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JOSE DONAT ZOPO
(Grupo Espeleol6gico Vilanova y Piera)
Valencia
Río subterráneo « Túnel del Sumidor»
(Vallada, Valencia)
PREAMBULO
El túnel del Sumidor de Vallada es uno de los fenómenos cárs·
ticos más Importantes de la provtncia de Valencia, tanto por su Ion·
gítud, que en la parte hasta ahora conocida se puede esttmar aproxima·
d11mente en un kilómetro, como por ser un cárst vivo, en yeso, el único
conocido hasta la fecha en nuestra provincia y por 105 problemas que
su exploración y la surgencía de sus aguas han planteado, alguno d~ los
cuales se hallan todavía pendientes.
Como hechos más destacados del procedimiento de su conocimiento,
ftgura e l descubrimiento de sus dos pisos superiores, con las Salas Ban·
cobao y Cavani lles, efectuado por el Grupo Espeleol6gico Vilanova y Pie·
m de la Excma. Diputación Provincial de Valencia, en 1959; la colora·
ción de sus aguas verificada en 1960, junto con el forzamiento del pri·
mer sif6n, con técntca de pulmón libre, y del segundo, con e'cafandra:;
autónomas, realizado por espeleólogos del C. E.V y G.I.S.E D., el des·
censo de las cascadas interiores en 1962, la primera por el citado C. E.V
y el S.A.R del Ejército del Aire, y de la segunda y tercera, realizado
por esta última entidad solamente, y, finalmente, los estudios hidrol6
gicos y morfológicos, realizados en 1963 y 1965, por el citDdo Grupo
Vilanova y Piera.
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Fia. 1.
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TUNHL 01!1.
SU~UDOR
3
SITUACION DE LA CAVIDAD
La boca de acceso a l Túnel del Sumidor se halla en el «Barranc d e
la Saraella» 1 en plena Serra Grossa y término municipal de Vallada (Va·
lencia) (fig. 1); en las vertientes meridionales del picacho denominado
del ffPenyó», exactamente detrás de la «Corda del Castell». Se encuentra en el fondo de un barranco, en su margen izquierda y dr.spués de
pasada una cantera de yesos. Su situación geográfica aproximada es d~
3• 00' 03" de longitud Es te y de 38• 52' 50" de latitud Nortó' (fig. 2)
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16-11.
o
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J. DO.'
GEOLOGIA LOCAL
La provincia de Valencia se halla situada en la intersección de dos
regiones :e~tónicas de directrices casi normales entre si: la Celtibérica,
al Norte, con sus alineaciones de noroeste a sureste, y la Bética, al Sur,
con sus estructuras orientadas de suroeste a nordeste, exostiendo entre
ümbas una zona de influencias comunes junto con otra de contactos
o enlace de estructuras.
En la :zona del Sur descuella, por su importancia, la Sen a Grossa,
alineación tectónica fundamentalmente Cretácea, integrada por una se·
rie de anticlinales, sinclinales y fallas, paralelos y acordes con la tectó·
nica regional. Esta unidad montañosa, que atraviesa completamente la
Hoja de Canals (794) y penetra en su extremidad Norte en la Hoja de
Játiva (795) y por la Sur en la correspondiente a Onteniente (820), se
halla fallada a lo largo del plano axial de uno de sus anticlin;~les cons·
titutivos, produciéndose a su amparo una tectónica semidlapirica o dia·
porica de segundo orden, con materiales procedentes del Keuper y que
aparecen de forma laminar y discontinua en los asomos de V311ad;~ (en
los que se desarrolla el cárst vivo del Túnel del Sumidor), Montesa,
Cinco Hermanos y el Castlllo de Játiva.
La estratigrafía en torno al Túnel del Sumidor se reduce al Keuper,
al cretáceo, representado por el Cenomanense-Santonense Inferior, y al
terciario, con el Burdigalense.
El Keuper está constituido por margas y arcillas de tonos vinosos
oue, en muchos lugares y en áreas reducidas, pasan a multicolores.
Abundan también y con carácter masivo los yesos, acompañados de los
determinativos jacintos de Compostela, muy numerosos, y de los cuar·
zos ahumados, Incoloros, lechosos, etc., en menor proporción.
El yeso aparece bajo diversas formas y colores: estructuras abigarradas, fibrosas, compactas, etc. En diversos lugares es fácil de aprecoar la
apretada estructura con que se muestran; en otros, tales COIT.O algunos
sitios del Barranco, en las canteras, en el interior del Túnel, etc., se
observa cómo los estratos han sido violentamente plegados, formando
agudos anticlonales, sonclinales, fallas, desgarraduras, resbalamientos, et·
cétera.
Franqueando este ojal triásico, aparece el Cretáceo, piso Cenomanense-Santonense Superior, que está integrado por gruesos bancos de
calizas grisáceas totalmente levantadas, en la región del Cast:llo, como
consecuencia de los empujes diapíricos, bancos que al contacto con el
Keuper se milonitizan, formando potentes dllpósitos calizos, que al que·
dar al descubierto por la más fácil erosión de los materiales d'l Keuper.
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Tt1NEL DEL
SU~\tDOa
S
originan estructuras muy peculiares, tales como los Torreones y la Agu·
ja de San Antonio.
Por último, el Mioceno, piso Burdígalense, aparece con las clásicas
margas valencianas, comúnmente denominadas «taps» o «llacorellas»,
constituidos por materiales blanquecinos y grisáceos, y que hacen contacto anormal con la mancha del Keuper de Vallada al Norte del aflora·
miento, probablemente recubriendo algunos de sus asomos.
DESCRIPC ION DE LA CAVERNA
La boca del Túnel del Sumidor, en su estado actual, parece ser la
consecuencia de un doble proceso. Uno, interior y primarro, de erosrón
hacia el exterior y otro, secundario y exterior, producido por las aguas
epigeas que, con carácter circunstancial, puedan discurrir por el mismo
y que debieron aprovechar la existencra de alguna grieta o falla transversal para erosionar en profundidad. Tiene unos 5 m. de longitud, dan ·
do acceso a un pozo de fácil descenso de unos 7 m., a cuyo término se
comprueba discurre un riachuelo cuyo gasto es de unos 300 1./min. en
las épocas de lluvia, calculándose será algo más reducido en las época~
de estiaje
En el mismo lugar de descenso se observa la presencia de dos galerías, que en realidad constituyen una sola dividida en dos por el pozo de
entrada, y que recrben las denominaciones de Río Arriba y Río Abajo
U. primera, tal y como su nombre indica, remonta la corriente y lo verifica con dirección general al Suroeste. Río Abajo es, por igu¡¡l motivo,
la que lleva la dirección de las aguas, discurriendo hacia el Nor·deste.
Remontando el curso del riachuelo, éste se muestra muy ,,ccidenta·
do e irregular, formando pequeños estanques, gours de umbral elástico,
marmitas de bordes, recubiertos por manto calcáreo, grande~ bloques
elásticos, etc. La anchura de la galería es ligeramente variable y oscila
entre los 2'5 m y los 4 m., sin cambios bruscos en la misma. La altura
es mucho más rrregular, variando entre 1'5 y 12 m., mostrando rápidas
alteraciones y produciendo en la caverna un sentido de crecimiento vertí·
cal. preponderante sobre el horizontal.
Para estudiar la caverna detalladamente, dividiremos «Rlo Arriba» en
seis trechos o secciones, según los cambios constitutivos o drreccronales
:¡ue a lo largo del mismo se suceden, debiendo añadir finalmente, para el
conocimiento completo de aquélla, las características de los posos supe·
riores originados sobre la galería principal y de «Río Abajo», con los sí·
fones y cascadas que alli se han formado (fig. 3).
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6
J.
A)
ZONA DE «RIO ARRIBA»
DO!IAT ZOPO
l.-Se inic1a la cavidad con dirección media de unos 2500 dur<~nle
un trayecto aproximado de unos 54 m., en el cual la anchura dt la cavidad oscila entre los 2'5 y los 4 m., mientras que la altura, mucho má~
variable, se s itúa entre 1'5 y 1O m. En este tramo se adquiere e-l criterio,
que se confirma en los siguien tes, de que la caverna ha preferido par!l
su crecimiento el sentido de la verticalidad sobre el de la horizontalidad
El curso del riachuelo, muy irregular, disturre tanto por el lado derecho
como por el izquierdo, ocupando el centro o inundando toda la galería v
variando su profundidad entre unos centímetros y el metro y med1o.
IL-A partir de aquí, se acentúa la dirección Suroeste, siendo la d a·
rección media de 2 15' y el recorndo de unos 52 m. 1.<1 anchura oscila
alrededor de los 3 m., y la altura se eleva desde los 2'5 hasta tobrepasar
en algunos puntos los 12 m El curso del agua sigue siendo vilraable, sin
mostrar profundidades de interés. Al término de este segundo tramo se
observa en el techo la presencia de algunos orificios, que posteriormente
se comprobó constituían comunicaciones con departamentos o pisos superiores de la caverna Justamente sobre este tramo se extiende la Sal.1
Cavanilles.
111.-Este tercer tramo, está caracterizado por cambiar varias veces
de dirección en un reducido espacio de recorrido y por corresponder :a
los accesos de los pisos superiores. Su orientación media es de 256•, con
un recorrido de unos 63 m ., siendo el ancho medio de la gale ría de uno;
2 m. Las alturas son análogas a las del tramo anterior, y en el cauce del
~íachuelo aparecen depós1tos de cantos rodados, constituidos por yeso,
pero que aparecen recubiertos por una pellcula de calcáreo: esto hace su·
poner que su deposición es ya algo lejana. En este tramo de caverna que·
dan algunos restos de arrastre y de antiguos cauces cuyas paredes no
llegaron a efectuar su coa lescencla morfológica, quedando hoy colgados
muy por encima del cauce actua l. Al término de este recorrido y por la
pared Izquierda de la galería, se puede efectuar la ascensión a los pisos
y salas superiores de la cavidad.
!V.-Este nuevo recorrido se caracteraza por una anchura mayor que
la ordinaria, entre 5 y 7 m., y por la aparición de algunas terrilzas en el
curso del rio. 1.<1 terraza que se encuentra al término de este trayecto
muestra las sigutentes características: el lado elevado se encu!'ntra a la
derecha del cauce, tiene una amplitud de unos 4 6 5 metros y !>Obre ella
existen cantos rodados cementados en depósito. El cauce actual, que co·
mo hemos .señalado queda en el lado derecho, tiene una anchura de 3 m.,
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260 -
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TUNI!I. DEL SUMIDOII
7
habiéndose excavado parte de él bajo la terraza, por lo que queda una
comisa de ésta totalmente en el aire y profundiza por ba¡o de ella hasta
un metro
V.- Se origina este trayecto con la llamada «Sala del Desplome»,
continuación de la galería, de unos 30 m. de longitud y cuyo anchura,
bastante variable, alcanza los 8 m., logrando su altura también bastante
discontinua los 10 m. Comienza con un poso llano, aunque sembrado de
grandes bloques elásticos, pero al avanzar nacía el fondo de la misma se
onicia una fuerte pendiente ascendente, entre material elástico en descomposición, causado por el alto grado de humedad que lo empapa, hasta alcanzar en su punto culminante y en relaco6n con el suelo Inicial de>
ascenso, un desnivel positivo de unos 12 m., lo que significa, concretamente, una pendiente del 40 por 100. El cauce se dirige en esta sala
hacia la derecha de la mosma, desapareciendo entre unas rocas. También
en el lado derecho y a medio metro de altura sobre el suelo, apenas iniciada la sala, se encuentra una pequeña fuente de agua dulce, cuyo cau·
dal, si bien muy escaso, ha ido aumentando, según se ha pododr comprobar en las sucesivas v1s1tas efectuadas a la cavidad.
VI.-Este último recorrido comienza a la izquierd<~ de la sala antes
cons1derada, ya en la pendiente que se 1nicia al fondo de la misma, en
donde se presenta un pozo horadado entre materiales elásticos Descendiendo por él hasta su fondo, a unos 3 ó 4 metros, aparece un pequeño
pasadizo que conduce a un laminador de unos 7 m. de longotud, 3'5 m
de anchura y menos de 1 m. de altura, cuyo suelo aparece recubierto de
material arenoso de sedimentación y grava o cantos rodados; a los 7 m.
de recorrido, aproximadamente en el centro, aparece un orificio de salida, pudiéndose continuar bien por él o bien por el laminador (que se
estrecha gradualmente). hasta el final de éste, en donde la cavidad varia
totalmente de aspecto. En este último tramo, de unos 80 m en total
-incluido el laminador-, las formas de la caverna aparecen 'Yiás indecisas, más juveniles, más abortadas, etc., en violento contraste, por ejemplo, con las de la sala grande, que son altamente seniles. Muestra, a partir de ahora, numerosos y bruscos cambios de dirección, pudiéndose, no
cbstante, calcular su orientac16n media en 225•. Los techos ~ mucho
más bajos, las galerías más estrechas y el cauce mucho más trregular,
escondiéndose inclusive en algunos puntos. En uno de sus ángulos existe
una surgencia de agua dulce análoga a la encontrada en la Sal¡¡ del Desplome.
El término conocido de la cavidad se verifica en una galería de reducidas dimensiones, en las que una bóveda descendente entra en contac·
te. con el agua, desconociéndose si la misma posee o no el ca~ácter de
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J•
DO!IAT ZOPO
sifonante. Seria factible, dados ciertos desniveles próximos, abrir un canal de desagüe de la misma, que permitiese adquirir esta seguridad.
B)
PISOS SUPERIORES
El tramo 111 de la cavidad, estaba caracteriz.ado, como se dijo anteriormente, por sus accesos y comunicaciones con los pisos superiores de
la caverna. Utilizando para llegar a ellos el que se encuentra exactamente al final del tramo 111, se puede ascender, mediante una fácil trepa
por la pared izquierda hasta alcanzar un gran anchurón situado aproximadamente a unos 4 m sobre el riachuelo. La marcha se efectúa ahora
en el sentido de aguas abajo, pero desplaz.ados del cauce unos 1O m. como término medio. Este gran ensanchamiento se convierte, nad<> más iniciarse, en una galería de suelo muy regular y formas arqueadas típica:;
d2 la erosión, llamada «Galeria Superior», de unos 8 m. de anchura, que
se va estrechando a lo largo de su recorrido, de unos 40 m., ~iendo su
elevación del orden de los 2 m.
Esta galeria desemboca en la llamada Sala Bancobao, que presenta
unos 20m. de longitud y 7-8 m. de altura. Está formada por una abrup·
ta pendiente de materiales elásticos y orientada en el acceso de Sur a
Norte. Los desniveles son bastante bruscos y al final de los mismos unos
orificios establecen comunicación con el antes visto cauce actual
Exactamente en el extremo nordeste de la Sala aparece lo que es hoy
una gatera de techos muy bajos, en realidad resto de una antigua gale·
ría rellena por los sedimentos, y que tras verificar un antiguo meandro,
con unos 32 m. de recorrido, desemboca en la Sala de Cavanolles. Esta
~la es de menores proporciones que la anterior, pues tiene unos 15 m.
y, en realidad, tanto por su constitución como por su orientación, no es
más que la continuación de la Sala Bancobao. El acceso a la misma se
rtoaliza, tras la salida de la gatera, por medio de unos bloques elásticos
que se empotran sobre el cauce antiguo -que se muestra a ambos lados
de los mismos--, y que reciben la denominación de Puente del Diablo.
Retrocediendo a la Sala BDncobao, en el extremo Noroeste de la misma, aparecen las formas arqueadas de una nueva galerla la llamada uMe·
¿¡a», de unos 40 m. de longitud y en las que se manifiestan algunas in·
teresantes terrazas fluviales o nagelfluh. El ancho de las mismas es de
unos 5 m. y sobre ellas descansa, al igual que en las terraz.as del curso
fluvial actual, un grueso depósito de cantos cementados rodados El cau·
ce, ya abandonado, queda un metro más profundo que la terraza A lo
largo de esta galería, varios pozos la ponen en comunicación con el cauce actual, finaliz.ando en la iniciación de la galería superior.
-
262-
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TUNI!L DI!L SUMUlOR
C)
9
ZONA DE ceRIO ABAJO»
l.-TRAMO ANTERIOR A LOS SIFONE.S
Comienza en el mismo punto de descenso al Túnel y nada más iniciarse nos presenta un corte transversal que nos mues1ra una estratigra ·
fía totalmente vertical, ligeramente volcada a la izquierda, y en cuya
estructura existe predominio de la arquitectura elástica, debido a que los
planos de estratificación del yeso, dada la viscosidad de este material,
especialmente cuando ha absorbido un alto grado de humedad, son incapaces de sustentarse y resbalan sobre sí mismos, originándose ~ntre ellos
estrías análogas a los espejos de falla.
La orientación de la cavema en esta zona es muy regular y, salvo
ligeras alteraciones momentáneas, mantiene constantemente la d irección
nordeste; su longitud, hasta alcanzar la Sala del Salto, donde finaliza este tramo, es de unos 64 m., en tos que se salvan hasta unos cinco de
desnivel descendente. La Sala del Salto presenta ia particularidad de una
pequeña cascada de dos m., en la que hay un variado muestrario de cantos rodados y bloques de yeso.
A mitad del ttinerario de este sector la caverna va mostrando formas
erosivas muy defintdas.
El cauce, que ocupa con frecuencia la totalidad de la galería, mues·
tra abundantes y suaves deposiciones de arena y barro.
II.,.......¡>AREDES Y TECHOS
Desde este punto hasta los stfones, las paredes y techos de la cavidad muestran alternancias de pisos erosivos y elásticos. El perfil de equilibrio es más acusado y aparecen con frecuencia gourgs y marrrttas. Casi
al final de este trayecto se aprecia un tmportante desplome. Los cortes
transversales muestran que la vertical id9d de la estratificación apreciada
t>n tantos lugares de la cavidad, ha cedido a un buzamiento hacta el NW
del orden de los 300, pero que además existe una fractura con desplaza miento aproximado de un metro, siendo más elevado el sector izquierdo
que el derecho. Su longitud es de unos 84 m.
111.-LOS SIFONES
A continuación del citado recorrido Rio Abajo - 150 m. tnl y como
!e ha dicho--, se encuentra el Sifón Sospedra, primero de los dos cono
cídos que se presentan en la galería, que cuenta con una long itud de 2
metros, lo que supone un poco más de recorrido, y con un estrechamien-263 -
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10
J.
DON.\T ZOPO
to máximo de 50 cm. Salvado este sifón, se llega a la llamada Sala del
C.E.V., de reducidas dimensiones, con unos 2 m . de ancha, 5 m de larga
y 2-2'5 m. de al ta, que se encuentra parcialmente inundada, con un ban·
co de a rcilla en su parte central. Concluye con el Sifón Agost, último de
los descubiertos, de una longitud de unos 3 m. y anchura un poco mayor
que la del anterior sifón, y finaliza desembocando en la «Ga lería Nueva».
El nivel del agua en esta sección es de unos 50 cm., siendo la distancia entre la entrada del primer sifón y la salida del segundo de unos
10 metros.
IV.- LA GALERIA NUEVA
Hemos de indicar en primer lugar, que todos los datos de este úl timo
tramo o recorrido son menos concretos, debido a que el estudio geoló·
gico y topográfico del mismo ha sido sacrificado en aras de una mayor
rapidez de exploración, en la que e l problema tiempo era factor primord ial.
No obstante, se ha comprobado que una vez pasado el segundo sifón,
el Túnel presenta características que siguen las lrneas generales anteriores de estratigrafía, tectónica, orientación, etc., continuandp a lo largo
del llamado «Corredor Donderis», de unos 65 m. de longitud, que presenta tres caídas o desniveles fáciles de salvar, de 2, 3 y 4 m. y algunos
embalses de profundidades que oscilan entre los 20 y los 1 lO erro Al final
.
del mismo se presenta una calda transversal a la galería, de unos 40 m.,
que se conoce con el nombre de «Cascada Llopis». Al pie de la misma
se abre una gran estancia, la Sala S.A.R., que se prolonga durante unos
20 m. hasta finalizar en una segunda cascada de lO m. de caída. El río
continúa por una nueva galería de 40 m. de longitud que concluye con
un nuevo salto en la «Cascada Elorriaga», de 30 m., la mayo•· parte dtl
lo~ cuales se descienden en voladizo, al final de la cual se abre una nue va galería de 150 m. de longitud que desemboca en Ja sala
Piera», de grandes proporciones, concretamente 75 x 30 x 20 m., que va
estrechándose hasta continuar por un nuevo corredor de 20 m ., ll amado
«Galería Terminal», por cuyo piso base discurre el riachuelo hasta
desaparecer bajo la bóveda superior, que va inc.linándose hasta tocar
las aguas, al final de este corredor, en el último lugar explorado del Túnel que nos ocupa, ignorándose en qué forma proseguirá la cavióad a partir de este punto.
EL PROBLEMA HIDROLOGICO
Desde que el Túne l del Sumidor de Vallada atrajo la atención de los
espe leólogos, se plantearon inmediatamente varias cuestiones, a cuya so·
lución se orientaron la mayor parte de los esfuerzos:
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'I'UNI!L DHL SUMIJl()R
A)
B)
11
Origen de fas aguas.
¿Surgían al exterior posteriormente? ¿Dónde?
El origen de las aguas es en realidad el problerNl menos Impor tante.
Quiza podría adelantarse algo en su resolución empleando el procedimien to antes indicado de provocar el descenso del nivel del agua de la última
galería. Pero con ello, de obtenerse algún fruto, sería más bien de tfp?
espeleológico que hidrológico. EJ lograr algunos metros más de cavidad
o el disfrutar de acceso a alguna nueva sala, no resolverían nada en absoluto sobre el origen de las aguas. Este debe considerarse como e) resu ltado de la unión de diversas aportaciones activas e intermitentes, cu·
ya reunión da la corriende considerada. a lo que se aduce la prueba práctica
y real de Ja fuente existente en la Sala de) Desplome, y la qu~ se halla
tras el Laminador.
No obstante, no deseo dejar de señalar cómo, remontando el Barranco
de la Saraella, a poca distancia, existen unas amplias torcas, y conocido
el origen de esta clase de manifestaciones basado normalmente en el des ·
plome de bóvedas de cavernas, ocasionadas por la disolución y erosión
del subsue lo por corrientes subterraneas, considero factible rela.;ionar la corriente del Túnel del Sumidor con estas torcas, las cuales podrían constituir una prolongación de la cavidad aguas arriba.
El problema más importante era el de averiguar hacia dónde se en·
caminaban las aguas, es decir, investigar si éstas constituían posteriormente una resurgencia activa o si bien, por el contrario, alimentaban ülgún depósito subterráneo de manifestación no exteriorizada.
Por métodos topográfico-geológicos, se determinó como surgencia activa probable de las aguas del Túnel del Sumidor, la «Font de la Saraella», sita aproximadamente a unos 700 m. del Túnel y a unos 140 m. del
desnivel Para confirmación de esta suposición, se recurrió a la coloración de las aguas de la caverna. Fue efectuada el 16-7-60, a las 22'30
horas, empleándose como indicador 600 grs. de fluoresceína . Fue avistada la c;oloración en la fuente supuesta el 20 de julio, es decir, una;
84 horas después de efectuarse el teñido de las aguas del Túnel, verificado junto a los sifones, en la galería Aguas Abajo. La distancia de re ·
corrido total en linea recta o ideal es de unos 550 m. (posteriormente,
lograron recorrerse unos 350 m. topográfkos en la cavidad) 1 e.l desnivel
de unos 140 m. y la pendiente del 40 por 100, a base de conductos caso
horizontales y bruscas cascadas. La velocidad horaria de recorrido fue
de unos 6 m. escasos, debiéndose probablemente su lentitud a la exis·
tencia de sifones retentivos y bóvedas sifonantes.
Resuelto el problema hidrológico, se planteó inmediatamente otro
el contenido mineralógico de las aguas.
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12
). DONIJ 'ZOPO
En una misma fecha se tomaron tres muestras de las agu~s, correspondiendo a tres lugares distintos. Una de la boca de acceso a la cavidad
Otra en el inicio del Sifón Sospedra, y la tercera en la Fuente de la Sa·
raella. Remitidas por e l Ayuntamiento de Vallada al Laboratorio Químico
del Instituto Provincial de Sanidad de Valencia para su anális:s, los re ·
sultados obtenidos fueron los siguientes:
MATERIA ORGAN ICA
En la boca del Túnel, de fácil acceso a toda clase de residuos vegeta·
les e insectos, la materia orgánica va lorada en líquido ácido y expresada
en oxígeno se manifestaba en 2' 4 mg. por litro. En la boca del Sifón Sos·
pedra, tras un recorrido de unos 150 m, sin recibir aportaciones de material vegetal, la cifra descendía a 2'3 y que finalmente, tras un reco·
rrido mayor por la zona de detrás de los sifones, y su filtrado por el te ·
rreno hasta la reaparición de las aguas en la Fuente de la Saraella, se
r educia sensiblemente a 1'6 mg. litro.
ACIDO SULFUR ICO Y CAL.
Las cifras que respectivamente obtenemos para ambas materias son
en mg. por litro 244/365 en boca del Túnel, 265/396 en Sifón Sospedr3
y 312/418 en la Fuente de la Saraella. SI consideramos que la cavidad
está excavada en material yesoso, estos elevados índices de ácido sulfúrico y ca l pueden considerarse normales, así como su crecimiento.
MAGNESIA
Su lndice de crecimiento es normal y pasa de 118 mg. por li tro en
la boca del Túnel, a 137 en e l Sifón Sospedra y a 192 en la Fuente de
la Saraella. Por otra parte, también la proporción cal-magnesia, en relación con el ácido sulfúrico, parece bastante constante.
CLORO EXPRESADO EN CLORU RO SOD ICO
El grado de crecimiento de este producto entre la boca del Túnel y
el Sifón Sospedra, parece ser bastante normal. Sin análisis exacto, parece
se mantiene también normal entre el Sifón Sospedra y la Galerfa Terminal, siendo entre esta ú.ltima y la Fuente de la Saraella cuando se produce la anormalidad en cuanto a la cantidad de producto disuelto.
El análisis efectuado por e l Instituto Provincial de Sanidad de Valencia, establece para la boca del Túnel la cantidad de 1.216 mg/1, mien -
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TUNE!. DRL SUMIDOR
13
tras que 150 m. después, la con~;entración salina era de 1.411 mg/1.,
lo que suponía un aumento en ese recorrido, de 195 mg/1. de sal, y dado que desde el extremo explorado del Túnel hasta la Font de Ja Saraella
existe un probable recorrido de 600-900 m. de curso, podía cakularse
teóricamente para la surgencia, en condiciones normales, una salinidad
media máxima de 2.581 mg/1. Sin embargo, el análisis de la fuente daba
una concentración de 39.681 mg/1., es decir unos 37.000 mgjl. más de
los calculados; en cambio, las otras cifras indicadoras de las concentraciones de ácido sulfúrico, cal, magnesia, etc., habían crecido proporcional y adecuadamente.
Este desacompasado crecimiento podría efectuarse bajo la condición
de existencia de un domo sa lino a través del cual circula la corriente, o
bien en la presencia de una lámina salina, suposición esta última quizá
mucho más adecuada, dada la tectónica semidiapirica en que se desarrolla
la cavidad.
Calculando una media de 250 l. de agua por minuto, probablemente
corta, ~upondría un gasto, exclusivamente de CINa, del orden de lo;
13.800 Kg. diarios, que anualmente constituirian un vado de unos 2.400
metros cúbicos; es decir, que el equivalente sería una galería de 160 m.
de longitud por 3 y 5 m. de ancha y al ta respectivamente, o a la inversa.
Relacionando e l espacio vacío anualmente dejado por la sal disuelta
con el factor tiempo, se llega a la conclusión de que el terreno montuoso comprendido entre la Galeria Término y la Fuente de Id Saraella
debe presentar oquedades de considerable volumen en su interior, cuya
consecuencia podria ser, en e l transcurso de los años, la formación d torcas al exterior, por hundimiento de bóvedas interiores.
También puede suponerse la existencia de algún afluente al curso
actualmente conocido del TúneJ del Sumidor, pero ello supondría un aumento Importante en el volumen de agua de la Fuente de la Saraella, so·
bre la circulante por el interior de la cavidad, el cual no ha sido apreciado todavía. Por otra parte, el indice de salinidad de este afluente deberí'l
ser todavía más elevado, ya que al producirse la confluencia de ambos.
éste descenderia.
Ahora bien, algunas circunstancias concurrentes fuerzan a pensar que
esta elevada disolución salina es bastante moderna. Par.;¡ ello ;)bundo en
la división de la mecanica hidrológica en dos periodos; el preeoirogéníco
y el epirogénico. La disolución salina, realizada entfe la surgencia primitrva y la actual, corresponde al periodo epirogénico o más reciente, e in·
cluso, dentro de éste, es muy probable que, dado el bajo indice de disolución del yeso en el agua, la disolución salina corresponda a un período
bastante avanzado del mismo.
-
267-
[page-n-269]
14
J. DONA'[ ZOPO
ESPELEOGENESIS Y MECANJCA HlDROLOGJCA
El recorrido efectuado a lo largo de toda la cavidad, nos ha propor·
donado elementos de juicio valiosos para el estudio de la misrua.
Las paredes de la caverna, libres de recubrimientos o mantos ca lcáreos, muestran su peculiar estratigrafía, mientras que a lguncs bruscos
cambios de tamaño en las secciones transversa les de la cavidad permiten
apreciar claramente la existencia de un agudo antidinal.
Este es fácilmente observable en la Sala de.l Desplome, pt>ro dond~
muestra mejor todos sus detalles, es en la conjunción de la Galerfa Superior con la Sala Bancobao, cuyo brusco cambio de sección nos mues1 ra
la existencia de un agudo plegamiento concéntrico paralelo, típico de lo.;
materiales viscosoelásticos, y en el que solamente podemos distinguir la
parte de pliegue propia del movimiento vertical. A lo largo de este an ·
1idinal se ha desarrollado ja cavidad, hasta el punto de que la Galería
Superior y las salas Bancobao, Cavanilles, del Desplome, etc., rnanifies·
tan hallarse plenamente practicadas en la charnela del pliegue, mientras
que la Ga lería intermedia y la inferior se extienden por completo en los
flancos verticales y tienen los materiales orientados en dicha posición.
Río Abajo, entre los sectores 1 y 11, se inicia una nueva visión estratigráfica, ya que se observa un buzamiento 30• Norte, asi como la exis·
tencia de una fractura con desplazamiento de una de sus partes, aproxi·
madamente del orden de un metro y, en general, coincidente con el cor·
te longitudinal de la galería.
El elemento constitutivo de la cavidad es el yeso; aparece €•n su ma ·
yor parte en gruesos e interesantes bancos grises; pero también se pre·
sentan con frecuencia los cong lomerados, los yesos rojizos, etc. En algún
lugar hemos podido apreciar la existencia de depósitos de margas yeso·
!>aS, en un estado que podríamos calificar de mi lonitizado.
En conjunto, estas observaciones nos han sido decisivas para deter·
minar la mecánica hidrológica de las aguas del Túnel de l Sumidor y su
génesis, ambas tan ligadas que procederemos conjuntamente a su estudio. Para conseguirlo vamos a referirnos a puntos concretos de )a cavidad y sobre ellos establecer nuestras hipótesis.
El sector Río Arriba, a la a ltura de las galerías Superior y Media, es
un punto idea l para ello. Como es lógico, iniciamos nuestra consideración
imaginando que la corriente hídrica circula por la Galería Supel'ior, des·
emboca en la Sala Bancobao, la atraviesa y se dirige, por la gatera, a la
Sala Canavilles; la prolongación a partir de este punto será comentada
aparte.
Como segunda fase puede considerarse la formación de la Galería in-268 -
[page-n-270]
1
'I'UN'R DEL SUMlDOfl
••
1ermedli1, con lo cual, los aportes hidricos abandonan la Galería Supenor
y pasan del nacimiento de esta última a la ontermedia, Sala Bancobao,
gatera y Sala Cavanilles
Esta segunda fase ha iniciado ya un desplazamiento lateral del cauce
del rio, y que se ve apoyado por el pronunciado buzamiento del antlcli·
nal de la Sala Bancobao.
Sigue una tercera fase, en la que la sedimentación supera a la tuer
-:.l erosiva y se forman terrazas muy bien definidas, constituidas por fi
nos materiales detríticos, y que se observan en la Galería Intermedia y
gatera, con acusado régimen laminar en las aguas circulantes. Esto cons
tituye un proceso de formación de un Nagelfluh, bien definido pero
poco potente
Ante la cuarta fase o de rejuvenecimiento del curso acuífero nos podemos plantear las hopótesis de aumento de caudal o de modificación de
la pendiente media.
Un aumento de caudal supondría una fuerza erosiva actuante SO·
bre la totalidad del cauce, especialmente en los casos como este en que
es completamente llano. Por ello, hemos de de~echar esta pos;bilidad ~
oncllnarnos por una alteración del equilibrio de pendientes como solución
al caso, y como característica especial, lo que podemos considerar como
una nueva traslación del cauce, ya que, aún circulando por el rnismo, la~
aguas lo efectúan por el punto más alejado del curso hidrico inicial.
A partir de esta cuarta fase, observamos numerosos pozo; o simas
que ponen en comunicación esta~ galerías elevadas con la actual¡ si exceptuamos aquellas en que hayan podido intervenir los procesos elásticos,
las restantes, de tipo erosivo, no serán sino distontas fases de un proceso
regresivo que culminaria en los pozos existentes en la Galería Medía, y
que en bloque podemos denominar como fase de regresión o quonta fase
Ahora bien : la Galeria Superior se inicia en ella misma, es decir, no
posee prolongación de ningún tipo hacia el interior. Por lo tanto, hern.>s
de considerarla como originada por la acción de las aguas a:.~tóctonas.
Tampoco siguiendo Rio Arriba, ni siquiera en la Sala del Desplome, nos
permite observar la existencia de un piso superior, ni restos morfológicos
que lo atestiguasen. Todo lo contrario ocurre caminando hacia la salida
de la caverna, hasta el punto de que algunas galeo ias o conductos asoman sus bocas todavía inexploradas y cuya Incógnita está aún por desvelar. Estos rest<>s morfológicos adquieren una importancia tal que roos
h&cen prever la existencia, en un momento determonado, de dos corrientes hídricas actuando aisladamente, a saber: una superior originaria de
las galerías Superior y Medía, y otra inferior, correspondiente a la del
cauce actual.
Considerando las galerlas inferoores, en un sector análogo al estudia269-
[page-n-271]
16
¡.
DOIIAT ZOPO
do en las superiores, hallamos un fenómeno parecido al de la G~:~leria Me·
dia, es decir, cortes transversales con bóveda superior amplia y arqueada,
de formas seniles, sobre cuyo piso se ha edificado igualmenre una te·
rrau, Nagelfluh, de bastante espesor y realizado luego una traslacoón
lateral del cauce, con un rápido descendimiento del mismo.
Es decir, que existe tal paralelismo morfológico entre la Galería Medla y la Inferior, que nos hace suponer la existencia de agentes condicionales tan absolutamente idénticos, como podría proporcionarlos una
análoga cronología para ambas cavidades.
La Sala de l Desplome, de elevadas bóvedas, es parcialmente el pro·
dueto de un gran hundimiento, cuyos restos morfológicos se manifoesta'l
en la gran escombrera del fondo de la sala. Dichos materiales se desplomaron sobre el cauce primitivo y forzaron a éste a inicoar un proceso
erosivo sobre los mismos, dando lugar al Laminador, cuya diferencia de
altura en bóvedas con el resto de la cavidad queda explicada por su ma·
yor juventud.
Es decir que, como resumen, podemos señalar que la cavidad ha tenido varios orígenes (actualmente, a un mismo nivel, se conoce un apor·
te hídrico principal y otros dos secundarios), que éstos han pervivido en
cronologías idénticas, y que fenómenos de tipo geológico, ajenos a la
cueva, fusionaron sus aportes hasta que, posteriormente, cesaron los más
elevado$.
ESPELEOCRONOLOGIA
La cárstica valenciana, en cuanto a su cr~nología, dispone de un hecho geológico perfectamente datado y que revolucionó tan profundamen·
te la hidrografía del país, que sus huellas, tanto la hipógea como la episea, se hallan muy patentes.
El cuaternario, durante las fases pluviales, proporcionó a la .:árstica un
régimen estable de plenitud hidrica totalmente favorable para su desarrollo, el cual se manifiesta a través de las innumerables cavidades que
se prodigan por el ámbito geográfico de la provincia, especialmente en
aquellas en que la estratigrafía y la tectónica del terreno eran aptas para
ello, mostrando ora cavidades de tipo surgente, al amparo de f¡¡llas o de
buzamientos estratigráficos adecuados, ora sumideros, mucho~ de gran
desarrollo, consecuentes estos últimos de drenajes epigeos de gran envergadura.
Las fases pluviales cuaternarias fueron paulatinamente reg•esando y
con ello las corrientes hidricas, mermadas en sus caudales, perdieron par·
te de su fuerza erosiva y en algunos puntos desaparecieron, ccn lo qu'!
fenecieron muchas cavidades, entrando en vías de fosilización.
-270-
[page-n-272]
TUNU. DSL S11MIDOR
l7
En muchos cauces, esta disminución de caudales hace que los regímenes hidricos pasen de turbulentos, con gran poder erosivo, a laminares, en los que la potencia de arrastre de las aguas disminuye hasta el
punto de permitir la sedimentación, lo que ocasiona ciertos rt!llenos de
los mismos y la presencia de formas más redondeadas o más se'liles.
En pleno Cuaternario, modernamente, se produce un lento movimiento epirogénico en la provincia de Valencia y parcialmente en las de Castellón y Alicante. Este movimiento produce una paulatina aunque sensible elevación de las costas. Consecuentemente, las corrientes hldricas SI'
ven forzadas a buscar más normales perfiles de equilibrio, Iniciando, para
ello, una nueva fase erosiva. Este movimiento epirogenético, en el cual
parece que nos hallamos todavía, modifica profundamente el perfíl de los
drenajes epigeos, los cuales, de las formas seniles o redondeadas, pasan
rápidamente a agudísimos perfiles en V, creando profundos tajos. En el
subsuelo, las aguas subterráneas que circulaban por las cavernas, se ven
1mpelldas a profundizarse igualmente, originando procesos regresivos y
abandonando cavidades y sistemas ya abiertos al espeleólogo, e inician
nuevos procesos cársticos.
En las zonas del Keuper los materiales a erosionar, yesos, margas,
etcétera, son blandos, siendo la acción erosiva rápida, con lo que los perfiles de equilibrio hidrico son rápidamente alcanzados. Así, la fase pluvial se debió caracterizar por una fuerte erosión; la regresiva, por una
rápida deposición de materiales o sedimentación, y finalmente, la epirogenética, con un nuevo proceso erosivo que se Iniciaría sobre los materiales depositados con anterioridad, marginándose los cauces hidricos con
terrazas laterales, de espesor variable y condicionado a la Importancia de
las corrientes y arrastres de cada una.
Terrazas de este tipo se han podido estudiar, dentro de nuestra región, en las márgenes del Rio Escalona, en la linea regmagenética que
constituye «la Canal de Navarrés», junto con el fenómeno cárstico de
la Cueva del Yeso, originada a posterior! de la fase pluvial, ya p1cnamen
te en medio del proceso de epirogénesls. Ultimamente, se han podido
apreciar estos restos en el «Barranc de la Saraella», con ocasi6t1 de nues·
tro actual estudio y por vez primera en un cauce subterráneo, de form3
que nos ha permitido observar la correlación entre los fenómenos geol6·
glcos últimamente citados.
A este fin, podriamos señalar el origen de las galerías Supe• ior y Media, así como la parte más elevada de la Inferior, como procedentes pro·
bablemente de los pluviales mediterráneos. Aunque también podrían haberse originado en la fase regresiva en los depósitos de material de
arrastre que con carácter elevado hallamos en las galerías Med•~ e Inferior, auténticos Nagelfluh, y finalmente, durante la fase epirogénica, en
-
271 -
[page-n-273]
18
¡, DONAT %0PO
el nuevo proceso erosivo que produce la traslac1ón lateral del cauce y de·
ja colgados los Nagelfluh.
El examen morfológico del Barranco de la Saraella todavía nos seña
la la presencia, a cierta altura, mucho más próximo a la boca del Túnel
que al nacimiento
surgencia abandonada.
Con ello, el mecanismo hodrológico y la cronología del Túnel del Su·
midor se complica más todavía, ya que supone la génesis longitudinal de
la cavidad dividida en dos periodos. Uno más primitivo y en el que las
aguas del Túnel surgidan en este barranco a un n1vel superior al actuill
y otro posterior, coincidente con el período epirogenétlco, y ~n el que
las aguas, al abosmarse, abnesen nuevas galerias, hasta surgir por la ac·
lual fuente de la Saraella. Con ello quedaría demostrado que el proceso
epirogenético había producido descensos de novel (erosión sobre las te
rrazas), consecuencia de su necesidad de abismamiento, compensados a
su vez con la prolongación de las galerías.
CONCLUSION
El Túnel del Sumidor de Vallada es una cavidad alojada entre los pli'l•
gues de un anticlinal yesoso del Keuper, el cual, a su vez, aflora co-.
tectónica semidiapirica en la charnela de un anticlinal cretáceo fallado
longitudinalmente a lo largo de la Serra Grossa.
La caverna, cuyo recorrido es aproximadamente de un kilómetro,
muestra en la actualidad tres cauces a distintos niveles o pisos, debiendo
su origen todos ellos a la acción erosiva y disolvente de las aguas hipé·
geas. Los dos cauces superiores tienen un origen hidrico común y forman
entre ambos un sistema hidrográfico de componentes distintos, aunque
concordantes en su geología, morfología, mecánica hodrológica y crono·
logia, con el cauce inferior. Este, todavía vivo, presenta una surgenciJ
principal y dos secundarias, con algunas manifestaciones dást•cas en su
recorrido, producidas por la absoluta verticalidad de los estratos y la vis·
cosoelasticidad de los materiales yesíferos.
El cauce tiene un desarrollo potencialmente horizontal y la,; diferen·
cías de nivel suele salvarlas mediante escalones y sa ltos, algunos de ellos
de cierta envergadura.
Las aguas que circulan por su interior reaparecen, salvando un tuertP.
desnivel, por la denominada Fuente de la Saraella, sita en el mismo ba·
rranco en que abre su boca el Túnel del Sumidor, conclusión a la qu<'
se llegó primero por métodos topográfico-geológicos, y que se confirmó
posteriormente con el empleo de indicadores y colorantes químicos
-272
[page-n-274]
TUSEL DEL SUMIDOK
19
La diferencia de salinidad entre el agua antes y después de salir de
la cavidad, supone la existencia de un domo o lámina salina, cuyo des·
gaste anual actual es de unos 2.400 metros cúbicos.
Finalmente, y en cuanto a datación de la caverna, se supone que se
inició con anterioridad a los procesos epirogénicos, posiblemente al tér·
mino de los pluviales mediterráneos, acusó en su desarrollo y morfologhl
la fase epirogenética, y como «carsb vtvo, conttnúa desenvolviéndose en
la actualidad.
BIBLIOGRAFIA
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lnvest. Cu,nrlflcos, lnsr "Luco• Mollodo" Tomo IV, Madrid, 1948.
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1
J. M. RIOS: "Dioplrlsmo" Bol. lnst. Geol. Min. de E•poño Tomo LX. Maclnd 1948
-
J5
273 -
[page-n-275]
[page-n-276]
OO~AT.-Túncl
del Sumldor
LAl\1. l .
~.-BarrarH:o de la Sr~raclloa.
2.-Rinchuclo de lo Saraelln.
3.-ru l'eny6.
t - Galería dd Túnel del Sumidor.
(Fotos Donat)
[page-n-277]
LAM. 11 .
OONAT.-Tunel del Sumldor
1.-·rerrazas fluviales en d lntcric.lr del Túnel.
2.-Lnminador de 1 ~ Sala del Desplome.
(Foto ~
Siena)
[page-n-278]
OONAT.-Tú n el M I S umlrlor
I.AM. 111.
l.- Fuente de In Soln del Ocsolomc.
z.-Gnlerla rí<> abajo, antes de los Sifones.
3 ~ 4.- 0iver.os nspcct~ de lo bóveda de la Salo del Desplome, donde se npr
exisu~nda
de un anticlinnl.
(Fotos Sierra)
[page-n-279]
OONAT. -Túoel d t l Sumld or
Anliclinal de ll S.úa Bancobao
C
Foro Stc:rra
[page-n-280]
JOSE DONAT ZOPO
(Grupo Espeleol6gico Vilanova y Piera)
Valencia
Río subterráneo « Túnel del Sumidor»
(Vallada, Valencia)
PREAMBULO
El túnel del Sumidor de Vallada es uno de los fenómenos cárs·
ticos más Importantes de la provtncia de Valencia, tanto por su Ion·
gítud, que en la parte hasta ahora conocida se puede esttmar aproxima·
d11mente en un kilómetro, como por ser un cárst vivo, en yeso, el único
conocido hasta la fecha en nuestra provincia y por 105 problemas que
su exploración y la surgencía de sus aguas han planteado, alguno d~ los
cuales se hallan todavía pendientes.
Como hechos más destacados del procedimiento de su conocimiento,
ftgura e l descubrimiento de sus dos pisos superiores, con las Salas Ban·
cobao y Cavani lles, efectuado por el Grupo Espeleol6gico Vilanova y Pie·
m de la Excma. Diputación Provincial de Valencia, en 1959; la colora·
ción de sus aguas verificada en 1960, junto con el forzamiento del pri·
mer sif6n, con técntca de pulmón libre, y del segundo, con e'cafandra:;
autónomas, realizado por espeleólogos del C. E.V y G.I.S.E D., el des·
censo de las cascadas interiores en 1962, la primera por el citado C. E.V
y el S.A.R del Ejército del Aire, y de la segunda y tercera, realizado
por esta última entidad solamente, y, finalmente, los estudios hidrol6
gicos y morfológicos, realizados en 1963 y 1965, por el citDdo Grupo
Vilanova y Piera.
255 -
[page-n-256]
Fia. 1.
[page-n-257]
TUNHL 01!1.
SU~UDOR
3
SITUACION DE LA CAVIDAD
La boca de acceso a l Túnel del Sumidor se halla en el «Barranc d e
la Saraella» 1 en plena Serra Grossa y término municipal de Vallada (Va·
lencia) (fig. 1); en las vertientes meridionales del picacho denominado
del ffPenyó», exactamente detrás de la «Corda del Castell». Se encuentra en el fondo de un barranco, en su margen izquierda y dr.spués de
pasada una cantera de yesos. Su situación geográfica aproximada es d~
3• 00' 03" de longitud Es te y de 38• 52' 50" de latitud Nortó' (fig. 2)
~ ~
1:81 keu¡;er 13 k.zp-&.u~
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~ ~ltSe.-~~
m.
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{ 000
Flg. 2.
-
257-
16-11.
o
[page-n-258]
J. DO.'
GEOLOGIA LOCAL
La provincia de Valencia se halla situada en la intersección de dos
regiones :e~tónicas de directrices casi normales entre si: la Celtibérica,
al Norte, con sus alineaciones de noroeste a sureste, y la Bética, al Sur,
con sus estructuras orientadas de suroeste a nordeste, exostiendo entre
ümbas una zona de influencias comunes junto con otra de contactos
o enlace de estructuras.
En la :zona del Sur descuella, por su importancia, la Sen a Grossa,
alineación tectónica fundamentalmente Cretácea, integrada por una se·
rie de anticlinales, sinclinales y fallas, paralelos y acordes con la tectó·
nica regional. Esta unidad montañosa, que atraviesa completamente la
Hoja de Canals (794) y penetra en su extremidad Norte en la Hoja de
Játiva (795) y por la Sur en la correspondiente a Onteniente (820), se
halla fallada a lo largo del plano axial de uno de sus anticlin;~les cons·
titutivos, produciéndose a su amparo una tectónica semidlapirica o dia·
porica de segundo orden, con materiales procedentes del Keuper y que
aparecen de forma laminar y discontinua en los asomos de V311ad;~ (en
los que se desarrolla el cárst vivo del Túnel del Sumidor), Montesa,
Cinco Hermanos y el Castlllo de Játiva.
La estratigrafía en torno al Túnel del Sumidor se reduce al Keuper,
al cretáceo, representado por el Cenomanense-Santonense Inferior, y al
terciario, con el Burdigalense.
El Keuper está constituido por margas y arcillas de tonos vinosos
oue, en muchos lugares y en áreas reducidas, pasan a multicolores.
Abundan también y con carácter masivo los yesos, acompañados de los
determinativos jacintos de Compostela, muy numerosos, y de los cuar·
zos ahumados, Incoloros, lechosos, etc., en menor proporción.
El yeso aparece bajo diversas formas y colores: estructuras abigarradas, fibrosas, compactas, etc. En diversos lugares es fácil de aprecoar la
apretada estructura con que se muestran; en otros, tales COIT.O algunos
sitios del Barranco, en las canteras, en el interior del Túnel, etc., se
observa cómo los estratos han sido violentamente plegados, formando
agudos anticlonales, sonclinales, fallas, desgarraduras, resbalamientos, et·
cétera.
Franqueando este ojal triásico, aparece el Cretáceo, piso Cenomanense-Santonense Superior, que está integrado por gruesos bancos de
calizas grisáceas totalmente levantadas, en la región del Cast:llo, como
consecuencia de los empujes diapíricos, bancos que al contacto con el
Keuper se milonitizan, formando potentes dllpósitos calizos, que al que·
dar al descubierto por la más fácil erosión de los materiales d'l Keuper.
-258-
[page-n-259]
Tt1NEL DEL
SU~\tDOa
S
originan estructuras muy peculiares, tales como los Torreones y la Agu·
ja de San Antonio.
Por último, el Mioceno, piso Burdígalense, aparece con las clásicas
margas valencianas, comúnmente denominadas «taps» o «llacorellas»,
constituidos por materiales blanquecinos y grisáceos, y que hacen contacto anormal con la mancha del Keuper de Vallada al Norte del aflora·
miento, probablemente recubriendo algunos de sus asomos.
DESCRIPC ION DE LA CAVERNA
La boca del Túnel del Sumidor, en su estado actual, parece ser la
consecuencia de un doble proceso. Uno, interior y primarro, de erosrón
hacia el exterior y otro, secundario y exterior, producido por las aguas
epigeas que, con carácter circunstancial, puedan discurrir por el mismo
y que debieron aprovechar la existencra de alguna grieta o falla transversal para erosionar en profundidad. Tiene unos 5 m. de longitud, dan ·
do acceso a un pozo de fácil descenso de unos 7 m., a cuyo término se
comprueba discurre un riachuelo cuyo gasto es de unos 300 1./min. en
las épocas de lluvia, calculándose será algo más reducido en las época~
de estiaje
En el mismo lugar de descenso se observa la presencia de dos galerías, que en realidad constituyen una sola dividida en dos por el pozo de
entrada, y que recrben las denominaciones de Río Arriba y Río Abajo
U. primera, tal y como su nombre indica, remonta la corriente y lo verifica con dirección general al Suroeste. Río Abajo es, por igu¡¡l motivo,
la que lleva la dirección de las aguas, discurriendo hacia el Nor·deste.
Remontando el curso del riachuelo, éste se muestra muy ,,ccidenta·
do e irregular, formando pequeños estanques, gours de umbral elástico,
marmitas de bordes, recubiertos por manto calcáreo, grande~ bloques
elásticos, etc. La anchura de la galería es ligeramente variable y oscila
entre los 2'5 m y los 4 m., sin cambios bruscos en la misma. La altura
es mucho más rrregular, variando entre 1'5 y 12 m., mostrando rápidas
alteraciones y produciendo en la caverna un sentido de crecimiento vertí·
cal. preponderante sobre el horizontal.
Para estudiar la caverna detalladamente, dividiremos «Rlo Arriba» en
seis trechos o secciones, según los cambios constitutivos o drreccronales
:¡ue a lo largo del mismo se suceden, debiendo añadir finalmente, para el
conocimiento completo de aquélla, las características de los posos supe·
riores originados sobre la galería principal y de «Río Abajo», con los sí·
fones y cascadas que alli se han formado (fig. 3).
-259-
[page-n-260]
6
J.
A)
ZONA DE «RIO ARRIBA»
DO!IAT ZOPO
l.-Se inic1a la cavidad con dirección media de unos 2500 dur<~nle
un trayecto aproximado de unos 54 m., en el cual la anchura dt la cavidad oscila entre los 2'5 y los 4 m., mientras que la altura, mucho má~
variable, se s itúa entre 1'5 y 1O m. En este tramo se adquiere e-l criterio,
que se confirma en los siguien tes, de que la caverna ha preferido par!l
su crecimiento el sentido de la verticalidad sobre el de la horizontalidad
El curso del riachuelo, muy irregular, disturre tanto por el lado derecho
como por el izquierdo, ocupando el centro o inundando toda la galería v
variando su profundidad entre unos centímetros y el metro y med1o.
IL-A partir de aquí, se acentúa la dirección Suroeste, siendo la d a·
rección media de 2 15' y el recorndo de unos 52 m. 1.<1 anchura oscila
alrededor de los 3 m., y la altura se eleva desde los 2'5 hasta tobrepasar
en algunos puntos los 12 m El curso del agua sigue siendo vilraable, sin
mostrar profundidades de interés. Al término de este segundo tramo se
observa en el techo la presencia de algunos orificios, que posteriormente
se comprobó constituían comunicaciones con departamentos o pisos superiores de la caverna Justamente sobre este tramo se extiende la Sal.1
Cavanilles.
111.-Este tercer tramo, está caracterizado por cambiar varias veces
de dirección en un reducido espacio de recorrido y por corresponder :a
los accesos de los pisos superiores. Su orientación media es de 256•, con
un recorrido de unos 63 m ., siendo el ancho medio de la gale ría de uno;
2 m. Las alturas son análogas a las del tramo anterior, y en el cauce del
~íachuelo aparecen depós1tos de cantos rodados, constituidos por yeso,
pero que aparecen recubiertos por una pellcula de calcáreo: esto hace su·
poner que su deposición es ya algo lejana. En este tramo de caverna que·
dan algunos restos de arrastre y de antiguos cauces cuyas paredes no
llegaron a efectuar su coa lescencla morfológica, quedando hoy colgados
muy por encima del cauce actua l. Al término de este recorrido y por la
pared Izquierda de la galería, se puede efectuar la ascensión a los pisos
y salas superiores de la cavidad.
!V.-Este nuevo recorrido se caracteraza por una anchura mayor que
la ordinaria, entre 5 y 7 m., y por la aparición de algunas terrilzas en el
curso del rio. 1.<1 terraza que se encuentra al término de este trayecto
muestra las sigutentes características: el lado elevado se encu!'ntra a la
derecha del cauce, tiene una amplitud de unos 4 6 5 metros y !>Obre ella
existen cantos rodados cementados en depósito. El cauce actual, que co·
mo hemos .señalado queda en el lado derecho, tiene una anchura de 3 m.,
-
260 -
[page-n-261]
TflliUftl.
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TUNI!I. DEL SUMIDOII
7
habiéndose excavado parte de él bajo la terraza, por lo que queda una
comisa de ésta totalmente en el aire y profundiza por ba¡o de ella hasta
un metro
V.- Se origina este trayecto con la llamada «Sala del Desplome»,
continuación de la galería, de unos 30 m. de longitud y cuyo anchura,
bastante variable, alcanza los 8 m., logrando su altura también bastante
discontinua los 10 m. Comienza con un poso llano, aunque sembrado de
grandes bloques elásticos, pero al avanzar nacía el fondo de la misma se
onicia una fuerte pendiente ascendente, entre material elástico en descomposición, causado por el alto grado de humedad que lo empapa, hasta alcanzar en su punto culminante y en relaco6n con el suelo Inicial de>
ascenso, un desnivel positivo de unos 12 m., lo que significa, concretamente, una pendiente del 40 por 100. El cauce se dirige en esta sala
hacia la derecha de la mosma, desapareciendo entre unas rocas. También
en el lado derecho y a medio metro de altura sobre el suelo, apenas iniciada la sala, se encuentra una pequeña fuente de agua dulce, cuyo cau·
dal, si bien muy escaso, ha ido aumentando, según se ha pododr comprobar en las sucesivas v1s1tas efectuadas a la cavidad.
VI.-Este último recorrido comienza a la izquierd<~ de la sala antes
cons1derada, ya en la pendiente que se 1nicia al fondo de la misma, en
donde se presenta un pozo horadado entre materiales elásticos Descendiendo por él hasta su fondo, a unos 3 ó 4 metros, aparece un pequeño
pasadizo que conduce a un laminador de unos 7 m. de longotud, 3'5 m
de anchura y menos de 1 m. de altura, cuyo suelo aparece recubierto de
material arenoso de sedimentación y grava o cantos rodados; a los 7 m.
de recorrido, aproximadamente en el centro, aparece un orificio de salida, pudiéndose continuar bien por él o bien por el laminador (que se
estrecha gradualmente). hasta el final de éste, en donde la cavidad varia
totalmente de aspecto. En este último tramo, de unos 80 m en total
-incluido el laminador-, las formas de la caverna aparecen 'Yiás indecisas, más juveniles, más abortadas, etc., en violento contraste, por ejemplo, con las de la sala grande, que son altamente seniles. Muestra, a partir de ahora, numerosos y bruscos cambios de dirección, pudiéndose, no
cbstante, calcular su orientac16n media en 225•. Los techos ~ mucho
más bajos, las galerías más estrechas y el cauce mucho más trregular,
escondiéndose inclusive en algunos puntos. En uno de sus ángulos existe
una surgencia de agua dulce análoga a la encontrada en la Sal¡¡ del Desplome.
El término conocido de la cavidad se verifica en una galería de reducidas dimensiones, en las que una bóveda descendente entra en contac·
te. con el agua, desconociéndose si la misma posee o no el ca~ácter de
-261-
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8
J•
DO!IAT ZOPO
sifonante. Seria factible, dados ciertos desniveles próximos, abrir un canal de desagüe de la misma, que permitiese adquirir esta seguridad.
B)
PISOS SUPERIORES
El tramo 111 de la cavidad, estaba caracteriz.ado, como se dijo anteriormente, por sus accesos y comunicaciones con los pisos superiores de
la caverna. Utilizando para llegar a ellos el que se encuentra exactamente al final del tramo 111, se puede ascender, mediante una fácil trepa
por la pared izquierda hasta alcanzar un gran anchurón situado aproximadamente a unos 4 m sobre el riachuelo. La marcha se efectúa ahora
en el sentido de aguas abajo, pero desplaz.ados del cauce unos 1O m. como término medio. Este gran ensanchamiento se convierte, nad<> más iniciarse, en una galería de suelo muy regular y formas arqueadas típica:;
d2 la erosión, llamada «Galeria Superior», de unos 8 m. de anchura, que
se va estrechando a lo largo de su recorrido, de unos 40 m., ~iendo su
elevación del orden de los 2 m.
Esta galeria desemboca en la llamada Sala Bancobao, que presenta
unos 20m. de longitud y 7-8 m. de altura. Está formada por una abrup·
ta pendiente de materiales elásticos y orientada en el acceso de Sur a
Norte. Los desniveles son bastante bruscos y al final de los mismos unos
orificios establecen comunicación con el antes visto cauce actual
Exactamente en el extremo nordeste de la Sala aparece lo que es hoy
una gatera de techos muy bajos, en realidad resto de una antigua gale·
ría rellena por los sedimentos, y que tras verificar un antiguo meandro,
con unos 32 m. de recorrido, desemboca en la Sala de Cavanolles. Esta
~la es de menores proporciones que la anterior, pues tiene unos 15 m.
y, en realidad, tanto por su constitución como por su orientación, no es
más que la continuación de la Sala Bancobao. El acceso a la misma se
rtoaliza, tras la salida de la gatera, por medio de unos bloques elásticos
que se empotran sobre el cauce antiguo -que se muestra a ambos lados
de los mismos--, y que reciben la denominación de Puente del Diablo.
Retrocediendo a la Sala BDncobao, en el extremo Noroeste de la misma, aparecen las formas arqueadas de una nueva galerla la llamada uMe·
¿¡a», de unos 40 m. de longitud y en las que se manifiestan algunas in·
teresantes terrazas fluviales o nagelfluh. El ancho de las mismas es de
unos 5 m. y sobre ellas descansa, al igual que en las terraz.as del curso
fluvial actual, un grueso depósito de cantos cementados rodados El cau·
ce, ya abandonado, queda un metro más profundo que la terraza A lo
largo de esta galería, varios pozos la ponen en comunicación con el cauce actual, finaliz.ando en la iniciación de la galería superior.
-
262-
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TUNI!L DI!L SUMUlOR
C)
9
ZONA DE ceRIO ABAJO»
l.-TRAMO ANTERIOR A LOS SIFONE.S
Comienza en el mismo punto de descenso al Túnel y nada más iniciarse nos presenta un corte transversal que nos mues1ra una estratigra ·
fía totalmente vertical, ligeramente volcada a la izquierda, y en cuya
estructura existe predominio de la arquitectura elástica, debido a que los
planos de estratificación del yeso, dada la viscosidad de este material,
especialmente cuando ha absorbido un alto grado de humedad, son incapaces de sustentarse y resbalan sobre sí mismos, originándose ~ntre ellos
estrías análogas a los espejos de falla.
La orientación de la cavema en esta zona es muy regular y, salvo
ligeras alteraciones momentáneas, mantiene constantemente la d irección
nordeste; su longitud, hasta alcanzar la Sala del Salto, donde finaliza este tramo, es de unos 64 m., en tos que se salvan hasta unos cinco de
desnivel descendente. La Sala del Salto presenta ia particularidad de una
pequeña cascada de dos m., en la que hay un variado muestrario de cantos rodados y bloques de yeso.
A mitad del ttinerario de este sector la caverna va mostrando formas
erosivas muy defintdas.
El cauce, que ocupa con frecuencia la totalidad de la galería, mues·
tra abundantes y suaves deposiciones de arena y barro.
II.,.......¡>AREDES Y TECHOS
Desde este punto hasta los stfones, las paredes y techos de la cavidad muestran alternancias de pisos erosivos y elásticos. El perfil de equilibrio es más acusado y aparecen con frecuencia gourgs y marrrttas. Casi
al final de este trayecto se aprecia un tmportante desplome. Los cortes
transversales muestran que la vertical id9d de la estratificación apreciada
t>n tantos lugares de la cavidad, ha cedido a un buzamiento hacta el NW
del orden de los 300, pero que además existe una fractura con desplaza miento aproximado de un metro, siendo más elevado el sector izquierdo
que el derecho. Su longitud es de unos 84 m.
111.-LOS SIFONES
A continuación del citado recorrido Rio Abajo - 150 m. tnl y como
!e ha dicho--, se encuentra el Sifón Sospedra, primero de los dos cono
cídos que se presentan en la galería, que cuenta con una long itud de 2
metros, lo que supone un poco más de recorrido, y con un estrechamien-263 -
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10
J.
DON.\T ZOPO
to máximo de 50 cm. Salvado este sifón, se llega a la llamada Sala del
C.E.V., de reducidas dimensiones, con unos 2 m . de ancha, 5 m de larga
y 2-2'5 m. de al ta, que se encuentra parcialmente inundada, con un ban·
co de a rcilla en su parte central. Concluye con el Sifón Agost, último de
los descubiertos, de una longitud de unos 3 m. y anchura un poco mayor
que la del anterior sifón, y finaliza desembocando en la «Ga lería Nueva».
El nivel del agua en esta sección es de unos 50 cm., siendo la distancia entre la entrada del primer sifón y la salida del segundo de unos
10 metros.
IV.- LA GALERIA NUEVA
Hemos de indicar en primer lugar, que todos los datos de este úl timo
tramo o recorrido son menos concretos, debido a que el estudio geoló·
gico y topográfico del mismo ha sido sacrificado en aras de una mayor
rapidez de exploración, en la que e l problema tiempo era factor primord ial.
No obstante, se ha comprobado que una vez pasado el segundo sifón,
el Túnel presenta características que siguen las lrneas generales anteriores de estratigrafía, tectónica, orientación, etc., continuandp a lo largo
del llamado «Corredor Donderis», de unos 65 m. de longitud, que presenta tres caídas o desniveles fáciles de salvar, de 2, 3 y 4 m. y algunos
embalses de profundidades que oscilan entre los 20 y los 1 lO erro Al final
.
del mismo se presenta una calda transversal a la galería, de unos 40 m.,
que se conoce con el nombre de «Cascada Llopis». Al pie de la misma
se abre una gran estancia, la Sala S.A.R., que se prolonga durante unos
20 m. hasta finalizar en una segunda cascada de lO m. de caída. El río
continúa por una nueva galería de 40 m. de longitud que concluye con
un nuevo salto en la «Cascada Elorriaga», de 30 m., la mayo•· parte dtl
lo~ cuales se descienden en voladizo, al final de la cual se abre una nue va galería de 150 m. de longitud que desemboca en Ja sala
estrechándose hasta continuar por un nuevo corredor de 20 m ., ll amado
«Galería Terminal», por cuyo piso base discurre el riachuelo hasta
desaparecer bajo la bóveda superior, que va inc.linándose hasta tocar
las aguas, al final de este corredor, en el último lugar explorado del Túnel que nos ocupa, ignorándose en qué forma proseguirá la cavióad a partir de este punto.
EL PROBLEMA HIDROLOGICO
Desde que el Túne l del Sumidor de Vallada atrajo la atención de los
espe leólogos, se plantearon inmediatamente varias cuestiones, a cuya so·
lución se orientaron la mayor parte de los esfuerzos:
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'I'UNI!L DHL SUMIJl()R
A)
B)
11
Origen de fas aguas.
¿Surgían al exterior posteriormente? ¿Dónde?
El origen de las aguas es en realidad el problerNl menos Impor tante.
Quiza podría adelantarse algo en su resolución empleando el procedimien to antes indicado de provocar el descenso del nivel del agua de la última
galería. Pero con ello, de obtenerse algún fruto, sería más bien de tfp?
espeleológico que hidrológico. EJ lograr algunos metros más de cavidad
o el disfrutar de acceso a alguna nueva sala, no resolverían nada en absoluto sobre el origen de las aguas. Este debe considerarse como e) resu ltado de la unión de diversas aportaciones activas e intermitentes, cu·
ya reunión da la corriende considerada. a lo que se aduce la prueba práctica
y real de Ja fuente existente en la Sala de) Desplome, y la qu~ se halla
tras el Laminador.
No obstante, no deseo dejar de señalar cómo, remontando el Barranco
de la Saraella, a poca distancia, existen unas amplias torcas, y conocido
el origen de esta clase de manifestaciones basado normalmente en el des ·
plome de bóvedas de cavernas, ocasionadas por la disolución y erosión
del subsue lo por corrientes subterraneas, considero factible rela.;ionar la corriente del Túnel del Sumidor con estas torcas, las cuales podrían constituir una prolongación de la cavidad aguas arriba.
El problema más importante era el de averiguar hacia dónde se en·
caminaban las aguas, es decir, investigar si éstas constituían posteriormente una resurgencia activa o si bien, por el contrario, alimentaban ülgún depósito subterráneo de manifestación no exteriorizada.
Por métodos topográfico-geológicos, se determinó como surgencia activa probable de las aguas del Túnel del Sumidor, la «Font de la Saraella», sita aproximadamente a unos 700 m. del Túnel y a unos 140 m. del
desnivel Para confirmación de esta suposición, se recurrió a la coloración de las aguas de la caverna. Fue efectuada el 16-7-60, a las 22'30
horas, empleándose como indicador 600 grs. de fluoresceína . Fue avistada la c;oloración en la fuente supuesta el 20 de julio, es decir, una;
84 horas después de efectuarse el teñido de las aguas del Túnel, verificado junto a los sifones, en la galería Aguas Abajo. La distancia de re ·
corrido total en linea recta o ideal es de unos 550 m. (posteriormente,
lograron recorrerse unos 350 m. topográfkos en la cavidad) 1 e.l desnivel
de unos 140 m. y la pendiente del 40 por 100, a base de conductos caso
horizontales y bruscas cascadas. La velocidad horaria de recorrido fue
de unos 6 m. escasos, debiéndose probablemente su lentitud a la exis·
tencia de sifones retentivos y bóvedas sifonantes.
Resuelto el problema hidrológico, se planteó inmediatamente otro
el contenido mineralógico de las aguas.
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12
). DONIJ 'ZOPO
En una misma fecha se tomaron tres muestras de las agu~s, correspondiendo a tres lugares distintos. Una de la boca de acceso a la cavidad
Otra en el inicio del Sifón Sospedra, y la tercera en la Fuente de la Sa·
raella. Remitidas por e l Ayuntamiento de Vallada al Laboratorio Químico
del Instituto Provincial de Sanidad de Valencia para su anális:s, los re ·
sultados obtenidos fueron los siguientes:
MATERIA ORGAN ICA
En la boca del Túnel, de fácil acceso a toda clase de residuos vegeta·
les e insectos, la materia orgánica va lorada en líquido ácido y expresada
en oxígeno se manifestaba en 2' 4 mg. por litro. En la boca del Sifón Sos·
pedra, tras un recorrido de unos 150 m, sin recibir aportaciones de material vegetal, la cifra descendía a 2'3 y que finalmente, tras un reco·
rrido mayor por la zona de detrás de los sifones, y su filtrado por el te ·
rreno hasta la reaparición de las aguas en la Fuente de la Saraella, se
r educia sensiblemente a 1'6 mg. litro.
ACIDO SULFUR ICO Y CAL.
Las cifras que respectivamente obtenemos para ambas materias son
en mg. por litro 244/365 en boca del Túnel, 265/396 en Sifón Sospedr3
y 312/418 en la Fuente de la Saraella. SI consideramos que la cavidad
está excavada en material yesoso, estos elevados índices de ácido sulfúrico y ca l pueden considerarse normales, así como su crecimiento.
MAGNESIA
Su lndice de crecimiento es normal y pasa de 118 mg. por li tro en
la boca del Túnel, a 137 en e l Sifón Sospedra y a 192 en la Fuente de
la Saraella. Por otra parte, también la proporción cal-magnesia, en relación con el ácido sulfúrico, parece bastante constante.
CLORO EXPRESADO EN CLORU RO SOD ICO
El grado de crecimiento de este producto entre la boca del Túnel y
el Sifón Sospedra, parece ser bastante normal. Sin análisis exacto, parece
se mantiene también normal entre el Sifón Sospedra y la Galerfa Terminal, siendo entre esta ú.ltima y la Fuente de la Saraella cuando se produce la anormalidad en cuanto a la cantidad de producto disuelto.
El análisis efectuado por e l Instituto Provincial de Sanidad de Valencia, establece para la boca del Túnel la cantidad de 1.216 mg/1, mien -
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TUNE!. DRL SUMIDOR
13
tras que 150 m. después, la con~;entración salina era de 1.411 mg/1.,
lo que suponía un aumento en ese recorrido, de 195 mg/1. de sal, y dado que desde el extremo explorado del Túnel hasta la Font de Ja Saraella
existe un probable recorrido de 600-900 m. de curso, podía cakularse
teóricamente para la surgencia, en condiciones normales, una salinidad
media máxima de 2.581 mg/1. Sin embargo, el análisis de la fuente daba
una concentración de 39.681 mg/1., es decir unos 37.000 mgjl. más de
los calculados; en cambio, las otras cifras indicadoras de las concentraciones de ácido sulfúrico, cal, magnesia, etc., habían crecido proporcional y adecuadamente.
Este desacompasado crecimiento podría efectuarse bajo la condición
de existencia de un domo sa lino a través del cual circula la corriente, o
bien en la presencia de una lámina salina, suposición esta última quizá
mucho más adecuada, dada la tectónica semidiapirica en que se desarrolla
la cavidad.
Calculando una media de 250 l. de agua por minuto, probablemente
corta, ~upondría un gasto, exclusivamente de CINa, del orden de lo;
13.800 Kg. diarios, que anualmente constituirian un vado de unos 2.400
metros cúbicos; es decir, que el equivalente sería una galería de 160 m.
de longitud por 3 y 5 m. de ancha y al ta respectivamente, o a la inversa.
Relacionando e l espacio vacío anualmente dejado por la sal disuelta
con el factor tiempo, se llega a la conclusión de que el terreno montuoso comprendido entre la Galeria Término y la Fuente de Id Saraella
debe presentar oquedades de considerable volumen en su interior, cuya
consecuencia podria ser, en e l transcurso de los años, la formación d torcas al exterior, por hundimiento de bóvedas interiores.
También puede suponerse la existencia de algún afluente al curso
actualmente conocido del TúneJ del Sumidor, pero ello supondría un aumento Importante en el volumen de agua de la Fuente de la Saraella, so·
bre la circulante por el interior de la cavidad, el cual no ha sido apreciado todavía. Por otra parte, el indice de salinidad de este afluente deberí'l
ser todavía más elevado, ya que al producirse la confluencia de ambos.
éste descenderia.
Ahora bien, algunas circunstancias concurrentes fuerzan a pensar que
esta elevada disolución salina es bastante moderna. Par.;¡ ello ;)bundo en
la división de la mecanica hidrológica en dos periodos; el preeoirogéníco
y el epirogénico. La disolución salina, realizada entfe la surgencia primitrva y la actual, corresponde al periodo epirogénico o más reciente, e in·
cluso, dentro de éste, es muy probable que, dado el bajo indice de disolución del yeso en el agua, la disolución salina corresponda a un período
bastante avanzado del mismo.
-
267-
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14
J. DONA'[ ZOPO
ESPELEOGENESIS Y MECANJCA HlDROLOGJCA
El recorrido efectuado a lo largo de toda la cavidad, nos ha propor·
donado elementos de juicio valiosos para el estudio de la misrua.
Las paredes de la caverna, libres de recubrimientos o mantos ca lcáreos, muestran su peculiar estratigrafía, mientras que a lguncs bruscos
cambios de tamaño en las secciones transversa les de la cavidad permiten
apreciar claramente la existencia de un agudo antidinal.
Este es fácilmente observable en la Sala de.l Desplome, pt>ro dond~
muestra mejor todos sus detalles, es en la conjunción de la Galerfa Superior con la Sala Bancobao, cuyo brusco cambio de sección nos mues1 ra
la existencia de un agudo plegamiento concéntrico paralelo, típico de lo.;
materiales viscosoelásticos, y en el que solamente podemos distinguir la
parte de pliegue propia del movimiento vertical. A lo largo de este an ·
1idinal se ha desarrollado ja cavidad, hasta el punto de que la Galería
Superior y las salas Bancobao, Cavanilles, del Desplome, etc., rnanifies·
tan hallarse plenamente practicadas en la charnela del pliegue, mientras
que la Ga lería intermedia y la inferior se extienden por completo en los
flancos verticales y tienen los materiales orientados en dicha posición.
Río Abajo, entre los sectores 1 y 11, se inicia una nueva visión estratigráfica, ya que se observa un buzamiento 30• Norte, asi como la exis·
tencia de una fractura con desplazamiento de una de sus partes, aproxi·
madamente del orden de un metro y, en general, coincidente con el cor·
te longitudinal de la galería.
El elemento constitutivo de la cavidad es el yeso; aparece €•n su ma ·
yor parte en gruesos e interesantes bancos grises; pero también se pre·
sentan con frecuencia los cong lomerados, los yesos rojizos, etc. En algún
lugar hemos podido apreciar la existencia de depósitos de margas yeso·
!>aS, en un estado que podríamos calificar de mi lonitizado.
En conjunto, estas observaciones nos han sido decisivas para deter·
minar la mecánica hidrológica de las aguas del Túnel de l Sumidor y su
génesis, ambas tan ligadas que procederemos conjuntamente a su estudio. Para conseguirlo vamos a referirnos a puntos concretos de )a cavidad y sobre ellos establecer nuestras hipótesis.
El sector Río Arriba, a la a ltura de las galerías Superior y Media, es
un punto idea l para ello. Como es lógico, iniciamos nuestra consideración
imaginando que la corriente hídrica circula por la Galería Supel'ior, des·
emboca en la Sala Bancobao, la atraviesa y se dirige, por la gatera, a la
Sala Canavilles; la prolongación a partir de este punto será comentada
aparte.
Como segunda fase puede considerarse la formación de la Galería in-268 -
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1
'I'UN'R DEL SUMlDOfl
••
1ermedli1, con lo cual, los aportes hidricos abandonan la Galería Supenor
y pasan del nacimiento de esta última a la ontermedia, Sala Bancobao,
gatera y Sala Cavanilles
Esta segunda fase ha iniciado ya un desplazamiento lateral del cauce
del rio, y que se ve apoyado por el pronunciado buzamiento del antlcli·
nal de la Sala Bancobao.
Sigue una tercera fase, en la que la sedimentación supera a la tuer
-:.l erosiva y se forman terrazas muy bien definidas, constituidas por fi
nos materiales detríticos, y que se observan en la Galería Intermedia y
gatera, con acusado régimen laminar en las aguas circulantes. Esto cons
tituye un proceso de formación de un Nagelfluh, bien definido pero
poco potente
Ante la cuarta fase o de rejuvenecimiento del curso acuífero nos podemos plantear las hopótesis de aumento de caudal o de modificación de
la pendiente media.
Un aumento de caudal supondría una fuerza erosiva actuante SO·
bre la totalidad del cauce, especialmente en los casos como este en que
es completamente llano. Por ello, hemos de de~echar esta pos;bilidad ~
oncllnarnos por una alteración del equilibrio de pendientes como solución
al caso, y como característica especial, lo que podemos considerar como
una nueva traslación del cauce, ya que, aún circulando por el rnismo, la~
aguas lo efectúan por el punto más alejado del curso hidrico inicial.
A partir de esta cuarta fase, observamos numerosos pozo; o simas
que ponen en comunicación esta~ galerías elevadas con la actual¡ si exceptuamos aquellas en que hayan podido intervenir los procesos elásticos,
las restantes, de tipo erosivo, no serán sino distontas fases de un proceso
regresivo que culminaria en los pozos existentes en la Galería Medía, y
que en bloque podemos denominar como fase de regresión o quonta fase
Ahora bien : la Galeria Superior se inicia en ella misma, es decir, no
posee prolongación de ningún tipo hacia el interior. Por lo tanto, hern.>s
de considerarla como originada por la acción de las aguas a:.~tóctonas.
Tampoco siguiendo Rio Arriba, ni siquiera en la Sala del Desplome, nos
permite observar la existencia de un piso superior, ni restos morfológicos
que lo atestiguasen. Todo lo contrario ocurre caminando hacia la salida
de la caverna, hasta el punto de que algunas galeo ias o conductos asoman sus bocas todavía inexploradas y cuya Incógnita está aún por desvelar. Estos rest<>s morfológicos adquieren una importancia tal que roos
h&cen prever la existencia, en un momento determonado, de dos corrientes hídricas actuando aisladamente, a saber: una superior originaria de
las galerías Superior y Medía, y otra inferior, correspondiente a la del
cauce actual.
Considerando las galerlas inferoores, en un sector análogo al estudia269-
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16
¡.
DOIIAT ZOPO
do en las superiores, hallamos un fenómeno parecido al de la G~:~leria Me·
dia, es decir, cortes transversales con bóveda superior amplia y arqueada,
de formas seniles, sobre cuyo piso se ha edificado igualmenre una te·
rrau, Nagelfluh, de bastante espesor y realizado luego una traslacoón
lateral del cauce, con un rápido descendimiento del mismo.
Es decir, que existe tal paralelismo morfológico entre la Galería Medla y la Inferior, que nos hace suponer la existencia de agentes condicionales tan absolutamente idénticos, como podría proporcionarlos una
análoga cronología para ambas cavidades.
La Sala de l Desplome, de elevadas bóvedas, es parcialmente el pro·
dueto de un gran hundimiento, cuyos restos morfológicos se manifoesta'l
en la gran escombrera del fondo de la sala. Dichos materiales se desplomaron sobre el cauce primitivo y forzaron a éste a inicoar un proceso
erosivo sobre los mismos, dando lugar al Laminador, cuya diferencia de
altura en bóvedas con el resto de la cavidad queda explicada por su ma·
yor juventud.
Es decir que, como resumen, podemos señalar que la cavidad ha tenido varios orígenes (actualmente, a un mismo nivel, se conoce un apor·
te hídrico principal y otros dos secundarios), que éstos han pervivido en
cronologías idénticas, y que fenómenos de tipo geológico, ajenos a la
cueva, fusionaron sus aportes hasta que, posteriormente, cesaron los más
elevado$.
ESPELEOCRONOLOGIA
La cárstica valenciana, en cuanto a su cr~nología, dispone de un hecho geológico perfectamente datado y que revolucionó tan profundamen·
te la hidrografía del país, que sus huellas, tanto la hipógea como la episea, se hallan muy patentes.
El cuaternario, durante las fases pluviales, proporcionó a la .:árstica un
régimen estable de plenitud hidrica totalmente favorable para su desarrollo, el cual se manifiesta a través de las innumerables cavidades que
se prodigan por el ámbito geográfico de la provincia, especialmente en
aquellas en que la estratigrafía y la tectónica del terreno eran aptas para
ello, mostrando ora cavidades de tipo surgente, al amparo de f¡¡llas o de
buzamientos estratigráficos adecuados, ora sumideros, mucho~ de gran
desarrollo, consecuentes estos últimos de drenajes epigeos de gran envergadura.
Las fases pluviales cuaternarias fueron paulatinamente reg•esando y
con ello las corrientes hidricas, mermadas en sus caudales, perdieron par·
te de su fuerza erosiva y en algunos puntos desaparecieron, ccn lo qu'!
fenecieron muchas cavidades, entrando en vías de fosilización.
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TUNU. DSL S11MIDOR
l7
En muchos cauces, esta disminución de caudales hace que los regímenes hidricos pasen de turbulentos, con gran poder erosivo, a laminares, en los que la potencia de arrastre de las aguas disminuye hasta el
punto de permitir la sedimentación, lo que ocasiona ciertos rt!llenos de
los mismos y la presencia de formas más redondeadas o más se'liles.
En pleno Cuaternario, modernamente, se produce un lento movimiento epirogénico en la provincia de Valencia y parcialmente en las de Castellón y Alicante. Este movimiento produce una paulatina aunque sensible elevación de las costas. Consecuentemente, las corrientes hldricas SI'
ven forzadas a buscar más normales perfiles de equilibrio, Iniciando, para
ello, una nueva fase erosiva. Este movimiento epirogenético, en el cual
parece que nos hallamos todavía, modifica profundamente el perfíl de los
drenajes epigeos, los cuales, de las formas seniles o redondeadas, pasan
rápidamente a agudísimos perfiles en V, creando profundos tajos. En el
subsuelo, las aguas subterráneas que circulaban por las cavernas, se ven
1mpelldas a profundizarse igualmente, originando procesos regresivos y
abandonando cavidades y sistemas ya abiertos al espeleólogo, e inician
nuevos procesos cársticos.
En las zonas del Keuper los materiales a erosionar, yesos, margas,
etcétera, son blandos, siendo la acción erosiva rápida, con lo que los perfiles de equilibrio hidrico son rápidamente alcanzados. Así, la fase pluvial se debió caracterizar por una fuerte erosión; la regresiva, por una
rápida deposición de materiales o sedimentación, y finalmente, la epirogenética, con un nuevo proceso erosivo que se Iniciaría sobre los materiales depositados con anterioridad, marginándose los cauces hidricos con
terrazas laterales, de espesor variable y condicionado a la Importancia de
las corrientes y arrastres de cada una.
Terrazas de este tipo se han podido estudiar, dentro de nuestra región, en las márgenes del Rio Escalona, en la linea regmagenética que
constituye «la Canal de Navarrés», junto con el fenómeno cárstico de
la Cueva del Yeso, originada a posterior! de la fase pluvial, ya p1cnamen
te en medio del proceso de epirogénesls. Ultimamente, se han podido
apreciar estos restos en el «Barranc de la Saraella», con ocasi6t1 de nues·
tro actual estudio y por vez primera en un cauce subterráneo, de form3
que nos ha permitido observar la correlación entre los fenómenos geol6·
glcos últimamente citados.
A este fin, podriamos señalar el origen de las galerías Supe• ior y Media, así como la parte más elevada de la Inferior, como procedentes pro·
bablemente de los pluviales mediterráneos. Aunque también podrían haberse originado en la fase regresiva en los depósitos de material de
arrastre que con carácter elevado hallamos en las galerías Med•~ e Inferior, auténticos Nagelfluh, y finalmente, durante la fase epirogénica, en
-
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18
¡, DONAT %0PO
el nuevo proceso erosivo que produce la traslac1ón lateral del cauce y de·
ja colgados los Nagelfluh.
El examen morfológico del Barranco de la Saraella todavía nos seña
la la presencia, a cierta altura, mucho más próximo a la boca del Túnel
que al nacimiento
Con ello, el mecanismo hodrológico y la cronología del Túnel del Su·
midor se complica más todavía, ya que supone la génesis longitudinal de
la cavidad dividida en dos periodos. Uno más primitivo y en el que las
aguas del Túnel surgidan en este barranco a un n1vel superior al actuill
y otro posterior, coincidente con el período epirogenétlco, y ~n el que
las aguas, al abosmarse, abnesen nuevas galerias, hasta surgir por la ac·
lual fuente de la Saraella. Con ello quedaría demostrado que el proceso
epirogenético había producido descensos de novel (erosión sobre las te
rrazas), consecuencia de su necesidad de abismamiento, compensados a
su vez con la prolongación de las galerías.
CONCLUSION
El Túnel del Sumidor de Vallada es una cavidad alojada entre los pli'l•
gues de un anticlinal yesoso del Keuper, el cual, a su vez, aflora co-.
tectónica semidiapirica en la charnela de un anticlinal cretáceo fallado
longitudinalmente a lo largo de la Serra Grossa.
La caverna, cuyo recorrido es aproximadamente de un kilómetro,
muestra en la actualidad tres cauces a distintos niveles o pisos, debiendo
su origen todos ellos a la acción erosiva y disolvente de las aguas hipé·
geas. Los dos cauces superiores tienen un origen hidrico común y forman
entre ambos un sistema hidrográfico de componentes distintos, aunque
concordantes en su geología, morfología, mecánica hodrológica y crono·
logia, con el cauce inferior. Este, todavía vivo, presenta una surgenciJ
principal y dos secundarias, con algunas manifestaciones dást•cas en su
recorrido, producidas por la absoluta verticalidad de los estratos y la vis·
cosoelasticidad de los materiales yesíferos.
El cauce tiene un desarrollo potencialmente horizontal y la,; diferen·
cías de nivel suele salvarlas mediante escalones y sa ltos, algunos de ellos
de cierta envergadura.
Las aguas que circulan por su interior reaparecen, salvando un tuertP.
desnivel, por la denominada Fuente de la Saraella, sita en el mismo ba·
rranco en que abre su boca el Túnel del Sumidor, conclusión a la qu<'
se llegó primero por métodos topográfico-geológicos, y que se confirmó
posteriormente con el empleo de indicadores y colorantes químicos
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TUSEL DEL SUMIDOK
19
La diferencia de salinidad entre el agua antes y después de salir de
la cavidad, supone la existencia de un domo o lámina salina, cuyo des·
gaste anual actual es de unos 2.400 metros cúbicos.
Finalmente, y en cuanto a datación de la caverna, se supone que se
inició con anterioridad a los procesos epirogénicos, posiblemente al tér·
mino de los pluviales mediterráneos, acusó en su desarrollo y morfologhl
la fase epirogenética, y como «carsb vtvo, conttnúa desenvolviéndose en
la actualidad.
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OO~AT.-Túncl
del Sumldor
LAl\1. l .
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2.-Rinchuclo de lo Saraelln.
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t - Galería dd Túnel del Sumidor.
(Fotos Donat)
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LAM. 11 .
OONAT.-Tunel del Sumldor
1.-·rerrazas fluviales en d lntcric.lr del Túnel.
2.-Lnminador de 1 ~ Sala del Desplome.
(Foto ~
Siena)
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OONAT.-Tú n el M I S umlrlor
I.AM. 111.
l.- Fuente de In Soln del Ocsolomc.
z.-Gnlerla rí<> abajo, antes de los Sifones.
3 ~ 4.- 0iver.os nspcct~ de lo bóveda de la Salo del Desplome, donde se npr
de un anticlinnl.
(Fotos Sierra)
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OONAT. -Túoel d t l Sumld or
Anliclinal de ll S.úa Bancobao
C
Foro Stc:rra
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