Una interesante tumba ibérica de la necrópolis del Cigarralejo
Emeterio Cuadrado Díaz
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EMETERIO CUADRADO DIA Z
(Madrid)
Una intere!>ante tumba ibérica de la
Necrópoli!> del Cigarralejo
I.as primeras referencias a la necrópolis ibérica del
Cigarr3lcj~
se d icro n al ,publ ica r las excavacio nes del sa ntuario inmediato (1) y
desde enlonces lodas las ca mpañas que vengo desa rroll ando perió.
dicamente res ultan a cuál más fructífera . Entre las lumbas excavadas cñ la última ca mpaña, se dcs'taca una Que po r su interés damos
a conocer en es te breve trabajo, sin esperar a la publicació n general
de toda la necrópolis, que aún ha de suponer muchos años de hlvesl ¡gacianes.
Nos referi mos a la lumba núm . 57.
No nos cxtenderemos en repetir detalles sobre el yacimiento del
Cigarralcjo. luga r ,próximo. a Mula (Murcia), po rque sería cansar
a mis lectores, a los que remito a cua nto hemos publicado sobre
él. Sin embargo, sí es necesario insistir sob re algunos caracteres típicos de esta necrópolis.
Como todas las ibéricas, es de incineración, presentándose la mayoría de las tumbas constituídas por una tosa, e n la Que se colocaba
la urna cineraria y el ajuar, cubierta po r un túmu lo de piedra con
barro, más o menos grande. E n gene ral, 'las tumbas varoniles con_
tienen siempre armas, siendo en su mayoría , las Que no bs ti enen,
pertenecientes a mujeres.
(1) E. CUADRADO : "ExcllN'aelones en el santuario Ib&lco del Clgarralejo
(Mula. Murcie. ) " . lnr:mnes y Memorias de la Oomlsar1a Qeneral de Excavacio-
nes Arqueológicas. Madrid 1950. Pt\g. 169 Y !Slg.
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E. _CUA DRADO D1 AZ
No existe un:l c§lrat igrafía conco rdante , csl:lndo rea lmente am on·
tonada s las t umbas unas sobre ot ras, y si la profund idad de 13 exca vación p:lra un e nterramien to es gra nde, ocurre Que tumbas más
,p rofundas, so n más modernas Que o lras superfi ciales.
D e~aipció ",
de la tllm ba.
La tumba núm. 57 p resenta caracteres (y a su vez problemas) do!
gran interés, p uca permite relacio narl a e n edad con b s inmediatas,
eslah'lcciendo entre ellas una cro no logía rela tiva.
La t umba, al descubrirla (Iám . 1, 1) se presentaba como un tú ·
mulo de plan ta casi cuadrad~ de 2,40
de lado, cuya par te .superio r sólo se encontraba a O,SO m . bajo la superficie del te rreno de
labor, en que está enclavada la necrópo lis. La estructura de este
tú m ulo (fig. ]. ") cs l:í constitu ída por un red nto de piedra to mada
con barro, do un06 0,40 m, de espesor y 0.70 m. de :lltO, maciza do
con ¡piedra de igual tamaño que la del recinto, Sobresa liendo del
prisma as í fo rm .. do y dejando alrededor una berm a igual casi al. espeso r del muro del reci nto , rcsalta lo Que podemos lla mar 13 cubierta, Que es otro prisma de base cuadrada y 1.80 m. de lado, fOI'mado pa r un borde de piedras de mayo r tamaño que 1as del cuerpo
infcri"or , de un os 0.20 m. de altur ... macizado en su interior po r piedras pequeñ as, en cuyo cent ro. un a de mayor tamaño quería ser el
remate. E l vo lum en de p iedra colocada era, .pues. de unOs 4.5 m3.
m
.
Sobre el ext remo Sur de este t úmulo yacía la tumba núm . 61,
Que po r lo superfl cia'l estaba muy des truída, enco ntránd ose entro las
cenizas. dos clavos de hierro muy corroídos, una fu sayola bitroncocónica, una perla de coll ar de ,pasta vítrea azul.• co n grandes lunares blancos y centro amarill o, análoga a las de la Tene J, un peq ueño cac h:lr rito y multitud de fr agmentos cer:í micos Qu e supo nemos imposib les de reconstruir.
Del ante de su la do No rte tenia abierta una zanja de explo ración
que penetraba unos 0,70 m . en el terreno virgen (lám . J, 1), ¡po r 10
Que el reconoci miento de la tumba pudo hace rSe co n toda seguridad . La excavació n se co menzó por este lado , co nservando el reci nto por los o tros Ires, encont rándo nos con la sorpresa de Qu e
el enterra.mie nto no estaba centrado con e~ túm ulo (caso bastante
frecuente) sin o situado e-n u n ángulo (flg, l.a), h:16ta el extre mo d ~
q ue "las ceni zas se melían ba jo 106 muros inmediat os. El enterramiento estaba constit uido po r una urn .. cinerari a, empotrad:1 ('n
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UNA INTERESANTE TUMBA IBERICA
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cenizas, con el aj uar alrededor, y todo cubierto po r una capa de
bar ro amasado de color amarill o, sobre el que se realizó el maci .
zado del túmulo (l~m , J, 2),
Flg. l ,"-Corte y p' anta de
~a
tumba nUmero 5'1 del ClgarraJejo,
Situaci611 del ajuar
La urna estaba en posición vertica l, cubierta con una tapadera
rota por 13 presió n del terreno, Si miramos el con junto desde el
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frenlc de excavación (parte inferio r de la fig l ,-), delante de la urna
se encOntraba el cuell o)' boca de un ocnochoé. Todo ell o pegtldo
3 la urna. Separados, a la izquicrd3, los rl!$tos desmenuzados de
un br3scrillo de bronce, una taba. una fíbula hispánica. fragmentos de un objeto de madera carbonizada, un anillo de cobre , un
pendiente de o ro, una pied ra circula r bombeada y jaspeada do
pasta vítrea. un frozo ligeramente cilíndrico del mismo matcria l
con incJusionC6 de color y un trozo de regatón de lanza.
En el interior de la urna, entre cenizas, carbones y huesos c:ll .
ci nados , encontramos 18 tab.ls. las piez:lI; de s~jcci6n de las asas , 1
braserill o de bronce ci tado , trozos fund idos o desmenuzados de
bronce pertenecientes al mismo vaso o al oenochoé. el rega tón de
'la lanza. un trozo de ot ro que tal vez sea parte de l encontrado fue ra, y una espec ie de alfi1er de hierro pa ra e l pelo.
Esta distribución del aj uar ind ica sin luga r a dudas. Que el di funto fué incinerado con todos los objetos. después de destruir (':
oenochoé y el braserillo, cuyOs fragmentos también se echaron a la
pira . Todos los objetos, y principa lmente los de madera y hueso.
acusan la acción de ]as llamas. En este caso concreto. se ha segui·
do el mismo rito Que en otros enterramientos: el de la dcstru..:ción p revia del ajuar. En airas. en cambio, las vasijas de ofrend:¡s
se conservan junto a la urna.
Particularidad del enterramiento.
Ya hemos dicho que la urna no estaba centrada bajo el túmulo.
El caso no es extraño, pues hcmos comprobado que éSle se construía muchas veces, despistados al parecer los constructores sobre
'la situación de la urna y objetos, [os Que una vez tapados pa r la
tierra debía n quedar incierlOS. Ello demuestra que no se daba mucha importancia 31 hec ho, ll egando en el descuido a que sobres;!·
lieran la teralmente del túmulo las 3rmas, y a veces Qued:mdo va·
sos fuera de él. Ahora bien. en el caso de Que tratamos, el descen.
tramiento de la urna obedeció a aira r3zÓn.
L1eg3mos a esta cone!usión. cuando terminada de excavar, decidimos continuar desmante'la ndo los muros del recinto de la tumb,t
que ya creíamos exhaus ta, llevándonos la sorpresa de que baio d
relleno del túmulo a la derecha de la urna, ap3recí3 un nuevo lecho de cenizas y huesos, y enlre ellos una faleata, una lanza, una
fíbula hispánica, un vasi to globu lar. rcslo de un vaso negro brill ante (ático o eampaniense) y varios objetos más.
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Al principio I
pensamos que se trataba de parte del ajua r de 'a
misma lumba, pues era raro que e n tumba tan importante de guerrero, sólo hubiese una pequeña la nza, siendo lógico Que hubieie
además 'la faleata o espada habitua'l, y posi blemente un3 segunda
lanza y restos de las guarniciones del C$cudo.
Sin embargo, la colocación de las piedras que cubrían este nuevo hallazgo, parecía bastante geométrica, con independen cia del
túmulo, y además (ver la figura) sobresalían por su parte derecha.
Por o tra parte, el nivel de cenizas era más profundo, y sa lvo Que
se trat ara de un nuevo rito de enterramiento, habíamos de supo ner
este conjunt o, Que llevaba además restos de huesos como una nueva tumba .
Por aIra pa rle, esta afirmación nos daba explicación del pOrQué de-l desccnlramicnlo de la urna y ajuar de T, 57. Sin duda fa
tumba más inferior (la T. 64) (fig. 1.") era más antigua, y por tanto estaba ya consl ru ída cua ndo se procedió al enterramiento de la
T. 57. Trazada su construcción e iniciada la excavación de la misma, encontróse el obstáculo del túmulo de T. 64, lo que buscando
tie rra donde introducir la urna, obligó a soslayar este túmulo, haciendo el hueco necesa rio donde nosotros lo encontramos, Reali.
zada la crem ación, se introdujo en la urna, con 105 restos del difunto, parte de los obietos o trozos de los mismos arrojados a la
.pira, así como carbones procedentes de la leña de ésta. Echáronsc
alrededo r de la urna las cenizas sobrantes, y se asegu ró aquélla con
los trozos más grandes d(~ ocnochoé, hincándose junto a ella la
punta de la lanza Que debió Quedar fuera. En un mo ntón ' a la izQuierda se pusieron las cenizas y restos del ajuar; cubrióse el conjunto con barro amasado de color amarillo, y sobre todo se construyó el túmulo como se había proyectado.
Descripción 'del ajuar.
Aunque reducido, e l ajuar es de gran interés, CI,lsific:í ndo[o por
el material de fabricación. tenemos objetos de barro cocido, de
dera, huC$o, vidrio, hierro, bronce y oro.
a) Objetos de barra cocido.-E I único encontrado es la gran
urna, Que del tipo ovoide clásico en esta necrópol is, con a8.a& pegadas en sus extremos y centro, sólo I
presenta como particu lar la
cl:ísica decoración geomét rica. lo mismo Que el plato Que servía
de tapadera.
m,.-
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b) Objeto! de madera.- E n la excavación Que con lodo cuidado rea liza mos de la ca pa de cen izas, pud imos dis tingui r de los caro
bo nes procedentes de I:J pira, unos pequeños trozos tallados perte necien tes al pa recer a un estuche va ra gua rdar pequeñas cosas,
lal vez :l'1",c rc5. T enemos trOZOS del cuerpo y de la base (fig. 2") .
el O bjeto! de IlIIcso.- Las 19 tabas o astrága los y Irozos menudos de otros , todas menos una (lig. 2.· ) encont radas en el inlerior
de la u rna, acusa n q ue se procuró meterlas todas en e ll a desp ués
d e la cremación, tal vez, po rque siendo piez:l$ d e un juego exten ·
d id o po r IOdo el Medi terráneo, se q uiso con tinu ase n sirviend o d e
divers ió n al d ifun to e n la a ira vid a . Es curioso no ta r que en muc has de el l:1 .se han ra spado y alisad o las 'dos ca ras la te rales con
5,
o bje to d e supri mir los salien tes d e l h ue so, tra t:md o de d eja r las pl anas , a unq ue no m uy paralelas.
d) Objetos ,le vidrio (fi g. 2.").- I-I em os e ncontrad o d os piezas
de ma te ria ~ít rea . U na es u na especie de fi cha red ond a CO n u na
ca ra COnvexa y la o tra p lana con u n peq ue ño omb ligo centr,ü. 1.....1
pasta es blanca , jaspead a d e castaño oscu ro , aunque -éste no d ebió
ser el co lo r p ri mitivo, muy a lterad o por el fuego. Dechelelle (2)
supone estas piezas fi chas de juego , pero e l hecho de haberlas en con trado en o tras tumbas acompañando batanea o pasad o res d e
b ro nce, con seña lefi de haber llevado ad he r id:!& piezas de pasta vítrea d e ta m año a na logo, nos hace suponer que so n e n realid ad
adornos de piezas metá licas d e l atavío de los d ifuntos. La hemo s
visto c n muc ho s muscos d e lta'lia, y abundantes e n el M usco Naz io n:t1e de Villa Gi ulia, de Ro ma, ,posible me nte d e o rige n grccoet rusco.
La scgu nda pieza es u n trozo de vidrio azul , con inc rustacio nes
a m a rillas e n forma d e palma. No es posi ble co nje t ura r su utilizació n u o hjeto de procede ncia.
e) Ohjetos de /¡ierro (Fig. 2" ) .- Tencrnos e n prime r Juga r una
pu nt,l de lanza d el tipo de hoj a d e S:ltlCe, sin nervio cenlr
a unque de m:ís g rosor e n e l cje. , E l regatón es có nico.
Lo s otrOS d os trozos de regatón pa recen correspon de r :11 m ismo,
y debió ser aná'lo go al a n terio r. E n su consti tució n en tró el cob re.
p ues sc o bservan abund a ntes res tos de óxido.
Ade más de dos p lczas informe s y m uy exfo lind as, cor rcsp o n-
( :1 ) 3. DECHELBTI'E :
" Manuel d 'Archéologie
Oallo- RomaJne". Parl.s, 1927. IV, págs. 903 Y 9Ot.
P réhl.storique , Celtlque et
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UNA INTERESANTE TUMBA IBERICA
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dientes :1 un objeto desconocido, pero grueso, tenemos tambié:l
otro muy curioso. Se trata de un a especie de alfiler con su extremo
superior pl:!no y curvo y el tallo de sección cuadrada retorcido ell
fo rma de s:lcaco rchos. Ignora mos su posible uso.
f) Objetos de cobre o brotlcc . - La pieza más sencilla es un
anillo posiblemente de cobre, de sección pl:'na por dentro y lige.
ramente convexa por fuera. Es uno de tantos anillos como aparecen continuame nte en nuestra necrópolis. Lo extraño en él (y cr
~
&J: . y, "
••
FIi. 2. a _ Dlversoa objetos de ~adera, hueso, vidrio, hierro y oro de la tumba
57 del Clgarralejo.
caso es frecuente en otras tumbas) es su diámetro interior, 1;111 sólo
de 15 mm., C6 decir, que difícilmente cabría en el dedo pequeño de
un hombre no grueso. Nos hace pensar esto, o Que el anillo no se
usó en los dedos. o Que fué la nzado a la pira por otra ,perso na Que
de C6te modo hacía así una ofrenda al difunto .
La segunda ,pieza es una fíbula anular de las llamadas hisp:ínicas, de 37 mm . de di:ímetro ex terior y muelle rígido. No ofrece
ningun:i particul:uidad (fig. 2").
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No& quedan, pues, las dos piezas Que dan gran interés a csta
tumba. El oenochoé y el braserillo.
El ,primero (Lám. l, núm. 3) completamente destruido, presentaba íntegros. au nque separados. el cuello y el asa, mientras el
cuerpo p.slaba partido en varios trozos, de los Que el más grande
permitía (por estar cnlcro desde la unión con el cuello hasl::! el
Flg. 3........ReeonstruceI1n de la ronna del oenoehOé de la tumba :¡7 del ClgarraJeiO
fondo. y éste íntegramente adherido) reconstituir la fo rma OXIlC'ta
del jarro. Esta (fig. 3.") es del tipo de pico levantado, con una altura de unos 20 cm. desde el extremo de este a la base de sustentación, La boca (fig. 4."). que es plana, está Cormada pOr una parte
elíptica y el ,p ico Que es recto. Son típicas laa uniones en ánguLJ
recto de éste con aquélla. que quedan voladas en el interior de la
boca . El cuello es Irilobado. si bien los "lóbu los posterio res forman
la misma elipse, mientras Que el anterior se amolda a la forma del
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UNA INTERESANTE TUMBA IBER1CA
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pico. Todo e'¡ borde qued a sepa rado del cuello por un p rofundo y
marcado e ntranle dc secci6n scmicircular (L:ím . 1, 5). Igualmenfe
cstá muy marcada la unió n del cuell o y hombros del recipiente .
En cuanto al fondo, está constituído (fig. 4.- y Um . J, S) por dos
ch3 p3s 8upcrpuest3S: una circu'lar, y o tra exterior de lorma de eoron3 también circular, y 3mbas con sus bordes remaeh3dos hacia
adentro, cogiendo 10$ del cuerpo del j3rro, que es tán vueltos hacia
fuera . E l asa es de secci6n circula r y muy sencilla. Su unión 3. la
E
"
Flg. • .~noca, asa "1 base del oenoc.hoé del Cigarra'leJo
boca p:lreec que no II CV3 clavo alguno, sino que se realiza en fo ro
ma de mordedu ra. Los extremos de la ,parle de un ión son cabez;ls
de serpiente, igual que CI inferior de sujeción al cuerpo (fig. 4" ),
que e8 una cabeza muy aplastada, en Que 105 ojos son 10B dos re·
maches de uni6 n yel hocico se encuentra muy acusado.
Es inrludable que, a pesar dc su sencillez, principa'l mente en lo
que se refiere al asa, es ésta una pieza :1D:ílog;¡ a las quo se encuentra n en Alemania del Sur, Austria, Bohemia, Suiza, Francia y Bélgica (fig 5" ), perteneeientes a La Tene 1, y ¡Procedentes en su mayoría de la Campa nia. Dcchc\ctte (3) considera dos series: la primera con ornamentación más rica y cuidada, tiene en los mejores ejemplares el as3. formada a veces por una figura humana ; 13. pieza do
(3)
J . DECHELETTE, Op. clt.. (Nota 2\. T . IV, p6a:. 396 y slg.
_125_
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fijaci6n a la boca p resenta cabezas de pa nleras, serpientes. leones.
etcétera; y e l cuello ,puede lleva r grabados. E n la segunda scril!.
el cuell o no va grabado casi nunca; el asa va surcada por nervaduras longi lUdin3lcs; la p ieza de fi jación termina en cabezas de ani ·
males, y el extremo inferior en una pal meta más o menos hi storiada. El pri mer grupo Se encuen tra casi exclusiva mente e n Renania ,
Bo he mia y Austria , mientras Que el segundo en todos los países
ci lados. Ta mbién era natural Que, procediendo Citos jarrones de la
Pl.g.
5.a _ ~nort.~
de bronce de EigenbUsen (Béigica) y SOmmcBioRne (MarRe)
(Seglln Dechelette)
Cam p3niJ , la E truria fuese pród iga en hall :lZgos de este ti po, como
así es real mente. siendo numcrosísimas las colecciones (de todos
los lipoli) procedentes de las tumbas etruscas, nación que debió se rvir de vehícul o do exportación, y que constr uyó también sus tipos
pecu li ares.
Aunque la primera serie ¡pa rece m:ís anti gua, no debe haber
gran diferencia, no siendo ninguno ,pos terior a fi nes del siglo V
a. J. C. La simplicidad decorativa de nuestra ocnochoé, dificu lta
su clasificación en una de dichas series, si bien su g:ul ,Q, los terminales del asa en cabczas de serpiente y su tamaño nos inclina hacia
(' 1 p rimer grupo.
En Espa ña son escasos Jos ocnochoés griegos Que se han enco n-
}.l8 -
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trado, siendo en general piezas incompletas, principalmentl,) asas .
Los LOnocidos (4) son : Boca y asa de oenochoé de la región de
Granada, de época muy anterio r al nues tro (s. VI) ; una palmeta
termi nal de un asa de ocnochoé encontrada en la tumba núm . 20
de Tútugi (Granada) (5), posiblemen te contemporánea de nuestro ja rro y fecha blc -en el s. V 3. J. C.; asa de un recipiente (ocnochoé) procedente de la región de Sevilla (6) q ue pudiera inclu irse en la segunda serie de Dechelette, y data!>le del VIN s. a. J . C.;
asa de ocnoc hoé con cabeza de Sileno procedente de Gal era (tumba 76 de Tút ugi) , que fecha G arcía y Bellido en el siglo IV-Y II
por el ajuar que [a aco mpañaba de p rocedencia su ditá lica o siciliana; y por último, un asa de jarro e'n contrada en la Alcazaba de
M:í laga, ,Posiblemente de un· oenochoé del s. VI.v (7).
He consU'lt:1 do al ProL Massi mo Pallott in o del In stit uto di Archeología de Roma, quien como primera impresió n me dice que
mi oenochoé pudi era ser au:'itogo a tipos muy difundidos e n Ita lia
en el V- IV s. a. J . C.
La o pinió n que nosotros hel}'IOS formado es que se trata de un
ejemplar de fines del V o principios del IV, que pudo usarse en la
¡primera mitad de este último siglo, y aunque su decorllci6n es sencillísima, su posible reconstituci6 n, ~a s líneas elegantes de su cuell o
y boca , la aparici6n en su punto de enterramiento, ser el' más completo de los conoci dos en España y el único de su clase encont rado, hacen esta pieza de extrao rdinario interés.
El otro obje to importante de bronce que hemos encontrado en
el braserill o. Como ya dijimos, estaba, no só lo deslruído, si no verdaderamente triturado. Por ell o su reconst rucci6n es imposibl e y
la reconsti tució n de su forma original, muy problemática. Sin embargo, hemos recogido en perfecto estado las piezas de su jeci6 n de
las asas, y éstas, aunque rotas, casi completas (Lám . 1, 4) . Disponemos de trozos del borde, suficientes en curvatura, para determinar que el d iá metro del brasero era de unos 26 a 27 cm. Con los
(4 ¡ A.
lP!i,¡lnms 83, 97, 123 Y 127.
(5) J . CABRE y P. DE MOTOS : ," La neer~ tbérka de Tútu¡1 ( Galera, provincia de Granada) n. J . a E. A. Madrid 1920.
(8) M. ALMA GRO: " Un nuevo bronoe griego hallado en ElSpar..a". Ampurlu, V, 1943, pág. 25 1.
(7 ) S. GlMENEZ REYNA. " Memoria Arqueológica. de ¡a provincia de Mt\JagIL huta 1946 ". Núm. 12 de "Informes y MemoriaS" de la Comisaria Q . Excavaciones Arqueológicas. Lám. XX;X¡.
U'l-
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pocos elementos de que.disponemos y la analogía del braserillo con
otros del mismo estilo, hemos dibujado la forma Que suponcmo'l
tuvo, pero de la que sólo es cierta, el borde y la posición de las
asa., así como estas mismas. La profundidad, es complet3mente hipotética. Resulta, pues, así, una especie de fucnlcdlla de cobre o
bronce forjado, en el Que el borde se forma por vuelta hacia adenIro de la chapa, en 13 forma Que indica la figura (lig. 6,-), Tiene dos
asas constitu idas por un redondo de bronce de 5 mm. de di:Írnc-
l....
<
PI,. 8.'--P!n'a~ del braserillo y reconat.ruccl6n Ideal del m1tmo.
Iro, cuyos extrem03, terminados en sendas bellotas, se d oblan sobre
sí mismos para formar el lazo que ap risiona la unión al cuer.po fijo
del 3sa. Estas piezas curvadas. para amoldarse al cuerpo del braserillo, ,.on de bronce fund ido, y tendrían una longitud de 15,5 cm .
si no les faltase uno de los extremos a ambas. Estos extremos tic·
nen forma de manos extendidas con el dorso visto y la palma pe·
gada al vaso. El dedo pulgar es corto y bien diferenciado, mientras que 101 otros cuatro, pegados entre sí, tienen la misma longi.
tud. Las dos manos que se conservan son la derecha precisamente,
y en lo Que pudiera ser la muñeca, está sa liente y rígida la anilla
que sirve al asa de charnela. Estas piezas se sujetaba n al V310 por
tr~ remaches situados en su centro y en el dorso de las manos,
con cabeza regular hemisférica que Quedaba en · el interior del mismo. No sabemos si estas cabezas, Que encontramos sueltas (sólo
0
dos), la tend rían los tres rcmach~ O s61 el central, aunque supo·
nomos lo ¡primero.
La forma curvada de estas sujeciones no deja lugar a dudas sobre c6mo iba n colocadas en el vaso, y pOr otro lado, la necesidad
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UNA INTERESANTE TlJMRA IBERICA
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de pode r meter los ded06 en lal asas, obligaba a és tas a estar insertas cerca del borde, tal como .10 hemos dibujado .
En España se han encontrado va rios ejemplares de braseros
aná logos. Los más importanles sa n los de la cañada de Ruiz Sá nchez (8) }' el de la Aliseda (9) . E n este último punlO se e nconlra-
.. ---
~-----~
-
Plg. 7 .• - Br~rlllo d ~ t>ronce d e La Cati!l.da de Rulz SA.nchez (Cannona) (,segUn J30nsc\ \ y el ele ,plata de La Aliseda
(8 ) O . BONSOR : "Les colonies agricoles pre-rom.a.l..nes de la .yallée du Betl.s". PaI1s 1889, pf.a:. 57.
(D) J . R. MELIOA : " Tesoro de Allseda". Madrid 1921. PAg. 29.
-129-
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B. CUADRADO DIAl
ro n además abundantes fragmentos (más de cien) de olro brasero,
y el señor Vives poseyó un asa con manos proceden te de uno de
bronce. Que desconozco. Tenemos referencias de otras dos cha rnelas con manos, hall adas ¡ uc has: una en la necrópolis del Molar
(Alicante), y 0 lf3 en la de Tútugi (Granada) , EJ\ descubridor (10)
cita para aq uell a necrópolis, . restos de braserill os con p iezas abra·
zaderas bajo 'los rebo rdes para coger las asas , y terminadas p or
rn :m ccillas con dedos muy alargados y en el dedo anula r sortija».
E n 1:a lámina XI de la Memo ria de las excavacio nes,. se ve , aun·
q ue sin poder observar los detall es, una de Cfllas p i C'l 3S muy co rroí·
d3 , p er o an :íloga a las nuestras. Aunque sin ¡porm enores del hallazgo, supo nemos co rresp onde al braserillo de bro nce e ncontrado co n
un pendi ente de o ro, al parecer en una tumba tumular.
Lil a ira referencia , es a la necrópo lis de Tútugi (Gril nadil),
mencio nada en la anterior Memoria , y que debe referirse al asa
que ci ta Cabré, co mo fo rmada ,po r dos brazos extend idos (11) . E stas so n las ú nicas piezas españolas de que tenemos co nocimient o:
seis, si n co ntar la nuestra .
E l de la cañada de Ruiz Sánchez (Ca rmona ) (fig. 7.&) es de bronce, de un os 40 cm. de diámetro y S de profund idad (segú n Bo nsor). Las asas son del mismo sistema que las nues tras , pero terminadas en cabecit as de carnero, en vez de bell ot:ts. La p iez:t de sujeción de las asas o charnel a está tamb ién terminada po r dos manos
esliradas con los dedos juntos, ,pero e n vez de insert arse al cuerpo
del brasero, lo hacen a la parte imerio r del borde, Que CIi ancho
(u nos cuatro cent ímetros) y está adornado con 11 rosetas superp uestas. Po r tan 10 , las asas, al asirlas, q uedan en pos ición casi horizo ntal.
El o tro ejemplar importan le es el Que formaba p arte del tesoro
de 1:1 Aliseda (Cáceres) (fig. 7.&). E s de p lata y presenta ia p art icularidad de no tener más que un asa. Su diámetro es de 0,45 cm .,
es d eci r, parecido al anterior. El asa es un vástago ci líndrico curvado , terminado en el único extremo que se conserva por una semi·bellota . La charnela es una pieza curvada termin:tda en dos
manos , con la particularidad de tener sei s dedos con indicació n de
las 'uñas, y a la vez las rayas que Quieren representa r b s arrugas
(10)
J . S ENENT :
~ Excava.elones
en la necrópolls del Molar". - Memorias
de la J unta Superior de Excavaciones y AnUgtledades, n6m. 107. Madrid 1930.
Página 12.
(1 ) J . CABRE. Op. dt. ( Nota 5) , pf.¡. 69.
-130-
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UNA ImERESANTE TUMBA IBERICA
15
de la palma de la mano . De las muñecas arranca n las anillas rígi _
das, de secció n circ ular. Que sirven de charnelas. La unión al brasero de esta pieza se hace bajo el borde. igua l que en la anterior,
sujetándola ,P or tres remaches. uno central y Jos otras en 1:1 palma
de las manos. COIl cabezas sobre el borde exterior en forma de rosáceas .
Aunque el sitio de inserció n es diferente. es indudable la analogía de las asas de estas dos piezas con la nuestra. principalmente
la de la Aliseda. inclusive en el sistema de los tres remachee .
Mélida. supone el tesa ra de Aliseda fenicio. salvo la diadema.
posiblemente indígena, y los braserilloi cartagineses , adoptando
para ell o la opi nión de 8 0nsor. referente al de la cañad:l de Ruiz
Sánchcz, Que se fund a en Que las manos son de la misma forma Que
las Que se ven en las estelas cartaginesas . Da para cronología de l
uentesoro el período s. VI -IV a. J . C. al final del Que decayó la ¡n A
cia comercial fenicia .
En ccanto al brasero de la cañ ada de Ruiz Sá nchez, fué eneontr3do en un a tumb3 constituída por un túmulo de unos 3.50 m. de
alt o, bajo e l Que se hallaba una ¡(osa enlucida de rojo, y en clla restos de haber sido inci nerado el cadáver in situ . E l aj uar, :1 más del
braserillo, lo const itu ía un oenochoé de bronce de cuell o delgado,
datable en el s. VII a. J. C., dos puntas de lanza, y algun as cosas
más . La tumba debió ser celta y los objetos p rocedentes del come rcio pún ico. POr la fecha atrib uída al oenochoé, podría suponerse el
braserillo de hacia e l 8. vr a. J. C.
O bjetos de oro.-E I único objeto hallado de este metal es un
pend iente de los ll amados de morcilla (fig. 2: ). E l cuerpo del mismo
es de sección cuad rada, rematado en los alambres de sujeci6n a la
o reja . U n alambre finísimo se arrolla en cada extremo hasta dejar
libre sólo la parte in ferio r. const ituyendo e l único adorno. Su cronología abarca un período algo dilatado, I
pues, aunque su procedencia parece, sin duda. púnica, su forma es de las más corrientes
en Espa ña . Ejemplares análogos se ven en Ibiza, Villa ricos, Cádiz,
etcétera. Suponemos Que su importancia dur6 hasta fines del siglo
JII a. J . C. Al igual que el P. Delattre en las necr6polis de Cartago,
e ncontra mos estos pendientes sin compañero, y si bien no negamos
que p udiera ser el «nezem. Que se llevaba en la nariz. esta alhaja ,
ll evada ,p or guerreros ibé ricos. debió ir en una o reja, lo Que parece
verse en algunas esculturas del Cerro de los Santos.
-
131 -
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16
E. CUADRADO DIAZ
Resumen y crotlología.
Resumiendo cuanto llevamos dicho, pod"
emos decir que nUC$trn
tumba era de un guerrero, posiblemente .distinguido. pues los vasOs
de bronce griego& no son habitualCi en la necrópolis. La tumba, ..
los efectos de la crono logía ~e las inmediatas, ea más moderna quo
la. 64, y anterior :1 la 61. Igualmente la 60 es posterior ala 64.
Los vasos de bronce pueden darnOll fechas de gran exactitud. Así
el ocnoc,hoé n OI coloca a fines del siglo V o primeros de1IV. 10 que
Queda corroborado por el braserill o, ya que si suponemos más afín
-:1 su estí-lo el de la- Ali seda, éste coincide con esas feehas. Y aunque
e l de la cañ:lda de Ruiz Sánchez, ¡por el oenochoé que le acompañaba, ¡puede ser del siglo VI, la diferencia de est ilo puede suponer
una evo lució n en este tipo de vaso, que ,pasand o por et de Aliseda
llegase al de l Cig:Jrr::Jlejo, evolución que Iran;curría de ~os siglos
vr a principios del rv a. 1. C . .
.
-
132 -
I
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LAM. L
CUADRADO.- " T um ba Ibérica del CI,arraJejo"
'-2
3
Tumba. 57: 1-2. Diversos aspectos de la excavaclón.-3 y 5. Asa y cuello y otros
fragmentos do! oenochoe de bronce de dicha sepultura.. - 4. Re5tos del braserillo
de bronce carta,lnés que formaba parte del ajua r de la sepultur:L
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EMETERIO CUADRADO DIA Z
(Madrid)
Una intere!>ante tumba ibérica de la
Necrópoli!> del Cigarralejo
I.as primeras referencias a la necrópolis ibérica del
Cigarr3lcj~
se d icro n al ,publ ica r las excavacio nes del sa ntuario inmediato (1) y
desde enlonces lodas las ca mpañas que vengo desa rroll ando perió.
dicamente res ultan a cuál más fructífera . Entre las lumbas excavadas cñ la última ca mpaña, se dcs'taca una Que po r su interés damos
a conocer en es te breve trabajo, sin esperar a la publicació n general
de toda la necrópolis, que aún ha de suponer muchos años de hlvesl ¡gacianes.
Nos referi mos a la lumba núm . 57.
No nos cxtenderemos en repetir detalles sobre el yacimiento del
Cigarralcjo. luga r ,próximo. a Mula (Murcia), po rque sería cansar
a mis lectores, a los que remito a cua nto hemos publicado sobre
él. Sin embargo, sí es necesario insistir sob re algunos caracteres típicos de esta necrópolis.
Como todas las ibéricas, es de incineración, presentándose la mayoría de las tumbas constituídas por una tosa, e n la Que se colocaba
la urna cineraria y el ajuar, cubierta po r un túmu lo de piedra con
barro, más o menos grande. E n gene ral, 'las tumbas varoniles con_
tienen siempre armas, siendo en su mayoría , las Que no bs ti enen,
pertenecientes a mujeres.
(1) E. CUADRADO : "ExcllN'aelones en el santuario Ib&lco del Clgarralejo
(Mula. Murcie. ) " . lnr:mnes y Memorias de la Oomlsar1a Qeneral de Excavacio-
nes Arqueológicas. Madrid 1950. Pt\g. 169 Y !Slg.
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117-
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2
E. _CUA DRADO D1 AZ
No existe un:l c§lrat igrafía conco rdante , csl:lndo rea lmente am on·
tonada s las t umbas unas sobre ot ras, y si la profund idad de 13 exca vación p:lra un e nterramien to es gra nde, ocurre Que tumbas más
,p rofundas, so n más modernas Que o lras superfi ciales.
D e~aipció ",
de la tllm ba.
La tumba núm. 57 p resenta caracteres (y a su vez problemas) do!
gran interés, p uca permite relacio narl a e n edad con b s inmediatas,
eslah'lcciendo entre ellas una cro no logía rela tiva.
La t umba, al descubrirla (Iám . 1, 1) se presentaba como un tú ·
mulo de plan ta casi cuadrad~ de 2,40
de lado, cuya par te .superio r sólo se encontraba a O,SO m . bajo la superficie del te rreno de
labor, en que está enclavada la necrópo lis. La estructura de este
tú m ulo (fig. ]. ") cs l:í constitu ída por un red nto de piedra to mada
con barro, do un06 0,40 m, de espesor y 0.70 m. de :lltO, maciza do
con ¡piedra de igual tamaño que la del recinto, Sobresa liendo del
prisma as í fo rm .. do y dejando alrededor una berm a igual casi al. espeso r del muro del reci nto , rcsalta lo Que podemos lla mar 13 cubierta, Que es otro prisma de base cuadrada y 1.80 m. de lado, fOI'mado pa r un borde de piedras de mayo r tamaño que 1as del cuerpo
infcri"or , de un os 0.20 m. de altur ... macizado en su interior po r piedras pequeñ as, en cuyo cent ro. un a de mayor tamaño quería ser el
remate. E l vo lum en de p iedra colocada era, .pues. de unOs 4.5 m3.
m
.
Sobre el ext remo Sur de este t úmulo yacía la tumba núm . 61,
Que po r lo superfl cia'l estaba muy des truída, enco ntránd ose entro las
cenizas. dos clavos de hierro muy corroídos, una fu sayola bitroncocónica, una perla de coll ar de ,pasta vítrea azul.• co n grandes lunares blancos y centro amarill o, análoga a las de la Tene J, un peq ueño cac h:lr rito y multitud de fr agmentos cer:í micos Qu e supo nemos imposib les de reconstruir.
Del ante de su la do No rte tenia abierta una zanja de explo ración
que penetraba unos 0,70 m . en el terreno virgen (lám . J, 1), ¡po r 10
Que el reconoci miento de la tumba pudo hace rSe co n toda seguridad . La excavació n se co menzó por este lado , co nservando el reci nto por los o tros Ires, encont rándo nos con la sorpresa de Qu e
el enterra.mie nto no estaba centrado con e~ túm ulo (caso bastante
frecuente) sin o situado e-n u n ángulo (flg, l.a), h:16ta el extre mo d ~
q ue "las ceni zas se melían ba jo 106 muros inmediat os. El enterramiento estaba constit uido po r una urn .. cinerari a, empotrad:1 ('n
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118 -
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UNA INTERESANTE TUMBA IBERICA
3
cenizas, con el aj uar alrededor, y todo cubierto po r una capa de
bar ro amasado de color amarill o, sobre el que se realizó el maci .
zado del túmulo (l~m , J, 2),
Flg. l ,"-Corte y p' anta de
~a
tumba nUmero 5'1 del ClgarraJejo,
Situaci611 del ajuar
La urna estaba en posición vertica l, cubierta con una tapadera
rota por 13 presió n del terreno, Si miramos el con junto desde el
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4
E. CUADRADO DIAl
frenlc de excavación (parte inferio r de la fig l ,-), delante de la urna
se encOntraba el cuell o)' boca de un ocnochoé. Todo ell o pegtldo
3 la urna. Separados, a la izquicrd3, los rl!$tos desmenuzados de
un br3scrillo de bronce, una taba. una fíbula hispánica. fragmentos de un objeto de madera carbonizada, un anillo de cobre , un
pendiente de o ro, una pied ra circula r bombeada y jaspeada do
pasta vítrea. un frozo ligeramente cilíndrico del mismo matcria l
con incJusionC6 de color y un trozo de regatón de lanza.
En el interior de la urna, entre cenizas, carbones y huesos c:ll .
ci nados , encontramos 18 tab.ls. las piez:lI; de s~jcci6n de las asas , 1
braserill o de bronce ci tado , trozos fund idos o desmenuzados de
bronce pertenecientes al mismo vaso o al oenochoé. el rega tón de
'la lanza. un trozo de ot ro que tal vez sea parte de l encontrado fue ra, y una espec ie de alfi1er de hierro pa ra e l pelo.
Esta distribución del aj uar ind ica sin luga r a dudas. Que el di funto fué incinerado con todos los objetos. después de destruir (':
oenochoé y el braserillo, cuyOs fragmentos también se echaron a la
pira . Todos los objetos, y principa lmente los de madera y hueso.
acusan la acción de ]as llamas. En este caso concreto. se ha segui·
do el mismo rito Que en otros enterramientos: el de la dcstru..:ción p revia del ajuar. En airas. en cambio, las vasijas de ofrend:¡s
se conservan junto a la urna.
Particularidad del enterramiento.
Ya hemos dicho que la urna no estaba centrada bajo el túmulo.
El caso no es extraño, pues hcmos comprobado que éSle se construía muchas veces, despistados al parecer los constructores sobre
'la situación de la urna y objetos, [os Que una vez tapados pa r la
tierra debía n quedar incierlOS. Ello demuestra que no se daba mucha importancia 31 hec ho, ll egando en el descuido a que sobres;!·
lieran la teralmente del túmulo las 3rmas, y a veces Qued:mdo va·
sos fuera de él. Ahora bien. en el caso de Que tratamos, el descen.
tramiento de la urna obedeció a aira r3zÓn.
L1eg3mos a esta cone!usión. cuando terminada de excavar, decidimos continuar desmante'la ndo los muros del recinto de la tumb,t
que ya creíamos exhaus ta, llevándonos la sorpresa de que baio d
relleno del túmulo a la derecha de la urna, ap3recí3 un nuevo lecho de cenizas y huesos, y enlre ellos una faleata, una lanza, una
fíbula hispánica, un vasi to globu lar. rcslo de un vaso negro brill ante (ático o eampaniense) y varios objetos más.
_
120 _
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UNA INTERESAI'(TE TUMBA IBERIO.
5
Al principio I
pensamos que se trataba de parte del ajua r de 'a
misma lumba, pues era raro que e n tumba tan importante de guerrero, sólo hubiese una pequeña la nza, siendo lógico Que hubieie
además 'la faleata o espada habitua'l, y posi blemente un3 segunda
lanza y restos de las guarniciones del C$cudo.
Sin embargo, la colocación de las piedras que cubrían este nuevo hallazgo, parecía bastante geométrica, con independen cia del
túmulo, y además (ver la figura) sobresalían por su parte derecha.
Por o tra parte, el nivel de cenizas era más profundo, y sa lvo Que
se trat ara de un nuevo rito de enterramiento, habíamos de supo ner
este conjunt o, Que llevaba además restos de huesos como una nueva tumba .
Por aIra pa rle, esta afirmación nos daba explicación del pOrQué de-l desccnlramicnlo de la urna y ajuar de T, 57. Sin duda fa
tumba más inferior (la T. 64) (fig. 1.") era más antigua, y por tanto estaba ya consl ru ída cua ndo se procedió al enterramiento de la
T. 57. Trazada su construcción e iniciada la excavación de la misma, encontróse el obstáculo del túmulo de T. 64, lo que buscando
tie rra donde introducir la urna, obligó a soslayar este túmulo, haciendo el hueco necesa rio donde nosotros lo encontramos, Reali.
zada la crem ación, se introdujo en la urna, con 105 restos del difunto, parte de los obietos o trozos de los mismos arrojados a la
.pira, así como carbones procedentes de la leña de ésta. Echáronsc
alrededo r de la urna las cenizas sobrantes, y se asegu ró aquélla con
los trozos más grandes d(~ ocnochoé, hincándose junto a ella la
punta de la lanza Que debió Quedar fuera. En un mo ntón ' a la izQuierda se pusieron las cenizas y restos del ajuar; cubrióse el conjunto con barro amasado de color amarillo, y sobre todo se construyó el túmulo como se había proyectado.
Descripción 'del ajuar.
Aunque reducido, e l ajuar es de gran interés, CI,lsific:í ndo[o por
el material de fabricación. tenemos objetos de barro cocido, de
dera, huC$o, vidrio, hierro, bronce y oro.
a) Objetos de barra cocido.-E I único encontrado es la gran
urna, Que del tipo ovoide clásico en esta necrópol is, con a8.a& pegadas en sus extremos y centro, sólo I
presenta como particu lar la
cl:ísica decoración geomét rica. lo mismo Que el plato Que servía
de tapadera.
m,.-
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121 _
•
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6
E. CUADRADO DiAl
b) Objeto! de madera.- E n la excavación Que con lodo cuidado rea liza mos de la ca pa de cen izas, pud imos dis tingui r de los caro
bo nes procedentes de I:J pira, unos pequeños trozos tallados perte necien tes al pa recer a un estuche va ra gua rdar pequeñas cosas,
lal vez :l'1",c rc5. T enemos trOZOS del cuerpo y de la base (fig. 2") .
el O bjeto! de IlIIcso.- Las 19 tabas o astrága los y Irozos menudos de otros , todas menos una (lig. 2.· ) encont radas en el inlerior
de la u rna, acusa n q ue se procuró meterlas todas en e ll a desp ués
d e la cremación, tal vez, po rque siendo piez:l$ d e un juego exten ·
d id o po r IOdo el Medi terráneo, se q uiso con tinu ase n sirviend o d e
divers ió n al d ifun to e n la a ira vid a . Es curioso no ta r que en muc has de el l:1 .se han ra spado y alisad o las 'dos ca ras la te rales con
5,
o bje to d e supri mir los salien tes d e l h ue so, tra t:md o de d eja r las pl anas , a unq ue no m uy paralelas.
d) Objetos ,le vidrio (fi g. 2.").- I-I em os e ncontrad o d os piezas
de ma te ria ~ít rea . U na es u na especie de fi cha red ond a CO n u na
ca ra COnvexa y la o tra p lana con u n peq ue ño omb ligo centr,ü. 1.....1
pasta es blanca , jaspead a d e castaño oscu ro , aunque -éste no d ebió
ser el co lo r p ri mitivo, muy a lterad o por el fuego. Dechelelle (2)
supone estas piezas fi chas de juego , pero e l hecho de haberlas en con trado en o tras tumbas acompañando batanea o pasad o res d e
b ro nce, con seña lefi de haber llevado ad he r id:!& piezas de pasta vítrea d e ta m año a na logo, nos hace suponer que so n e n realid ad
adornos de piezas metá licas d e l atavío de los d ifuntos. La hemo s
visto c n muc ho s muscos d e lta'lia, y abundantes e n el M usco Naz io n:t1e de Villa Gi ulia, de Ro ma, ,posible me nte d e o rige n grccoet rusco.
La scgu nda pieza es u n trozo de vidrio azul , con inc rustacio nes
a m a rillas e n forma d e palma. No es posi ble co nje t ura r su utilizació n u o hjeto de procede ncia.
e) Ohjetos de /¡ierro (Fig. 2" ) .- Tencrnos e n prime r Juga r una
pu nt,l de lanza d el tipo de hoj a d e S:ltlCe, sin nervio cenlr
Lo s otrOS d os trozos de regatón pa recen correspon de r :11 m ismo,
y debió ser aná'lo go al a n terio r. E n su consti tució n en tró el cob re.
p ues sc o bservan abund a ntes res tos de óxido.
Ade más de dos p lczas informe s y m uy exfo lind as, cor rcsp o n-
( :1 ) 3. DECHELBTI'E :
" Manuel d 'Archéologie
Oallo- RomaJne". Parl.s, 1927. IV, págs. 903 Y 9Ot.
P réhl.storique , Celtlque et
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UNA INTERESANTE TUMBA IBERICA
7
dientes :1 un objeto desconocido, pero grueso, tenemos tambié:l
otro muy curioso. Se trata de un a especie de alfiler con su extremo
superior pl:!no y curvo y el tallo de sección cuadrada retorcido ell
fo rma de s:lcaco rchos. Ignora mos su posible uso.
f) Objetos de cobre o brotlcc . - La pieza más sencilla es un
anillo posiblemente de cobre, de sección pl:'na por dentro y lige.
ramente convexa por fuera. Es uno de tantos anillos como aparecen continuame nte en nuestra necrópolis. Lo extraño en él (y cr
~
&J: . y, "
••
FIi. 2. a _ Dlversoa objetos de ~adera, hueso, vidrio, hierro y oro de la tumba
57 del Clgarralejo.
caso es frecuente en otras tumbas) es su diámetro interior, 1;111 sólo
de 15 mm., C6 decir, que difícilmente cabría en el dedo pequeño de
un hombre no grueso. Nos hace pensar esto, o Que el anillo no se
usó en los dedos. o Que fué la nzado a la pira por otra ,perso na Que
de C6te modo hacía así una ofrenda al difunto .
La segunda ,pieza es una fíbula anular de las llamadas hisp:ínicas, de 37 mm . de di:ímetro ex terior y muelle rígido. No ofrece
ningun:i particul:uidad (fig. 2").
-
123-
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8
E. CUADRADO DiAl
No& quedan, pues, las dos piezas Que dan gran interés a csta
tumba. El oenochoé y el braserillo.
El ,primero (Lám. l, núm. 3) completamente destruido, presentaba íntegros. au nque separados. el cuello y el asa, mientras el
cuerpo p.slaba partido en varios trozos, de los Que el más grande
permitía (por estar cnlcro desde la unión con el cuello hasl::! el
Flg. 3........ReeonstruceI1n de la ronna del oenoehOé de la tumba :¡7 del ClgarraJeiO
fondo. y éste íntegramente adherido) reconstituir la fo rma OXIlC'ta
del jarro. Esta (fig. 3.") es del tipo de pico levantado, con una altura de unos 20 cm. desde el extremo de este a la base de sustentación, La boca (fig. 4."). que es plana, está Cormada pOr una parte
elíptica y el ,p ico Que es recto. Son típicas laa uniones en ánguLJ
recto de éste con aquélla. que quedan voladas en el interior de la
boca . El cuello es Irilobado. si bien los "lóbu los posterio res forman
la misma elipse, mientras Que el anterior se amolda a la forma del
-
12{ -
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UNA INTERESANTE TUMBA IBER1CA
9
pico. Todo e'¡ borde qued a sepa rado del cuello por un p rofundo y
marcado e ntranle dc secci6n scmicircular (L:ím . 1, 5). Igualmenfe
cstá muy marcada la unió n del cuell o y hombros del recipiente .
En cuanto al fondo, está constituído (fig. 4.- y Um . J, S) por dos
ch3 p3s 8upcrpuest3S: una circu'lar, y o tra exterior de lorma de eoron3 también circular, y 3mbas con sus bordes remaeh3dos hacia
adentro, cogiendo 10$ del cuerpo del j3rro, que es tán vueltos hacia
fuera . E l asa es de secci6n circula r y muy sencilla. Su unión 3. la
E
"
Flg. • .~noca, asa "1 base del oenoc.hoé del Cigarra'leJo
boca p:lreec que no II CV3 clavo alguno, sino que se realiza en fo ro
ma de mordedu ra. Los extremos de la ,parle de un ión son cabez;ls
de serpiente, igual que CI inferior de sujeción al cuerpo (fig. 4" ),
que e8 una cabeza muy aplastada, en Que 105 ojos son 10B dos re·
maches de uni6 n yel hocico se encuentra muy acusado.
Es inrludable que, a pesar dc su sencillez, principa'l mente en lo
que se refiere al asa, es ésta una pieza :1D:ílog;¡ a las quo se encuentra n en Alemania del Sur, Austria, Bohemia, Suiza, Francia y Bélgica (fig 5" ), perteneeientes a La Tene 1, y ¡Procedentes en su mayoría de la Campa nia. Dcchc\ctte (3) considera dos series: la primera con ornamentación más rica y cuidada, tiene en los mejores ejemplares el as3. formada a veces por una figura humana ; 13. pieza do
(3)
J . DECHELETTE, Op. clt.. (Nota 2\. T . IV, p6a:. 396 y slg.
_125_
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10
E. CUADRADO DI Al
fijaci6n a la boca p resenta cabezas de pa nleras, serpientes. leones.
etcétera; y e l cuello ,puede lleva r grabados. E n la segunda scril!.
el cuell o no va grabado casi nunca; el asa va surcada por nervaduras longi lUdin3lcs; la p ieza de fi jación termina en cabezas de ani ·
males, y el extremo inferior en una pal meta más o menos hi storiada. El pri mer grupo Se encuen tra casi exclusiva mente e n Renania ,
Bo he mia y Austria , mientras Que el segundo en todos los países
ci lados. Ta mbién era natural Que, procediendo Citos jarrones de la
Pl.g.
5.a _ ~nort.~
de bronce de EigenbUsen (Béigica) y SOmmcBioRne (MarRe)
(Seglln Dechelette)
Cam p3niJ , la E truria fuese pród iga en hall :lZgos de este ti po, como
así es real mente. siendo numcrosísimas las colecciones (de todos
los lipoli) procedentes de las tumbas etruscas, nación que debió se rvir de vehícul o do exportación, y que constr uyó también sus tipos
pecu li ares.
Aunque la primera serie ¡pa rece m:ís anti gua, no debe haber
gran diferencia, no siendo ninguno ,pos terior a fi nes del siglo V
a. J. C. La simplicidad decorativa de nuestra ocnochoé, dificu lta
su clasificación en una de dichas series, si bien su g:ul ,Q, los terminales del asa en cabczas de serpiente y su tamaño nos inclina hacia
(' 1 p rimer grupo.
En Espa ña son escasos Jos ocnochoés griegos Que se han enco n-
}.l8 -
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UNA INTERESANTE TUMBA IBER1CA
11
trado, siendo en general piezas incompletas, principalmentl,) asas .
Los LOnocidos (4) son : Boca y asa de oenochoé de la región de
Granada, de época muy anterio r al nues tro (s. VI) ; una palmeta
termi nal de un asa de ocnochoé encontrada en la tumba núm . 20
de Tútugi (Granada) (5), posiblemen te contemporánea de nuestro ja rro y fecha blc -en el s. V 3. J. C.; asa de un recipiente (ocnochoé) procedente de la región de Sevilla (6) q ue pudiera inclu irse en la segunda serie de Dechelette, y data!>le del VIN s. a. J . C.;
asa de ocnoc hoé con cabeza de Sileno procedente de Gal era (tumba 76 de Tút ugi) , que fecha G arcía y Bellido en el siglo IV-Y II
por el ajuar que [a aco mpañaba de p rocedencia su ditá lica o siciliana; y por último, un asa de jarro e'n contrada en la Alcazaba de
M:í laga, ,Posiblemente de un· oenochoé del s. VI.v (7).
He consU'lt:1 do al ProL Massi mo Pallott in o del In stit uto di Archeología de Roma, quien como primera impresió n me dice que
mi oenochoé pudi era ser au:'itogo a tipos muy difundidos e n Ita lia
en el V- IV s. a. J . C.
La o pinió n que nosotros hel}'IOS formado es que se trata de un
ejemplar de fines del V o principios del IV, que pudo usarse en la
¡primera mitad de este último siglo, y aunque su decorllci6n es sencillísima, su posible reconstituci6 n, ~a s líneas elegantes de su cuell o
y boca , la aparici6n en su punto de enterramiento, ser el' más completo de los conoci dos en España y el único de su clase encont rado, hacen esta pieza de extrao rdinario interés.
El otro obje to importante de bronce que hemos encontrado en
el braserill o. Como ya dijimos, estaba, no só lo deslruído, si no verdaderamente triturado. Por ell o su reconst rucci6n es imposibl e y
la reconsti tució n de su forma original, muy problemática. Sin embargo, hemos recogido en perfecto estado las piezas de su jeci6 n de
las asas, y éstas, aunque rotas, casi completas (Lám . 1, 4) . Disponemos de trozos del borde, suficientes en curvatura, para determinar que el d iá metro del brasero era de unos 26 a 27 cm. Con los
(4 ¡ A.
(5) J . CABRE y P. DE MOTOS : ," La neer~ tbérka de Tútu¡1 ( Galera, provincia de Granada) n. J . a E. A. Madrid 1920.
(8) M. ALMA GRO: " Un nuevo bronoe griego hallado en ElSpar..a". Ampurlu, V, 1943, pág. 25 1.
(7 ) S. GlMENEZ REYNA. " Memoria Arqueológica. de ¡a provincia de Mt\JagIL huta 1946 ". Núm. 12 de "Informes y MemoriaS" de la Comisaria Q . Excavaciones Arqueológicas. Lám. XX;X¡.
U'l-
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E. CUADRADO DIAl
pocos elementos de que.disponemos y la analogía del braserillo con
otros del mismo estilo, hemos dibujado la forma Que suponcmo'l
tuvo, pero de la que sólo es cierta, el borde y la posición de las
asa., así como estas mismas. La profundidad, es complet3mente hipotética. Resulta, pues, así, una especie de fucnlcdlla de cobre o
bronce forjado, en el Que el borde se forma por vuelta hacia adenIro de la chapa, en 13 forma Que indica la figura (lig. 6,-), Tiene dos
asas constitu idas por un redondo de bronce de 5 mm. de di:Írnc-
l....
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PI,. 8.'--P!n'a~ del braserillo y reconat.ruccl6n Ideal del m1tmo.
Iro, cuyos extrem03, terminados en sendas bellotas, se d oblan sobre
sí mismos para formar el lazo que ap risiona la unión al cuer.po fijo
del 3sa. Estas piezas curvadas. para amoldarse al cuerpo del braserillo, ,.on de bronce fund ido, y tendrían una longitud de 15,5 cm .
si no les faltase uno de los extremos a ambas. Estos extremos tic·
nen forma de manos extendidas con el dorso visto y la palma pe·
gada al vaso. El dedo pulgar es corto y bien diferenciado, mientras que 101 otros cuatro, pegados entre sí, tienen la misma longi.
tud. Las dos manos que se conservan son la derecha precisamente,
y en lo Que pudiera ser la muñeca, está sa liente y rígida la anilla
que sirve al asa de charnela. Estas piezas se sujetaba n al V310 por
tr~ remaches situados en su centro y en el dorso de las manos,
con cabeza regular hemisférica que Quedaba en · el interior del mismo. No sabemos si estas cabezas, Que encontramos sueltas (sólo
0
dos), la tend rían los tres rcmach~ O s61 el central, aunque supo·
nomos lo ¡primero.
La forma curvada de estas sujeciones no deja lugar a dudas sobre c6mo iba n colocadas en el vaso, y pOr otro lado, la necesidad
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UNA INTERESANTE TlJMRA IBERICA
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de pode r meter los ded06 en lal asas, obligaba a és tas a estar insertas cerca del borde, tal como .10 hemos dibujado .
En España se han encontrado va rios ejemplares de braseros
aná logos. Los más importanles sa n los de la cañada de Ruiz Sá nchez (8) }' el de la Aliseda (9) . E n este último punlO se e nconlra-
.. ---
~-----~
-
Plg. 7 .• - Br~rlllo d ~ t>ronce d e La Cati!l.da de Rulz SA.nchez (Cannona) (,segUn J30nsc\ \ y el ele ,plata de La Aliseda
(8 ) O . BONSOR : "Les colonies agricoles pre-rom.a.l..nes de la .yallée du Betl.s". PaI1s 1889, pf.a:. 57.
(D) J . R. MELIOA : " Tesoro de Allseda". Madrid 1921. PAg. 29.
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B. CUADRADO DIAl
ro n además abundantes fragmentos (más de cien) de olro brasero,
y el señor Vives poseyó un asa con manos proceden te de uno de
bronce. Que desconozco. Tenemos referencias de otras dos cha rnelas con manos, hall adas ¡ uc has: una en la necrópolis del Molar
(Alicante), y 0 lf3 en la de Tútugi (Granada) , EJ\ descubridor (10)
cita para aq uell a necrópolis, . restos de braserill os con p iezas abra·
zaderas bajo 'los rebo rdes para coger las asas , y terminadas p or
rn :m ccillas con dedos muy alargados y en el dedo anula r sortija».
E n 1:a lámina XI de la Memo ria de las excavacio nes,. se ve , aun·
q ue sin poder observar los detall es, una de Cfllas p i C'l 3S muy co rroí·
d3 , p er o an :íloga a las nuestras. Aunque sin ¡porm enores del hallazgo, supo nemos co rresp onde al braserillo de bro nce e ncontrado co n
un pendi ente de o ro, al parecer en una tumba tumular.
Lil a ira referencia , es a la necrópo lis de Tútugi (Gril nadil),
mencio nada en la anterior Memoria , y que debe referirse al asa
que ci ta Cabré, co mo fo rmada ,po r dos brazos extend idos (11) . E stas so n las ú nicas piezas españolas de que tenemos co nocimient o:
seis, si n co ntar la nuestra .
E l de la cañada de Ruiz Sánchez (Ca rmona ) (fig. 7.&) es de bronce, de un os 40 cm. de diámetro y S de profund idad (segú n Bo nsor). Las asas son del mismo sistema que las nues tras , pero terminadas en cabecit as de carnero, en vez de bell ot:ts. La p iez:t de sujeción de las asas o charnel a está tamb ién terminada po r dos manos
esliradas con los dedos juntos, ,pero e n vez de insert arse al cuerpo
del brasero, lo hacen a la parte imerio r del borde, Que CIi ancho
(u nos cuatro cent ímetros) y está adornado con 11 rosetas superp uestas. Po r tan 10 , las asas, al asirlas, q uedan en pos ición casi horizo ntal.
El o tro ejemplar importan le es el Que formaba p arte del tesoro
de 1:1 Aliseda (Cáceres) (fig. 7.&). E s de p lata y presenta ia p art icularidad de no tener más que un asa. Su diámetro es de 0,45 cm .,
es d eci r, parecido al anterior. El asa es un vástago ci líndrico curvado , terminado en el único extremo que se conserva por una semi·bellota . La charnela es una pieza curvada termin:tda en dos
manos , con la particularidad de tener sei s dedos con indicació n de
las 'uñas, y a la vez las rayas que Quieren representa r b s arrugas
(10)
J . S ENENT :
~ Excava.elones
en la necrópolls del Molar". - Memorias
de la J unta Superior de Excavaciones y AnUgtledades, n6m. 107. Madrid 1930.
Página 12.
(1 ) J . CABRE. Op. dt. ( Nota 5) , pf.¡. 69.
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UNA ImERESANTE TUMBA IBERICA
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de la palma de la mano . De las muñecas arranca n las anillas rígi _
das, de secció n circ ular. Que sirven de charnelas. La unión al brasero de esta pieza se hace bajo el borde. igua l que en la anterior,
sujetándola ,P or tres remaches. uno central y Jos otras en 1:1 palma
de las manos. COIl cabezas sobre el borde exterior en forma de rosáceas .
Aunque el sitio de inserció n es diferente. es indudable la analogía de las asas de estas dos piezas con la nuestra. principalmente
la de la Aliseda. inclusive en el sistema de los tres remachee .
Mélida. supone el tesa ra de Aliseda fenicio. salvo la diadema.
posiblemente indígena, y los braserilloi cartagineses , adoptando
para ell o la opi nión de 8 0nsor. referente al de la cañad:l de Ruiz
Sánchcz, Que se fund a en Que las manos son de la misma forma Que
las Que se ven en las estelas cartaginesas . Da para cronología de l
uentesoro el período s. VI -IV a. J . C. al final del Que decayó la ¡n A
cia comercial fenicia .
En ccanto al brasero de la cañ ada de Ruiz Sá nchez, fué eneontr3do en un a tumb3 constituída por un túmulo de unos 3.50 m. de
alt o, bajo e l Que se hallaba una ¡(osa enlucida de rojo, y en clla restos de haber sido inci nerado el cadáver in situ . E l aj uar, :1 más del
braserillo, lo const itu ía un oenochoé de bronce de cuell o delgado,
datable en el s. VII a. J. C., dos puntas de lanza, y algun as cosas
más . La tumba debió ser celta y los objetos p rocedentes del come rcio pún ico. POr la fecha atrib uída al oenochoé, podría suponerse el
braserillo de hacia e l 8. vr a. J. C.
O bjetos de oro.-E I único objeto hallado de este metal es un
pend iente de los ll amados de morcilla (fig. 2: ). E l cuerpo del mismo
es de sección cuad rada, rematado en los alambres de sujeci6n a la
o reja . U n alambre finísimo se arrolla en cada extremo hasta dejar
libre sólo la parte in ferio r. const ituyendo e l único adorno. Su cronología abarca un período algo dilatado, I
pues, aunque su procedencia parece, sin duda. púnica, su forma es de las más corrientes
en Espa ña . Ejemplares análogos se ven en Ibiza, Villa ricos, Cádiz,
etcétera. Suponemos Que su importancia dur6 hasta fines del siglo
JII a. J . C. Al igual que el P. Delattre en las necr6polis de Cartago,
e ncontra mos estos pendientes sin compañero, y si bien no negamos
que p udiera ser el «nezem. Que se llevaba en la nariz. esta alhaja ,
ll evada ,p or guerreros ibé ricos. debió ir en una o reja, lo Que parece
verse en algunas esculturas del Cerro de los Santos.
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E. CUADRADO DIAZ
Resumen y crotlología.
Resumiendo cuanto llevamos dicho, pod"
emos decir que nUC$trn
tumba era de un guerrero, posiblemente .distinguido. pues los vasOs
de bronce griego& no son habitualCi en la necrópolis. La tumba, ..
los efectos de la crono logía ~e las inmediatas, ea más moderna quo
la. 64, y anterior :1 la 61. Igualmente la 60 es posterior ala 64.
Los vasos de bronce pueden darnOll fechas de gran exactitud. Así
el ocnoc,hoé n OI coloca a fines del siglo V o primeros de1IV. 10 que
Queda corroborado por el braserill o, ya que si suponemos más afín
-:1 su estí-lo el de la- Ali seda, éste coincide con esas feehas. Y aunque
e l de la cañ:lda de Ruiz Sánchez, ¡por el oenochoé que le acompañaba, ¡puede ser del siglo VI, la diferencia de est ilo puede suponer
una evo lució n en este tipo de vaso, que ,pasand o por et de Aliseda
llegase al de l Cig:Jrr::Jlejo, evolución que Iran;curría de ~os siglos
vr a principios del rv a. 1. C . .
.
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LAM. L
CUADRADO.- " T um ba Ibérica del CI,arraJejo"
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3
Tumba. 57: 1-2. Diversos aspectos de la excavaclón.-3 y 5. Asa y cuello y otros
fragmentos do! oenochoe de bronce de dicha sepultura.. - 4. Re5tos del braserillo
de bronce carta,lnés que formaba parte del ajua r de la sepultur:L
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