[page-n-95]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTI NA
Vol. XVI (Valencia , 1981)
JOSE VTE. MARTINEZ PERONA
(Valencia)
LA COVACHA BOTIA
(Siete Aguas)
I
SITUACION, DESCRIPCION Y DESCUBRIMIENTO
La covacha Botia se encuentra situada dentro del término municipal de Siete Aguas (provincia de Valencia) (fig. 1), en la partida denominada El Atirador, al pie de la Peña Rubia, sobre un acantilado rocoso de la orilla derecha de la Rambla de La Vallesa, caserío éste que se
encuentra a pocos kilómetros de la covacha en cuestión, en dirección
Oeste (fig. 2).
Sus dimensiones son sumamente reducidas, tratándose de un pequeño corredor que no llega a los cuatro metros de longitud, de un
metro de anchura y escasamente alcanza esta medida de altura. La
sección transversal presenta forma ovalada, apuntada hacia el techo
y la longitudinal una ligera inclinación hacia la entrada, con estre~ha
fisura en la parte posterior. En la planta se observa la suave curvatura del fondo y la existencia en el tramo interior de un gourg que ya estaba inactivo cuando se efectuó el enterramiento, pero que, seguramente, en épocas húmedas posteriores a dicho momento, la covacha
debió tener alguna actividad hidrica, por las razones que luego apuntaremos (fig. 3) (Lám. I A y B).
El.descubrimiento se llevó a cabo en 1976 por Juan Botía Puerta,
que ha efectuado exploraciones sistemáticas del término municipal de
Siete Aguas para confeccionar la carta arqueológica de esta población, exploraciones que continúa en la actualidad. Púsose inmediatamente en contacto con el Servicio de Investigación Prehistórica de la
Diputación Provincial de Valencia, cuyo director comisionó al técnico
del servicio, José Aparicio Pérez, y el entonces colaborador del mismo, Bernardo Martí Oliver, para que, junto con el mencionado descubridor, procedieran al reconocimiento de la covacha en cuestión, ade- 96 -
[page-n-96]
Fig. l. -Algunos yacimientos seml\iantes a la Covacha Botia: 1, Cueva Roca; 2, Necrópolis de
Algorfa; 3, Cueva de las Lechuzas; 4, Cova del Monte de la BarseUa; 5, Grieta de Les Llometes; 6, Cova de la Pastora; 7, Cuevas de los alrededores de Bañeras: Sol, Pedrera, Reliquia,
AneUs, Llarch, Serp, Bagases y Partidor; 8, Camf Real d'Alacant; 9, Barranc del CasteUet; 10,
Carassol del Vernisa; 11 , Solana del Almuixich; 12, Recambra; 13, Bernarda; 14, Covacha
de la Ladera del Castillo; 15, COVACHA BOTIA; 16, Cueva de la Torre del Mal Paso; 17, Can
Ballester; 18, Barranc de la Rabosa
[page-n-97]
3
COVACHA BOTIA
más de otros yacimientos sitos en el término municipal de Siete
Aguas. Como la cavidad no tenía un nombre conocido se le puso el de
covacha Botfa en honor de su descubridor. La prospección les permitió recoger un cráneo que afloraba en la parte más profunda de la covacha y, dado el ·hallazgo antropológico y 'lo reducido del lugar, supusieron que se tratarla de un enterramiento perteneciente a la Edad del
Bronce Valenciano, tal y como se desprende del informe que emitieron (1).
Posteriormente, el se:dor Juan Botfa Puerta comunicó al S.I.P. el
inminente peligro que conia el contenido de dicho enterramiento ante
e
Cov~ cha
-+-+- Corrl~nte
-
E. 1: 100.000
Bot i~
d~ ~gua
N.Jll
-+-f.F~rrocarri 1
fig. 2. - Mapa de los alrededores de Siete-Aguas
11) cLa labor del Servicio de Investigaci6.n Prehistórica y su Museo en el pasado aiio
1976». Tirada aparte de la Memoria presentada por la Secretaria General. Imprenta Provincial, 1977, págs. 71-72.
- 971
3
[page-n-98]
J . V. MARTINEZ PERONA
4
A-
P t;ant;a
Perf 11
por A-8
e-o
Perf i tu por:
E-F
COVACHA BOTJA {SIETE-AGUAS)
llig. 3. - Planta y perftlea de la Covacha Botta
- 98 -
[page-n-99]
COVACHA BOTIA
5
la constante visita y merodeo de perilonas aficionadas a la arqueologia por el lugar en donde se halla ubicada la covacha, lo cual motivó
que el director del Servicio decidiera su excavación inmediata en
calidad de urgencia, encargándonos la dirección de los trabajos de
campo (2).
II
LA EXCAVACION Y LA ESTRATIGRAFIA
Reálizamos la excavación los dias 6 de octubre y 3 de noviembre
de 1979, contando con la colaboración del mencionado descubridor,
señor Botia, de Norberto Hernández, estudiante de Biologfa y aficionado de Siete Aguas, y con los estudiantes de la Facultad de Geografla
e Historia de la Universidad de Valencia, Consuelo Debón Tarfn, Ernestina Badal Garcia, Adela Martfnez Medina y Francisco Blay
Garcia, a todos los cuales reiteramos nuestro agradecimiento por tan
valiosa colaboración, y muy especialmente a !CONA, al guarda forestal de este organismo destacado en Siete Aguas, que pacientemente
nos transportó al yacimiento, y no menos especialmente al ilustre alcalde de Siete Aguas, don Agapito Mas Tarin, que se interesó vivamente desde el primer momento por nuestro trabE\io, y corrió con todos los gastos referentes a la manutención del equipo excavador.
Dadas las reducidas dimensiones de la covacha, los momentos
iniciales de la excavación fueron muy dificultosos, empezando a extraer tierras superficiales de la parte interna, cuyo acceso se vio dificultado por un bloque pétreo que se encontraba a mitad de la cavidad, quizá resto de alguna pared de piedra en seco, protectora del enterramiento.
Empezamos por ir sacando 1a l .• capa, que estaba ·formada por
cantos angulosos de tamaño mediano y pequeño, entre los que salieron varias puntas de flecha y geométricas. Bajo estas piedras apareció el contorno ovalado del gourg mencionado y tierras que, al igual
(2) «La labor del Servicio de Investigación Prehiatórica y su Museo en el pasado año
1979.t. Tirada aparte de la Memoria presentada por la Secretaria General. Imprenta Provincial, 1980, págs. 80-81.
- 99 -
[page-n-100]
6
J . V. MARTINEZ PBl\ONA
que los cantos de la capa t.•, poseían mucho carbonato cálcico, a juzgar por el color blanquecino que presentaban y por la capa calcárea
con que iban recubiertas las piezas arqueológicas, todo lo cual nos indicaba que, después de haberse realizado el enterramiento, la cueva
había tenido cierta actividad hldrica. Estas tierras ricas en carbonato
cálcico, constituyen la capa 2.•, que aportó muchos materiales arqueológicos, tales como puntas de flecha, la mayor parte de los
geométricos, la lezna entera y un fragmento de otra, de cobre ambas,
varias cuentas de collar en piedra verde, alguna de las bitroncocónicas y discoidales, el objeto óseo y muchos restos humanos, sobre todo
molares. Después empezaron a salir tierras rojizas que descansaban
directamente sobre el piso del gourg, mostrándose completamente
estériles (fig. 3 y Lám. 1, A).
El gourg dejaba entre sus paredes y las de la cueva espacios más
bien reducidos, pero que contenían bastantes sedimentos que procedimos a su extracción, estando formados por tierras negruzcas, ricas en
materia orgánica y que envolvían muchos restos recientes, tales como
bellotas, conchas de caracoles, huesos de animales, pajas, etc. En estos intersticios recogimos también materiales arqueológicos (cuentas
de collar, algún geométrico, muchos molares), destacando la aparición de una mandíbula humana de un nifto y el hacha (fig. 4) (Lám. II,
A), lugar este en donde, según nos indicó Botfa, descansaba el cráneo
recogido en la prospección que antecedió a la excavación. Como claramente puede verse, estos sedimentos marginales estaban completamente removidos, quizás por las alimañas y roedores.
Continuamos la excavación hacia la salida, en las tierras inmediatamente contiguas al gourg, retirando primeramente la piedra que estaba colocada junto al mismo, apareciendo una sendimentación formada por tierras negruzcas con cantos calizos que contenían materiales arqueológicos, como alguna punta de flecha, cuentas de collar, casi toda la cerámica hallada, molares humanos y restos de huesos largos muy deteriorados.
Conforme avanzábamos hacia la salida, las tierras se tomaron rojizas y completamente estériles que, no obstante, fueron agotadas
hasta el fmal.
Posteriormente, y con motivo de una exposición de materiales arqueológicos de Siete Aguas que se montó en agosto de 1980, en la que
también iban a figurar los materiales del enterramiento objeto de estudio, el señor Botfa procedió a la limpieza y extracción de algunos
restos terrosos que contenía en su interior el cráneo, entre los que halló un triángulo (núm. 21 bis del inventario) y un fragmento de lezna
en cobre (núm. 23 bis del inventario y Lám. IV, F).
-
100 -
[page-n-101]
COVACHA BOTIA
o .. •• o · • • • • ••
:.
·.
·.··
·. ::·.o
·..
. ·..
Fi¡. 4. - Hacha o asada en piedra verde osc;.ro
7
[page-n-102]
8
J. V. MARTINEZ PBRONA
m
LOS MATERIALES
Las medidas van expresadas en centímetros y el número de orden
del inventario se corresponde con el número que lleva la misma pieza
dibujada.
l . Hacha o azada en roca desconocida de color verde oliva; ejes convergentes, lados convexos, ceras convexas, bordes facetados en el extremo distal o del filo y en el resto redondeados, talón biselado algo deteriorado, ligeramente convexo; biseles convexos simétricos; filo
convexo algo deteriorado, recto; sección ovoide; pulimento en toda la pieza, excepto en los
bordes y cera ventral. 14 x 7,8 x 4,8 (fig. 4 y Lám. II, A).
2. Punta de flecha, en sflex gris claro con retoques blfaciales, totales, planos; lados rectos con aletas poco desarrolladas y pedúnculo lnclplente apuntado. Le falta el extremo distal
y la aleta derecha. 3,6 x 1,6 x 0,4 (fig. 5 y Lám. III, F).
3. Punta de flecha, en s1lex transparente, con retoques blfaciales, totales planos; 1!idos
rectos con aletas bien desarrolladas y pedúnculo Incipiente apuntado. 2,7 x 1,9 x 0,3 (fig. 5
yLám. m, Bl.
4. Punta de flecha romboidal muy irregular, en sllex gris veteado, con retoques planos
blfaciales totales; lados rectos con incipiente mu116n izquierdo y ped(lnculo de lados rectos
apuntado. 3,8 x 1,6 x 0,7 (fig. 5).
5. "Punta de flecha con aletas muy Incipientes, en sflex gris-rojizo veteado, con retoques
blfaciales totales planos; lados ligeramente convexos y pedllnculo de lados rectos redondeados. 3,4 x 1,6 x 0,6 (fig. 5).
6. Punta de flecha folié.cea, en sfiex gris, obtenida sobre hoja de sección triangular mediante retoques bifaciales, planos, totales en los extremos distal y proximal, quedando el lado
derecho, medial, dorsal y una zona ventral central, mesial-proximal sln retoques. Lados ligeramente convexos, tendiendo la pieza a la forma romboidal. 3,3 x 1,3 x 0,4 (fig. 5 y Lé.m.
m. Al.
7. Punta de flecha muy irregular, en sflex gris oscuro veteado, con retoques planos bifaciales totales; lados convexos dentados, el derecho con Incipiente muñón; y pedúnculo de lados rectos fracturado. 3 x 1,3 x 0,6 (fig. 6).
8. Punta de flecha asimétrica con aletas Incipientes, en sllex melado, con retoques bifaciales, planos. totales, ventrales y cubrientes, dorsales; lados ligeramente convexos con fino
dentado; y pedúnculo de lados ligeramente cóncavos de extremo romo. 2,6 x 1,6 x 0,3 (fig.
6 y .Lám. m , C).
9. Punta de flecha con aletas Incipientes, en sflex con pé.tlna blanca y retoques blfaciales, totales, planos; lados rectos y pedúnculo romo de lados rectos. 2,3 x 1,6 x 0,4 (fig. 5 y
Lám. III, DI.
10. Punta de flecha follácea en sflex gris claro, con retoques blfaciales, planos, cubrientes; lados ligeramente cóncavos e insinuación de pedúnculo de lados algo convexos, quedando en el centro de la pieza, en ambos costados, una zona de lados rectos paralelos. 2 x 1, 5 x
0,3 (flg. 6 y Lé.m. m, G).
11. Trapecio, en sflex gris claro algo patinado, sobre hoja de sección trapezoidal-triangular, con truncadura oblicua izquierda a base de retoques abruptos directos. 3,3 x 1,3 x 0,5
(flg . 6, Lé.m. II, C, y Lám. IV, H).
12. Trapecio, en sflex rosé.ceo, sobre boja de sección trapezoidal, con dos truncaduras,
una oblicua, izquierda, cóncava y la otra normal cóncava, ambas a base de retoques abrup·
tos directos. 2,1 x 1,5 x 0,4 (fig. 5 y Lé.m. n, e, y Lám. m , El.
-
102 -
[page-n-103]
COVACHA BOTIA
9
f.
; ~
:
~
3
5
2
t
6
_J_
/
1
1
~
11
-t111
-
~19
~
13
~
.10
9
a
7
~)J_¡·~
1
~
14
12
-Ji~
1 .
~ 20
1
~17
1~
~- _,q¡n¡¡,
~·
1
21
Plg. 5. - Puntal de flecha y geom6tricot
-~1
~18
__
j
4111TTTT7[[l& 21 b iS
[page-n-104]
10
J . V. MARTINRZ PERONA
13. Trapecio, en sílex melado con ligera pátina dorsal, sobre hoja de sección trapezoidaltriangular con dos truncaduras, una oblicua, izquierda, cóncava y la otra normal cóncava,
ambas obtenidas mediante retoques abruptos directos. Le falta el extremo distal. 1,7 x 1,4 x
o,3 lfig. 5, Lám. n , e , y Lám. IV, 11.
14. Trapecio, en sflex con pátina blanca, sobre hoja de sección triangular, con truncadura oblicua, izquierda, cóncava, obtenida mediante retoques abruptos directos. 2, 1 x 1,3 x
o,4 lfig. 5 y Lám. n , eJ.
15. Trapecio, en silex gris oscuro, sobre hoja de sección trapezoidal con truncadura oblicua, izquierda algo cóncava, y truncadura normal ligeramente cóncava, ambas con retoques
abruptos directos. Retoques simples, continuos, marginales indirectos de uso. 1,9 x 1,4 x
0,2 (fig. 5, Lám. ll, C, y Lám. IV, K).
16. Trapecio, en silex con pátina blanca, sobre hoja de sección trapezoidal, con dos truncaduras, una oblicua, izquierda, recta y la otra, proximal, oblicua, cóncava, obtenidas ambas
mediante retoques abruptos directos. 2,1 x 1,2 x 0,4 (flg. 5, Lém. II, C, y Lém. IV, I).
17. Triángulo, en sflex con pátina blancuzca-amarlllenta, posiblemente sobre hoja-cresta, con dos truncaduras unidas, la una oblicua, izquierda, convexa, obtenida mediante retoques abruptos directos, y la otra normal, cóncava, obtenida mediante retoques abruptos, directos y simples, planos, indirectos. 2,3 x 1,2 x 0,6 (flg. 5, Lám. II, c. y Lám. m. H).
18. Trléngulo, en sllex con pátina blanca, sobre hoja de sección triangular con truncadura oblicua izquierda convexa a base de retoques abruptos directos. 1,9 x 1,3 x 0 ,4 (fig. 5 y
Lám. n, Cl.
19. Triángulo, en silex melado patinado en parte, sobre extremo distal de hoja de sección
trapezoidal, con truncadura oblicua izquierda convexa a base d~ retoques abruptos, directos,
faltándole el extremo distaL 1,4 x 1,5 x 0,3 Ulg. 5 y Lám. n, C).
20. Triángulo, en silex melado con pátina blancuzca-amarillenta en la parte dorsal, sobre extremo distal de hoja de sección triangular, con dos trunc aduras, la una izquierda, oblicua, convexa con retoques abruptos, directos, y la otra proximal, oblicua, izquierda, recta
con retoques abruptos, ind1rectos. 1,9 x 1 x 0 ,3 (fig. 5 y Lám. II, C).
21 . Tranchet, en sllex melado con manchas de pátina, sobre hoj a de sección trapezoidal
que presenta retoques planos dorsales y truncadura izquierda, oblicua, cóncava, con retoques abruptos directos. 1,7 X 1,2 X 0 ,4 (fig. 5 y Lám. n, C).
21 bis. Triángulo, en sflex melado, sobre hoja de sección posiblemente trapezoidal con
dos truncaduras, la una izquierda, oblicua, algo alnuosa, y la otra normal, cóncava, obtenidas ambas con retoques abruptos directos. 2 x 1,4 x 0,2 (fig. 5 y Um. n, C).
22. Lezna de cobre biapuntada de sección cuadrada. 6,8 x 0 ,3 x 0,3 (fig. 6 y
Lám. IV, E).
23. Extremo apuntado de lezn.a de cobre de sección cuadrada. 1,6 x 0 ,2 x 0,2 (fig. 6 y
Lám. IV, G).
23 bis. Idem. anterior. 3,6 x 0,3 x 0,3 (tlg. 6 y Lám. IV, Fl.
24. Uúl plano de hueso fragmentado, de lados convergentes, faltando el extremo que
dende a estrecharse; posible agt.úa o punzón. 7,8 x 1,3 x 0,4 (flg. 6 y Lám. IV, D).
25. Cuenta de collar, en piedra verde, tipo oliva, presentando en toda su superficie varias facetas de abrasión y perforación longitudinal. 1,3 X 0,9 X 0,8 (flg. 6 y Lám. ll, D).
26. Idem. 1,3 X 0 ,9 x 0 ,8 (fig. 6 y Lám. ll, D).
27. Idem. 1,3 X 0 ,9 x 0 ,8 (fig. 6 y Lám. II, D).
28. Idem. 1,3 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y Lám. II, D).
29. Idem. 1,1 x 0 ,9 x 0,7 (fig. 6 y Lám. II, D).
30. ldem. 1,2 X 0 ,9 x 0 ,7 (fig. 6 y Lám. ll, D).
31. ldem. 1,1 X 0 ,8 X 0,7 (fig. 6 y Lám. ll, D).
-
104 -
[page-n-105]
COVACHA BOTIA
11
.}
·:
_·.: - {?J
.
'
: - f2l
U bis
:
ttt
24
:
i-l~ ~-o
to
37
u
:
:
38
39
fJ-O
, _,, i -a
~-(• 1-t~
'
u
J-11 G-lt
u-~-~
40
u
45
41
.
&-f)
so
47
2
1
51
3cm.
1
c=ren3
54
@- ~
57
@ a.-51
55
® -tza:•
S'
Fl¡. 6. - Lemas, o}úeto de hueso y elementot de adorno
-
10 6 -
[page-n-106]
12
J . V. MARTINEZ PERONA
32. Idem. 1 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y LAm. ll, D).
33. Idem. 1,2 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. n , D).
34. Idem. 1,2 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y Lám. n. Dl.
35. Idem., pero con una tercera perforación lateral, seguramente accidental. 1,2 x 0,8
x 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
36. Idem., pero ain·perforación lateral. 1, 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y Um. ll, D).
37. Idem. 1,1 X 0,8 X 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
38. ldem. 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
39. Idem. 1 x O,7 x 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
40. Idem. 1, 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
4 1. Idem. 1 x 0,8 x 0,6 (fig. 6 y Um. ll, DI.
42. Idem. 1 X 0,7 X 0,7 (tig. 6 V LAm. n. D).
43. Idam. 1 X 0,8 X 0,6 (fig. 6 y Um. ll, D).
44. Idem. 0,9 x 0,7 x 0,6 (fig. 6 .Y LAm. ll, D).
45. Idem., pero fragmen\ada. 1,2 x 0,9 x 0,8 (fig. 6).
46. Idem., pero fragmentada. 1,3 x 0,8 x 0,7 (fig. 6).
47. Idem., pero fragmentada. 1,2 x 0,8 x ? (fig. 6).
48. Idem., sin fragmentar. 1 x 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
49. Idem., fragmentada. 1,2 x 0,8 x 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
50. . Cuenta de collar bitroncocónica, en caliza bl anca, con ancho orificio, més estrecho
en el cantro de la pieza. 0,5 X 0,7 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
51 . ldem. 0,15 X 0,7 X 0, 7 (ftg. 8 y Um. ll, B).
52. ldem. 0,5·0,4 X 0,7 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
53. Idem. 0,5-0,4 X 0,7 x 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
54. ldem. 0,4-0,3 X O,7 x O, 7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
55. ldem. 0,3 x 0,7 x 0,7 (flg. 6 y Um. n, B).
56. Idem., de la que sólo se conservan treS fragmentos. 0,4 x ? x 7.
5 7. Cuenta de collar discoidal, en mérmol blanco, con fino orificio més estrecho en una
de las caras que en la otra. 0,2 x 0,6 x 0,6 (fig. 6 y Um. n , B).
58. Idam., pero con el orificio més estrecho en al cantro de la pi~tJB. 0,2 x 0,6 x 0,6 (fig.
s y LAm. n , Bl.
59. Idem., pero con el orificio més estrecho en una delaa caraa. 0,2 x 0,6 x 0,6 (flg. 6 y
LáJil. n , B).
60. Fragmento cerAmico a mano, del borde de un cuenquecito de puta negra con desgraaante grueso de calcita. Superficie interior marrón-rojiza alisada y exterior marrón alisada, atloren._do en embaa el grano del desgruante. 8,4 x 6,9 x 0,8. DiAmetro y altura supuestas del cuenco reconstruido. 14,5 x 11 (fig. 7 y,LAm. IV, A).
61. Fragmento cerAmico a mano del borde de un vaso de paredes rectas, de puta~.~-.
cea con grueso desgrasante calizo y calcitico; superficies marrones alisadila en laa que 8t1ora
el grano del deagruante. 4,2 x 3,5 x 0,8 (fig. 8 y LAm. IV, C). ·
62. Fragmento cerAmico a mano del borde de un vaso de paredes rectas, de puta marrón negrusca con grueso desgruante de calcita; superficies marrones alisadas en las que
aflora el desgruante 4,4 x 3,5 x 0,7 (fig. 8 y LAm. IV, B).
63. Fragmento cerAmico a mano del borde de un cuenco de labio reentrante de pasta
marrón oscura con desgruante grueso de calcita. Superficies marrones oscuras alisadas en
las que aflora el grano. 3,3 x 3 x 0,9 (ftg. 81.
-
106 -
[page-n-107]
COVACHA BOTIA
. .·.....
....
~
13
.
.
. .. ..·.·:.: ...·.......:. ... : ·.
... . . .
. : : ... :. ·.: ..:··:. ':: ...:
:
. ··..... .
...
.
..... ..
' ' ·· . .:·.:·-.:~·:.·.'·
: .
\
··,·
\
\
'' \
\
\
.
'
1
'1
'
1
'
•
1
1
•1
1
1
'
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
/
1
-
107 -
,J
1
J
[page-n-108]
14
J . V. MARTINEZ PB.RONA
u
1
o --'*===:d'l..-..lr e m.
1o
Flg. 8. - Vuos de paredn rec:tu y cueoquec:lt.o de labio reentrante
- 108 -
[page-n-109]
COVACHA BOTIA
15
64. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante grueso de
calcita. Superficies marrones alisadas. 6,1 ·X 5,4 x l.
65. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta gris oscura con desgraaante grueso
de calcita. Superficies marrones allaadu en las que aflora el grano. 3 x 2,6 x 0,6.
66. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta negra con d.eagraaante medlanQde
calcita. Superficie interior negruzca_ alisada y exterior marrón alisada aflorando el gran.o. 4
X 3,8 X 0,8.
67. Fragmento cerámico a mano dal cuerpo de puta marrón oscura con j:leagrasante de
calcita muy grueso. Superficies butaa marrones como la pasta. 6 x 4,6 x l.
68-73. Pequedoa fragmentos cerémicoa a mano del cuerpo, de las miamas caracterlaticaa que loa descritos con anterioridad.
IV
PARALELOS Y PROBLEMATICA
Asf pues, nos encontramos ante un conjunto de materiales sumamente homogéneos, propio de los enterramientos colectivos eneolfticos valencianos, siendo de destacar la contemporaneidad cronológica
de cada uno de los objetos de los ajuares de este enterramiento, sobre
todo ante la ausencia de vaso campaniforme, determinados elementos de adomo, tales como cuentas de· collar tubulares (3), brazaletes
de arquero y botones con perforación en V, y piezas metálicas tan características como las puntas de flechas Palmela y los puñales de lengüeta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que es sumamente dificil
encontrar absolutamente todos los materiales usuales en estos enterramientos, en cada uno de ellos, faltando siempre alguno o varios,
bien porque no se colocaran en principio, ya que no podemos suponer
que hubiera absoluta necesidad de ello en el posible ritual, o·en últinio
extremo también se puede suponer su pérdida debido a lo esquilmados que se suelen encontrar los depósitos funerarios como consecuencia de las diversas vicisitudes sufridas, lo cual nos permite afirmar
que los modelos «standard» de ajuar colectivo, correspondiente a los
enterramientos colectivos de la primera época del Eneolitico, son más
teóricos que reales, aunque aceptables a efectos descriptivos y metodológicos.
(3) J. V. LBRM.A y J . BBRNABEU: cLa coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)». Archivo de Prehlatoria Levantina, XV. Val~cla, 1978, pAga. 37-46.
J. BERNABBU AUBAN: cLoe elementos de adorno en el Bneolftico Valenciano». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 14. Valencia, 1979, péga. 109-126.
-
109-
[page-n-110]
COVACHA BOTIA
15
64. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante grueso de
calcita. Superficies marrones alisadas. 6,1 ·X 5,4 x l.
65. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta gris oscura con desgrasante grueso
de calcita. Superficies marrones alisadas en las que aflora el grano. 3 x 2,6 x 0,6.
66. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante medianQ de
calcita. SuperfiCie interior negruzca. alisada y exterior marrón alisada aflorando el grano. 4
X 3,8 X 0,8.
67. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta marrón oscura con desgrasante de
calcita muy grueso. Superficies bastas marrones como la pasta. 6 x 4,6 x l.
68-73. Pequef'los fragmentos ceré.micos a mano del cuerpo, de las mismas caracteristicas que los descritos con anterioridad.
IV
PARALELOS Y PROBLEMATICA
Asi pues, nos encontramos ante un conjunto de materiales sumamente homogéneos, propio de los enterramientos colectivos eneolfticos valencianos, siendo de destacar la contemporaneidad cronológica
de cada uno de los objetos de los ¡ijuares de este enterramiento, sobre
todo ante la ausencia de vaso campanüorme, determinados elementos de adorno, tales como cuentas de· collar tubulares (3), brazaletes
de arquero y botones con perforación en V, y piezas metálicas tan caJ
racterlsticas como las puntas.de flechas Palmela y los puñales de lengüeta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que es sumamente dificil
encontrar absolutamente todos los materiales usuales en estos enterramientos, en cada uno de ellos, faltando siempre alguno o varios,
bien porque no se colocaran en principio, ya que no podemos suponer
que hubiera absoluta necesidad de ello en el posible ritual, o·en últinio
extremo también se puede suponer su pérdida debido a lo esquilmados que se suelen encontrar los depósitos funerarios como consecuencia de las diversas vicisitudes sufridas, lo cual nos permite afirmar
que los modelos «standard» de ¡ijuar colectivo, correspondiente a los
enterramientos colectivos de la primera época del Eneolftico, son más
teóricos que reales, aunque aceptables a efectos descriptivos y metodológicos.
(3) J. V. LERMA y J. BERNABEU: «La coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)». Archivo de Prehistoria Levantina, XV. Val~ncia, 1978, pAga. 37-46.
J . BERNABEU AUBAN: «Los elementos de adomo en el Eneolltico Valenciano». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 14. Valencia, 1979, pégs. 109-126.
- 109 -
[page-n-111]
COVACHA BOTIA
17
Mola de Torre Am. dor (13), Casa de Lara y Arenal de la Virgen (14);
a
igualmente, es interesante la presencia de un «tranchea, conociéndose otro procedente del enterramiento del Carassol del Vernissa, en Xltiva (15).
La presencia de una lezna completa de cobre y dos fragmentos de
otras dos en el mismo metal, nos plantea ci.et:tos problemas si tenemos
en cuenta la valoración que se dan a los niveles profundos de la Ereta
del Pedregal (16), que por el momento no han proporcionado ningún
útil en cobre, valorando, por otro lado, el hecho de que las leznas aparezcan en conjuntos de materiales eneolíticos de enterramiento que
podemos considerar como del Eneolítico I o Antiguo, tales como La
Pastora, Ladera del Castillo de Chiva, Les Llometes de Alcoi (17) y Cova del Sol de Banyeres. Sin descartar totalmente la posibilidad de que
la presencia de estos objetos metálicos, las leznas de sección cuadrada, se deba a intrusiones posteriores, creemos que son sincrónicos con
el resto del ~uar, a juzgar por la antigüedad de la metalurgia en el
Mediterráneo Occidental (18), pudiéndose expliéar el caso de la Ereta
del Pedregal como un caso local anómalo, que por otra parte no· es el
único que presenta dicho yacimiento, ya que tampoco aparecen las
cuentas de collar tipo oliva, en piedra verde, ni en el estrato correspondiente, el vaso campaniforme, aunque sf botones con perforación
en V.
En cuanto a los elementos de adorno se refiere, llama la atención
la abundancia de cuentas de collar, tipo oliva, en piedra verde, las
cuales aparecen siempre en contextos pertenecientes al Eneolítico
precampaniforme. En tierras valencianas, y en cuevas de enterramiento colectivo las encontramos en La Pastora, Coveta del Barranc
del Castellet, Bernarda de Palma de Gandia y Cova de la Serp de Banyeres. Son múy frecuentes en los «Sepulcros de Fosa» catalanes (19) y
(13) A. GONZALBZ PRATS: cCarta Arqueológica del Alto Maestrazgo». Serie TraheJos Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, nám. 63. Valencia, 1979, pág. 33.
(14} J : M.• SOLER GARCIA: cVUlena. Prehistoria-Bistoria-Monumentoo. Alicante, 1976.
(15) Rallado en las excavaciones que realizó J . Aparicio Pérez.
(16) B. MARTI OLIVBR y J . GIL SANCHO: «Perlas de aletas y glóbulos del Cau Raboser
(Carcalxent, Valencia) (Algunas consideraciones sobre el RneolJtlco Valenciano)». Archivo de
Prehistoria Levantina, XV. Valencia.• 1978, págs. 62-63.
B. MARTI OLIVBR: cBl RneolJtlco». Nuestra Historia. Valencia, 1980, pág. 133.
(17) V. PASCUAL PBRBZ: «Rallazgos prehistóricos de Les Llometes (Alcoy)». Archivo de
Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, págs. 39·58.
(18) J . GUILAINB: eLes debuts du Chalcollthique en Méditerranee Occidentale». Serie
Arqueológica nám. 8, Varia U. Departamento de Rlstoria Antigua. Universidad de Valencia.
En prensa.
(19) A. M.• ~OZ AMIBILIA: cCultura NeolJtlca Catalana de los Sepulcroa de Fosu.
Instituto de Arqueologla y Prehistoria. Universidad de Barcelona, 1965.
-
111 -
[page-n-112]
18
J . V. MÁRTINB2 PERONA
en los sepulcros .megalíticos andaluces y portugueses (20). Sin embargo, no aparecen en la Ereta del Pedregal y nunca en contextos campaniformes, por lo que no los hemos encontrado en el Puntal sobre la
Rambla Castellarda (21 ).
Los objetos fabricados en hueso son curiosamente raros en esta
covacha, limitándose solamente a un punzón o aglija fragmentad~.
Faltan los punzones sobre ca.fta de metapodio de ovicápridos o en huesos de conejo, tan frecuentes en la mayoría de las cuevas de enterramiento citadas.
Igualmen:te caen en falta, por aparecer en casi todos los enterramientos similares, las hojas-cuchillo y los no tan generalizados ídolos,
tanto los pintados sobre huesos de animales como los llamados de placa o violín.
La cerámica es escasa y fragmentada, en mal estado de conservación y sin decoración. Los pocos fragmentos recogidos pertenecen a
cuatro vasos de forma distinta: un cuenco, dos vasos de paredes rectas y un cuenco de labio reentrante, bastante plano. Cerámica que no
se sale de la propia de las cuevas de enterramientos colectivos.
V
VALORACION Y CRONOLOGIA
El estado en que hemos encontrado las inhumaciones de la Covacha Botf.a en. relación al que debieron tener en la época en que se llevaron a cabo es muy distinto. La actividad hf.drica de la cavidad, por
un lado, que debió ser intensa en épocas lluviosas, y la actuación de
animales depredadores, carro:deros o roedores, han motivado que el
tijuar y los restos óseos hayan sido desplazado~ de sus lugares de origen e incluso sacados al exterior, con lo que se han perdido para · iems
(20) G. y V. LEISNBR: IDie Megalithgriiber der Iberischen Balbinsel. Erster Tell: Der Südem, Romiach-Germanische Forschungen, 17, Berlin. 1943.
(211 J . V. MARTINBZ PBR'ONA: «Carta ArqueolósJca de Pedralba y Bugarra (Valencia)».
Archivo de Prehistoria Levantina, XIV. Valencia, 1975, pé¡. 173.
J . APAIUCIO PERBZ, J . V. MARTINBZ PBRONA y J . SAN VALBRO APAIUSI: «El Puntal
sobre la Rambla CuteDarda y el Poblamiento Eneolitico en la ResJón Valencianat. Saltahi
XXVU (1977). Valencia, 1978, pé¡s. 37-62.
-
112 -
[page-n-113]
COVACHA BOTIA
19
pre, dada la situación de la covacha que abre su entrada en un aca.iltilado del barranco de la Vallesa. No podemos descartar tampoco que
se trate de segundos enterramientos y, por lo tanto, que en el momento de trasladar los restos humanos y el ~uar ya no fueran depositados
en su totalidad, cosa bastante frecuente en segundos enterramientos.
De todas maneras, y por las razones indicadas, nos encontramos en la
imposibilidad de poder aclarar si se trata de primeros enterramientos
o de depósitos de huesos y ~uares después de la descarnación en otro
lugar.
Lo que sí es seguro. es que los enterramientos se realizaron dentro
de una estructura natural, en este caso un gourg de forma ovalada
y de reducidas dimensiones, y que luego, seguramente se protegió el depósito con bloques pétreos colocados en el borde del
gourg, hacia la salida, abogando en favor de esta interpretación la
piedra de medianas dimensiones que encontramos aún en el lugar indicado, al comenzar la excavación.
La primera prospección que realizara el S.I.P. proporcionó un cráneo, q)le unido a lo reducido del lugar hizo pensar en un enterramiento de la Edad del Bronce, posiblemente con un solo individuo. Luego,
cuando excavamos, encontramos más restos humanos y del examen a
simple vista sacamos la conclusión provisional de que había dos personas y que, pese a que el ~uar nos indicaba claramente que estábamos ante un enterramiento contemporáneo de los eneolfticos colectivos en cuevas naturales, el número de cadáveres no era ni mucho menos elevado. Finalmente, el estudio de los restos humanos por parte
de la especialista, María José Broseta, cuyo trab~o sigue al pre~ente,
nos ha permitido saber que, por lo menos, son cuatro los enterrados,
una chica de unos 16 años a la que pertenece el cráneo, un niño de alrededor de 6 años al que pertenece la mandíbula y otros huesos, y dos
adultos de los que solamente se conservan algunos molares, sin descartar la posibilidad de que algunos dientes pueden pertenecer a otro
individuo infantil, teniendo, por lo tanto, restos de cinco enterrados,
número que, aunque parezca b~o en relación con los normales para
las cuevas de enterramiento colectivas, está en consonancia con lo reducido de la covacha, máxime si pensamos que el lugar escogido para
depositar el enterramiento fue un diminuto gourg.
En cuanto al encuadre cronológico de este enterramiento, nos encontramos con la falta de fechas absolutas proporcionadas por el método del C14; pero disponemos de un interesante ~uar cuyas particularidades y problemática cFonológica ya han sido planteadas. Apoyándonos en tales planteamientos, creemos que el enterramiento de
la covacha Botía hay que situarlo entre el3000 y el2600-2500 a. de
15
113 -
[page-n-114]
20
J . V. MARTINEZ PERONA
C., fechas que se corresponden con el Eneolitico I de la estructuración
de Aparicio (22).
.
No entramos en más consideraciones que podíamos·hacer en relación con los materiales arqueológicos de la covacha Botfa y los más
recientes trab(\jos de síntesis sobre el Eneol1tico, en tierras valencianas (23), ya que esta tarea la dejamos para un futuro muy próximo,
cuando publiquemos exhaustivamente los materiales de la Cova de la
Pastora de Alcoi, una de las cuevas de enterramientos colectivos más
significativas e importantes de las tierras baftadas por el Mediterráneo Occidental.
·
(221 J . APARICIO PEREZ: cSima de ...», op. cit. en la nota 7.
(23) Fundamentalmente los trabrijos de Harrlson, Guilaine, Mart.t y Aparicio.
-
114 -
[page-n-115]
~
~
N
"d
~
o
z
>
b
o
.:
1»
n
¡:r
1»
tl:l
o
::r.
1»
0'1
1:"'
A.-Interior de la covacha mostrando el gourg después de excavado.
B.- Entrada de la covacha.
~
....
[page-n-116]
1
.,
N
to:l
!:ó
o
2!
>
"¡
C")
o
<:
g.
"'
110
c:l
o
a.
"'
A.- Hacha o azada en piedra verde oscuro.
B.- Cuentas de collar bitroncocónicas y discoidales.
C.- Coqjunto de geométricos.
D.-Cuentas de collar en piedra verde, tipo oüva.
~
~
l:l
[page-n-117]
MARTJNEZ PERONA.-Covacha Botia
LAM.m
H
A, B, C, D, F y G.-Puntas de flech a.
E y H.-Geométricos.
[page-n-118]
MARTINEZ PERONA.-Covacha Botia
LAM. IV
D
G
F
J
K
A, B y C.- Fragmentos de bordes cerámicos, a mano.
D.-Objeto de hueso.
E, F y G.- Lezna y fragmentos de otras, en cobre.
H, I, J y R.-Geométricos.
E
[page-n-119]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTI NA
Vol. XVI (Valencia , 1981)
JOSE VTE. MARTINEZ PERONA
(Valencia)
LA COVACHA BOTIA
(Siete Aguas)
I
SITUACION, DESCRIPCION Y DESCUBRIMIENTO
La covacha Botia se encuentra situada dentro del término municipal de Siete Aguas (provincia de Valencia) (fig. 1), en la partida denominada El Atirador, al pie de la Peña Rubia, sobre un acantilado rocoso de la orilla derecha de la Rambla de La Vallesa, caserío éste que se
encuentra a pocos kilómetros de la covacha en cuestión, en dirección
Oeste (fig. 2).
Sus dimensiones son sumamente reducidas, tratándose de un pequeño corredor que no llega a los cuatro metros de longitud, de un
metro de anchura y escasamente alcanza esta medida de altura. La
sección transversal presenta forma ovalada, apuntada hacia el techo
y la longitudinal una ligera inclinación hacia la entrada, con estre~ha
fisura en la parte posterior. En la planta se observa la suave curvatura del fondo y la existencia en el tramo interior de un gourg que ya estaba inactivo cuando se efectuó el enterramiento, pero que, seguramente, en épocas húmedas posteriores a dicho momento, la covacha
debió tener alguna actividad hidrica, por las razones que luego apuntaremos (fig. 3) (Lám. I A y B).
El.descubrimiento se llevó a cabo en 1976 por Juan Botía Puerta,
que ha efectuado exploraciones sistemáticas del término municipal de
Siete Aguas para confeccionar la carta arqueológica de esta población, exploraciones que continúa en la actualidad. Púsose inmediatamente en contacto con el Servicio de Investigación Prehistórica de la
Diputación Provincial de Valencia, cuyo director comisionó al técnico
del servicio, José Aparicio Pérez, y el entonces colaborador del mismo, Bernardo Martí Oliver, para que, junto con el mencionado descubridor, procedieran al reconocimiento de la covacha en cuestión, ade- 96 -
[page-n-96]
Fig. l. -Algunos yacimientos seml\iantes a la Covacha Botia: 1, Cueva Roca; 2, Necrópolis de
Algorfa; 3, Cueva de las Lechuzas; 4, Cova del Monte de la BarseUa; 5, Grieta de Les Llometes; 6, Cova de la Pastora; 7, Cuevas de los alrededores de Bañeras: Sol, Pedrera, Reliquia,
AneUs, Llarch, Serp, Bagases y Partidor; 8, Camf Real d'Alacant; 9, Barranc del CasteUet; 10,
Carassol del Vernisa; 11 , Solana del Almuixich; 12, Recambra; 13, Bernarda; 14, Covacha
de la Ladera del Castillo; 15, COVACHA BOTIA; 16, Cueva de la Torre del Mal Paso; 17, Can
Ballester; 18, Barranc de la Rabosa
[page-n-97]
3
COVACHA BOTIA
más de otros yacimientos sitos en el término municipal de Siete
Aguas. Como la cavidad no tenía un nombre conocido se le puso el de
covacha Botfa en honor de su descubridor. La prospección les permitió recoger un cráneo que afloraba en la parte más profunda de la covacha y, dado el ·hallazgo antropológico y 'lo reducido del lugar, supusieron que se tratarla de un enterramiento perteneciente a la Edad del
Bronce Valenciano, tal y como se desprende del informe que emitieron (1).
Posteriormente, el se:dor Juan Botfa Puerta comunicó al S.I.P. el
inminente peligro que conia el contenido de dicho enterramiento ante
e
Cov~ cha
-+-+- Corrl~nte
-
E. 1: 100.000
Bot i~
d~ ~gua
N.Jll
-+-f.F~rrocarri 1
fig. 2. - Mapa de los alrededores de Siete-Aguas
11) cLa labor del Servicio de Investigaci6.n Prehistórica y su Museo en el pasado aiio
1976». Tirada aparte de la Memoria presentada por la Secretaria General. Imprenta Provincial, 1977, págs. 71-72.
- 971
3
[page-n-98]
J . V. MARTINEZ PERONA
4
A-
P t;ant;a
Perf 11
por A-8
e-o
Perf i tu por:
E-F
COVACHA BOTJA {SIETE-AGUAS)
llig. 3. - Planta y perftlea de la Covacha Botta
- 98 -
[page-n-99]
COVACHA BOTIA
5
la constante visita y merodeo de perilonas aficionadas a la arqueologia por el lugar en donde se halla ubicada la covacha, lo cual motivó
que el director del Servicio decidiera su excavación inmediata en
calidad de urgencia, encargándonos la dirección de los trabajos de
campo (2).
II
LA EXCAVACION Y LA ESTRATIGRAFIA
Reálizamos la excavación los dias 6 de octubre y 3 de noviembre
de 1979, contando con la colaboración del mencionado descubridor,
señor Botia, de Norberto Hernández, estudiante de Biologfa y aficionado de Siete Aguas, y con los estudiantes de la Facultad de Geografla
e Historia de la Universidad de Valencia, Consuelo Debón Tarfn, Ernestina Badal Garcia, Adela Martfnez Medina y Francisco Blay
Garcia, a todos los cuales reiteramos nuestro agradecimiento por tan
valiosa colaboración, y muy especialmente a !CONA, al guarda forestal de este organismo destacado en Siete Aguas, que pacientemente
nos transportó al yacimiento, y no menos especialmente al ilustre alcalde de Siete Aguas, don Agapito Mas Tarin, que se interesó vivamente desde el primer momento por nuestro trabE\io, y corrió con todos los gastos referentes a la manutención del equipo excavador.
Dadas las reducidas dimensiones de la covacha, los momentos
iniciales de la excavación fueron muy dificultosos, empezando a extraer tierras superficiales de la parte interna, cuyo acceso se vio dificultado por un bloque pétreo que se encontraba a mitad de la cavidad, quizá resto de alguna pared de piedra en seco, protectora del enterramiento.
Empezamos por ir sacando 1a l .• capa, que estaba ·formada por
cantos angulosos de tamaño mediano y pequeño, entre los que salieron varias puntas de flecha y geométricas. Bajo estas piedras apareció el contorno ovalado del gourg mencionado y tierras que, al igual
(2) «La labor del Servicio de Investigación Prehiatórica y su Museo en el pasado año
1979.t. Tirada aparte de la Memoria presentada por la Secretaria General. Imprenta Provincial, 1980, págs. 80-81.
- 99 -
[page-n-100]
6
J . V. MARTINEZ PBl\ONA
que los cantos de la capa t.•, poseían mucho carbonato cálcico, a juzgar por el color blanquecino que presentaban y por la capa calcárea
con que iban recubiertas las piezas arqueológicas, todo lo cual nos indicaba que, después de haberse realizado el enterramiento, la cueva
había tenido cierta actividad hldrica. Estas tierras ricas en carbonato
cálcico, constituyen la capa 2.•, que aportó muchos materiales arqueológicos, tales como puntas de flecha, la mayor parte de los
geométricos, la lezna entera y un fragmento de otra, de cobre ambas,
varias cuentas de collar en piedra verde, alguna de las bitroncocónicas y discoidales, el objeto óseo y muchos restos humanos, sobre todo
molares. Después empezaron a salir tierras rojizas que descansaban
directamente sobre el piso del gourg, mostrándose completamente
estériles (fig. 3 y Lám. 1, A).
El gourg dejaba entre sus paredes y las de la cueva espacios más
bien reducidos, pero que contenían bastantes sedimentos que procedimos a su extracción, estando formados por tierras negruzcas, ricas en
materia orgánica y que envolvían muchos restos recientes, tales como
bellotas, conchas de caracoles, huesos de animales, pajas, etc. En estos intersticios recogimos también materiales arqueológicos (cuentas
de collar, algún geométrico, muchos molares), destacando la aparición de una mandíbula humana de un nifto y el hacha (fig. 4) (Lám. II,
A), lugar este en donde, según nos indicó Botfa, descansaba el cráneo
recogido en la prospección que antecedió a la excavación. Como claramente puede verse, estos sedimentos marginales estaban completamente removidos, quizás por las alimañas y roedores.
Continuamos la excavación hacia la salida, en las tierras inmediatamente contiguas al gourg, retirando primeramente la piedra que estaba colocada junto al mismo, apareciendo una sendimentación formada por tierras negruzcas con cantos calizos que contenían materiales arqueológicos, como alguna punta de flecha, cuentas de collar, casi toda la cerámica hallada, molares humanos y restos de huesos largos muy deteriorados.
Conforme avanzábamos hacia la salida, las tierras se tomaron rojizas y completamente estériles que, no obstante, fueron agotadas
hasta el fmal.
Posteriormente, y con motivo de una exposición de materiales arqueológicos de Siete Aguas que se montó en agosto de 1980, en la que
también iban a figurar los materiales del enterramiento objeto de estudio, el señor Botfa procedió a la limpieza y extracción de algunos
restos terrosos que contenía en su interior el cráneo, entre los que halló un triángulo (núm. 21 bis del inventario) y un fragmento de lezna
en cobre (núm. 23 bis del inventario y Lám. IV, F).
-
100 -
[page-n-101]
COVACHA BOTIA
o .. •• o · • • • • ••
:.
·.
·.··
·. ::·.o
·..
. ·..
Fi¡. 4. - Hacha o asada en piedra verde osc;.ro
7
[page-n-102]
8
J. V. MARTINEZ PBRONA
m
LOS MATERIALES
Las medidas van expresadas en centímetros y el número de orden
del inventario se corresponde con el número que lleva la misma pieza
dibujada.
l . Hacha o azada en roca desconocida de color verde oliva; ejes convergentes, lados convexos, ceras convexas, bordes facetados en el extremo distal o del filo y en el resto redondeados, talón biselado algo deteriorado, ligeramente convexo; biseles convexos simétricos; filo
convexo algo deteriorado, recto; sección ovoide; pulimento en toda la pieza, excepto en los
bordes y cera ventral. 14 x 7,8 x 4,8 (fig. 4 y Lám. II, A).
2. Punta de flecha, en sflex gris claro con retoques blfaciales, totales, planos; lados rectos con aletas poco desarrolladas y pedúnculo lnclplente apuntado. Le falta el extremo distal
y la aleta derecha. 3,6 x 1,6 x 0,4 (fig. 5 y Lám. III, F).
3. Punta de flecha, en s1lex transparente, con retoques blfaciales, totales planos; 1!idos
rectos con aletas bien desarrolladas y pedúnculo Incipiente apuntado. 2,7 x 1,9 x 0,3 (fig. 5
yLám. m, Bl.
4. Punta de flecha romboidal muy irregular, en sllex gris veteado, con retoques planos
blfaciales totales; lados rectos con incipiente mu116n izquierdo y ped(lnculo de lados rectos
apuntado. 3,8 x 1,6 x 0,7 (fig. 5).
5. "Punta de flecha con aletas muy Incipientes, en sflex gris-rojizo veteado, con retoques
blfaciales totales planos; lados ligeramente convexos y pedllnculo de lados rectos redondeados. 3,4 x 1,6 x 0,6 (fig. 5).
6. Punta de flecha folié.cea, en sfiex gris, obtenida sobre hoja de sección triangular mediante retoques bifaciales, planos, totales en los extremos distal y proximal, quedando el lado
derecho, medial, dorsal y una zona ventral central, mesial-proximal sln retoques. Lados ligeramente convexos, tendiendo la pieza a la forma romboidal. 3,3 x 1,3 x 0,4 (fig. 5 y Lé.m.
m. Al.
7. Punta de flecha muy irregular, en sflex gris oscuro veteado, con retoques planos bifaciales totales; lados convexos dentados, el derecho con Incipiente muñón; y pedúnculo de lados rectos fracturado. 3 x 1,3 x 0,6 (fig. 6).
8. Punta de flecha asimétrica con aletas Incipientes, en sllex melado, con retoques bifaciales, planos. totales, ventrales y cubrientes, dorsales; lados ligeramente convexos con fino
dentado; y pedúnculo de lados ligeramente cóncavos de extremo romo. 2,6 x 1,6 x 0,3 (fig.
6 y .Lám. m , C).
9. Punta de flecha con aletas Incipientes, en sflex con pé.tlna blanca y retoques blfaciales, totales, planos; lados rectos y pedúnculo romo de lados rectos. 2,3 x 1,6 x 0,4 (fig. 5 y
Lám. III, DI.
10. Punta de flecha follácea en sflex gris claro, con retoques blfaciales, planos, cubrientes; lados ligeramente cóncavos e insinuación de pedúnculo de lados algo convexos, quedando en el centro de la pieza, en ambos costados, una zona de lados rectos paralelos. 2 x 1, 5 x
0,3 (flg. 6 y Lé.m. m, G).
11. Trapecio, en sflex gris claro algo patinado, sobre hoja de sección trapezoidal-triangular, con truncadura oblicua izquierda a base de retoques abruptos directos. 3,3 x 1,3 x 0,5
(flg . 6, Lé.m. II, C, y Lám. IV, H).
12. Trapecio, en sflex rosé.ceo, sobre boja de sección trapezoidal, con dos truncaduras,
una oblicua, izquierda, cóncava y la otra normal cóncava, ambas a base de retoques abrup·
tos directos. 2,1 x 1,5 x 0,4 (fig. 5 y Lé.m. n, e, y Lám. m , El.
-
102 -
[page-n-103]
COVACHA BOTIA
9
f.
; ~
:
~
3
5
2
t
6
_J_
/
1
1
~
11
-t111
-
~19
~
13
~
.10
9
a
7
~)J_¡·~
1
~
14
12
-Ji~
1 .
~ 20
1
~17
1~
~- _,q¡n¡¡,
~·
1
21
Plg. 5. - Puntal de flecha y geom6tricot
-~1
~18
__
j
4111TTTT7[[l& 21 b iS
[page-n-104]
10
J . V. MARTINRZ PERONA
13. Trapecio, en sílex melado con ligera pátina dorsal, sobre hoja de sección trapezoidaltriangular con dos truncaduras, una oblicua, izquierda, cóncava y la otra normal cóncava,
ambas obtenidas mediante retoques abruptos directos. Le falta el extremo distal. 1,7 x 1,4 x
o,3 lfig. 5, Lám. n , e , y Lám. IV, 11.
14. Trapecio, en sflex con pátina blanca, sobre hoja de sección triangular, con truncadura oblicua, izquierda, cóncava, obtenida mediante retoques abruptos directos. 2, 1 x 1,3 x
o,4 lfig. 5 y Lám. n , eJ.
15. Trapecio, en silex gris oscuro, sobre hoja de sección trapezoidal con truncadura oblicua, izquierda algo cóncava, y truncadura normal ligeramente cóncava, ambas con retoques
abruptos directos. Retoques simples, continuos, marginales indirectos de uso. 1,9 x 1,4 x
0,2 (fig. 5, Lám. ll, C, y Lám. IV, K).
16. Trapecio, en silex con pátina blanca, sobre hoja de sección trapezoidal, con dos truncaduras, una oblicua, izquierda, recta y la otra, proximal, oblicua, cóncava, obtenidas ambas
mediante retoques abruptos directos. 2,1 x 1,2 x 0,4 (flg. 5, Lém. II, C, y Lém. IV, I).
17. Triángulo, en sflex con pátina blancuzca-amarlllenta, posiblemente sobre hoja-cresta, con dos truncaduras unidas, la una oblicua, izquierda, convexa, obtenida mediante retoques abruptos directos, y la otra normal, cóncava, obtenida mediante retoques abruptos, directos y simples, planos, indirectos. 2,3 x 1,2 x 0,6 (flg. 5, Lám. II, c. y Lám. m. H).
18. Trléngulo, en sllex con pátina blanca, sobre hoja de sección triangular con truncadura oblicua izquierda convexa a base de retoques abruptos directos. 1,9 x 1,3 x 0 ,4 (fig. 5 y
Lám. n, Cl.
19. Triángulo, en silex melado patinado en parte, sobre extremo distal de hoja de sección
trapezoidal, con truncadura oblicua izquierda convexa a base d~ retoques abruptos, directos,
faltándole el extremo distaL 1,4 x 1,5 x 0,3 Ulg. 5 y Lám. n, C).
20. Triángulo, en silex melado con pátina blancuzca-amarillenta en la parte dorsal, sobre extremo distal de hoja de sección triangular, con dos trunc aduras, la una izquierda, oblicua, convexa con retoques abruptos, directos, y la otra proximal, oblicua, izquierda, recta
con retoques abruptos, ind1rectos. 1,9 x 1 x 0 ,3 (fig. 5 y Lám. II, C).
21 . Tranchet, en sllex melado con manchas de pátina, sobre hoj a de sección trapezoidal
que presenta retoques planos dorsales y truncadura izquierda, oblicua, cóncava, con retoques abruptos directos. 1,7 X 1,2 X 0 ,4 (fig. 5 y Lám. n, C).
21 bis. Triángulo, en sflex melado, sobre hoja de sección posiblemente trapezoidal con
dos truncaduras, la una izquierda, oblicua, algo alnuosa, y la otra normal, cóncava, obtenidas ambas con retoques abruptos directos. 2 x 1,4 x 0,2 (fig. 5 y Um. n, C).
22. Lezna de cobre biapuntada de sección cuadrada. 6,8 x 0 ,3 x 0,3 (fig. 6 y
Lám. IV, E).
23. Extremo apuntado de lezn.a de cobre de sección cuadrada. 1,6 x 0 ,2 x 0,2 (fig. 6 y
Lám. IV, G).
23 bis. Idem. anterior. 3,6 x 0,3 x 0,3 (tlg. 6 y Lám. IV, Fl.
24. Uúl plano de hueso fragmentado, de lados convergentes, faltando el extremo que
dende a estrecharse; posible agt.úa o punzón. 7,8 x 1,3 x 0,4 (flg. 6 y Lám. IV, D).
25. Cuenta de collar, en piedra verde, tipo oliva, presentando en toda su superficie varias facetas de abrasión y perforación longitudinal. 1,3 X 0,9 X 0,8 (flg. 6 y Lám. ll, D).
26. Idem. 1,3 X 0 ,9 x 0 ,8 (fig. 6 y Lám. ll, D).
27. Idem. 1,3 X 0 ,9 x 0 ,8 (fig. 6 y Lám. II, D).
28. Idem. 1,3 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y Lám. II, D).
29. Idem. 1,1 x 0 ,9 x 0,7 (fig. 6 y Lám. II, D).
30. ldem. 1,2 X 0 ,9 x 0 ,7 (fig. 6 y Lám. ll, D).
31. ldem. 1,1 X 0 ,8 X 0,7 (fig. 6 y Lám. ll, D).
-
104 -
[page-n-105]
COVACHA BOTIA
11
.}
·:
_·.: - {?J
.
'
: - f2l
U bis
:
ttt
24
:
i-l~ ~-o
to
37
u
:
:
38
39
fJ-O
, _,, i -a
~-(• 1-t~
'
u
J-11 G-lt
u-~-~
40
u
45
41
.
&-f)
so
47
2
1
51
3cm.
1
c=ren3
54
@- ~
57
@ a.-51
55
® -tza:•
S'
Fl¡. 6. - Lemas, o}úeto de hueso y elementot de adorno
-
10 6 -
[page-n-106]
12
J . V. MARTINEZ PERONA
32. Idem. 1 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y LAm. ll, D).
33. Idem. 1,2 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. n , D).
34. Idem. 1,2 x 0,8 x 0,8 (fig. 6 y Lám. n. Dl.
35. Idem., pero con una tercera perforación lateral, seguramente accidental. 1,2 x 0,8
x 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
36. Idem., pero ain·perforación lateral. 1, 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y Um. ll, D).
37. Idem. 1,1 X 0,8 X 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
38. ldem. 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
39. Idem. 1 x O,7 x 0,6 (fig. 6 y LAm. ll, D).
40. Idem. 1, 1 X 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
4 1. Idem. 1 x 0,8 x 0,6 (fig. 6 y Um. ll, DI.
42. Idem. 1 X 0,7 X 0,7 (tig. 6 V LAm. n. D).
43. Idam. 1 X 0,8 X 0,6 (fig. 6 y Um. ll, D).
44. Idem. 0,9 x 0,7 x 0,6 (fig. 6 .Y LAm. ll, D).
45. Idem., pero fragmen\ada. 1,2 x 0,9 x 0,8 (fig. 6).
46. Idem., pero fragmentada. 1,3 x 0,8 x 0,7 (fig. 6).
47. Idem., pero fragmentada. 1,2 x 0,8 x ? (fig. 6).
48. Idem., sin fragmentar. 1 x 0,8 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
49. Idem., fragmentada. 1,2 x 0,8 x 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, D).
50. . Cuenta de collar bitroncocónica, en caliza bl anca, con ancho orificio, més estrecho
en el cantro de la pieza. 0,5 X 0,7 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
51 . ldem. 0,15 X 0,7 X 0, 7 (ftg. 8 y Um. ll, B).
52. ldem. 0,5·0,4 X 0,7 X 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
53. Idem. 0,5-0,4 X 0,7 x 0,7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
54. ldem. 0,4-0,3 X O,7 x O, 7 (fig. 6 y LAm. ll, B).
55. ldem. 0,3 x 0,7 x 0,7 (flg. 6 y Um. n, B).
56. Idem., de la que sólo se conservan treS fragmentos. 0,4 x ? x 7.
5 7. Cuenta de collar discoidal, en mérmol blanco, con fino orificio més estrecho en una
de las caras que en la otra. 0,2 x 0,6 x 0,6 (fig. 6 y Um. n , B).
58. Idam., pero con el orificio més estrecho en al cantro de la pi~tJB. 0,2 x 0,6 x 0,6 (fig.
s y LAm. n , Bl.
59. Idem., pero con el orificio més estrecho en una delaa caraa. 0,2 x 0,6 x 0,6 (flg. 6 y
LáJil. n , B).
60. Fragmento cerAmico a mano, del borde de un cuenquecito de puta negra con desgraaante grueso de calcita. Superficie interior marrón-rojiza alisada y exterior marrón alisada, atloren._do en embaa el grano del desgruante. 8,4 x 6,9 x 0,8. DiAmetro y altura supuestas del cuenco reconstruido. 14,5 x 11 (fig. 7 y,LAm. IV, A).
61. Fragmento cerAmico a mano del borde de un vaso de paredes rectas, de puta~.~-.
cea con grueso desgrasante calizo y calcitico; superficies marrones alisadila en laa que 8t1ora
el grano del deagruante. 4,2 x 3,5 x 0,8 (fig. 8 y LAm. IV, C). ·
62. Fragmento cerAmico a mano del borde de un vaso de paredes rectas, de puta marrón negrusca con grueso desgruante de calcita; superficies marrones alisadas en las que
aflora el desgruante 4,4 x 3,5 x 0,7 (fig. 8 y LAm. IV, B).
63. Fragmento cerAmico a mano del borde de un cuenco de labio reentrante de pasta
marrón oscura con desgruante grueso de calcita. Superficies marrones oscuras alisadas en
las que aflora el grano. 3,3 x 3 x 0,9 (ftg. 81.
-
106 -
[page-n-107]
COVACHA BOTIA
. .·.....
....
~
13
.
.
. .. ..·.·:.: ...·.......:. ... : ·.
... . . .
. : : ... :. ·.: ..:··:. ':: ...:
:
. ··..... .
...
.
..... ..
' ' ·· . .:·.:·-.:~·:.·.'·
: .
\
··,·
\
\
'' \
\
\
.
'
1
'1
'
1
'
•
1
1
•1
1
1
'
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
/
1
-
107 -
,J
1
J
[page-n-108]
14
J . V. MARTINEZ PB.RONA
u
1
o --'*===:d'l..-..lr e m.
1o
Flg. 8. - Vuos de paredn rec:tu y cueoquec:lt.o de labio reentrante
- 108 -
[page-n-109]
COVACHA BOTIA
15
64. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante grueso de
calcita. Superficies marrones alisadas. 6,1 ·X 5,4 x l.
65. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta gris oscura con desgraaante grueso
de calcita. Superficies marrones allaadu en las que aflora el grano. 3 x 2,6 x 0,6.
66. Fragmento cerámico a mano del cuerpo de pasta negra con d.eagraaante medlanQde
calcita. Superficie interior negruzca_ alisada y exterior marrón alisada aflorando el gran.o. 4
X 3,8 X 0,8.
67. Fragmento cerámico a mano dal cuerpo de puta marrón oscura con j:leagrasante de
calcita muy grueso. Superficies butaa marrones como la pasta. 6 x 4,6 x l.
68-73. Pequedoa fragmentos cerémicoa a mano del cuerpo, de las miamas caracterlaticaa que loa descritos con anterioridad.
IV
PARALELOS Y PROBLEMATICA
Asf pues, nos encontramos ante un conjunto de materiales sumamente homogéneos, propio de los enterramientos colectivos eneolfticos valencianos, siendo de destacar la contemporaneidad cronológica
de cada uno de los objetos de los ajuares de este enterramiento, sobre
todo ante la ausencia de vaso campaniforme, determinados elementos de adomo, tales como cuentas de· collar tubulares (3), brazaletes
de arquero y botones con perforación en V, y piezas metálicas tan características como las puntas de flechas Palmela y los puñales de lengüeta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que es sumamente dificil
encontrar absolutamente todos los materiales usuales en estos enterramientos, en cada uno de ellos, faltando siempre alguno o varios,
bien porque no se colocaran en principio, ya que no podemos suponer
que hubiera absoluta necesidad de ello en el posible ritual, o·en últinio
extremo también se puede suponer su pérdida debido a lo esquilmados que se suelen encontrar los depósitos funerarios como consecuencia de las diversas vicisitudes sufridas, lo cual nos permite afirmar
que los modelos «standard» de ajuar colectivo, correspondiente a los
enterramientos colectivos de la primera época del Eneolitico, son más
teóricos que reales, aunque aceptables a efectos descriptivos y metodológicos.
(3) J. V. LBRM.A y J . BBRNABEU: cLa coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)». Archivo de Prehlatoria Levantina, XV. Val~cla, 1978, pAga. 37-46.
J. BERNABBU AUBAN: cLoe elementos de adorno en el Bneolftico Valenciano». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 14. Valencia, 1979, péga. 109-126.
-
109-
[page-n-110]
COVACHA BOTIA
15
64. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante grueso de
calcita. Superficies marrones alisadas. 6,1 ·X 5,4 x l.
65. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta gris oscura con desgrasante grueso
de calcita. Superficies marrones alisadas en las que aflora el grano. 3 x 2,6 x 0,6.
66. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta negra con desgrasante medianQ de
calcita. SuperfiCie interior negruzca. alisada y exterior marrón alisada aflorando el grano. 4
X 3,8 X 0,8.
67. Fragmento ceré.mico a mano del cuerpo de pasta marrón oscura con desgrasante de
calcita muy grueso. Superficies bastas marrones como la pasta. 6 x 4,6 x l.
68-73. Pequef'los fragmentos ceré.micos a mano del cuerpo, de las mismas caracteristicas que los descritos con anterioridad.
IV
PARALELOS Y PROBLEMATICA
Asi pues, nos encontramos ante un conjunto de materiales sumamente homogéneos, propio de los enterramientos colectivos eneolfticos valencianos, siendo de destacar la contemporaneidad cronológica
de cada uno de los objetos de los ¡ijuares de este enterramiento, sobre
todo ante la ausencia de vaso campanüorme, determinados elementos de adorno, tales como cuentas de· collar tubulares (3), brazaletes
de arquero y botones con perforación en V, y piezas metálicas tan caJ
racterlsticas como las puntas.de flechas Palmela y los puñales de lengüeta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que es sumamente dificil
encontrar absolutamente todos los materiales usuales en estos enterramientos, en cada uno de ellos, faltando siempre alguno o varios,
bien porque no se colocaran en principio, ya que no podemos suponer
que hubiera absoluta necesidad de ello en el posible ritual, o·en últinio
extremo también se puede suponer su pérdida debido a lo esquilmados que se suelen encontrar los depósitos funerarios como consecuencia de las diversas vicisitudes sufridas, lo cual nos permite afirmar
que los modelos «standard» de ¡ijuar colectivo, correspondiente a los
enterramientos colectivos de la primera época del Eneolftico, son más
teóricos que reales, aunque aceptables a efectos descriptivos y metodológicos.
(3) J. V. LERMA y J. BERNABEU: «La coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)». Archivo de Prehistoria Levantina, XV. Val~ncia, 1978, pAga. 37-46.
J . BERNABEU AUBAN: «Los elementos de adomo en el Eneolltico Valenciano». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 14. Valencia, 1979, pégs. 109-126.
- 109 -
[page-n-111]
COVACHA BOTIA
17
Mola de Torre Am. dor (13), Casa de Lara y Arenal de la Virgen (14);
a
igualmente, es interesante la presencia de un «tranchea, conociéndose otro procedente del enterramiento del Carassol del Vernissa, en Xltiva (15).
La presencia de una lezna completa de cobre y dos fragmentos de
otras dos en el mismo metal, nos plantea ci.et:tos problemas si tenemos
en cuenta la valoración que se dan a los niveles profundos de la Ereta
del Pedregal (16), que por el momento no han proporcionado ningún
útil en cobre, valorando, por otro lado, el hecho de que las leznas aparezcan en conjuntos de materiales eneolíticos de enterramiento que
podemos considerar como del Eneolítico I o Antiguo, tales como La
Pastora, Ladera del Castillo de Chiva, Les Llometes de Alcoi (17) y Cova del Sol de Banyeres. Sin descartar totalmente la posibilidad de que
la presencia de estos objetos metálicos, las leznas de sección cuadrada, se deba a intrusiones posteriores, creemos que son sincrónicos con
el resto del ~uar, a juzgar por la antigüedad de la metalurgia en el
Mediterráneo Occidental (18), pudiéndose expliéar el caso de la Ereta
del Pedregal como un caso local anómalo, que por otra parte no· es el
único que presenta dicho yacimiento, ya que tampoco aparecen las
cuentas de collar tipo oliva, en piedra verde, ni en el estrato correspondiente, el vaso campaniforme, aunque sf botones con perforación
en V.
En cuanto a los elementos de adorno se refiere, llama la atención
la abundancia de cuentas de collar, tipo oliva, en piedra verde, las
cuales aparecen siempre en contextos pertenecientes al Eneolítico
precampaniforme. En tierras valencianas, y en cuevas de enterramiento colectivo las encontramos en La Pastora, Coveta del Barranc
del Castellet, Bernarda de Palma de Gandia y Cova de la Serp de Banyeres. Son múy frecuentes en los «Sepulcros de Fosa» catalanes (19) y
(13) A. GONZALBZ PRATS: cCarta Arqueológica del Alto Maestrazgo». Serie TraheJos Varios del Servicio de Investigación Prehistórica, nám. 63. Valencia, 1979, pág. 33.
(14} J : M.• SOLER GARCIA: cVUlena. Prehistoria-Bistoria-Monumentoo. Alicante, 1976.
(15) Rallado en las excavaciones que realizó J . Aparicio Pérez.
(16) B. MARTI OLIVBR y J . GIL SANCHO: «Perlas de aletas y glóbulos del Cau Raboser
(Carcalxent, Valencia) (Algunas consideraciones sobre el RneolJtlco Valenciano)». Archivo de
Prehistoria Levantina, XV. Valencia.• 1978, págs. 62-63.
B. MARTI OLIVBR: cBl RneolJtlco». Nuestra Historia. Valencia, 1980, pág. 133.
(17) V. PASCUAL PBRBZ: «Rallazgos prehistóricos de Les Llometes (Alcoy)». Archivo de
Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, págs. 39·58.
(18) J . GUILAINB: eLes debuts du Chalcollthique en Méditerranee Occidentale». Serie
Arqueológica nám. 8, Varia U. Departamento de Rlstoria Antigua. Universidad de Valencia.
En prensa.
(19) A. M.• ~OZ AMIBILIA: cCultura NeolJtlca Catalana de los Sepulcroa de Fosu.
Instituto de Arqueologla y Prehistoria. Universidad de Barcelona, 1965.
-
111 -
[page-n-112]
18
J . V. MÁRTINB2 PERONA
en los sepulcros .megalíticos andaluces y portugueses (20). Sin embargo, no aparecen en la Ereta del Pedregal y nunca en contextos campaniformes, por lo que no los hemos encontrado en el Puntal sobre la
Rambla Castellarda (21 ).
Los objetos fabricados en hueso son curiosamente raros en esta
covacha, limitándose solamente a un punzón o aglija fragmentad~.
Faltan los punzones sobre ca.fta de metapodio de ovicápridos o en huesos de conejo, tan frecuentes en la mayoría de las cuevas de enterramiento citadas.
Igualmen:te caen en falta, por aparecer en casi todos los enterramientos similares, las hojas-cuchillo y los no tan generalizados ídolos,
tanto los pintados sobre huesos de animales como los llamados de placa o violín.
La cerámica es escasa y fragmentada, en mal estado de conservación y sin decoración. Los pocos fragmentos recogidos pertenecen a
cuatro vasos de forma distinta: un cuenco, dos vasos de paredes rectas y un cuenco de labio reentrante, bastante plano. Cerámica que no
se sale de la propia de las cuevas de enterramientos colectivos.
V
VALORACION Y CRONOLOGIA
El estado en que hemos encontrado las inhumaciones de la Covacha Botf.a en. relación al que debieron tener en la época en que se llevaron a cabo es muy distinto. La actividad hf.drica de la cavidad, por
un lado, que debió ser intensa en épocas lluviosas, y la actuación de
animales depredadores, carro:deros o roedores, han motivado que el
tijuar y los restos óseos hayan sido desplazado~ de sus lugares de origen e incluso sacados al exterior, con lo que se han perdido para · iems
(20) G. y V. LEISNBR: IDie Megalithgriiber der Iberischen Balbinsel. Erster Tell: Der Südem, Romiach-Germanische Forschungen, 17, Berlin. 1943.
(211 J . V. MARTINBZ PBR'ONA: «Carta ArqueolósJca de Pedralba y Bugarra (Valencia)».
Archivo de Prehistoria Levantina, XIV. Valencia, 1975, pé¡. 173.
J . APAIUCIO PERBZ, J . V. MARTINBZ PBRONA y J . SAN VALBRO APAIUSI: «El Puntal
sobre la Rambla CuteDarda y el Poblamiento Eneolitico en la ResJón Valencianat. Saltahi
XXVU (1977). Valencia, 1978, pé¡s. 37-62.
-
112 -
[page-n-113]
COVACHA BOTIA
19
pre, dada la situación de la covacha que abre su entrada en un aca.iltilado del barranco de la Vallesa. No podemos descartar tampoco que
se trate de segundos enterramientos y, por lo tanto, que en el momento de trasladar los restos humanos y el ~uar ya no fueran depositados
en su totalidad, cosa bastante frecuente en segundos enterramientos.
De todas maneras, y por las razones indicadas, nos encontramos en la
imposibilidad de poder aclarar si se trata de primeros enterramientos
o de depósitos de huesos y ~uares después de la descarnación en otro
lugar.
Lo que sí es seguro. es que los enterramientos se realizaron dentro
de una estructura natural, en este caso un gourg de forma ovalada
y de reducidas dimensiones, y que luego, seguramente se protegió el depósito con bloques pétreos colocados en el borde del
gourg, hacia la salida, abogando en favor de esta interpretación la
piedra de medianas dimensiones que encontramos aún en el lugar indicado, al comenzar la excavación.
La primera prospección que realizara el S.I.P. proporcionó un cráneo, q)le unido a lo reducido del lugar hizo pensar en un enterramiento de la Edad del Bronce, posiblemente con un solo individuo. Luego,
cuando excavamos, encontramos más restos humanos y del examen a
simple vista sacamos la conclusión provisional de que había dos personas y que, pese a que el ~uar nos indicaba claramente que estábamos ante un enterramiento contemporáneo de los eneolfticos colectivos en cuevas naturales, el número de cadáveres no era ni mucho menos elevado. Finalmente, el estudio de los restos humanos por parte
de la especialista, María José Broseta, cuyo trab~o sigue al pre~ente,
nos ha permitido saber que, por lo menos, son cuatro los enterrados,
una chica de unos 16 años a la que pertenece el cráneo, un niño de alrededor de 6 años al que pertenece la mandíbula y otros huesos, y dos
adultos de los que solamente se conservan algunos molares, sin descartar la posibilidad de que algunos dientes pueden pertenecer a otro
individuo infantil, teniendo, por lo tanto, restos de cinco enterrados,
número que, aunque parezca b~o en relación con los normales para
las cuevas de enterramiento colectivas, está en consonancia con lo reducido de la covacha, máxime si pensamos que el lugar escogido para
depositar el enterramiento fue un diminuto gourg.
En cuanto al encuadre cronológico de este enterramiento, nos encontramos con la falta de fechas absolutas proporcionadas por el método del C14; pero disponemos de un interesante ~uar cuyas particularidades y problemática cFonológica ya han sido planteadas. Apoyándonos en tales planteamientos, creemos que el enterramiento de
la covacha Botía hay que situarlo entre el3000 y el2600-2500 a. de
15
113 -
[page-n-114]
20
J . V. MARTINEZ PERONA
C., fechas que se corresponden con el Eneolitico I de la estructuración
de Aparicio (22).
.
No entramos en más consideraciones que podíamos·hacer en relación con los materiales arqueológicos de la covacha Botfa y los más
recientes trab(\jos de síntesis sobre el Eneol1tico, en tierras valencianas (23), ya que esta tarea la dejamos para un futuro muy próximo,
cuando publiquemos exhaustivamente los materiales de la Cova de la
Pastora de Alcoi, una de las cuevas de enterramientos colectivos más
significativas e importantes de las tierras baftadas por el Mediterráneo Occidental.
·
(221 J . APARICIO PEREZ: cSima de ...», op. cit. en la nota 7.
(23) Fundamentalmente los trabrijos de Harrlson, Guilaine, Mart.t y Aparicio.
-
114 -
[page-n-115]
~
~
N
"d
~
o
z
>
b
o
.:
1»
n
¡:r
1»
tl:l
o
::r.
1»
0'1
1:"'
A.-Interior de la covacha mostrando el gourg después de excavado.
B.- Entrada de la covacha.
~
....
[page-n-116]
1
.,
N
to:l
!:ó
o
2!
>
"¡
C")
o
<:
g.
"'
110
c:l
o
a.
"'
A.- Hacha o azada en piedra verde oscuro.
B.- Cuentas de collar bitroncocónicas y discoidales.
C.- Coqjunto de geométricos.
D.-Cuentas de collar en piedra verde, tipo oüva.
~
~
l:l
[page-n-117]
MARTJNEZ PERONA.-Covacha Botia
LAM.m
H
A, B, C, D, F y G.-Puntas de flech a.
E y H.-Geométricos.
[page-n-118]
MARTINEZ PERONA.-Covacha Botia
LAM. IV
D
G
F
J
K
A, B y C.- Fragmentos de bordes cerámicos, a mano.
D.-Objeto de hueso.
E, F y G.- Lezna y fragmentos de otras, en cobre.
H, I, J y R.-Geométricos.
E
[page-n-119]