
VILANOVA Y PIBRA, op. cit., nota 2, pág. 404.
(24) MSAV 1874-75-76 (1877), págs. 30-31; 1877 (1878), pág. 20; 1878 (1879), pág. 10
y Lám., y 1879 (1880), pág. 5.
J . EIXARCH PRASNO: «El centenario de La Moleta». Separata del Boletfn de Amigos de
Morella y su Comarca, afto IV, págs. 10-26. En este trabtijo, J . Eixarch recoge lo que ya publicó en Fiestas de Porcall, 1966; Bisgargis, ndm. 35, Barcelona, 1969; y Bisgarg!s, núm. 87 y
90, Barcelona, 1973.
Véase además: J . C. SBRRA RAPOLS: cUn famoso arqueólogo informa sobre La Moleta de
Porcall.t. Fiestas de Porcall, 1966. F. MATBU X IJ.OPIS: «El Porcall a la luz de los hallazgos
monetarioS». Fiestas de Porcall, 1966. B. PLA BAIJ.BSTBR: cLa Moletu. Fiestaa de Porcall,
1968. G. ALFOLDY: eRes Publica Leserenailll. Trabtijos Varios del Servicio de Investigación
Prehistórica, ndm. 55. Valencia, 1977.
(26) MSAV 1878 (.1879), págs. 8-9.
F. BSTBVB GALVBZ: cLa necrópolis ibérica de Bl Bovalar (Benlcarló, Castellón)». Archivo
de Prehistoria Levantina, XI. Valencia, i966, págs. 19-20. BSTBVB desecha la idea de que
los p~ols de la Plana tengan carácter funerario. Sin !!mhargo, aAade: dlay, con todo, noticia
de que en el CUadro apareció una urna cineraria en el interior de un ligero alterón del suelo,
pero extenso, que pudo ser un pequeAo tdmulo».
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SOCIEDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
17
En cuanto a la primera, que la Sociedad no conoció sino por fotografia, había salido en la partida de Fondos y la conservaba un tal
José Soler Navarro. La importancia que concedió la Sociedad a la escultura le mereció una litografia en una de sus memorias anuales y
una conferencia por parte de uno de los socios, quien concluyó que,
por las formas femeninas y la tensión de los músculos del cuello, debió ser una cariátide que formarla parte de un adorno arquitectónico.
La escultura, que medirfa unos 25 cms., está hoy en paradero desconocido (26).
El mosaico de Severina se halló en 1878, en un campo propiedad
de José Antonio Morand, en Denia, durante unos trabajos de roturación. El cadáver hallado debajo del mosaico corresp.ondfa a la inscripción funeraria del mismo, dedicado a una tal Severina. Fue avisado
inmediatamente Roque Chabás, quien dispuso el modo de extraerlo
para que no sufriera desperfectos. Tras su estudio envió un informe a
la Sociedad Arqueológica Valenciana, titulado El sepulcro de Severina, mosaico de los tiempos primitivos del cristianismo, descubierto en
la ciudad de Denia. Informe que fue publicado integro en la memoria
anual de la SAV.
La decoración del mosaico se repartía en tres compartimentos: en
un extremo la inscripción, transcrita por Chabás como «Severina
(quae) vixit annos quadraginta, decessit in pace tertiv idvs febrvarii»,
en medio un tablero cuyos escaques no alternan con uniformidad, y al
otro extremo dos cuadros sobrepuestos figurando en el interior del
más pequeño una estrella a compás de seis puntas.
Basándose en distintos autores (Martingy, Lupi, Cavedoni y Rossi,
así como en el «Anticuario español más autorizado», aunque nomenciona su nombre) Chabás atribuyó a la inscripción el carácter de cristiana y da como cronología el año 350.
(26) MSAV 1877 (1878), pág. 20 y Lám.; y 1878 (1879), págs. 6-7.
F. FITA: «Nuevas inscripciones romanas d.e Alcorrucén, Ecija, Denia, Turls y Abia de las
Torres». Bol. de la Real Academia de la Historia, XXXVII. Madrid, 1900, págs. 437-438; y
cApuntes Epigráficos•. Bol. de la Real Academia de la Historia, XXXVIII. Madrid, 190 1, pág.
98.
E. ALBERTINI: cSculptures anüques du Conventus Ta.rraconensis». Anuari de I'Institut
d'Estudis Catalana, IV. Barcelona, 1911-12, pág. 333.
- 591 -
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18
..
l\l. V. GOBERNA VALENCIA
El mosaico, restaurado, fue colocado en el interior de la casa del
señor Morand. Hoy se encuentra en el Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia (27).
LA PRIMERA EXPOSICION ARQUEOLOGICA
DE VALENCIA. 1878
En 1878 se celebró en París, desde los meses de mayo a octubre,
una Exposición Histórica Universal de Arte Antiguo, y al mismo tiempo la Sociedad Antropológica de París (que había sido fundada en
1859 por Paul Broca) organizó una Exposición Antropológica y Etnográfica que fue dirigida por figuras tan importantes como Ouatrefages, Martín, Mortillet y el mismo Broca. Todas las entidades similares
del mundo fueron invitadas a este certamen, entre ellas la Sociedad
Antropológica Española, cuyos miembros, el doctor González de Velasco y Francisco Tubino, formaron parte del comité organizador en
lo que a la colaboración española se refería. La Exposición Antropoló·
gica comprendía las siguientes materias:
·-
Antropología propiamente dicha y cronología.
Etnografla general.
Arqueología prehistórica.
Lingüfstica.
La Sociedad Arqueológica Valenciana fue invitada a tomar parte·
en la Exposición Antropológica de París; sin embargo, rehusó participar, ya que, dice textualmente, «los objetos que forman hoy la base de
nuestro pequeño museo no merecen, ni por su rareza ni por su valor
intrínseco, figurar en aquel grandioso certamen».
Sin embargo algunos socios de la SAV, ante la insistencia de Tubino, presentaron objetos prehistóricos de sus colecciones particulares,
que figuraron al lado de la colección cranefstica de González de Velasco, en el Pabellón de Antropología. Entre otros se expusieron los objetos recogidos por el señor Palop, de Bolbaite, del yacimiento de la Ereta del Pedregal.
(271 MSAV 1879 (1880). Apéndice, págs. 27-32 y Lé.m.
R. CBABAS LLORBNS: cBl Sepulcro de Severinu. Bl Archivo, l. Denia, 1886, pá.gs. 2-4,
9-10 y 17-19.
J . BRUNBT Y BBLLBT: cBl tablero del Sepulcro de Severinu. Bl Archivo, 1. Denia, 1886,
págs. 243-244 y 249-251.
F. FITA: cUpidas romanas de Deniu. El Archivo, l. Denia, 1886, pág. 339.
G. MARTIN AVU.A, op. cit., nota 15, págs. 30-34.
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
19
De todas formas, la Exposición de París hizo pensar a la SAV que
sería factible realizar algo parecido en Valencia, coincidiendo con la
apertura del nuevo curso de la Sociedad y de forma privada, concurriendo sus socios con sus colecciones particulares. Enterado el Ayuntamiento de la ciudad de este proyecto, pidió a la Sociedad su colaboración para que la Exposición se realizase, patrocinada por aquél, y
con motivo de las fiestas por el enlace del Rey Alfonso xn. La Sociedad accedió a ello, organizándose el certamen en los claustros delColegio del Corpus Christi.
Tomaron parte en ella·las más importantes instituciones valencianas (Comisión Provincial de Monumentos, la Universidad, la Academia de Bellas Artes, Biblioteca Universitaria Provincial, etc.), así como medio.centenar de expositores particulares, una gran mayoría de
ellos miembros de la Sociedad Arqueológica, que aportaron sus propias colecciones, siendo de observar que la SAV no figuró como institución.
Las aficiones coleccionfsticas y anticuarlas de los miembros de la
SAV, desde luego muy lejos de los problemas de la Antropología prehistórica, se ponen de manifiesto en esta Exposición Valenciana, donde en una mezcolanza de más de mil objetos, entre cuadros, muebles,
códices, y algunos de época romana, sólo se exponen, como prehistóricos, una madera del palafito de Bolbaite, una serie de objetos neoliticos (sin más datos de su procedencia) pertenecientes a José Vilanova, y nueve hachas de piedra pulimentada (28).
• • •
Podemos concluir considerando a la Sociedad Arqueológica Valenciana, por la fecha de su creación y en menor medida por la actividad que desarrolló, como el punto de inflexión en el que la. labor de
anticuarios y coleccionistas daría paso a un conocimiento científico
sobre el proceso de las sociedades humanas. Diríase que es una última manifestación de aquello y el inicio de lo segundo.
(28) MSAV 1877 (1878), págs. 23-24; y 1878 (1879), págs. 4-6 y 25.
JOSE VILANOVA Y PIERA, op. cit., nota 13, págs. 24-25.
JUAN VILANOVA Y PIERA: cCongreso Antropológico de París, 1878•. en op. cit., nota 21,
págs. 190-264.
cCatálogo y reseña de los objetos que se encuentran en la Exposición Arqueológica celebrada por el Excmo. Ayuntamiento Constitucional de Valencia, con motivo del enlace de S.
M. el Rey, situada en los Claustros del Real Colegio del Corpus Christil. Valencia, Imp. José
Domenech, 1878.
- 593 -
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20
M. V. GOBRRNA VALENCIA
Las actividades de la Sociedad Arqueológica Valenciana cesan
unos años después de la publicación de su última Memoria (1881), suponemos que entre 1883 y 1886, cuando está a punto de emprender
una publicación de más envergadura, unos Anales que no llegaron a
aparecer (29). Desde entonces y hasta la década de 1920 no existe en
el Pafs Valenciano otra entidad que se dedique a promover y encauzar
la investigación prehistórica, cuando precisamente fue durante el
período de 1880 a 1900 en el que surgieron las excavaciones sistemáticas en España, como las que los hermanos Siret llevaron a cabo en
Almeria, continuaron apareciendo obras de conjunto sobre Prehistoria peninsular (Cartailhac: Les ages préhistorique de l 'Espagne et du
Portugal. París, 1886), a. í como grupos locales de aficionados y erus
ditos, como el que en el Bajo Aragón, encabezados por Santiago Vidiella, publica el Bolettn de Historia y Geografta del Bajo Arag6n (30).
Durante estos años tan sólo se puede hablar en el País Valenciano
de una excavación prehistórica: la que lleva a cabo en 1884 en la Cova de les Llometes de Alcoi, el ingeniero alcoyano Enrique Vilaplana,
quien redactó el correspondiente informe en colaboración con Juan
Vilanova y Piera (31).
Hay que mencionar, no obstante, en el campo de la Arqueología,
la publicación de ia revista El Archivo que funda y dirige Roque Chabás, antiguo miembro de la extinguida Sociedad Arqueológica Valenciana. La revista se publica ininterrumpidamente desde 1886 a 1893,
primero en Denia y luego en Valencia, y en ella colaboraron los más
importantes investigadores de la época. Se trata de una revista de
Ciencias Históricas (aunque también da cabida a trabajos literarios o
filológicos), siendo uno de sus objetivos la publicación de hallazgos arqueológicos y numismáticos, especialmente en las provincias de Valencia y Alicante. Es notoria su aportación al conocimiento del reino
musulmán de Valencia, así como su labor en el campo de la epigrafia
latina, en lo que fue de gran ayuda a Hübner para la redacción del suplemento al CIL. La importancia de El Archivo se evidencia en el hecho de que durante la época en que se publica es la única revista que
(29) MSAV 1880 (1881), pág. 11.
(30) L. PERICOT GARCIA: «Los estudios referentes a la Prehistoria y a la Antigüedad españolas». Historia Universal, tomo 1, Prehistoria. Barcelona, Instituto Gallach, 1958, págs.
38-41.
M. ALMAGRO BASCB, A. BELTRAN MARTINBZ y B. RIPOLL PBRBLLO: «La investigación prehistórica del Bajo Aragóm. Prehistoria del Bajo Aragón. Zaragoza, Insúttlto de Bstu·
dios Turolenses, 1956, págs. 9-13.
(3 1) R. VICBDO SANFELIPB: «Historia d.e Alcoy y su Regióm. Alcoy, 1920·22, págs. 6599.
-
594 -
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
21
sobrepasa el ámbito localista, junto con el Boletín de la Real Academia de la Historia (32).
·
A partir de 1900 las actividades prehistóricas continúan en el
Pafs Valenciano gracias a la labor aislada de algunos investigadores,
como Furgus, que excava en Orihuela entre 1902 y 1908, o Ballester
Tormo, que iniciaba sus excavaciones en el poblado ibérico de Covalta
(Albaida) hacia 191 O.
Desde la segunda década del siglo XX comienzan a crearse en Españ.a centros que unifican los trabajos científicos dispersos -la Junta
Superior de Excavaciones y Antigüedades (1912), la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (1913) y el Servei d'Investigacions Arqueológiques del Institut d'Estudis Catalans (1914)-,
al mismo tiempo que desde principios de siglo la enseñ.anza de la Arqueología, Epigrafia y Numismática se integra en la Universidad como materias obligatorias.
En la Universidad de Valencia esta cátedra fue ganada por oposición en 1905 por Gonzalvo Paris. En el curso 1920-2 1 un grupo de
alumnos de la cátedra, con deseos de aprendizaje práctico, estimularon a Gonzalvo a buscar un local donde hacer efectivas estas prácticas fuera del ámbito de las clases teóricas. Asi surge el Laboratorio de
Arqueología, que desarrolla, en los primeros años que siguen a su
creación, una labor preferentemente numismática, debiéndose a la
colaboración de personas de medios extrauniversitarios, como Senent
Ibáñ.ez o Gómez Serrano entre otros, lo que impulsó las actividades
prehistóricas del Laboratorio, a lo que coadyuvó en gran manera el
ingreso en el mismo de Luis Pericot a partir dé 1927, colaborador a su
vez del Servicio de Investigación Prehistórica que en 1927 acababa
de fundar la Diputación Provincial de Valencia (33).
(321 C. BARCELO TORRES: «El Archivo (1886-18931. Indicas para su manejo». En Estudios de Historia de Valencia, tomo I, Secretariado de Publicaciones de la Universidad. Valencia, 1978, págs. 481-530.
E. OLMOS Y CANALDA: «Bibliografla del M. I. Sr. D. Roque Chabás Lloréns. canónigo archivero de la Basllica Metropolitana de Valencia». Anales del Centro de Cultura Valenciapa,
núm. 26. Valencia, 1951, págs. 1-25.
«Nuestras revistas de cambio». El Archivo, 3. Denia, 1889, págs. 12-13.
(331 Respecto al Laboratorio de Arqueologfa de Valencia, véase:
Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia. tomo 11 , 1975,los siguientes arúculos:
L. PERICOT GARCIA: «Mis recuerdos del Laboratorio de Arqueología de la Universidad
de Valencia», págs. 15-19 ; D. FLETCHER VAU.S: «El Laboratorio de Arqueología y su proyección extrauniversitarla», págs. 21-25; M. BALLESTEROS GAIBROIS: «El Laboratorio de Arqueología de 1940 a 1950», ptgs. 27-39; y F. MATEU Y LLOPIS: «La tradición numaria de
Valencia y la creación del Laborato.rio de Arqueologia de su Universidad», págs. 41-73.
Respecto al Servido de Investigación Prehistórica, véase:
D. FLETCHER VALLS y E. PLA BALLESTER: eSO ados de actividades del Servicio de Investigación Pre.histórica (1927-1977)•. Trabajos Varios del S.I.P.• núm. 57. Valencia, 1977.
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M. V. GOBERNA VALENCIA
APENDICE 1
APORTACION EPIGRAFICA DE LA SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
Entre las 41 inscripciones que publicó la Sociedad en sus Memo-
rias anuales, 37 son lápidas romanas del Pafs Valenciano y de ellas 24
inéditas, incluyendo un laude en mosaico. No es de extrañar que la
Sociedad considerase como inéditas algunas más si se tiene en cuenta
que, aunque publicado en 1869, fueron muy raros los ejemplares del
CIL en las bibliotecas españolas incluso hasta muchos años después,
como el propio Hü.bner reconoce (34).
Estimamos que el mérito de la SAV, en lo que a su aportación epigraflca se refiere, estriba no sólo en la publicación de las inscripciones, sino que por vez primera hay un intento de conservar las lápidas
en un museo, como hizo la Sociedad con un buen número de ellas al
depositarlas en el Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia.
En este sentido es de destacar que el primer intento serio de crear
en Valencia un Museo Arque9lógico, después de las tentativas del
obispo Mayoral en el siglo xvm, se debió a la Sociedad Arqueológica
Valenciana. Esta entidad, a través de José Vilanova, gestionó con la
Comisión Provincial de Monumentos la posibilidad de depositar las lápidas y otros objetos arqueológicos de su colección, en el.Museo Provincial de Bellas Artes, naturalmente sin renunciar la Sociedad a la
posesión de los mismos.
Más adelante, la Sociedad propuso a la Diputación Provincial que
se destinase el palacio de los condes de Albalat, conocido por Mosen
Sorell, a Museo Arqueológico. Al parecer el estado ruinoso del edificio,
debido a un incendio, impidió que el proyecto se llevase a cabo (35).
En la siguiente relación de inscripciones inéditas aportadas por la
SAV, remitimos, en lo que a su comentario respecta, a los autores que
las han estudiado. Hemos de advertir que, para evitar confusiones,
hemos seguido el criterio, en todos los casos, de ofrecer la transcrip~
ción más moderna.
Almenara
1.-
••• ftiVS
• , .DnaOII
••• APEOVJnA.
PEOI'l'Br
DEDIOAYI!
MSAV 1872 (1873) pág. 23, núm. 3.
suppl. 6057.
134) E. HÜBNER: «El Archivo en Alemaniu. El Archivo, 3. Denia, 1889, pág. 121.
(35) MSAV 1973 (1876), pág. 17, y 1878 (1879), pág. 10.
en. n
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
23
D. Fletcher y J. Alcécer: «Avance a una arqueologia romana de la provincia de Castellón•.
Bol. de la Sociedad Castellonense de Cultura. XXXI, 1955, pág. 336, núm. XXVIll.
P. P. Ripollés: cSinopsls de epigrafia latina castellonense». Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense. 3, 1976, pág. 240, núm. 34.
·
Fue hallada donde se supone estuvo el Templo de Venus en Almenara y trasladada a Burriana. Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Barcelona.
Jérica
2 .- OftDIS
MERifi
M. CLODIV
F.ABUII
MSAV 1880 (1881), pág. 9.
Ferrer y Julve: «Recuerdos de Jéricu. Valencia, 1899, pág. 52.
CIL n Suppl. 6065.
D. Fletcher y J . Alcácer, op. cit., pág. 345, núm. LXIX.
Ripollés, op. cit. pág. 251 , núm. 71.
Se encuentra en el Museo de Xérica.
3.-
IIRBIOII
L.&IIA
dL
1
MSAV 1880 (1881), pág. 9.
Ferrer y Julve, op. cit., pág. 51.
CIL n Suppl. 6066.
D. Fletcher y J . Alcácer, op. cit., pág. 344, núm. LXV.
Ripollés, op. cit. pág. 249, núm. 62.
·
Sagunto
4.- OORIOILiü •••
SICYJID4. Q. .• • •
Alll.nni •••
MSAV 1872 (1873), pág. 26, nóm. 8.
CIL ll Suppl. 6035
J. Sanchls Sivera: «La Diócesis Valentina. Estudios históricos. cAnales del Instituto General y
Técnico, vol. V, núm. 23, Valencia, 1920. núm. 387.
F. Beltrán Llorls: cEpigrafia latina de Saguntum y su territorium». Trablijos Varios núm. 67
del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1980, núm. 140.
Hoy desaparecida. Seg-ún Beltrán, fue situada por HObner en Saguntum porque la memoria de la SAV la publicó sin procedencia, pero entre otras saguntinas.
5.- AMOKU. YILLAIWI
SIJII ft
SY
MSAV 1872 (1873), pág. 27, núm. 12.
CIL n Suppl. 6029.
Sanchls Sivera, op. cit., núm. 244.
Beltrán Lloris, op. cit., núm. 96.
Se conserva en el Museo Arqueológico Saguntino.
- 597 -
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M. V. GOBERNA VALENCIA
24
Canet d 'Bn Berenguer
6.-
DIS
IIAJIIBUS
SACIMI
MSAV 1874-75-76 (1877), págs. 5-6.
A. Chabret Fraga: cllistoria de Sagunto y sus monumentos». Valencia, 1888, tomo
n, pág.
174.
en. II suppl. 6063.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 29.
F. Beltrán Lloris, op. cit., págs. 230-231, núm. 283.
Apareció en el cauce del rlo Palancia frente a Canet. Hoy desaparecida.
Lllria
7.-
P.UIAB
PIBRIDI
J'.UIA
ClK>C.ALB
Plx.IAB llf SIBI
MSAV 1872 (1873), pág. 28, núm. 16.
CIL II Suppl. 6016.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 155.
G. Martín y M . Gil-Mascaren: «La romanización e.n el campo de Liriu. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 7 , 1969, pégs. 27 y 29.
L. Martf Ferrando: «Lápidas romanas de Liriu, Archivo de Prehistoria Levantina, XIII, 1972,
pég. 175, núm. XXI.
Fue hallada en el huerto de Juan Francisco Porcar, en la partida de PI a de 1'Are, donde se
conserva.
Vülamarchante
8.-
SB PR>JIIB
IIELlfl IM
Alllt. LV
Q. CABO
Ll!l>liAS
J'I!CIT
MSAV 1872 (1873), pág. 25, núm. 7, Lám. 2, fig. 3.
CIL II Suppl. 6008.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 493.
Fue entregada por el marqués de Cáceres, miembro de la SAV, al Museo Provincial de Valencia.
Villar del Arzobispo
9 .-LICllO:VS
az:I.ofill:IR
A1l LX
MSAV 1872 (1873), pág. 27, núm. 13.
Suppl. 6067
en. n
-
598 -
[page-n-599]
SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
25
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 503.
V. Llatas Burgos: «Carta Arqueológica de Villar del Arzobispo y su comarciiJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VI. Valencia, 1957, pág. 177, núm. 9.
·
Actualmente está en paradero desconocido.
Valencia
10.- D(b) M(aDI.bwJ)
AM'OIIIAB
O(ai)
l(U1ae)
II•DXTT·* )
A.lfl'a:)RW
LXXVI
MSAV 1873 ( 1876), pág. 13, fig. 9.
CIL II Suppl. 60 10.
Sanchis Sivera, op. cit., nú m. 190.
G. Pereira Menaut: clnscripciones romanas de VaientiiiJ. Trabejos Varios núm. 64 del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1979, núm. 43.
Fue descubierta, junto con la lápida siguiente, en la casa que poseía en Patraix el marqués de Cruilles. Se conserva en el Museo Provincial de Bellas Artes, de Valencia.
11.- f!'Ml) E'U All( 110rua) XVII
[h(1o~ S(1ta) B(et)
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~ene) COO~AB D(e) S(uo)
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(ece1'11J1t)
MSAV 1873 (1876), pág. 14, fig. 10.
CIL II Suppl. 6011.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 191.
Pereira Menaut, op. cit., núm. 62.
Se conserva en el Museo Provincial de Bellas Artes, de Valencia.
Puzol
12.- RIVS, L.PIIAR
VS.AN.XXIX.H. s . B.
OR.BPI.OASYM • .PV
vs
SA.BDILIS.DIEBVS
XXX. DI!!
RS. RAPVI!'.ft,TV
VI AMOR
VALB
MSAV 1874-75-76 (1877), pág. 6.
CIL II Suppl. 6064.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 204.
Esta lápida fue hallada en Puzol en 1870. A la Sociedad Arqueológica llegó un calco tan
inexacto que optó por publicar sólo la traducción; por ello tampoco consta el texto en el CIL.
- 599 -
[page-n-600]
26
M. V. GOBRRNA VALENCIA
Sanchis Sivera encontró el calco de la inscripción, hoy desaparecida, y la publicó junto con la
transcripción que de ella hizo Fidel Fita.
Xdtiva
13 y 14.-
JI?
4?
PL!SX4S PA!f
BDIB IIBRift
J)• • •
MSAV 1873 (18761, pág. 8, figs. 1 y 2.
CIL II Suppl. 5981 .
Sanchis Sivera, op. cit., 106.
A. Ventura Conejero: «Játiva romanu. Serie de Trab~os Varios n6m. 42 del Servicio de Investigación Prehistórica. Valencia, 1972, pág. 65, n\lm. 38.
Se trata de dos fragm.entos. Tanto la SAV como Bübner no excluyen la posibilidad de que
se trate de la misma lápida. Sanchis Sivera y Ventura opinan que debían ser dos lápidas dis·
tintas. Estos dos fragmentos y las tres lápidas siguientes se hallaron al derribar la muralla de
la población. Debido a las gestiones de José Vilanova las cinco inscripciones se depositaron
en el Museo de Bellas Artes, de Valencia.
15.- •••GB4ftiYS
4
•• .L SOOI AJOI •••
B
s ...
MSAV 1873 (1876), pág. 9, fig. 3 .
CIL n Suppl. 5979.
Sanchis Sivera, op. cit., n\lm. 115.
Ventura Conejero, op. cit., pág. 63, nmn. 36.
16.-
D. M.
PlBI BIII.SU
All lliii • JI
MSAV 1873 (18761, pág. 9, fig. 4.
en. II Suppl. 5980.
Sanchis Sivera, op. cit., nmn. 84.
A. Ventura Conejero, op. cit., pág. 64, n\lm. 37.
17.-
I 90o:>
.aLliiiO nl!lftis
SDIO 8 S B
MSAV 1873 (18761, pág. 9, fig. 5.
CIL II Suppl. 5982.
Sanchis Sivera, op. cit., n\lm. 113.
A. Ventura Conejero, op. cit., págs. 65-66, n6m. 39.
- 600-
[page-n-601]
SOCIEDAD Al\QUEOLOGlCA VALENCIANA
27
VaUada
18.-
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M. TALl!K[YS , M,
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o.u. • vmwrrs
Al! • J.JXrf. B.
s.
B,
MSAV 1880 (1881), pág. 10.
F. Fita: Boletín de la Real Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 12.
CIL ll Suppl. 5983.
Sanchis Sivera, op. cit., nllm. 484.
A. Ventura Conejero: dnscripciones romanas de la provincia de Valencia». Archivo de Prehistoria Levantina, XIV, 1975, págs. 235-236, núm. 62.
Aunque la SAV la considera procedente de Xátiva, parece ser que se halló en Vallada en
la partida llamada Tarrassos. Hoy en paradero desconocido.
Rafelcofer
19.-
Tlm!BLB
u.s ••
YSTIOYS
S'I'O, .,, Q
MSAV 1880 (18811. pág. 10.
Chabás, El Archivo, 5, 1891, pág. 88.
CIL n Suppl. 5974 .
Sanchis Sivera, op. cit., nWn8. 182 y 207.
Esta lápida fue hallada junto con la siguiente. Hübner las sittía en Oliva al igual que Sanchis Sivera, aunque este (!)timo autor vuelve a repetirlas b9Jo el epigrafe 1\afelcofer. Ambas
se conservan e.n el Museo de Bellas Artes, de Valencia.
20.- oJ,
84'nBlYS
OJ, I. .BSTOR
Al!.
XVIII, H.S.B,
MSAV 1880 (1881), pág. 10
Chabás, El Archivo, 5, 1891, pág. 88.
CIL II Suppl. 5973.
Sanchis Sivera, op. cit., ntíms. 179 y 206.
Villalonga
21.- p, SVLPIOIVS
RVSUOYS
MSAV 1872 (1873), págs. 6-7 y 40.
Chabás, El Archivo, 6, 1892, pág. 298.
CIL II Suppl. 6009.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 492.
- 601 -
[page-n-602]
M. V. GOBBRNA VALENCIA
28
Fue donada a la Sociedad Arqueológica por José M.• Arias, de Gandia. Se conserva en el
Museo de Bellas Artes, de Valencia.
Denta
22.-
Q, OIWIIO , Q, P
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11 , 111P1'1Ll0A
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MSAV 1872 (1873), pág. 24, núm. 5.
Chabás: «Historia de Denia», !, 1874, pág. 101.
Fita: BoletJn de la Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 17.
Chabás, El Archivo, I, 1887, pág. 337.
CIL n Suppl. 5962.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 46.
G. MartJn Avila: «Dianium», Valencia, 1970, págs. 60-62, núm. 10.
Fue descubierta en el huerto de José Morand en 1872, donde se conservó hasta su traslado al Museo de Denia.
23.-
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IIUIII , J'ILI • D'fLOUII
MSAV 1874-75-76 (1877), pág. 34, nota 2, Lám. 3, fig. 3 .
Fita: Bol. de la Academia de la Historia, IV, 1884, pág. 20, 6.
Cbabás, El Archivo, 1, 1887, pág. 334.
en. II Suppl. 5969.
Sanchis Sivera, op. cit., núm. 47.
G. Martin Avila, op. cit ., págs. 64-66, núm. 12.
Se conserva en el Museo de Bellas Artss, de Valencia.
24.- SBVKRIII.l
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PACE TBII!I
V IDVS 7111!
MSAV 1878 (1879), págs. 27-32 y Lám.
Chabás, El Archivo, 1886, págs. 2-4, 9-11 y 17-19.
G. MartJn Avila, op. cit., págs. 30-34.
Se trata de un laude en mosaico, paleocristiano, que apareció en 1878 en un campo de
José Morand. Se conserva en el Musao Provincial de Bellas Artss, de Valencia.
- 602 -
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SOCIEDAD AROUEOLOGICA VALENCIANA
29
APENDICE li
MATERIALES PREHISTORICOS QUE SE CONSERVAN DE LA SOCIEDAD
AROUEOLOGICA VALENCIANA
Ya Chocomeli da la noticia, en 1942, de la existencia en el Museo
Paleontológico de materiales procedentes del yacimiento palafitico de
la Ereta del Pedregal (Navarrés) (36).
Efectivamente, hemos comprobado la existencia en dicho museo
de cinco tablas con las palabras impresas de Sociedad Arqueológica.
Valencia, que debieron formar parte de una colección ordenada alfabéticamente, pues las que se conservan corresponden a las letras
A, B, G, H y J. Pegadas en el reverso de las tablas, unas etiquetas manusc~tas especifican su donación por don Francisco Palop, de Bolbaite, asi como la procedencia de los materiales que contienen. Estos van
sujetos a las tablas por medio de alambres y cuerdas finas, como se
hacia antiguamente. Cuatro de las tablas contienen materiales del yacimiento de la Ereta excepto una, la J , cuyos materiales proceden del
Castillo de los Morcones de Bicorp (Valencia) (37). Son los únicos materiales prehistóricos, conocidos, que se conservan de la Sociedad Arqueológica Valenciana (Lam. I y II).
Las tablas G y H contienen huesos de animales domésticos (38).
(361 CHOCOMELI, op. cit. nota 22, pág. 106, nota l.
(37) La atribución de materiales al Castillo de los Morcones debió ser una confusión, ya
que, según J . APARICIO PEREZ, no existe yacimiento alguno en dicha loma, sino en la ladera
opuesta del barranco de los Morcones, yacimiento denominado Castillico de Cueva Caida y
que pertenece a un poblado de la E. del Bronce.
(38) Los materiales óseos han sido clasificados por I. Sarrión Montaiiana y los Uticos y
cerámicos por B. Martf Ollver.
- 603 -
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30
M. V. GOBERNA VALENCIA
TABLA G
- 3 lascas de sJlex, un fragmento de plomo y 3 punzones de hueso efectuados sobre meta·
podios de herbívoro.
Oryctolagus cuniculus (conejo)
- 2 hemimandlbulas.
- Tibia: fragmento proximal y distal.
- 2 metatarsos.
- 1 incisivo.
SUs scroph.a (jabaUI
- Fragmento de colmillo inferior.
-Incisivo.
TABLA H
Ovicdpridos
- 3 fragmentos mandibulares con varias piezas dentales.
Equus caballus (caballo)
- M2 der. (molar superior segundo derecho).
- p 3 6 4 (fragmento de premolar 3.0 o 4 .0 superior derecho).
Cervus elaph.us (ciervo)
- M 1 • M3 (fragmento mandibular con molar 1, 2 y 3).
- Fragmento de asta con muestras de aguzamiento.
Bos taurus (toro)
- M 3 iz (molar 3.0 inferior izquierdo).
Capra pyrenaica (cabra hispánica)
- Tibia derecha tercio distal.
SUs scroph.a (jabaU)
- M3 (molar tercero).
Ovis aries (oveja)
- M C dr. (metacarpo derecho).
Todos los fragmentos óseos presentan adheridas concreciones calcáreas.
TABLA A
- Gran hoja cuchillo con retoques bilaterales continuos.
- Dos fragmentos de hoja con retoques marginales de uso.
- Fragmento de hojita.
- 11 lascas.
-Un cardium con ápice perforado (cerastoderme edule).
- Cuatro melanopsis graellsi.
- Dos pectes (glycimeris gaditanus).
TABLA B
- Una gran hacha, posible reja de arado.
- Dos hachas cuadrangulares.
- Una hacha alargada.
-Dos pequeflas azuelas.
- Tres percutores, uno de pórfido y dos de rocas basálticas.
- 604 -
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SOCIEDAD ARQUEOLOGICA VALENCIANA
31
TABLA J (Castillo de los Morcones)
-
Una placa de barro cocido de forma circular con cuatro perforaciones.
Un fragmento de hacha o azada de piedra pulida.
Dos percutores.
Dos fragmentos de borde y cuerpo de cerámica a mano.
Un fragmento de borde y cuerpo con pequeño mamelón.
Un fragmento de base con ónfalo hecho a tomo.
Junto a esta última tabla hay un broche de cinturón de bronce damasquinado con plata del que Cabré dice que procede del Castillo de
los Morcones de Bicorp y que fue donado por Francisco Palop (39).
1
39) J . CABRE AGUILO : «Decoraciones hispánicas. ll. Broches de cinturón de bronce damasquinado con oro y plata». Archivo Espaftol de Arte y Arqueologfa, xm. Madrid, 1937,
págs. 94 y 100, fig. 11 , nota 4.
- 605 -
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GOBERNA VALENCIA.-Sociedad Arqueológica
LAM. I
Materiales de la Sociedad Arqueológica Valenciana que se conservan en el Mu.aeo Paleontol6gico de Valencia
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GOBERNA VALENCIA.- Sociedad Arqueológica
LAM. n
Materiales de la Sociedad Arqueológica Valenciana que ae conaervan eo el Museo Paleontológico de Valencia
- 608 -
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