Ereta del Pedregal. Navarres. 1978

07-08-197818-08-1978
Se decidió reanudar aquí los trabajos de excavación de la zona Triángulo I (excavada en 1963) a la vez que proseguían los correspondientes a la parte Sur-oeste. A tal fin se abrieron nueve cuadrículas de un metro cuadrado de superficie cada una que se denominan A-19 a A-21, B-19 a B-21 y C-19 a C-21.
En estas nueve cuadrículas se levantó la tierra acumulada por los trabajos de las sucesivas campañas hasta una profundidad de 1'25 metros, en la que aparecían los niveles intactos. A partir de aquí los trabajos se limitaron a los cuadros A-20 y A-21 y la secuencia obtenida muestra un primer nivel con abundancia de barro cocido rojo, de gran potencia en el ángulo Sur-este de A-21, donde también apareció una piedra de molino incrustada en este posible pavimento; un segundo nivel, de unos treinta centímetros de potencia, formado por tierra marrón; finalmente, una capa de piedras de tamaño mediano rodeadas por una tierra amarillenta debida a su descomposición y tierra turbosa; por debajo de estas piedras aparece ya la turba, que constituye la base de la estratigrafía en todo el yacimiento.
Por lo que se refiere a la zona Sur-oeste, se prestó especial atención a L-7 y K-7, en los que se profundizó también hasta la aparición de la turba. En estos cuadros ya se habían excavado a lo largo de las dos campañas anteriores los primeros 1'25 m. de potencia. Desde 1'25 a 1'50 m. de profundidad se distingue un estrato de tierras grises y amarillentas que buza de Poniente a Levante; a partir de 1'50 metros se aprecia una mayor abundancia con características similares a las descritas para A-20 y A-21; por último, y a partir de 1'70 m. de profundidad, aparecía la turba pura.
Los resultados de ambas zonas tienen, pues, un gran interés, en orden a la determinación de los niveles de habitación del yacimiento y concuerdan notablemente entre sí y con los resultados publicados que hemos mencionado anteriormente. Así, aparece con nitidez un nivel inicial de habitación cuya base la constituyen las piedras asentadas sobre la turba; el relleno de este nivel lo formarían las tierras marrones de A-20 y A-21 y las tierras grises y amarillas de K-7 y L-7. Por encima de este relleno, un segundo nivel de fondos de cabaña vendría señalado por el barro cocido rojo, que puede considerarse como resto de un pavimento, muy potente en A-21 y que se correspondería con el estrato de tierra gris oscura con abundantes carbones y fragmentos de barro cocido excavado durante las dos campañas anteriores en la zona Suroeste mencionada.
Los materiales recuperados son, por el momento, poco típicos y no permiten pronunciarse sobre la caracterización de la evolución del Eneolítico. Destacaríamos la presencia de algunos finos punzones sobre huesos de conejo aparecidos en la tierra turbosa que constituye el último nivel fértil del yacimiento. Por lo demás, se recogieron fragmentos de cerámica sin decoración; abundantes restos de talla de sílex, así como algunos fragmentos de hoja y puntas de flecha; restos de fauna, etc.

(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1978, pp. 71-72)
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