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J. PASTOR Mu:&Oz
(Madrid)
EL YACIMIENTO MUSTERIENSE
DE « LOS CENAGALEs,,
(Madrid)
INTRODUCCION
Tras el descubrimiento y estudio del yacimiento paleolítico de San
Isidro por Casiano del Prado, L. Lartet y E. de Verneuil se puso de relieve la importancia del valle del Manzanares como punto de estudio
del paleolítico español.
En la extensa bibliografia de Pérez de Barradas, Obermaier y P.
Wernert encontramos abundantes referencias y estudios de estos yacimientos. A los ya descritos y estudiados añadimos éste, llamado de
«Los Cenagales», que se puede encuadrar perfectamente en el marco
del paleolítico madrileño. Su descubrimiento y estudio se ha hecho
cuando está en trance de desaparecer.
El carácter paleolítico de la zona quedó patente con el descubrimiento de restos prehistóricos en Ciudad Lineal y Chamartín, a principios de siglo, asl como en el cerro de San Blas, donde hoy se asienta el
barrio del mismo nombre. También cercanos son los yacimientos de
las terrazas del J arama.
SITUACION
Se encuentra situado en el paraje denominado «El Charco del Pescador», en las afueras del pueblo de Hortaleza y el Parque de Santa
Maria, distando poco más de un kilómetro de la estación de ferrocarril de Hortaleza. El yacimiento toma el nombre de una casa cercana
llamada «Casa de los Cenagales» (coordenadas, 3° 39' Long. Oeste y
40° 29' Lat. Norte, aproximadamente), en un pequeño valle por el que
discurrían riachuelos que desembocaban en el río Jarama.
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J. PASTOR MUÑOZ
Agrupariones de material lftico
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Fig. l.-Yacimiento de Los Cenagales (Hortaleza) y .r:onas cercanas.
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LOS CENAGALES
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La zona, que se encuentra entre las terrazas de los ríos Manzanares y Jarama, es eminentemente oligocena, con arenas arcilloso-micaceas, conglomerados en lentejones, yesos, pudingas gruesas y brechas que bajo los efectos de los elementos han sido transformadas en
tierras de labor.
Las dos concentraciones de material descubiertas se asientan en
sendas elevaciones desde las que domina todo el pequeño valle que se
extiende hasta el barrio de «La Moraleja>). Es evidente, pues, la preferencia de estas alturas por el hombre.
DESCRIPCION DE LA INDUSTRIA
La materia prima más empleada es el sílex, de diferentes tonalidades y calidades, aunque predomina el sflex de buena calidad. Se
emplea la cuarcita local, que tiene el inconveniente de fracturarse a
menudo por las vetas naturales. Hay en la industria algunas trazas de
empleo de cuarzo y de una especie de metacuarcita, aunque estas piedras son rebeldes a una talla fina y s_e encuentran en pequeñísimos
nódulos.
Tras un estudio de los núcleos y cortezas podemos afirmar el em
pleo de sílex nodular, que ha de ser forzosamente importado, quizás
de los ricos yacimientos del Jarama y Manzanares.
La talla de desbaste de los núcleos se ha-hecho sobre grandes yun
ques de cuarcita, con percutor duro. El retoque posterior ha sido he
cho con percutor blando (madera, hueso) y duro (cuarcita). Hemos ha
Hado los yunques, con las señales de la percusión y los percutores, con
el típico desgaste de sus polos.
Se ha utilizado con frecuencia la técnica «Levallois» para la obtención de las características lascas. El índice de utilización de este método de talla no se ha podido hallar, puesto que el número de útiles recolectados es b~o y se hallan muy diseminados, con lo que podríamos
caer en el error de dar unos índices que no corresponden a la realidad.
El retoque más empleado es el típico «escaleriforme», ya descrito
en la bibliografia existente. Los talones están retocados con frecuencia, ya sean diedros o facetados.
En cuanto al grado de desgaste del material, podemos decir que
casi todas las piezas presentan el típico lustre eólico, llegando algunas
a ser irreconocibles por la larga permanencia a la intemperie.
Las piezas halladas no son descritas con minuciosidad, pues son
los tipos ya conocidos en los yacimientos de esta época; podemos, sin
embargo, hacer un somero análisis de ellas:
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Pwl:ta de tllox -en lasca levaUols.
Pu.nta de cwu-cita en lasca oblicua.
Punta de tilttx aJ.imétrlca.
Raedera da sllex.
5: Deutioo.l.a.do,
6: Raedera dtt unar(lita.
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LOS CENAGALES
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F.lg, 3.-l: cuehilló de sílex con tetoqu¡¡:t e&ealtriformes.
2 y 3: LaSGas de 8!lex con huellas
4: Cuchillo de sllex.
5: Mue1ea.
~y 7: Tl'ultcadur.t y raapador aqWllado,
Fig. 4.-Kru::ha de cuarcita,
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J. PAS'roR MUAOZ
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Fig. 5.-l: Cantil dt1 éuarc!ta ttab~ada, reutilizada.
:t: H¡¡cha tunigdalolde fragmflntada, de c1ntrclta,
3: Hat:hita de cuarcita fina •
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Fig, 6.-1: Lasca oon PlW!SCR.
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2: Raspador an cuarzo lecbadtt,
3 y 4: CuchWn d• lilex de .ucciM trlanglllal< y trapqoid&J.
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Puntas de tipos clásicos, casi siempre sobre lascas levallois y
con retoque escaleriforme en los lados.
Raederas, casi siempre espesas, con el mismo retoque que las
puntas.
Cuchillos, que junto con las puntas y raederas, son de los tipos
más abundantes.
Raspadores, que en algunos casos son protorraspadores y en
otros auténticos raspadores aquillados.
Muescas y denticulados, algún perforador y buril, y algunas
lascas con señales de uso.
En cuanto a las piezas macrolíticas tenemos:
Bifaces gruesos de talla grosera, muchas veces sobre gruesas lascas. Destaca una pequefUsima pieza de 6 cm. de longitud.
Cantos trabajados, siempre unifaciales.
Hendedores sobre gruesas lascas de cuarcita.
Y, por último, discos, unifaciales, tallados sobre lajas. de cuarcita.
El resto'del material lo componen núcleos, muy pequeños y gastados, bipiramidales, de «tortuga»_, tabulares y poliédricos, a los que hay
que añadir algunos sin forma definida. Se han recogido asimismo algunos fragmentos de sílex quemado, con las típicas resquebrajaduras,
lo que demuestra el uso de fuego.
CRONOLOGIA
Nos faltan muchos elementos de juicio para poder emitir este punto tan importante, tales como: fauna, estratigrafia, etcétera; pero, sin
embargo, después d-e revisar las colecciones expuestas en los museos,
podemos emitir una opinión cronológica, basada en la tipologia. Podemos hablar de un «Musteriense final de tradición Achelense». Este
periodo se manifiesta como una decadencia industrial en el tránsito
del paleolítico medio al superior. Los raspadores aquillados, los abundantes cuchillos y los bifaces degenerados serian las piezas más repr~sentativas de este paso.
Los yacimientos madrileños comparables son. los de la «Casa de
Campo» y algunos niveles de «San Isidro», donde se encuentra esta industria asociada a una fauna compuesta de Equus caballos y Bos sp.
en niveles de tierra blanca.
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J. PASTOR MU:&Oz
BIBLIOGRAFIA
H. OBERMAIER; U:l H<>mbre Fó~lh. Madrid, 1916,
H. OBERMAIER y J. PEREZ DE BARRADAS: d.as diferentes facies del Musteriense español y especialmente de Jos yaclmlentoa madriledou. Revista de la Biblioteca del Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, 1924.
J. FEREZ DE BARRADAS: •Contribución al estudio del Paleolitico Superior del Manzanaresl. Colecclonismu. Madrid, 1921.
J. PEREZ DE BARRADAS: «Yacimientos paleolíticos de los valles del Manzanares. Trabajos de 1920-21».
Memoria n.• 42 de la Junta Superior de Bxcavacionea. Madrid, 1922.
J. PEREZ DE BARRADAS: «
J, PER.l!Z DE BARRADAS: d.os yacimientos prehistóricos de los alrededores de Madrid•. Boletin del Instituto Geológico y Minero de Espru\a, 51. Madrid, 1929.
J. PEREZ DE BARRADAS: dll yacimiento paleolitlco de El Sotillo IMedrid)~. Anuario de 1'rehistoria Madrileña, I. Madrid, 1930.
J. PEREZ DE BARRADAS:
P. WERNERT y J. PEREZ DE BARRADAS: dll yaclmlento paleolltic¡¡ de El Sotillo (Madrid)». Anuario do
Prehistoria Madrile.da, II-III. Madrid, 1932.
A LEROI-GOURHAN: •La Prehistoria>. Barcelona, 1974.
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EL YACIMIENTO MUSTERIENSE
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INTRODUCCION
Tras el descubrimiento y estudio del yacimiento paleolítico de San
Isidro por Casiano del Prado, L. Lartet y E. de Verneuil se puso de relieve la importancia del valle del Manzanares como punto de estudio
del paleolítico español.
En la extensa bibliografia de Pérez de Barradas, Obermaier y P.
Wernert encontramos abundantes referencias y estudios de estos yacimientos. A los ya descritos y estudiados añadimos éste, llamado de
«Los Cenagales», que se puede encuadrar perfectamente en el marco
del paleolítico madrileño. Su descubrimiento y estudio se ha hecho
cuando está en trance de desaparecer.
El carácter paleolítico de la zona quedó patente con el descubrimiento de restos prehistóricos en Ciudad Lineal y Chamartín, a principios de siglo, asl como en el cerro de San Blas, donde hoy se asienta el
barrio del mismo nombre. También cercanos son los yacimientos de
las terrazas del J arama.
SITUACION
Se encuentra situado en el paraje denominado «El Charco del Pescador», en las afueras del pueblo de Hortaleza y el Parque de Santa
Maria, distando poco más de un kilómetro de la estación de ferrocarril de Hortaleza. El yacimiento toma el nombre de una casa cercana
llamada «Casa de los Cenagales» (coordenadas, 3° 39' Long. Oeste y
40° 29' Lat. Norte, aproximadamente), en un pequeño valle por el que
discurrían riachuelos que desembocaban en el río Jarama.
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La zona, que se encuentra entre las terrazas de los ríos Manzanares y Jarama, es eminentemente oligocena, con arenas arcilloso-micaceas, conglomerados en lentejones, yesos, pudingas gruesas y brechas que bajo los efectos de los elementos han sido transformadas en
tierras de labor.
Las dos concentraciones de material descubiertas se asientan en
sendas elevaciones desde las que domina todo el pequeño valle que se
extiende hasta el barrio de «La Moraleja>). Es evidente, pues, la preferencia de estas alturas por el hombre.
DESCRIPCION DE LA INDUSTRIA
La materia prima más empleada es el sílex, de diferentes tonalidades y calidades, aunque predomina el sflex de buena calidad. Se
emplea la cuarcita local, que tiene el inconveniente de fracturarse a
menudo por las vetas naturales. Hay en la industria algunas trazas de
empleo de cuarzo y de una especie de metacuarcita, aunque estas piedras son rebeldes a una talla fina y s_e encuentran en pequeñísimos
nódulos.
Tras un estudio de los núcleos y cortezas podemos afirmar el em
pleo de sílex nodular, que ha de ser forzosamente importado, quizás
de los ricos yacimientos del Jarama y Manzanares.
La talla de desbaste de los núcleos se ha-hecho sobre grandes yun
ques de cuarcita, con percutor duro. El retoque posterior ha sido he
cho con percutor blando (madera, hueso) y duro (cuarcita). Hemos ha
Hado los yunques, con las señales de la percusión y los percutores, con
el típico desgaste de sus polos.
Se ha utilizado con frecuencia la técnica «Levallois» para la obtención de las características lascas. El índice de utilización de este método de talla no se ha podido hallar, puesto que el número de útiles recolectados es b~o y se hallan muy diseminados, con lo que podríamos
caer en el error de dar unos índices que no corresponden a la realidad.
El retoque más empleado es el típico «escaleriforme», ya descrito
en la bibliografia existente. Los talones están retocados con frecuencia, ya sean diedros o facetados.
En cuanto al grado de desgaste del material, podemos decir que
casi todas las piezas presentan el típico lustre eólico, llegando algunas
a ser irreconocibles por la larga permanencia a la intemperie.
Las piezas halladas no son descritas con minuciosidad, pues son
los tipos ya conocidos en los yacimientos de esta época; podemos, sin
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Punta de tilttx aJ.imétrlca.
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Puntas de tipos clásicos, casi siempre sobre lascas levallois y
con retoque escaleriforme en los lados.
Raederas, casi siempre espesas, con el mismo retoque que las
puntas.
Cuchillos, que junto con las puntas y raederas, son de los tipos
más abundantes.
Raspadores, que en algunos casos son protorraspadores y en
otros auténticos raspadores aquillados.
Muescas y denticulados, algún perforador y buril, y algunas
lascas con señales de uso.
En cuanto a las piezas macrolíticas tenemos:
Bifaces gruesos de talla grosera, muchas veces sobre gruesas lascas. Destaca una pequefUsima pieza de 6 cm. de longitud.
Cantos trabajados, siempre unifaciales.
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Y, por último, discos, unifaciales, tallados sobre lajas. de cuarcita.
El resto'del material lo componen núcleos, muy pequeños y gastados, bipiramidales, de «tortuga»_, tabulares y poliédricos, a los que hay
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CRONOLOGIA
Nos faltan muchos elementos de juicio para poder emitir este punto tan importante, tales como: fauna, estratigrafia, etcétera; pero, sin
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del paleolítico medio al superior. Los raspadores aquillados, los abundantes cuchillos y los bifaces degenerados serian las piezas más repr~sentativas de este paso.
Los yacimientos madrileños comparables son. los de la «Casa de
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en niveles de tierra blanca.
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BIBLIOGRAFIA
H. OBERMAIER; U:l H<>mbre Fó~lh. Madrid, 1916,
H. OBERMAIER y J. PEREZ DE BARRADAS: d.as diferentes facies del Musteriense español y especialmente de Jos yaclmlentoa madriledou. Revista de la Biblioteca del Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, 1924.
J. FEREZ DE BARRADAS: •Contribución al estudio del Paleolitico Superior del Manzanaresl. Colecclonismu. Madrid, 1921.
J. PEREZ DE BARRADAS: «Yacimientos paleolíticos de los valles del Manzanares. Trabajos de 1920-21».
Memoria n.• 42 de la Junta Superior de Bxcavacionea. Madrid, 1922.
J. PEREZ DE BARRADAS: «
J. PEREZ DE BARRADAS: dll yacimiento paleolitlco de El Sotillo IMedrid)~. Anuario de 1'rehistoria Madrileña, I. Madrid, 1930.
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Prehistoria Madrile.da, II-III. Madrid, 1932.
A LEROI-GOURHAN: •La Prehistoria>. Barcelona, 1974.
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